Con todo mi amor... Te odio
Capitulo I: Una Weasley en mi cuarto
Era la noche mas fría que recordaba, no sabia exactamente por que se dirigía al bosque pero algo lo impulsaba a ir hacia aya y ya que no tenia nada mejor que hacer para ya iba, había soñado con una chica pidiéndole ayuda que le resultaba increíblemente familiar y que la estaban lastimando ¿que le estaban haciendo? No sabia, pero después de eso no pudo volver a dormir. Se acercaba cada vez mas al bosque y todavía no sabia que lo impulsaba a ir, pero cada vez sentía mas fuerte el deseo de entrar al bosque. Corrió lo más rápido que pudo tiene que llegar rápido no sabia por que, pero tenia que ser rápido. La tranquilidad del bosque fue interrumpida por un grito desgarrador, era una mujer. Estaba seguro era la misma voz que había escuchado en su sueño ¿que demonios estaba pasando?
Corrió más rápido, según se acercaba se iban escuchando risas, cuando estaba a una corta distancia del lugar de donde provenía el ruido se coloco detrás de un árbol para observar lo que pasaba, eran 4 hombres, parecían divertidos mirando a alguien en el piso, pudo ver una varita rota tirada en el piso. Ese no era problema de el, lo mejor que haría seria irse de ahí, después de todo nunca le habían gustado los bosques y no era su costumbre andar por ahí defendiendo personas.
Esta buenisima jefe- dijo un sujeto mientras se agachaba y le habría las piernas e intentaba desnudar a la que estaba tirada en el piso.
Déjenme... por favor...ya déjenme- decía la joven resistiéndose, pero como respuesta recibió una cachetada
¿Y si no te dejamos? Dime mamita ¿ahora qué harás sin tu varita?- decía el que estaba agachado intentando quitarle la ropa.
Ella nada pero yo, tal vez yo si haría algo- decía con toda la calma del mundo.- ¡protego!- grito justo a tiempo para impedir un hechizo- ¡Expelliarmus! –Inmediatamente el hombre que estaba sobre la chica salió volado y callo sobre una piedra inconsciente- ¡petrificus totalus! – volvía a gritar antes de que les diera tiempo a reaccionar, y el rayo fue a parar en el que parecía el jefe, inmediatamente las piernas y los brazos se le juntaron y cayo hacia atrás desplomado en el suelo.
¡Crucio! - gritaron los dos hombres que quedaban al mismo tiempo. El hechizo impacto en el joven pero solo lo hizo tambalearse, y una sonrisa burlona apareció en sus labios.
no van a poder conmigo, estúpidos. Para lanzar ese hechizo se necesita mas que miedo y pánico, pero no se preocupen que con mucho gusto les mostrare- ¡Crucio! ¡Crucio! –los dos hombres cayeron en el piso retorsiendose de dolor y chillando como niños- No griten que me molestan en los oídos ¡silencius!- los dos seguían retorciéndose y movían la boca pero no le salía ningún sonido- ¡accio varitas!- las 4 varitas de los tipos y los dos pedazos de la varita de la chica fueron volando y quedaron suspendidas frente a el, quien destruyo las 4 varitas buenas, una por una.
¿Estas bien?- le pregunto a la chica arrodillándose junto a ella
Gracias... –contesto y luego se desmayo
¡Oh, genial! Ahora tendré que llevarla conmigo- dijo mirándola – Es muy hermosa.- la reviso para comprobar si solo había sido un desmayo y no algo mas, cuando comprobó que solo era un desmayo, la cargo para llevársela.
Dejo a los tipos tirados en el bosque y se dirigió a su mansión, la había comprado hacia tan solo un mes y no había arreglado nada a excepción de su cuarto, le había costado mucho salir adelante solo, pero no podía quedarse en su casa, después de todo, nunca seria lo que sus padres querían que fuera, nunca llegaría a tanto.
¿Quién eres pequeña pelirroja? Me eres tan familiar – decía mientras la recostaba en su cama- ¿por qué me habré soñado contigo?-
Le quito los zapatos con su varita y penso en quitarle esa ropa, ya que estaba mojada y sucia de tierra y la blusa ya estaba rota, pero tal vez ella no estaría de acuerdo en eso, bueno de todos modos se las quitaría, le podía dar gripe, además de ensuciarle mucho la cama, su cama y a eso se agregaba que él quería quitársela. Utilizo su varita para quitarle la ropa y le dejo los interiores, tampoco a la iba a dejar desnuda, la observo y le pareció el cuerpo más bello que había visto, se quedo observándola por un largo tiempo, era perfecta, demasiado perfecta, ya no podía seguir mirándola o no iba a poder resistir la tentación de tocarla, le coloco una camisa con su varita, y la arropo bien.
-¡Ja! Si mi padre me viera le daría un ataque de vergüenza.- dijo para si- bueno pelirroja no se si estarás de acuerdo en que yo me acueste a dormir contigo, pero esta es mi cama y no pienso dormir en el piso para dejártela a ti, ya suficientes obras buenas he hecho en un solo día- decía mientras se quitaba la túnica y los zapatos quedándose solo con un pantalón corto- bueno a dormir- dicho esto se acostó al lado de la pelirroja.
Eran casi las tres de la mañana cuando se quedo dormido se paso toda la noche soñando con la mujer que tenia al lado era muy linda y sentía que la conocía, pero ¿de donde?
A la mañana siguiente se despertó un poco tarde, pero la chica seguía durmiendo, se veía tan linda dormida ¿cómo reaccionaria si me ve aquí acostado con ella? Con ese pensamiento se quedo ahí a esperar que se levantara. A los 10 minutos la pelirroja se movió y el cerro los ojos, como se iba a divertir.
-¿Dónde estoy?- pregunto en voz baja aparentemente a ella misma y se sentó, sintió como algo se movía a su lado y la abrazaba- ¡¡¡ahhhhh!!!- grito y dio un brinco de la cama y se pego a la pared.
-¿que te pasa pequeña? ¿te asuste? – le pregunto el con una sonrisa burlona. Ella no decía nada, se miro la ropa que tenia y se sonrojo.
-¿Qué...que me hiciste? –dijo buscando la puerta, pero cuando iba hacia ella, el se paro de la cama, tomo su varita y se puso en medio de ella y la puerta.
¿Adónde crees que vas pequeña? ¿Será que te quieres ir por esa puerta? ¡Fermaportus! – exclamo sellando la puerta- ¿no me digas que me tienes miedo?- dijo acercándose a ella.
¿Que quieres? ¿Que quieres de mí?- decía alejándose de el, visiblemente asustada.
Bueno bella, no se si notaste que tienes mi camisa y antes de irte debes devolvérmela - le dijo acariciándola con la varita-, además ayer te salve la vida, prácticamente, y no acostumbro a hacer cosas sin esperar una buena recompensa.
¿Que me salvaste?- le contesto mirándolo a la cara- ¿eras tu?- estaba muy asustada, sentía que la sacaron de un problema y la metieron en otro y no querría ni pensar en lo que este tipo le había hecho, pero algo en él le resultaba muy familiar, ¿de donde lo conocía? ¡Claro! Él era, era ¡Malfoy! ¡Draco Malfoy!
Si era yo. Y tienes que agradecerme que haiga ido para ya y te ayudara pequeña.
¿Draco Malfoy?- le pregunto la pelirroja. Esto lo desconcertó ¿lo conocía? Pero de donde, le resultaba conocida pero...
¿De donde me conoces? ¿quien eres?- le pregunto en tono brusco.
¿No me reconoces? Siempre dijiste que los Weasley éramos reconocibles con este cabello rojo y todas esas pecas - le dijo mostrándole el cabello y las pecas, que el hasta ahora, no había notado
¿Eres la hermanita de Ronald Weasley? No...no lo puedo creer- exclamo un poco aturdido por la sorpresa, había cambiado mucho, estaba mucho más bonita que como la recordaba, en Hogwarts la había observado y le había parecido atractiva pero sin exagerar, ahora estaba increíblemente bella.
Déjame ir Malfoy, por favor- le pidió Ginny sacándolo de sus pensamientos.
¿Que te deje ir? Jajaja. Pero por supuesto que no y ahora menos no sabes lo feliz que me hace tener aquí a la hermana de mi querido enemigo Ron, Tal vez te hubiese convenido mas que no me hubieras dicho quien eras, Weasley- le dijo en tono frío y burlón- me la voy a pasar muy bien contigo
Nota de la autora: ¡hola! Este es mi primer fics, espero que les halla gustado, a mí me gusto mucho y plissssss dejen reviews diciéndome que les pareció y si vale la pena continuarlo.
Capitulo I: Una Weasley en mi cuarto
Era la noche mas fría que recordaba, no sabia exactamente por que se dirigía al bosque pero algo lo impulsaba a ir hacia aya y ya que no tenia nada mejor que hacer para ya iba, había soñado con una chica pidiéndole ayuda que le resultaba increíblemente familiar y que la estaban lastimando ¿que le estaban haciendo? No sabia, pero después de eso no pudo volver a dormir. Se acercaba cada vez mas al bosque y todavía no sabia que lo impulsaba a ir, pero cada vez sentía mas fuerte el deseo de entrar al bosque. Corrió lo más rápido que pudo tiene que llegar rápido no sabia por que, pero tenia que ser rápido. La tranquilidad del bosque fue interrumpida por un grito desgarrador, era una mujer. Estaba seguro era la misma voz que había escuchado en su sueño ¿que demonios estaba pasando?
Corrió más rápido, según se acercaba se iban escuchando risas, cuando estaba a una corta distancia del lugar de donde provenía el ruido se coloco detrás de un árbol para observar lo que pasaba, eran 4 hombres, parecían divertidos mirando a alguien en el piso, pudo ver una varita rota tirada en el piso. Ese no era problema de el, lo mejor que haría seria irse de ahí, después de todo nunca le habían gustado los bosques y no era su costumbre andar por ahí defendiendo personas.
Esta buenisima jefe- dijo un sujeto mientras se agachaba y le habría las piernas e intentaba desnudar a la que estaba tirada en el piso.
Déjenme... por favor...ya déjenme- decía la joven resistiéndose, pero como respuesta recibió una cachetada
¿Y si no te dejamos? Dime mamita ¿ahora qué harás sin tu varita?- decía el que estaba agachado intentando quitarle la ropa.
Ella nada pero yo, tal vez yo si haría algo- decía con toda la calma del mundo.- ¡protego!- grito justo a tiempo para impedir un hechizo- ¡Expelliarmus! –Inmediatamente el hombre que estaba sobre la chica salió volado y callo sobre una piedra inconsciente- ¡petrificus totalus! – volvía a gritar antes de que les diera tiempo a reaccionar, y el rayo fue a parar en el que parecía el jefe, inmediatamente las piernas y los brazos se le juntaron y cayo hacia atrás desplomado en el suelo.
¡Crucio! - gritaron los dos hombres que quedaban al mismo tiempo. El hechizo impacto en el joven pero solo lo hizo tambalearse, y una sonrisa burlona apareció en sus labios.
no van a poder conmigo, estúpidos. Para lanzar ese hechizo se necesita mas que miedo y pánico, pero no se preocupen que con mucho gusto les mostrare- ¡Crucio! ¡Crucio! –los dos hombres cayeron en el piso retorsiendose de dolor y chillando como niños- No griten que me molestan en los oídos ¡silencius!- los dos seguían retorciéndose y movían la boca pero no le salía ningún sonido- ¡accio varitas!- las 4 varitas de los tipos y los dos pedazos de la varita de la chica fueron volando y quedaron suspendidas frente a el, quien destruyo las 4 varitas buenas, una por una.
¿Estas bien?- le pregunto a la chica arrodillándose junto a ella
Gracias... –contesto y luego se desmayo
¡Oh, genial! Ahora tendré que llevarla conmigo- dijo mirándola – Es muy hermosa.- la reviso para comprobar si solo había sido un desmayo y no algo mas, cuando comprobó que solo era un desmayo, la cargo para llevársela.
Dejo a los tipos tirados en el bosque y se dirigió a su mansión, la había comprado hacia tan solo un mes y no había arreglado nada a excepción de su cuarto, le había costado mucho salir adelante solo, pero no podía quedarse en su casa, después de todo, nunca seria lo que sus padres querían que fuera, nunca llegaría a tanto.
¿Quién eres pequeña pelirroja? Me eres tan familiar – decía mientras la recostaba en su cama- ¿por qué me habré soñado contigo?-
Le quito los zapatos con su varita y penso en quitarle esa ropa, ya que estaba mojada y sucia de tierra y la blusa ya estaba rota, pero tal vez ella no estaría de acuerdo en eso, bueno de todos modos se las quitaría, le podía dar gripe, además de ensuciarle mucho la cama, su cama y a eso se agregaba que él quería quitársela. Utilizo su varita para quitarle la ropa y le dejo los interiores, tampoco a la iba a dejar desnuda, la observo y le pareció el cuerpo más bello que había visto, se quedo observándola por un largo tiempo, era perfecta, demasiado perfecta, ya no podía seguir mirándola o no iba a poder resistir la tentación de tocarla, le coloco una camisa con su varita, y la arropo bien.
-¡Ja! Si mi padre me viera le daría un ataque de vergüenza.- dijo para si- bueno pelirroja no se si estarás de acuerdo en que yo me acueste a dormir contigo, pero esta es mi cama y no pienso dormir en el piso para dejártela a ti, ya suficientes obras buenas he hecho en un solo día- decía mientras se quitaba la túnica y los zapatos quedándose solo con un pantalón corto- bueno a dormir- dicho esto se acostó al lado de la pelirroja.
Eran casi las tres de la mañana cuando se quedo dormido se paso toda la noche soñando con la mujer que tenia al lado era muy linda y sentía que la conocía, pero ¿de donde?
A la mañana siguiente se despertó un poco tarde, pero la chica seguía durmiendo, se veía tan linda dormida ¿cómo reaccionaria si me ve aquí acostado con ella? Con ese pensamiento se quedo ahí a esperar que se levantara. A los 10 minutos la pelirroja se movió y el cerro los ojos, como se iba a divertir.
-¿Dónde estoy?- pregunto en voz baja aparentemente a ella misma y se sentó, sintió como algo se movía a su lado y la abrazaba- ¡¡¡ahhhhh!!!- grito y dio un brinco de la cama y se pego a la pared.
-¿que te pasa pequeña? ¿te asuste? – le pregunto el con una sonrisa burlona. Ella no decía nada, se miro la ropa que tenia y se sonrojo.
-¿Qué...que me hiciste? –dijo buscando la puerta, pero cuando iba hacia ella, el se paro de la cama, tomo su varita y se puso en medio de ella y la puerta.
¿Adónde crees que vas pequeña? ¿Será que te quieres ir por esa puerta? ¡Fermaportus! – exclamo sellando la puerta- ¿no me digas que me tienes miedo?- dijo acercándose a ella.
¿Que quieres? ¿Que quieres de mí?- decía alejándose de el, visiblemente asustada.
Bueno bella, no se si notaste que tienes mi camisa y antes de irte debes devolvérmela - le dijo acariciándola con la varita-, además ayer te salve la vida, prácticamente, y no acostumbro a hacer cosas sin esperar una buena recompensa.
¿Que me salvaste?- le contesto mirándolo a la cara- ¿eras tu?- estaba muy asustada, sentía que la sacaron de un problema y la metieron en otro y no querría ni pensar en lo que este tipo le había hecho, pero algo en él le resultaba muy familiar, ¿de donde lo conocía? ¡Claro! Él era, era ¡Malfoy! ¡Draco Malfoy!
Si era yo. Y tienes que agradecerme que haiga ido para ya y te ayudara pequeña.
¿Draco Malfoy?- le pregunto la pelirroja. Esto lo desconcertó ¿lo conocía? Pero de donde, le resultaba conocida pero...
¿De donde me conoces? ¿quien eres?- le pregunto en tono brusco.
¿No me reconoces? Siempre dijiste que los Weasley éramos reconocibles con este cabello rojo y todas esas pecas - le dijo mostrándole el cabello y las pecas, que el hasta ahora, no había notado
¿Eres la hermanita de Ronald Weasley? No...no lo puedo creer- exclamo un poco aturdido por la sorpresa, había cambiado mucho, estaba mucho más bonita que como la recordaba, en Hogwarts la había observado y le había parecido atractiva pero sin exagerar, ahora estaba increíblemente bella.
Déjame ir Malfoy, por favor- le pidió Ginny sacándolo de sus pensamientos.
¿Que te deje ir? Jajaja. Pero por supuesto que no y ahora menos no sabes lo feliz que me hace tener aquí a la hermana de mi querido enemigo Ron, Tal vez te hubiese convenido mas que no me hubieras dicho quien eras, Weasley- le dijo en tono frío y burlón- me la voy a pasar muy bien contigo
Nota de la autora: ¡hola! Este es mi primer fics, espero que les halla gustado, a mí me gusto mucho y plissssss dejen reviews diciéndome que les pareció y si vale la pena continuarlo.
