Sus dedos se paseaban por las teclas del piano sin esfuerzo, la melodía era dulce y delicada, sólo un alma enamorada podría ser capaz de lograr una interpretación tan excelsa, la intérprete tenía los ojos cerrados, su entrecejo algo fruncido a causa de la concentración, pero una sonrisa se esbozaba en sus labios y sintió que alguien se sentaba en el banquillo junto a ella. –Es muy hermosa…- Comentó la persona a su lado, sonrió ampliamente y continúo tocando, faltaba poco para llegar al final y deseaba que ella la escuchara completa, la había escrito por y para ella, como todas sus canciones desde que la había conocido.
Sus largos dedos llegaron a la nota final de la melodía y por fin abrió los ojos para observar a su acompañante, necesitaba mirarla para descubrir si le había gustado, una joven morena la admiraba con los ojos vidriosos, señal de que estaba conteniendo las lágrimas, acarició su mejilla y ella le sonrió. –Es hermosa mi amor – dijo antes de eliminar el espacio que las separaba y rozar sus labios con los de ella lentamente, en un beso tierno y delicado. Habían pasado 10 años desde que se conocieron en el instituto, cada una tenía ya su carrera consolidada, la morena era una famosa estrella de musicales en Broadway, era reconocida a nivel mundial por su talento y su belleza, Rachel Berry es su nombre. Nuestra pianista, es nada más y nada menos que Quinn Fabray, la hermosa rubia capitana de las porristas que ahora es una fotógrafa de renombre internacional y en sus tiempos libres compone canciones inspiradas en su morena. Se preguntaran, ¿cómo llegaron a unir sus vidas? Eso es mis queridos lectores lo que aquí descubriremos.
New York – 15 de Noviembre del 2012
-¡Esto no puede ser posible! En verdad la detesto- Una morena enfundada en un leotardo negro caminaba por los pasillos de reconocida universidad presa de una furia que le recorría el cuerpo. Su maestra de danza una vez más le había hecho quedar en ridículo en la clase y no entendía porque se empeñaba en dificultarle tanto la vida. Decidida entró al sanitario de damas y se refugió en un cubículo, no tenía ánimos de cruzarse con nadie y necesitaba tranquilizarse si quería prestar atención a su siguiente clase. De repente su celular empezó a vibrar, señal de que un mensaje había sido recibido, lo buscó dentro de su bolso y sonrió al ver el nombre que aparecía en la pantalla "Quinn F."
Hola! Este será mi primer intento de una historia larga, espero que lo que aquí plasmo vaya siendo de su agrado y de esa manera se animen a dejar comentarios, y si no es así, también se aceptan sus sugerencias, uno aprende de las criticas. No está demás decir que GLEE ni sus personajes me pertenecen, la historia forma parte de mis locuras. Gracias por leer. Un saludo!
