Mi primer drabble. Espero que les agrade.
Los personajes pertenecen a Katsura Hoshino.
LO MÁS PRECIADO.
«¿Por qué aún guardas esa carta?»
Volvió a abrir los ojos, con esa frase resonando en su mente de forma indeleble. No había momento en que no lo viese, en que no recordase su voz y su mirada de niño. En que su conciencia no reprodujese aquellas escenas que Timcanpy le había mostrado antes de dejar atrás a Allen.
Si tan sólo hubiese sido más rápido. Si hubiese estado ahí con él.
Las furtivas emociones que surgían en el interior de Lavi comenzaban a salir de su control y eso no hacía más que turbarlo, aún más. El no poder sacar al albino de su cabeza a pesar de lo mucho que intentase no pensar en él. Eso no era de un digno sucesor de Bookman. Debía dejar de pensar y de sentir. Sin embargo, ahí estaba nuevamente, sosteniendo aquel as de pica, siendo éste la única cosa que había quedado de Allen antes de que desapareciese.
El corazón volvió a encogérsele mientras algo parecido a lava recorría sus venas, sumergiéndolo en un sentimiento doloroso e ígneo que le llenaba de una ira desmesurada mientras su conciencia continuaba evocando aquellos recuerdos: de Allen siendo lastimado hasta el borde de la muerte, su Inocencia transformada en nada más que polvo.
Golpeó la pared con el puño, haciendo que sus nudillos sangrasen, nuevamente.
No podía contener esas emociones dentro de él, aquellas que intentaba ocultar desesperadamente. Sumergirlas en lo más hondo dentro de él hasta hacerlas desvanecer. Convertir aquellos sentimientos en tinta, como todo lo demás. Tinta que sólo serviría para registrar la parte oculta de la historia.
Lavi no quería darse cuenta.
No, él lo sabía y por eso mismo desviaba la mirada en un intento de huir de aquellos sentimientos. Pero no podía con esa rabia, con ese imperioso deseo de querer tomar su propio camino en busca del joven exorcista al que habían dejado atrás, en China. Poder acabar con esa incertidumbre de saber si éste seguía o no con vida, y así poder exterminar de una vez ese anhelo que tenía de querer ver a Allen e incluso de abrazarlo.
Pero si pudiese protegerlo de todo. Que nadie siquiera osase pensar en lastimarlo.
Pero ya era demasiado tarde. Allen no estaba. Desde un principio había estado luchando por sí solo, avanzando con una pesada carga que sólo él era capaz de ver; siempre sonriendo en un intento de mantener despistados a los de su alrededor. Ni siquiera Lavi había sido capaz de ver a través de esa máscara; de ayudarle, de cuidarle.
¿Pero por qué Lavi deseaba tanto cuidar de él? Era ilógico. Peligroso.
Aquellos sentimientos tan humanos eran peligrosos para quien sería Bookman algún día, quien hasta entonces jamás había deseado poseer tanto a otra persona. Aquella que parecía ser absorbida por la oscuridad con tortuosa parsimonia.
E insistentemente, esa dulce voz continuaba hablando en su mente, haciéndole la misma pregunta una y otra vez…
«Lavi, ¿por qué aún guardas esa carta, como si fuese lo más preciado para ti?»
