Los personajes de esta serie le pertenecen a Alex Hirsch y solo los uso para fines de este fanfic.
Este verano fue aterrador. Monstruos, demonios, maldiciones, criaturas sin nombre, aventuras solo preparadas para los más valientes, vaya, cosas que un par de chicos de 12 años no deberían haber pasado; pero, y si no las hubieran pasado, ¿qué sería de sus vidas? ¿Cómo de diferentes habrían sido las cosas si ellos jamás hubieran tenido la fortuna/infortunio de haber ido a ese lugar, en ese verano?, o, lo que es más, que nada de eso jamás hubiera existido.
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El día apenas empezaba, los pajarillos afuera de la casa cantaban sin cesar, lo cual hacía de buen reloj para el chico que aún dormía en su cama. Esperaba poder dormir un poco más, pero esa bohemia de cánticos afuera le impedía volver a su profundo sueño, y rendido, se levantó con pereza. Se frotó los ojos y miró al otro lado de la habitación; se llenó de celos al ver que ella aún dormía plácidamente, abrazando un muñeco de felpa.
- "Vaya, ya tiene 16 y aún sigue siendo una niña mimada"- pensó el chico peinándose con la mano su castaño cabello, entonces, se levantó, se estiró un poco, y se acercó a la cama de ella, despacio para no despertarla, aunque al final iba a terminar haciéndolo-. Mabel, despierta, ya es hora de levantarse- le dijo con voz apenas audible, moviéndola lentamente.
- Cinco minutos más- musito entre sueños la chica, poniendo cara de fastidio-. Son vacaciones, no tenemos que ir a la escuela.
- Pero eso no quiere decir que debas dormir todo el día- le regaño aún en voz baja Diper, quitando lentamente la sábana que cubría a su hermana.
Cuando quitó gran parte de la sábana de ella, le dio un vuelco al corazón. Él ya había hablado con ella del asunto, pero ella siempre salía con el hecho de que eran hermanos; vio a su hermana que apenas vestía una blusa de tirantes y su ropa interior blanca, pero nada más. Estaba ahí indefensa, con la mayor parte de su cuerpo expuesto.
Diper se quedó inmóvil un largo rato, sin saber qué hacer, y completamente ruborizado. Ella, vencida, se despertó lentamente; se estiró, resaltando su figura, haciendo evidente que ella ya no era una pequeña e inocente niñita, sino más bien que ya era toda una mujer, aunque para Diper aún seguía siendo una inocente, ya que aunque era su hermano, era un hombre, y no podía estar actuando así de relajada estando él cerca.
Mabel abrió los ojos y miró a su anonadado hermano gemelo, pero, lejos de sentirse apenada, muy conforme a su carácter burlón, haciéndole siempre la vida difícil a él, decidió aprovecharse un poco.
- ¿Qué andas viendo, eh?- le dijo con una mirada claramente lasciva-. Eres un pervertido, vaya, ya eres todo un hombre.
- No juegues así, tonta- la regañó subiendo un poco de tono, pero estaba claramente nervioso y dio un paso atrás.
- Vamos, eres un hombre, es normal que te sientas atraído- agregó poniéndose de rodillas en su cama, inclinando levemente su cuerpo, a posta, para dejar que él viera-. Y vaya que me hace sentir halagada que me veas de esa forma- agregó guiñándole un ojo.
Antes de que esa "táctica" malvada de su hermana empezara, Diper ya habría sospechado lo que vio. Ella tampoco tenía nada debajo de su blusa, y él podía ver con todo detalle todo su cuerpo. Entonces, de la nada despertó, y recordó que todo aquello era parte de su obra. Se dio vuelta con los puños cerrados, tratando de calmarse poco a poco.
- ¡No hagas esas cosas, ya no eres una niña!- dijo molesto, tratando de calmar su voz para no tartamudear.
Mabel solo pudo reír a carcajadas, y se levantó de su cama.
- Vaya no hay nada mejor que una carcajada por la mañana... Gracias Dip, nunca cambies- agregó esto último levantándose de la cama-. Venga, no te enojes, era solo una broma.
-No es gracioso- se quejó Diper relajando los puños, pero su corazón aún no volvía a su ritmo normal.
Tenía que ordenarse. Ese día había empezado mal para él, y debía hacer algo para relajarse.
- Me iré a duchar, no quiero que te acabes el agua caliente como de costumbre.
Diper tomó una toalla y salió casi corriendo de ahí. Un buen baño le ayudaría a calmarse y a reordenar sus pensamientos.
Entró en el baño, se desvistió y dejó el agua correr. Aquello era lo que necesitaba; se sentía mal al haber pasado eso, ¿Cómo podía haberse puesto de esa manera con ella?, eran hermanos, y gemelos, era como sentirse atraído por sí mismo (aunque esa idea no se le hacía ni por asomo lo mismo que acababa de vivir). Estaba tan ensimismado en sus pensamientos, que no escuchó la puerta del baño abrirse y que ahora no estaba solo en ese baño; muy tarde se dio cuenta que Mabel estaba ahí, y además, con una toalla.
- ¡¿Qué haces aquí?!- exclamó Diper tapándose con la cortina de baño, cosa inútil ya que esta era semi-transparente.
- Oye, yo también quiero agua caliente- lo regañó dándose vuelta, y se fue despojando de sus únicas dos prendas de ropa.
¿Cómo había podido? Lo tenía completamente acorralado, era imposible escapar. Eso era peor que maldad al azar, eso debía ser la planeación de un villano de película de Hollywood.
- Si te molesta puedes irte- le dijo sin darle mucha importancia a ello, a juzgar su tono de voz, pero, eso daba igual, al final ambos estarían desnudos uno en frente del otro.
- "Por dios como si fuera la primera vez que nos bañamos juntos"- se dijo a sí mismo con calma, pero él mismo se contradijo con aprensión-. "Esto no está bien, ya no somos un par de niños, ya somos dos adolescentes, y ella ya está muy bien desarrollada... bueno, debe tenerme mucha confianza por hacer esto de esta manera, debe creer en mí, pero dios, es tan difícil".
De pronto escuchó que la mano de Mabel abría la cortina; ya era demasiado tarde para huir. De nuevo su mente lo había traicionado, de varias maneras, y ahora no podía hacer nada. Se giró hacia la pared y se decidió a no voltear por nada del mundo, dejando que el agua de la regadera le obstruyera la vista.
Sintió a sus pies el agua de la tina, y con ello la presión de la regadera bajó hasta ser un leve chorro. Sabía que discutir por ello significaría tener que darse la vuelta, por lo que se contuvo, cerró su llave, y enjabonó su cabello.
- Pareces niño regañado ahí parado con la vista a la pared- le dijo burlonamente Mabel, que a juzgar por el movimiento del agua, se había sentado en la tina, y cerró su llave también.
- Es tu culpa- musitó por lo bajo Diper, tratando de no alargar la plática, quería salir de ahí lo más rápido posible.
- Vamos, no me digas que sigues enojado por la broma de esta mañana- dijo Mabel, y Diper sintió como con la punta del dedo de su pie subía por su pantorrilla.
- No hagas eso- ordenó Diper con molestia.
- No tiene nada de malo, tampoco es la primera vez que nos bañamos juntos.
- Pero ya no somos niños- objetó Diper casi girándose.
- Yo sé que no lo somos- afirmó Mabel ahora más seria.
Su voz se oía muy cerca; no sintió en qué momento ella se puso de pie, pero ahora la sentía a unos palmos de él.
- Entonces no actúes como tal- objetó Diper de nuevo abriendo la llave de la regadera para lavarse el cabello, entonces, sintió un abrazo que le dio un vuelco al corazón.
Él quiso escapar, pero ella lo tenía agarrado con tal fuerza que, para su pesar, pudo sentir con toda sutileza el bien formado cuerpo de su hermana, pegándose a su espalda.
- Si estuviera actuando como una niña, lo haría de otra forma- le dijo con una voz calmada, a su oído-. No sé, quizá estaría arrojándote agua, o haciendo peinados raros con tu pelo, pero, todo este tiempo he esperado a que voltearas a verme.
- ¿Qué estás pensando, esto no...?- pero ella lo detuvo poniendo a tientas un dedo en sus labios.
- Solo déjame fingir por un instante, al menos por este baño, que esto sí es posible- ahora la nerviosa era ella, (Diper pudo sentirlo porque el dedo de ella temblaba en sus labios).
No lo podía creer, ¡¿Qué le estaba pidiendo?! Bueno, él no era tan inocente como para no darse cuenta de las intenciones de ella, pero, eso no era posible, eso era inaudito, innombrable, no podía ser verdad.
- "Pero si no eres tú, quién te asegura que alguien la tratará como se merece"- se dijo a sí mismo con una mezcla de nerviosismo y celos-. "No, no puedo estar pensando esto, ella es mi hermana, hemos crecido juntos toda nuestra vida, pero, es por eso que estaría bien, pero de verdad está mal... ella me está esperando, pero no puedo hacerlo, pero, ¿por qué no?, porque eso no está bien, solo por eso no, pero, y si..."
- Piensas demasiado Dip- dijo con pesimismo Mabel dándole un beso en la espalda y susurrándole-. Si quieres salir, solo hazlo, no te recriminaré nada, pero, no te has ido, ¿o sí?
Y de nuevo aquella facilidad para hacerlo caer, ¿cómo lo hacía? Se suponía que él era el más listo, ella tenía varios atributos (no hablando explícitamente de los físicos) que siempre lo hacían caer en un limbo donde sus ideas no servían, y donde al final ella terminaba ganando.
Lentamente el chico se dio vuelta aún con nervios, pero al ver la mirada de su hermana, algo dentro de él cambió. Sabía que al haber hecho eso, ya no había vuelta atrás y que nada volvería a ser como antes a partir de ese día.
- Buen chico- agregó Mabel con una sonrisa.
Entonces, ambos quedaron en silencio, viéndose fijamente... en el fondo, ambos sabían que iban a hacer a continuación.
(Avance: 23-18-11-22-9 24-12-24-18-13-26 14-6-2 25-18-22-13),
Mensaje secreto:
34 (1-12)
104 (16-1-3-9´-6-9-3-1.)
54 (16-18-5-16-1-18-1-20-15-18-9-1,)
66 (16-18-15-16-9-15)
NOTA: Los avances son en código Atbash y Letter-Number, y el mensaje secreto está en Letter-Number solamente (El primero número es la posición de esa palabra entre paréntesis). Además que el título del capítulo está en Atbash.
El código secreto es un epilogo corto de la historia.
