Disclaimer: Los personajes y Tokyo Ghoul son toditos del Sui Ishida.

Reto del foro: Recuerdos, drabble.


El guardián

(De la inocencia y los recuerdos)


–Hermana mayor, ¿qué es esto? –

Hinami le miraba con una caja entre manos desde la sala. Al ver la caja un mohín de disgusto hizo presencia en sus facciones.

Creía haberla tirado.

–Tiene muchas cosas… ¡y mira! – exclamó sacando un desgastado abrigo morado –¡Qué lindo es! –

Hizo una mueca con evidente desagrado; se le ocurrían varios adjetivos para calificarlo, pero lindo no era uno de ellos.

–Hay ropa, libros y… ¡vaya! –

Un puñetazo al estómago habría sido menos doloroso.

De entre la caja un muñeco de trapo le miraba con su único ojo de botón –¡Es tan lindo! ¿Es tuyo hermana mayor? –

"El será tu protector, mientras lo tengas a tu lado yo siempre estaré contigo"

Observó las orejas roídas de los bordes, la imperturbable mancha de café en la pata izquierda, y los hilos sueltos del botón caído. Esa cosa vieja… creía haberla perdido entre días de hambruna y escapadas nocturnas.

–No –

La leyenda de la caja rezaba: Cosas de Touka. En algún lugar entre cuentos de hadas y despedidas improvisadas su inocencia yacía enterrada, vigilada por el guardián de la caja.

Se acercó hasta tomarlo entre sus manos, viéndolo de cerca podía notar la irregularidad de aquellos lugares remendados con parches de tela desiguales. Era imperfecto y con cicatrices de batalla, pero había sido su compañero de noches turbias. El centinela de sus sueños.

–Es de Ayato –

–¿Enserio? – sonrió con incredulidad –No se ve como el tipo al que le gusten los muñecos de trapo –

"Yo no quiero un conejo estúpido, ¡yo quiero a papá!"

Sonrío de la ironía. Ayato era el chico rudo e imperturbable, pero de alguna manera había elegido como ella una máscara de conejo a juego con el viejo muñeco. Negra para convencerse que era la antítesis de la heroína (si es que podía llamarse así misma así).

–Sí bueno, eso fue hace mucho tiempo –

Hinami le dedicó una sonrisa, pues conocía el significado y peso de esas palabras.

–¿Y entonces que quieres que haga con ella hermana mayor? –

Contempló el contenido de la vieja caja de cartón; se deshacía por los bordes, y en su interior únicamente había harapos y zapatos que ya no le quedaban. Touka no se consideraba una persona nostálgica. No había mucho que quisiera recordar, así que se negaba a guardar basura sentimental. Lanzó el conejo a la pila de objetos.

–Tírala –

La pequeña la miró con grandes ojos –¿Qué? – reclamó –¡No, no puedes! –

Una mirada fulminante le bastaba para hacerla desistir.

–Bien – aceptó derrotada –pero tú hazlo – se despidió, dedicándole una sonrisa muy sabelotodo.

Pues ambas sabían.

Pero no quería darle el gusto, así que tomó a la caja y al muñeco.

Estaba segura que si había algo como la culpa echando raíces en su corazón seguramente diría:

"Touka, tú eres la mayor, así que cuida de tu hermano"

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Entre sollozos algo parecido a una disculpa escapó de sus labios.


Notita:

Y bueee... este es mi headcanon sobre los orígenes de la máscara de Touka. Yo creo que de ahí nace su amor por los conejos y nadie me puede convencer de lo contrario :I!

Pd. creo que me han convencido de hacer la segunda parte de: Aquello que nos callamos

-S.