Originalmente esto iba a ser un One Shot~ pero las ansias me ganaron xd Así que tendrá más de un capítulo y todo eso (NO TERMINA AQUÍ! kukuku~).
Me vi en la urgencia de subirlo porque no encontré historias de los hermanos Vincent y Gilbert! ;o; ...qué vergüenza(?)
Los (sexy) personajes son de Jun Mochizuki~ (GRACIAS! gracias maravilloso autor!(?) ) Y mi historia esta en el ambiente original de Pandora Hearts, en el tiempo en que Oz aún no regresaba del Abismo.
ADVIERTO! (o recomiendo xd) Tiene yaoi, Boys love, shonen ai o como le quieran llamar... :3
Disfruten~
Capítulo I
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Gilbert Nightray, ex sirviente de la familia Bezarius, miembro de Pandora y contratista de Raven, una de las cadenas más poderosas del Abismo… esa dimensión inmunda que se había llevado a su joven amo, a su amigo, prácticamente su hermano… ¡Hermano! Había sido precisamente aquel niño que le producía un extraño rechazo (miedo, para ser más sincero) y obligado llamaba "hermano" que le había llevado hasta las puertas del Abismo, había sido gracias a Vincent Nightray que había logrado ponerse en contacto con Raven.
Todo eso y más pasaba por la mente de Gil mientras permanecía con los ojos fijos frente a la chimenea de su cuarto, que iluminaba con una luz anaranjada las penumbras de esa noche, y descansaba sentado en el sillón tras un arduo día en Pandora.
Sus ojos se comenzaban a cerrar con imágenes de recuerdos vagos de su pasado… Oz… el Abismo… Xerxes… Vincent…
Repentinamente la puerta de su cuarto se abrió y le hizo dar un salto, despertándole en seguida. Vio entrar por la puerta la figura de un hombre de cabello largo y dorado, que interrumpió su descanso y tranquilidad como si fuera su exclusivo privilegio.
- Genial… Como si lo hubiera llamado con el pensamiento –se dijo a sí mismo, en un susurro molesto.
- ¡Gil! ¿Por qué no me avisaste que habías llegado? –dijo Vincent tras cerrar la puerta después de entrar, con sus clásicos movimientos en que le siguen los vuelos de su vestimenta y cabello.
Gilbert no contestó, y tampoco quiso mirarle mucho, pues mantenía la esperanza de que fuera un engaño de sus sentidos por el cansancio que pesaba en él.
Vincent se quitó el pesado abrigo que siempre llevaba y, luego de dejarlo sobre una silla, caminó hasta sentarse a su lado, con esa permanente sonrisa perturbadora que hacía tambalear la tranquilidad de cualquiera.
- Adivina lo que encontré~ -dijo el rubio como si fuera de gran interés para su hermano y, sin siquiera darle tiempo para que preguntara por cortesía, Vincent alzó un muñeco de felpa frente a sus ojos. Era un gato que parecía haber perdido el color por el paso de los años y la inocencia por innumerables remedos, cicatrices que delataban el cruel y enfermizo pasatiempo del niño Nightray.
Gil se enderezó en su lugar del sillón, inquietado no sólo porque era un "gato", sino por el tenebroso aspecto del muñeco. En sus pensamientos, antes de que llegara su hermano a su cuarto, había pasado por alto ese "pequeño detalle" en su personalidad.
Su hermano menor rió un poco al notar la reacción de Gil, y es que adoraba cada gesto del pelinegro.
- ¿Aún te asusta, Gil? ¡Después de tantos años! –recogió sus piernas para sentarse a lo indio en el sillón, en dirección de su hermano, y con el muñeco en ambas manos lo hacía simular vida moviendo las piernas y brazos de felpa- "Gilbert Nightray, ¡más te valía que te acordaras de mí! Porque tu hermano que te quiere tanto lo trajo especialmente para ti." –Vincent con su voz hacía hablar al muñeco, con un brillo de recuerdos infantiles en sus ojos bicolor.
Claro que Gil se acordaba, todos esos recuerdos volvieron a surgir a la superficie de su mente inmeditamente. Recordó todas esas horas de tortura en que su hermano menor le obligaba a jugar con esos muñecos bañados de muerte antes de irse a dormir; recordó esa sonrisa de inocencia macabra cuando cargaba los muñecos hasta la cama para compartir con Gil; y el final de las historias que creaba con la infinita imaginación de los niños y que siempre acababan en masacres de felpa y pesadillas horribles para Gil al dormir.
Era un niño llorón y asustadizo, y el tener un hermano como Vincent era la peor fortuna que le pudieron traer sus decisiones… pero todo sea por rescatar a su joven amo Oz.
- ¡Dame un abrazooo! –de sus pensamientos lo sacó la voz efusiva del pelidorado sosteniendo el muñeco con los brazos abiertos frente a Gil.
- Tsk…
"Va a ser una larga noche…" pensó con fastidio.
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LISTO! Ahora a seguir con la siguiente parte o w ó
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