N/A: Aquí estoy de nuevo con una nueva historia como bien prometí. No os podéis quejar porque ni siquiera os ha dado tiempo a echarme de menos. En cuanto a este fic, no guarda relación con Lo que pasa en Las Vegas ni Mientras pasan las horas; es totalmente independiente y durará entre diez y doce capítulos.
Aviso de que es puramente un caso, aunque tiene momentos de humor que se que os van a gustar, misterio y veréis a nuestros chicos pasando miedo en más de una ocasión. En cuanto a parejas, ya veré que hago, aunque este no es un fic romántico como tal si habrá momentos... Dicho esto os hago un breve resumen para que os situéis:
Lugar: Redsboro, Pensilvania.
Crímenes: Familia Allen, los padres y dos niñas. Familia Baker, los padres y su hijo adolescente.
Modus operandi: Usa arma blanca. Acuchilla y corta el cuello de sus víctimas.
Jefe al cargo: Sheriff Turing.
DISCLAIMER: Los personajes de Mentes Criminales no me pertenecen, son propiedad de sus creadores y CBS.
"El miedo es como el fuego; si lo controlas te calentará y te mantendrá vivo, pero si te controla a ti te quemará y destruirá..." Sylvester Stallone
Capítulo 1: Redsboro
La oficina estaba tranquila. Desde que Morgan tenía su despacho propio era menos usual verle haciendo de las suyas con Reid y Prentiss. Eso no quería decir que no se hiciesen bromas o molestara a sus compañeros, pero al menos esos casos eran más aislados que antes.
Cuando Hotch volvió de su reunión con Strauss y un nuevo caso debajo del brazo sus subordinados simplemente trabajaban tranquilamente, con unas pequeñas pilas de informes sobre sus mesas. Vio como Reid bebía de su vaso de café y Prentiss se estiraba. Una suave sonrisa se dibujó en su rostro al pensar en todos los dólares que se iban a la semana por el consumo de café del Doctor Reid.
-Chicos, tenemos un caso. –Les avisó. Ambos se levantaron inmediatamente y fueron a la sala de juntas. Llamó a la puerta del despacho de Dave, que hablaba por teléfono y le hizo un gesto para que aguardara un momento.
-Sí, ya lo sé, solo dile que como vuelva a encontrarme un mapache en la depuradora de la piscina porque él no ha sabido cerrar un estúpido candado tendrá serios problemas. –Acto seguido colgó. –¿Sabías que hay mapaches en DC? –Hotch negó divertido.
-¿Tu mansión te empieza a dar problemas?
-Quien me da problemas es el nuevo jardinero. ¿Caso nuevo? –Preguntó reparando en los informes que llevaba bajo el brazo.
-Sí.
-Solo dime que no es en Los Angeles. –Podía notar algo de temor en su tono.
-Pensilvania. –Dave sonrió levantándose.
-Eso está mejor.
Ambos fueron directos a la sala de conferencias, donde ya les esperaba el resto del equipo.
-Strauss nos acaba de dar un caso.
-¿Directamente? –Preguntó JJ con un gesto de confusión. Lo normal era que los casos le llegaran a ella y los presentara.
-Por lo visto conoce al sheriff del pueblo y contactó con ella personalmente. –Explicó repartiendo las carpetas con la información a cada uno. –Redsboro, Pensilvania.
-¿Tú no eres de Pensilvania? –Preguntó Dave mirando a JJ.
-Sí, de hecho lo conozco de oídas, pero pilla más al norte de donde yo crecí. Dicen que es precioso y está embrujado. –Dijo como si estuviera contando una historia de miedo.
-Lo que faltaba… -Se quejó el más mayor. –Por si no tenemos suficiente con un asesino en serie también cuentos de fantasmas… -Compartió una mirada cómplice con Prentiss.
-Tranquilo, David. Si te da miedo siempre puedes dormir con Morgan.
-Redsboro es un pueblo pequeño y tranquilo. En tan solo una semana ha habido dos series de asesinatos. Los Allen: el padre, Harold, degollado mientras dormía; La madre, Debra, con dos puñaladas en el torso. –Todos miraron las fotos.
-Por la sangre que tiene en la cara, parece como si el SUDES la hubiera tapado la boca para que no gritara. –Señaló Morgan.
-Sus dos hijas fueron encontradas en el piso inferior. La pequeña de 9 años murió a causa de un golpe contundente con el atizador de la chimenea y la mayor de 14 fue apuñalada con el propio atizador.
-¿Hay signos de abusos? –Hotch negó.
-Anteayer fueron encontrados los cuerpos de los Baker. El padre, Franklin, también en la cama, con tres puñaladas en el pecho y la madre, Carol, degollada.
-Intentó huir, pero el SUDES la agarró por detrás y la mató. –Apuntó Reid al ver el cuerpo de la mujer cerca de la puerta del dormitorio.
-Su hijo Josh, de 15 años, fue encontrado en el pasillo con 18 puñaladas y signos de forcejeo. –En su rostro se podían ver varios cortes.
-¿18 puñaladas? –Cuestionó JJ.
-Se ensañó.
-Sí, pero eso no encaja. ¿Por qué con el chico si se ensaña?
-Quizás porque intentó luchar. –Opinó Morgan.
-¿Hay alguna relación entre las dos familias? –Preguntó Prentiss.
-Toda la relación posible que puede haber entre dos familias en un pueblo pequeño. Los chicos iban al mismo instituto, vivían en la misma zona y tenían el mismo nivel socioeconómico. Los trabajos de los padres no están conectados. Harold trabajaba en una fábrica y Franklin era fontanero. Debra Allen era enfermera y Carol Baker ama de casa. –Explicó Hotch leyendo el informe. –Seguimos en el avión que sale en 20 minutos.
Todos fueron directos al aeropuerto y tomaron asiento en el jet.
-La única conexión que veo es que son familias totalmente normales y que viven en un pueblecito. –Decía Rossi. Hotch encendió el portátil para hablar con García.
-Hola preciosa. –Saludó Morgan.
-Hola encanto. ¿Necesitas mis poderosas manos? –Preguntó con picardía.
-Siempre las necesito. –Emily y JJ sonrieron divertidas.
-García, ¿Puedes decirnos si alguna de las víctimas se había metido en problemas recientemente?
-Ahora mismo, distinguido señor. –Empezó a teclear en su ordenador.
-Ummm… veamos… Josh sacaba buenas notas y no se metía en líos. Con Susan pasaba lo mismo. Espera, aquí hay algo… Carol Richards había denunciado a su jefe, Richard Munroe, por acoso laboral. El juicio estaba previsto para dentro de tres meses.
-No creo que se haya dedicado a matar por una denuncia. Sería el primer sospechoso, de todas maneras investígalo. ¿Algo más?
-Nada.
-Busca en sus cuentas por si hubiera algo e investiga si alguien del pueblo tenía algo en contra de ellos.
-Eso haré señor, que tengáis buen viaje.
-Gracias García. –Contestó Emily a la vez que ella se desconectaba.
-Cuando lleguemos, Dave y Reid a la primera escena del crimen, Prentiss y Morgan a la segunda. JJ y yo iremos al forense y nos reuniremos con los familiares de las víctimas. –Todos asintieron.
PUEBLO DE REDSBORO, PENSILVANIA
Cuando la Unidad llegó a Redsboro vieron que se encontraba a las orillas de un lago, rodeado por inmensos bosques y grandes colinas plagadas por multitud de ovejas. En el horizonte se avistaban montañas más escarpadas, cuyas cumbres estaban ligeramente nevadas. La estampa era preciosa, sin embargo la niebla le daba un aspecto tenebroso. Los diferentes matices verdes de la vegetación contrastaban con las fachadas rojizas del pueblo. Lo primero que llamaba la atención desde el punto de vista urbanístico era la iglesia, con una enorme torre que sobresalía entre los demás edificios. Desde los coches pudieron comprobar como las campanas replicaban por todo el pueblo. Los edificios más altos se repartían por el centro, mientras que las pequeñas casas se distribuían en una zona residencial más apartada. Las dos calles principales convergían en una glorieta adornada por la escultura de un cazador con un perro labrador, que sostenía entre sus fauces el cadáver de un ave. El ayuntamiento se encontraba justo detrás, era un edificio pequeño pero elegante que parecía sacado de un cuento de Chaucer. Desde ahí se podían ver un viejo teatro y varios establecimientos, como una farmacia, un par de bares, un hostal, una librería y varios pequeños comercios.
Según les estaba contando Reid, Redsboro tenía 4.049 habitantes. Ahora siete menos. Antiguamente era un pueblo dedicado a la minería, ahora su industria se basaba en el textil, la agricultura, la caza y la pesca.
No tardaron en recorrer el pueblo y llegar a la pequeña comisaría local. Un joven delgado y pelirrojo les esperaba fuera y al verles se acercó a ellos.
-Hola, soy el ayudante del Sheriff, Danniel Guildford, pero pueden llamarme Danny, aquí todo el mundo lo hace. –Anunció estrechando con entusiasmo la mano de cada uno de ellos. –Pasen por aquí, el Sheriff les está esperando. ¿Qué tal el viaje? ¿Ha sido largo? ¿Se han perdido? –Empezó a preguntar. Rossi y Morgan se miraron divertidos mientras JJ respondía amablemente a sus preguntas.
Al pasar a la comisaría los pocos agentes que había se les quedaron mirando. Un hombre de mediana edad, alto y de cabello oscuro, con aspecto autoritario se acercó a ellos.
-Señor, ya han llegado.
-Ya lo veo Danny. Gracias. Soy el Sheriff Benjamin Turing. –Dijo estrechando con firmeza la mano de Hotch.
-Agente Hotchner. Le presento a nuestro enlace con los medios, Jennifer Jareau. –El hombre estrechó su mano también. –Los Agentes Especiales Rossi, Prenttis, Morgan y el Doctor Reid.
-Vaya, parece que tiene tu edad Danny. –Reid se movió incómodo cuando el chico le sonrió alegre. –Gracias por venir. Podrán alojarse en el hostal de la calle principal, creo que hay suficientes habitaciones disponibles para todos.
-Y si necesitan cualquier cosa díganmelo, que yo me encargaré de que se sientan como en Quantico. –Dijo Danny. JJ mostró su gratitud e informó al Sheriff de cómo procederían. Turing decidió ir con Prentiss y Morgan y mandó a Danny con Rossi y Reid.
CASA DE LOS BAKER, SEGUNDA ESCENA DEL CRIMEN
La casa de los Baker era una casa de aspecto bastante común y dos plantas.
-¿Sabe algo de la familia? –Preguntó Morgan pasando el cordón policial.
-Eran buena gente, una familia normal que no se merecía eso. –El Sheriff Turing parecía realmente afectado por el caso. –Espero pillar a ese malnacido y que el peso de la justicia caiga sobre él.
El piso de abajo estaba ordenado, tan solo figuraban las marcas que había hecho la policía científica para la investigación. Cuando llegaron arriba comprobaron la enorme mancha de sangre que había en el suelo.
-Aquí fue donde mató a Josh. –Le indicó a Prentiss que se acercó con cuidado. –Mi sobrina iba a su clase, era un buen chico.
-Se arrastró. Intentó luchar contra el SUDES y él le apuñaló por la espalda cuando intentó escapar. –Prentiss pasó al dormitorio. –Creo que oyó los gritos de su madre y corrió a ayudarla.
-Ella no pudo hacer nada por su marido y salió corriendo. –Dijo Morgan estando de acuerdo. Investigaron el resto de la habitación. Al acercarse a la cómoda algo llamó la atención de Prentiss.
-Hey Morgan. –El aludido se acercó. –Este marco está mirando hacia la ventana. –Era una foto de Josh sonriendo.
-¿Estaba así cuando llegaron? –Preguntó el moreno. El Sheriff frunció el ceño confuso.
-Solo hicimos fotografías y sacamos huellas. No tocamos nada que no fueran los cadáveres. ¿Qué importancia tiene?
-El resto de las fotografías, tanto en el piso de abajo como aquí, están perfectamente colocadas, sin embargo esta mira a la ventana. Puede que el SUDES la cogiera y la observara antes de matarles. –Explicó Emily.
-Puede ser una mera coincidencia.
-O puede que eso nos diga algo importante del SUDES. –Intervino Morgan.
-¿Siempre se basan en conjeturas? –Mientras que antes había sido desconfiado, ahora estaba hablando con altanería. Antes de que Morgan contestara, Prentiss se adelantó con frialdad sin prestarle mucha atención.
-A partir de lo que usted llama conjeturas elaboramos un perfil psicológico, sociológico y geográfico del criminal. Nos metemos en su mente y analizamos por qué lo ha hecho para atraparle.
-Y le atrapamos. –Aseguró Morgan saliendo tras su compañera y dejando al Sheriff en la habitación. -¿Sabes que eso se lo podría haber soltado yo, verdad? –Emily sonrió.
-Con todas las veces que cuestionan nuestro trabajo, me apetecía decirlo a mí esta vez. Pero si tanta ilusión te hace, la próxima te la dejo a ti.
En el próximo capítulo: Rossi y Reid descubren algo importante en la primera escena del crimen; Danny le cuenta al equipo que el pueblo está embrujado; y a uno de nuestros chicos le afectará más que al resto. ¿Quién será?
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