Tirita
(Drable)
Ryosaku
II Premio
Del concurso creado por Ponta Pair - castellano (facebook)
"Crea tu diálogo para la imagen"
Para:
Jackilyn
—Auch.
Los dorados ojos se levantaron para posarlos sobre los de la chica. Sakuno enrojeció y se mordió el labio inferior. Vale. Era una tonta por quejarse cuando él podría estar peor. Pero es que realmente le dolía. Aunque fuera una pequeñez miserable de herida.
Las heridas en los hombros de Ryoma eran más como latigazos y debían de doler terriblemente. Sin embargo, él no había abierto la boca una sola vez cuando le había curado.
—Paciencia.
Miró hacia él con inocencia. ¿Paciencia? Bueno, él había tenido mucha. ¿Por qué no ella?
Miró hacia su rodilla raspada. La sangre había dejado de manar y ahora solo quedaba lo que sería una futura costra antes de curarse. Tendría que sentir vergüenza, completamente. Pero por otro lado, su cuerpo se fijó repentinamente en que unas masculinas manos rozaban su piel. Que presionaban sobre un suave algodón para limpiar y desinfectar. Que el aliento del chico le golpeaba la piel y que pese a todo, ella tenía unas tremendas ganas de enterrar sus dedos en los cabellos masculinos.
Lo habría hecho si él no se hubiera apartado, inconsciente, para cerrar el botiquín.
Sakuno fingió estirarse cuando él la miró y enarcó una ceja. Ella le sonrió y se llevó los dedos hasta su propio cabello.
—Gracias, Ryoma-kun.
—Hn.
El chico cabeceó y se incorporó. Movió los hombros con deseos de aliviarse las molestias de la caída y mentalmente, se vio insultándose a sí misma. Había sido su torpeza lo que los llevó a tener que cesar los entrenamientos y, por supuesto, la causa de que ambos estuvieran heridos. Sin tan solo hubiera visto aquella piedra antes de pisar…
No le habría arrastrado la mitad de la ladera ni le hubiera usado como tabla de surf para amortiguar su caída. Claro que ella no estaba del todo segura si realmente le había arrastrado, o por el contrario, él se había enganchado a ella de alguna forma y había servido de escudo. De ahí que solo tuviera una pequeña tirita en la rodilla.
Se pasó los dedos por encima de la susodicha y sonrió.
Esperaba, aunque fuera feo que una chica lo pensara, que quedara una pequeña cicatriz en su rodilla. Si en el futuro aquella tirita terminaba sus días. Si la herida cicatrizaba y dejaba una pequeña marca, estaba segura de que podría sonreír con melancolía y mirar hacia la espalda del hombre en el que él se convertiría.
Claro que… todos esos pensamientos eran un secreto.
Por ahora, ella tenía que encargarse de algo más.
Cogió una de las tiritas que habían caído al suelo y la abrió. Se acercó a él con la parte pegajosa hacia dentro y se puso de puntillas hasta que sus dedos rozaron la mejilla masculina. Ryoma parpadeó y se inclinó ligeramente para permitir que la tirita cubriera la última de sus heridas.
Sakuno sonrió.
—Gracias por tener tanta paciencia conmigo.
Y tras posar gentilmente sus labios sobre los contrarios, salió.
Ryoma se quedó estático, tocándose la mejilla con la tirita todavía caliente, pero no más, que aquel gesto en sus labios.
Bien. Estaba completamente dispuesto a volver a interponerse entre ella y el suelo. Las recompensas eran más que unas tiritas cubriéndole el cuerpo.
N/A
Bien. Con este drable finalmente termino los premios del concurso que me faltaban para entregar.
¡Ya pronto más concursos!
