Hola queridos lectores y lectoras, como saben los personajes pertenecen a la grandiosa JK Rowling, pero obviamente quise darle un pequeño giro a la historia cumpliendo mi loca fantasía del Dramione jaja.
Ojalá sea de su agrado esta historia :D
Saludos!
MelissaNoemí.
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-Señora Weasley, aún falta media hora para la audiencia, ¿qué hace tan temprano por aquí? – un hombre de mediana edad se encontraba parado justo enfrente de la castaña, cuyo nombre era Benjamín y se encontraba a cargo de su divorcio.
-Grenger, mi apellido es Granger Benjamín. Y por si lo olvidaste trabajo aquí en el ministerio- contesto cortésmente la castaña. Para Hermione era evidente que Benjamín estaba del lado de Ron, es decir, creía que el divorcio era innecesario y apresurado, cosa que a ella le molestaba.
-Lo siento, no quise molestarla ni sonar descortés. La veré dentro de un rato, la dejo a solas para que piense; lo que está haciendo porque una vez tomada la decisión no habrá marcha atrás-
-Lo sé- y sin más la castaña siguió caminando rumbo a su oficina, aun tenia papeles que leer y autorizaciones que firmar.
Se sentó en su silla, cerró los ojos y recordó cómo es que estaba metida en aquel asunto…
*FlashBack*
Se encontraba en su nueva casita, sentada en el sofá esperando a que Ron llegara del trabajo. Tenía que decírselo. Ella sabía que ambos ya no se encontraban del todo a gusto y seguido peleaban por tonterías y bueno a decir verdad ella tenía el presentimiento de que la engañaba, puesto que la mayor parte del tiempo no llegaba a la casa o llegaba muy tarde y cuando quiso preguntarle a Harry si sabía algo, el simplemente dijo "ambos son mis amigos y no quiero perderlos". Ella lo interpreto como que el ojiverde lo sabía, pero no quería herirla. Hombres…
En ese instante Ron llego a casa, algo cansando y solo murmuró un "ya estoy en casa". De inmediato Hermione se armó de valor y comenzó a hablar.
-Ron necesito que hablemos de algo muy serio, por favor ven a sentarte conmigo- y de inmediato el pelirrojo volteo hacia donde estaba sentada su esposa. En silencio asintió, camino y se sentó frente a ella. Él la amaba, desde cuarto año lo supo cuando la vio entrar al gran salón del brazo de Krum; y sin embargo había sido un jodido cabrón con ella y ya era hora de hablar con la verdad, ella merecía saberlo.
-Ron tu sabes que las cosas entre nosotros no están funcionando. Todo el tiempo peleamos y bueno no es como en el colegio y no podemos seguir así…- al instante Ron la interrumpió.
-Hermione yo te amo, te eh amado desde hace años y la verdad es que el que falló fui yo- hizo una breve pausa el pelirrojo para darse valor ante lo que seguía -Hace meses, en una de esas veces en las que peleamos y me fui de la casa…yo… fui por un trago, estaba tan molesto por ese afán tuyo de querer seguir trabajando aun cuando con lo que gano yo es más que suficiente para poder llevar una vida cómoda. En fin, me encontré con Astoria Greengrass; estaba tan molesta porque Malfoy no le había querido comprar no sé qué cosa y bueno, los dos estábamos tan molestos que no sé en qué momento terminamos acostándonos en venganza de tuya y Malfoy- Ron no la miraba a los ojos pero Hermione sabía que estaba llorando, al igual que ella.
-Siempre lo supe…sabía que algo no estaba bien y mis sospechas me lo confirmaron cuando le pregunté a Harry si sabía y él se negó a contestarme alegando que no quería perderte ni a ti ni a mí- la castaña trataba de mantenerse serena y tranquila, simplemente quería quedar en los mejores términos posibles con Ron, después de todo era su amigo y no quería protagonizar un escándalo en su familia.
-No culpes a Harry, cuando él supo me dio la cagada de mi vida y finalmente el único culpable soy yo… soy un estúpido Hermione, no supe valorarte ni entenderte y todo por mi estúpido orgullo de mierda…- Hermione lo interrumpió -Shhh… Ron, no es del todo tu culpa, reconozco que a veces no suelo ser tan accesible para hablar- el pelirrojo retomo la palabra. -Yo entiendo si quieres separarte de mí, solo no olvides que te amo y que lo hare hasta el final de mi vida-
-Basta Ron, creo que, si realmente me hubieras amado lo suficiente, habrías respetado nuestro matrimonio al menos hasta estar separados completamente- contraataco a Ron, puesto que le dolía su traición a pesar de que ya la sospechaba, fue un golpe duro oírlo de sus propios labios, labios que le habían jurado amor eterno.
-No me va a alcanzar toda la vida para pedirte perdón Hermione y supongo que quieres que nos separemos ¿no es así? No te culpo, supongo que no quieres verme, me puedo ir de la casa y buscar cualquier otro lugar -
-De ninguna manera Ron, esta casa es de los dos, sería injusto que te fueras. Creo que por el momento es conveniente que cada uno duerma en habitaciones separadas y mientras podemos ir viendo cada uno algún apartamento o alguna cosa así. Yo no tengo problema con seguir viviendo unos días más contigo, ¿y tú? - pregunto la castaña.
-Sabes que no- contesto Ron. En ese instante comprendió que esa mujer que tenía frente a él era su vida y se sintió más basura de lo que ya se sentía.
-Ven, vamos a comer- lo animo la castaña al mismo tiempo que se limpiaba las lágrimas con la manga de su camisa. Sin más Ron acepto la invitación.
Por primera vez en algunas semanas por fin pudieron comer en paz, disfrutando el momento, disfrutándose el uno al otro como no lo habían hecho hacía mucho tiempo.
Los siguientes días que se convirtieron en semanas y las semanas que se convirtieron en meses las cosas marchaban bien, cada uno había logrado conseguir un apartamento, Hermione había conseguido uno en Londres muggle, por su parte, Ron se iba a Rumania con Charlie.
*Fin de flashback*
-Buenos días Hermione, ¿estas ocupada? - Una voz autoritaria la sacó de sus recuerdos, era nada más y nada menos que Draco Malfoy.
-Oh vamos Draco, pasa- lo invito la castaña. -Y cierra la puerta, odio que todos miren en nuestra dirección- acto seguido el chico rubio paso y cerró la puerta dejando a todos los que pasaban por ahí boquiabiertos; nadie imaginaba como es que la gran heroína de la batalla de Hogwarts, parte de trío dorado era amiga del ex mortifago.
- ¿Se lo dirás? - le pregunto sin rodeos. Hermione frunció el ceño -Ya te dije que no y por favor no insistas. ¿De cuándo acá te volviste tan moralista eh? -
-No seas idiota Hermione, tiene derecho a saberlo y muy probablemente toda la familia comadreja se te ira encima por ocultar una cosa así y en cuanto a lo otro… - no termino la frase porque ambos comenzaron a reír, como si fueran los grandes amigos.
-Honestamente Draco, no sé porque te sigo dirigiendo la palabra- rio aún más la ex Gryffindor. Y en ese instante cada uno de ellos recordó cómo comenzaron a llevar una relación cordial la cual se fue tornando en una amistad.
*Flashback*
Hermione Granger se encontraba en casa de sus padres mirando el periódico en la sección de anuncios, por más que a relación con Ron fuese mucho mejor ahora no podía seguir engañándose, cada uno debía tomar su propio camino, ella debía hacerlo tal cual lo había hecho Ron, puesto que hacía pocos días que había llegado una carta de parte de Charlie en la que le decía que era una excelente idea irse a vivir a Rumania con él, aunque también lamentaba el hecho de que se fuese a separar de ella. En ese instante las pocas esperanzas que se habían formado en ella durante esos meses de salvar su matrimonio se fueron por completo al caño y por eso había decidido buscar algún departamento en Londres muggle.
-Ten- su madre le entrego un papel. -Esta es la dirección y las llaves de un departamento que ya es tuyo- sonrió la mujer.
- ¡Mamá! No debiste…- la interrumpió la señora Granger. -Debieron querrás decir. Aunque a decir verdad tu padre lo escogió, así que el crédito es completamente suyo- Hermione se sentía muy agradecida con sus padres sobre todo con el apoyo que le habían dado cuando ella les conto lo de su rompimiento con Ron.
-De verdad no debían mamá, yo me iba a encargar a pagarlo- su madre contraataco. -Pues ya tendrás oportunidad de amueblarlo con lo que falta, anda, deberías ir a darle un vistazo- Y sin más la amiga del chico de gafas salió rumbo a la dirección. Al llegar hablo con el policía encargado del lugar para que le permitiera el acceso. Y sin más problemas estaciono su auto junto a un elegante mercedes negro. -Pfff - murmuro al ver el auto.
Su departamento se encontraba en el 6to piso así que la opción más lógica era usar el elevador.
1…2…3…4…5…6 por fin había llegado a su piso, pero al salir de elevador se topó con una cabellera plateada bastante conocida.
"No me jodas…" pensó.
-Granger, que sorpresa- la saludo el rubio con su habitual tono formal, atrás ya habían quedado aquellas palabras hirientes y en tono de mofa.
-Buenos días también para ti Malfoy, pero la sorpresa es mía. ¿Qué haces aquí? - saludo la castaña en tono casual, bueno lo más casual que pudo.
-Bueno viviré aquí un tiempo, en lo que hago negocios con estos san…muggles, son bastante interesantes- se atrevió a decir el chico.
-Vaya, supongo que te veré seguido, en unos días me mudare para acá- trato de sonreír Hermione, aunque más que sonrisa parecía una mueca rara.
- ¿Al 611? Tiene una vista excelente, pero el mío tiene una vista aún mejor- alego Draco. -¿Cuál es tu apartamento?- se aventuró a preguntar al ex Gryffindor.
-¿Ya tan rápido quieres olvidar a Weasley? Vaya quien te viera Granger- respondió con sorna.
-Vete a la mierda Malfoy- contesto tajante y comenzó a caminar rumbo la puerta de su apartamento. Draco la alcanzo.
-Lo siento Granger, eh sido descortés. Realmente no pensé que aun te doliera tanto- hablo arrepentido, enseguida Hermione contesto.
-Da igual, supongo que todo el mundo lo sabe ¿cierto? - volteo a encarar a su ex némesis. Y este le respondió -No, en el ministerio han sido muy cuidadosos, al igual que la familia comadreja. Yo lo sé porque, como sabrás, Weasley te engaño con Astoria-
-Es cierto…supongo que también lo siento-
-No deberías, Astoria es insoportable, aunque debo reconocer que es bonita y educada- se encogió en hombros restándole importancia.
- ¿No la amas?- se aventuró a preguntar la castaña. Simplemente Draco la miro a los ojos y ambos sintieron que el tiempo se detenía. Hermione tenía bastante en claro que Draco era sumamente atractivo y aunque le molestara aceptarlo, hasta cierto punto su altanería le daba un toque sensual.
Por su parte Draco sabía reconocer cuando una mujer era bonita y Hermione lo era a su manera, de una manera que la hacía diferente a las demás, pero jamás lo admitiría públicamente.
-Voy retrasado al trabajo. Nos veremos luego Granger- soltó de repente el rubio. Tenía que detenerse, por más que le gustase Hermione no debía hacer nada idiota, ella le agradaba y no quería estropear su frágil amistad, además se suponía que hoy cerraría un contrato con una importante y famosa empresa muggle, así que debía darse prisa. Ya tendría tiempo para quitarse su "calentura" con alguna afortunada.
-Tomare eso como un sí. Que tengas un buen día Malfoy- Se limitó a contestar la chica, quien se disponía a acompañarlo a la puerta. Draco no paso por alto el tono de molestia en su voz. Eso lo provoco. Y sin pensarlo justo antes de salir del ahora apartamento la tomo por la cintura y le planto un gran beso…en la mejilla, cosa que desconcertó por completo a la castaña. Ninguno de los dos hablo.
A lo lejos solo es escuchaban las risas armoniosas de ambos.
Desde esa vez, las cosas entre Hermione y Draco se relajaron, a tal grado de fortalecer más su relación como amigos.
Todas las noches ambos se reunían en departamento de Draco a tomar una copa de vino y a discutir algunos temas. El rubio le pedía algunos consejos y opiniones con respecto a algunas decisiones y acuerdos de la compañía muggle con la se habían asociado él y su padre.
*Fin de flashback*
Un toqueteo en la puerta los sacó de sus pensamientos. -Pase- se limitó a decir Hermione. De inmediato de abrió la puerta nada más y nada menos que Ginny Potter.
-Oh Hermione no sabía que tenías visita- espeto la pelirroja en tono de reproche, al mismo tiempo que se sentaba en la silla contigua a la de Draco.
-Oh vamos "Señora Potter" todos estos meses no te ha importado ni lo más mínimo que los jueves coma en el departamento de Hermione- la espeto el rubio. Ginny solo le saco la lengua. Increíblemente tanto Harry como Ginny llevaban una relación "amigable" con Draco.
- ¿Qué pasa Gin? No me digas que vienes por lo del juicio- preguntó Hermione. Desde que ella le había contado lo de su separación con Ron, tanto Ginny como Harry y en general la familia Weasley habían intentado por todos los medios hacer que la pareja regresase, sin embargo, sus esfuerzos no habían dado resultado.
-En parte y en parte era para contarte que… ¡Estoy embarazada! ¡Voy a tener un bebé! - grito emocionada. Hermione se unió a los bitores y Draco por su parte solo se limitó a sonreír.
-¡Oh Ginny! ¡Es una excelente noticia! ¿Harry ya lo sabe? –
-Aún no se lo digo, quería esperar hasta la cena de esta noche- comento Ginny, quien no paraba de sonreír. Se giró hacia Draco y dijo - ¿A caso no me piensas felicitar, oxigenado? –
-Pues que te digo, otro Potter que soportar en el mundo, en fin, felicidades- se limitó a contestar
-Gracias- sonrió con suficiencia. -Hermione ya casi es hora, yo…iré a ver a Ron- dijo la pelirroja haciendo una mueca de disculpa.
-Está bien Ginny, nos vemos en la audiencia- contesto Hermione.
-Le daré a Harry tus felicitaciones Malfoy- se giró la ahora señora Potter hacia Draco; éste le contesto – …cuídate-
Y sin más Ginny Potter salió de la oficina dejando a Draco y a Hermione solos.
-Vaya, me siento quedado- alego Draco haciendo una cara fingida de dolor.
-Tu podrías formar una familia con quien se te pegue la gana Draco, estas solo porque quieres- contesto Hermione al mismo tiempo que terminaba de acomodar unos pergaminos.
-Lo sé, pero da la casualidad de que la única mujer que conozco con cerebro, linda, con clase y que no es una zorra aún sigue casada- contesto de manera juguetona. Sabía que esas indirectas hacían rabiar y sonrojar a Hermione. Quién lo diría, había pasado de insultarla a provocarla. Ja.
-Eres un completo patán cuando te lo propones Draco- dijo Hermione al mismo tiempo en el que se sonrojaba y le plantaba la cara. -Ya es hora, ¿me acompañas?- intento sonar casual la castaña.
-Oh vamos Hermione no dejaría a mi chica en aprietos- se mofo al mismo tiempo que se paraba y se acercaba a la puerta. -Ven- la invito.
-De acuerdo, vamos a terminar con esto de una buena vez- y sin más ambos salieron de su oficina con rumbo a la planta baja.
A las afueras de la sala se encontraba Molly y Arthur Weasley, al igual que Harry con Ginny Potter, Minerva MacGonagall y Luna Loovegod.
Molly se apresuró a saludar a Hermione -Hermione, querida ¿cómo estás? Te noto algo rara-
-Hola Molly, estoy bien, gracias- sonrió la castaña.
-Querida…de verdad deberías pensar…- sin embargo, Molly no alcanzo a terminar su frase al ver entrar nada más y nada menos que a Ron entrando del brazo de otra mujer, cuyo nombre era Astoria Greengas.
Todos se quedaron en silencio impactados. Hermione por un momento sintió una pequeña punzada de dolor. Aun lo quería. Por su parte Draco se tensó. Sabía perfectamente lo caprichosa que era Astoria y estaba más que seguro que le habría montado un berrinche a la comadreja para que la llevase a la audiencia.
-Sera mejor que entremos Draco, no se siento nada bien- espeto Hermione tomándolo del brazo, acto seguido Draco se limitó a seguirla, ignorando por completo a su ex prometida, quien se veía molesta.
Sin más todos entraron a la sala, en la cual se encontraba Benjamín y la audiencia dio inicio.
A decir verdad, la audiencia había transcurrido sin más problemas, salvo por la mirada airada de Astoria cada que escuchaba el nombre de Hermione y por lo cual Ginny estuvo a nada de soltarle unas cuantas bofetadas, pero Harry se había encargado de contenerla.
-Bien señores, si no tienen nada más que agregar pueden pasar a firmar los papeles al estrado, por favor- después de unas horas Benjamín había anunciado aquel momento crucial.
Hermione titubeo. No por ella sino por… -No estás sola- la animó Draco y al acto tomo su mano dándole un ligero apretón. Hermione le respondió con una débil sonrisa.
Sin embargo, este casi imperceptible detalle no pasó desapercibido por Ron, quien al verlo se levantó de inmediato de su sitio y camino al estrado para firmar. Al terminar, volteo hacia Hermione quien se veía más pálida que de costumbre y se puso de pie, pero al caminar hacia el estrado simplemente no pudo más y se desvaneció.
Sin dudarlo Draco Malfoy corrió hacia donde la chica de cabellos castaños se había desvanecido y la tomo. Él lo sabía. Hermione estaba embarazada de la comadreja, ella le había contado que hacía un mes, cuando fue por sus últimas cosas a la casa que compartía con Weasley ellos se habían acostado a manera de "despedida" y tan solo unas cuantas semanas después Hermione comenzó a sospechar su embarazo el cual se confirmó hacia tan solo 1 semana.
*Flash back*
Se encontraban en San Mungo esperando los resultados del examen de embarazo que se había practicado Hermione hacia unas cuantas horas.
-Deja de moverte Draco, me pones nerviosa- le espeto Hermione.
-Cierra el pico sabelotodo, bueno ni tan sabelotodo porque si realmente lo fueras al menos hubieras tenido un poquito de intuición y…-
-Pasen por favor- anunció Theodore Nott, quien era su sanador a petición de Draco. Los tres entraron al consultorio de Theo esperando su veredicto.
-Iré al grano Granger, estas embarazada- soltó de inmediato el chico. Hermione y Draco se quedaron pasmados.
*Fin flashback*
Poco a poco Hermione fue recobrando la conciencia y lo primero que vio fueron unos ojos grises sumamente preocupados. "Mierda" fue lo que pensó la chica.
-Estoy bien- masculló.
-Deberían traer un sanador…-comento Arthur, quién fue interrumpido por Hermione y Draco, quienes en unísono dijeron un rotundo -No-
-Estoy bien Arthur, gracias de verdad. Será mejor que me dé prisa- dijo Hermione al notar la cara de pocos amigos que le daba Astoria. "Ahora entiendo porque Draco no la soporta" pensó.
Sin más se levantó y comenzó a caminar rumbo al estrado, donde Benjamín y Ron la esperaban. Este último particularmente la veía extrañado. Sabía que Hermione no era de las que se desmayaban solamente de los nervios o alguna patraña así, más bien algo andaba mal en ella.
Por su parte Hermione no pudo contener una pequeña lágrima que se formó en su rostro y sin más firmo aquel papel que separaba definitivamente su vida con Ron, su Ron, su primer amor.
-Desde este momento Hermione Jean Granger y Ronald Billius Waesley quedan oficialmente separados. Es todo señores, la sesión ha terminado- finalizo Benjamín al mismo tiempo que tomaba los papeles recién formados.
-Vamos Draco, te invito a comer- le susurro Hermione a Draco, ella sabía perfectamente que toda la familia Weasley, salvo por Ginny y Harry, odiaban al rubio y por supuesto que no aprobaban la relación de amistad que sostenía Hermione con él.
-Amo como cocinas- contesto dándole una sonrisa cautivadora. Ambos comenzaron a caminar rumbo a la puerta.
Antes de salir del ministerio Draco se giró hacia Hermione y se sonrió seductoramente, justo como lo hacía con alguna de sus conquistas -Por fin mi chica es libre- Ante el comentario, Hermione esbozó una pequeña sonrisa y negó con la cabeza, como hace mucho no lo hacía, al igual que el rubio. Lo que ninguno de los dos sabía es que cierto pelirrojo los había escuchado y sintió una punzada de culpabilidad, todo había sido su culpa y triste pero cierto, él había orillado a Hermione a caer en los brazos de su peor enemigo: Draco Malfoy.
Sin más tomo la mano de Astoria y desaparecieron con rumbo a Rumania, donde Charlie ya los esperaba.
