vamo a ver cuantas personas leen esto xd
0. INTRODUCCIÓN
Otabek Altin, era más que un simple empresario, como le había hecho creer a algunos, era parte del servicio de inteligencia y esto, pocos lo sabían
Había llegado a Rusia (para convertirse luego en un miembro del FSB) por ahora persigue a un mafioso, metido hasta más no poder en drogas y trata de personas, sin embargo, por más esfuerzos que hicieran, no lograban hacerse de alguna prueba contundente para poder hacerse cargo de ese malnacido de una vez por todas
Todos los que iban a poder darles información sobre su paradero y sus siguientes movimientos, habían sido silenciados
Cuando llegó, sabía que no debía involucrarse en nada que no sea su trabajo, salvo armar su 'fachada' ya que tenía que parecer una simple persona más en ese país tan frío
Él, era conocido por todos sus colegas, a pesar de solo hablar con 2 o 3, como una persona totalmente enfocada en lo suyo, serio e indiferente a los sentimientos, es por eso que el joven Kazajo, con apenas 25 años, era una persona totalmente confiable entre sus superiores, todos lo veían como el tipo de persona que hace lo que tiene que hacer y luego no lo ves más
Muchas veces, solo porque su trabajo se lo demandaba, había tenido que sacarle información a alguien usando métodos... para nada lindos, a sangre fría, como si fuese un robot, cada objetivo que se ponía, lo cumplía
Por eso cuando le dieron el caso, él alistó todo y se fue
Pero a pesar de todo
No siempre las cosas salen como uno quiere (Empezando por sus preferencias sexuales)
Y él lo aprendió
Lo supo desde el momento en que vio aquellos ojos, a pesar de que estaba completamente seguro de que por fuera su rostro seguía igual, por dentro todo él era un remolino de sensaciones
Aquellos ojos habían puesto su mundo de cabeza
Supo que debía irse, no, más que eso, que debía huir, porque relacionarse sentimentalmente con alguien solo traía debilidad
Y en ese trabajo él no podía, no DEBÍA tener una debilidad
Su razón le decía que saliera de eso cuando tenga la oportunidad y su corazón... su corazón era otra historia, el muy maldito no dejaba de latir rápido cuando pensaba en ese rubio de ojos esmeralda
Él no debía acercarse a ese chico, lo sabía
Sin embargo su cuerpo se movió solo y cuando se percató, ya tenía a ese chico de ojos verdes entre sus brazos, temblando, buscando calor en él
¿Cómo se supone que debía hacer como si nada pasara cuando lo vio caminar, con un simple polo (el cual estaba razgado) y un pantalón en medio de ese frío?
¿Cómo se supone que debía dejarlo ahí cuando vio como caía al suelo y se percató de que tenía presionando su mano en el abdómen pero a pesar de eso la sangre salía?
¿Cómo hacía para alejarse de él?
Terminó llevandolo al departamento donde se quedaba para curarlo mientras le contaba cómo había sido asaltado mientras iba a comprar medicinas para su abuelo
Ahí comenzó todo
Poco a poco Yuri Plisetsky iba metiéndose bajo la piel del Kazajo
El rubio supo que estaba mal, no lo conocía de nada, pero no podía evitar sentirse aliviado de que fuera él quien lo encontrara aquel día y lo salvara, porque algo era seguro, si se hubiera quedado más tiempo ahí, definitivamente hubiera muerto
No podía evitar sentir admiración por ese desconocido, a pesar de que sentía que ocultaba algo
"Bueno, un desliz, no pasará a mayores", fue lo que pensó Otabek
Pero terminó conociendo más a Yuri
Terminó conociendo a la familia de Yuri (Su abuelo)
Terminó queriendolo
Y para peor de sus males, terminó enamorándose de él, terminó relacionándose sentimentalmente con él y conviviendo
¿Quién podría resistirse a esa mirada? ¿Quién podría resistirse a un Yuri sonrojado mientras declara su amor? ¿Quién podría rechazarlo al verlo tan avergonzado a pesar de que la mayor parte del tiempo era como una gata arizca?
Si alguien lo sabe, que se lo diga
Y pasó un año
Yuri, como siempre, viéndose radiante
Yuri, como siempre, confiando en él
Y Otabek... bueno, él seguía tratando de cumplir con su trabajo
Otabek seguía ocultando su verdadero trabajo de Yuri
No quería que saliera herido
Ni si quiera deberían estar juntos
Yuri lo sabía, tonto no era, Otabek ocultaba algo, muchas veces cuando usaba la laptop durante horas y él llegaba, cerraba las pestañas abiertas lo más rápido que podía
Desde hace algunos días no había podido evitar tener la sensación de que algo iba a pasar pronto
Algo que no sería para nada bueno
Y no solo él, ambos lo sentían, pero claro, solo uno de ellos sabía por qué
Otabek había hecho un gran avance con su investigación, si continuaba así, definitivamente encontraría esas malditas pruebas, lo malo es que tal parece que, "los del otro bando" ya se habían enterado, más de una vez que salió con Yuri pudo ver como personas sospechosas se acercaban o los miraban demasiado
Bueno, lo miraban
Por eso últimamente trataba de no salir junto a él, en todo caso, salir solo
Y un día todo terminó por explotar entre ellos dos
Habían salido, luego de que el rubio se quejara durante horas que el pelinegro ya no era como antes, que ya no salían y que no le prestaba atención
Cuando estaban casi por regresar, mientras Yuri estaba terminando de comprar algunas cosas y Otabek lo esperaba afuera se encontró con Sara, una compañera de trabajo, claro que esto, Yuri no lo sabía
Es por eso que cuando salió y los vio conversando, de una manera... sospechosa ante sus ojos, no pudo evitar pensar mal
Peor fue cuando aquella morena se acercó y le susurró algo al oído para luego meter una especie de sobre en el bolsillo de su novio
La escena que se armó cuando ella se marchó y llegaron al departamento , fue demasiado para el Kazajo
-¿Con ella me engañas?- fue lo primero que dijo Yuri al llegar al departamento
-¿De qué hablas?- preguntó Otabek fingiendo no saber a lo que se refería el otro
Se giró para guardar algunas cosas
-Te vi, Otabek, con esa chica
No pasó desapercibido cómo el pelinegro se tensó
-No sé de qué hablas
-Otabek, no necesito que me engañes ¡No soy un idiota!
-Es una compañera nada más, por amor de Dios- respondió cansado y se sirvió agua, comenzó a tomarla lentamente dando a entender que no hablaría más del tema
Pero eso no iba a detener al rubio
Siguieron hablando "pacíficamente" hasta que Otabek, fuera de sí, tiró el vaso de vidrio al suelo, asustando al ruso y gritó algo de lo que luego tendría bastante tiempo para arrepentirse mientras Yuri no dejaría de pensar en aquellas últimas palabras
-¡Bien! ¡Si tanto piensas eso, largate! ¡No vuelvas! No, es más, ¡Yo me largo! ¡Estoy cansado de esta mierda, de tu actitud!
-Beka...
-No, no más "Beka", se acabó, me cansé, me largo, saca tus cosas de aquí para cuando regrese, sino lo haces me encargaré de ti
-Yo no... Beka, te amo- susurró tratando de calmar al kazajo dándose cuenta muy tarde que quizás se habia pasado un poco con las acusaciones que hacía
Este no lo miró
-Solo vete de aquí Yuri
Después de eso, se escuchó un portazo y todo quedó en silencio
Eran cerca de las 8:00pm y el más joven, cuando escuchó la puerta abrirse, pensando que era Otabek, salió a su encuentro para pedirle perdón
Rogaría si fuera necesario
Grande fue su sorpresa al encontrarse con 3 hombres, muchos más altos y fuertes que él rebuscándo en la sala
Tomó su celular rápidamente mientras se alejaba de la sala y se metía en el baño y llamó a su novio (¿o ex-novio?) Él era fuerte, pero no idiota, si fuera solo uno quizás se las hubiera arreglado, pero no con 3
Timbraba y timbraba, pero fue inútil, lo mandó directo al buzón de voz
-Beka, tienes que volver, hay 3 tipos metidos en la casa y...
-¿Pero que tenemos aquí?- dijeron a sus espaldas
¡¿En qué momento habían abierto la puerta?!
-Beka por favor...- asustado era poco, estaba aterrado
No despegó en ningún momento el celular de su oreja, ni si quiera cuando otro más entró al baño y comenzaron a acorralarlo
-Agradece a tu querido agente- se burló uno de ellos al momento en que lo golpeaba en el estómago
-Ota-bek- susurró encogiéndose de dolor en su sitio, aun se seguía grabando en el buzón de voz
Sin que pueda evitarlo, le arrebataron el celular de la mano
-Despidete de tu lindo rubio, a ver si así aprendes a no meterte en asuntos que no te llaman- habló y cortó la llamada
Lo golpearon un poco más hasta que estuvieron satisfechos, luego escuchó el sonido de la cámara, un "Tú vienes con nosotros" y nada más
No tenía fuerzas ni para quejarse de dolor ni para gritar a los vecinos por ayuda
