Hola a todo el público. Bueno aquí les traigo, un fic producto de una noche de desvelo después de estudiar para un examen de Química.
Disclaimer: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto
—Narraciones y Diálogos
—Pensamientos
— Escritos
Despertando el Pasado
Capítulo I. "She will never expect this…"
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— ¡Esto es completamente aburrido! ¡Tengo hambre! ¡Que ganas de comer unos dangos!
Una chica estaba sentada en la banca de su escuela, miraba fingiendo interés a sus compañeros de clase. Estos parloteaban sobre, nada interesante en realidad. Razón por la cuál, estaba completamente aburrida. Usualmente estaría saltando encima de las bancas, o intentando molestar a sus compañeros, quizás incluso estaría burlándose de las mujeres de su clase por parecen más payasos que mujeres con las pilas de maquillaje que cargaban.
Una chica de 18 años, cabello purpura sin forma definida, y ojos café claro. Destacada alumna, amiga de pocos, aborrecida por algunas mujeres. Pero incondicional para su reducido circulo de pequeños amigos. Rebelde quizás, atrevida, burlona…
— ¡Anko! — Gritó uno de sus compañeros —¿Me vas a pasar las respuestas del examen?
— Aha... claro. — su nombre: Mitarashi Anko.
Podía ser grosera en ocasiones, todos la llamaban para que les explicara algún tema que no sabían. Sin embargo no era estudiosa, la verdad es que le daba flojera abrir los libros, no se explicaba como sacaba tan buenas notas.
Su reducido circulo de amigos, se debía a una razón muy peculiar. Todos a pesar de ya estar grandecitos, parecían pubertos:
— ¡Hahaha pues tú vas a tu casa solo para cogértelo en la bañera! — Decía su compañera de junto
— Hahaha ¿ah sí? ¡Pues tú hiciste un hoyo en el techo para ver como se bañaba su papá! — respondía su compañero.
— ¿A si? ¡Pues tu pusiste una cámara de video en la taza del baño para que cuando su papá vaya al bañó tú puedas verlo todo!
— ¿A si? ¡Pues tú te haces tu shampoo de eso!
— ¡Iugh! ¡Hahaha!... ¡Pero tú pides permiso para ir al baño cuando él se está bañando!
— Son un asco... — dijo la peli morada con una sonrisa burlona; la miraron, se rieron como si fuera un cumplido y siguieron platicando.
Esos dos compañeros, siempre se llevaban así de pesado. Era una pena que su compañera siendo una mujer, hablará tan asquerosamente, y en vez de darle el avión... le respondiera. Con cosas que la verdad, a veces... daban pena (Por no mencionar asco).
Y así era todo el grupo, pasando por las típicas chicas plásticas, los metaleros de corazón que adoraban sentarse en una esquina a esconderse, el tímido que buscaba la atención de las chicas más bellas, el nerd que fingía estar estudiando a cada momento del día…
A ella en particular, la miraban como una curiosa chica sádica, ruda e inteligente. Definitivamente no, la señorita de tacones altos, bien peinada y maquillada. Si no aquella que sin llegar a ser machorra, tenía más amigos que amigas, se daba a respetar, a veces golpeaba, y se llevaba pesado con algunos chicos, pero siempre cuidando un límite.
Su amiga más cercana, era una linda chica, de las más destacadas de la clase, que tenía un hermoso cabello negro y unos vivaces y dulces ojos rojos como cerezas: Yuhi Kurenai. Era una persona muy dulce y amable, muy disciplinada y sin embargo hermosa de pies a cabeza. La conoció desde el primer día que entró a la escuela, y fueron compañeras para casi todo desde aquel día.
Su segunda amiga, era una alta chica de cabello corto y enormes ojos negros, se llamaba Shizune, una chica de apariencia dulce y pisada fuerte. Pero su pisada era en realidad toda ella, hablaba fuerte aunque a veces dudosa, su mirada a veces era retadora y al mismo tiempo profunda. Todo un caso. Y se debía a las diferentes disciplinas que llevaba, desde pequeña Shizune fue amante de todos los deportes habidos y por haber… Pero tenía otras muchas más pasiones.
Otros tantos chicos eran amigos suyos y pasaba mucha parte de su tiempo con ellos. Pero no eran tan cercanos a ella como para ser dignos de una mención honorífica en su vida, no como Yuhi Kurenai y Shizune.
Estaban en semana de exámenes, e iban a presentar el último: Calculo Diferencial, sin embargo durante las primeras horas tendrían asesoría de esa materia. Pero la miss, tenía que estar en dos salones a la vez. Entraba, resolvía unos ejercicios, dejaba otros y se iba. Anko la nombró Miss Pulpo. (Porque hacía todo en esa escuela, era directora, maestra de algebra de todos los grados de secundaria y bachillerato, titular de 3 grupos, hacía y checaba exámenes... en fin). Anko siempre, hacía los ejercicios, con mucha flojera... pero los hacía rápido, y bien a la primera. "Si sabes las bases lo demás es fácil" decía... pero en su salón sol compañeros sabían lo básico (5 de 25 alumnos)
Como siempre, había terminado los ejercicios, y observaba a sus compañeros hablar, Sin sentido. Tenían ya todos 18 años, y se comportaban como nenitas de 15 que acababan de venir de su primera borrachera. Pero que decir, si una de sus compañeras plásticas de salón era oficialmente una Djane(*)
En eso entró la maestra.
— A ver ¿ya terminaron los ejercicios? ¿Cuales les dejé? A ver doc… dícteme... uh! Pero tu si seguiste las ordenes, les dije del 1 al 5... ¡Y llegaste a la mitad del 4! — Le decía a un hombre— A ver préstame tu hoja corazón — se dirigió a Anko, ella ni se inmuto, la maestra agarró su hoja, sonrió satisfecha — Mira aquí ya hasta terminó.
—... pero es Anko... — murmuró su compañero
— A ver muchachos...
La miss pulpo, escribió algunos ejercicios de la hoja en el pizarrón de la clase, luego los resolvió. Y dictó otro más complicado... y le encargo a la chica Djane que escogiera del libro de la maestra, un ejercicio y se lo dictará a sus demás compañeros. Luego salió corriendo hacia el otro salón.
— Ah... No me salió — dijo Kurenai detrás de la peli morada.
— ¿Qué cosa? — Anko se volteó a ver a su amiga.
— Me equivoque seguro me comí algún signo (2)
— He he... — bostezo — tengo sueño
— ¿A qué hora te dormiste ayer?
— Hoy mejor dicho... como a la 1.30.
— ¡¿Qué te sucede? — luego la chica de ojos rojos se rió. Ya estaba acostumbrada a que Anko saliera con tonterías, o cosas absurdas, como sueños sin sentido, oraciones incoherentes, enunciados en una conversación que no necesariamente tenían que ver con el tema del que se hablara. Comentarios sarcásticos... pero Anko era madura. Era inconstante, una loca sádica que cargaba un cúter siempre afilado en una bolsa escondida de su uniforme (3) (junto con su celular y un poco de dinero) pero madura.
— ¡Ya Zaku! Dijimos que nos íbamos a callar — dijo la señorita Dj, que se llamaba Arisa, poniéndose de pie, para ir por el libro de la maestra.
— ¿Escoges uno fácil ¿Si Arisa? No quiero pensar ahorita.
— ¿Alguna vez has pensado?
— Ya cállate – chilló Arisa. Zaku se acercó al escritorio, tomó el libro que la maestra había dejado abierto en una página llena de ejercicios. Los miró por unos segundos mientras seguía atacando con palabras a su compañera, luego lo cerró sin importancia y se lo dio a la chica.
— ¡Menso! ¡Cerraste el libro!
— ¡Ah! cierto... am… — Zaku no estaba muy consciente de sus acciones mientras pensaba en insultos para la gente. — aa hehe lo siento.
Ambos empezaron a pelear a gritos de una manera muy graciosa, pues ella era bonita y de buen cuerpo y el chico era enjuto en huesos y con cabellos de punta.
— Que escandalo — dijo Kurenai guiñándole el ojo, — el volumen de mis auriculares está al máximo.
— Yo tampoco escucho nada — secundó Shizune.
Esa era la sutil manera de Kurenai, para decirle a Anko que esperaba un espectáculo, es decir que la peli morada acabara de golpe dejando perplejos a aquellos dos. Y no por nada, pero Kurenai había tenido varias disputas con Arisa.
La peli morada se puso de pie y empujó "suavemente" a Zaku y a Arisa separándolos,
— Luego se besan quieren, son como un par de recién casados — tomó el libro de manos de Arisa lo revisó y lo abrió en la página de ejercicios que la maestra había dejado, luego se lo lanzó a Arisa que gritó al ver algo en el aire.
— Listo, problema arreglado.
— ¡Ay! ¡Anko no hagas eso! — Chilló —Gracias... am... a ver uno fácil.
— ¿Cómo lo encontraste?— preguntó Zaku con los ojos desorbitados.
—... Am fui al índice. — daa
— A... — sin palabras — ¿porque siempre creo que Anko es mas lista que todos nosotros?
Y por eso Anko no tenía demasiados amigos.
— El día que salgamos de aquí seré feliz — decía Anko todos los días — Algún día iré a otro tipo de círculos y podré olvidarme de todo esto.
Sus amigas estaban de acuerdo en que tenían que salir de ahí, algo les decía a las tres que estaban en el lugar equivocado. Anko sentía cada vez que pisaba la escuela que entraba al lugar menos indicado para ella, otro día para sentirse dedo, otro día para aburrirse de la cotidianeidad. Algún día empezaría la historia de su vida, no con un hombre, si no consigo misma…
Algún día…
o.O.o.O.o.O.o.O.o.O.o.O.o
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Sonó un celular.
Un chico alto, de 20 años, con cabello gris plata contestó:
— Habla Kakashi
— Hey no se te olvide la reunión de hoy en la noche.
— No — contestó con enojo, cada media hora recibía un recordatorio de lo mismo.
— ¿Ya tienes algo?
— No, aun no... Sigo buscando. Iré a visitar varias escuelas. A lo mejor veo a alguien.
— De acuerdo. Sigue con ello.
— ¿Tu como vas Jiraiya?
— Me dijeron que la doctora está muy ocupada, así que esperaré.
— De acuerdo, luego me comunicare con Gai y Yamato. Hasta entonces
Colgó.
Hatake Kakashi, un chico fuera de lo normal. Vestía un pantalón de mezclilla y camisa de manga larga color azul marino, con el cuello largo que podía llegar hasta la mitad de su rostro como una máscara. Un chaleco negro encima, y tenis. Usaba lentes de contacto para ocultar su identidad. Y cuando necesitaba pasar desapercibido, se bajaba la máscara. Como ese día.
Su compañero en el teléfono. Jiraiya, lo encontró cuando él tenía 17 años y le dijo, que hace mucho tiempo, en alguna vida pasada, él, Kakashi, había sido un Jounin de Elite de la Aldea Escondida entre las Hojas.
— ¿Un jounin de elite?
— Sip, uno de los mejores, ¿No te da emoción?
— ... ¿Qué es un Jounin?
En ese momento no le creyó, Jiraiya era un hombre de 30 años, de pelo largo y blanco, con unas extrañas marcas en la cara simulando un tatuaje.
Se supone, contaba el hombre de pelo blanco, que un día Jiraiya, recordó toda esa vida, o por lo menos gran parte. Fue un día que se encontró cara a cara con un hombre de cabello rojo y ojos curiosos y morado claro, iba acompañado de otro sujeto de cabello naranja y picudo. Fueron a la empresa de Jiraiya para una entrevista de trabajo, pero al momento de esta, se miraron los tres y se reconocieron. "Pein" pensó Jiraiya, después de aquel encuentro no los volvió a ver.
Esa noche soñó con Konoha, su sensei, su equipo, sus alumnos, el kyuubi, un chico escandaloso de nombre Naruto, los Uchihas, Tsunade. Recordó casi todo por completo. Y se dio cuenta de que Pein salió de su empresa al ver quién era, seguramente el también recordaba su vida como Akatsuki, y que él, había asesinado a Jiraiya.
Días después, en la noche, salía de un... lugar. Donde... las chicas, bailan con, relativamente poca ropa.
— ¡Sucio pervertido! — le gritó el joven Kakashi cuando Jiraiya le contaba su historia
Bueno. De ese lugar.
... cuando se topó con un grupo de hombres, no eran más de 5. Con sudaderas negras y una nube roja en la espalda. Qué incendiaban una estación de policías. Se escucharon gritos de gente dentro del lugar. Desgarradores, y horrendos. Jiraiya no supo cómo reaccionar. Fingió ebriedad tirándose sobre un coche y balbuceando estupideces.
— ¿Fingías? ¿O en verdad estabas borracho? — Interrumpió Kakashi
—... — No puedo creer que este niño grosero alguna vez haya sido un ninja respetado...
Los hombres lo notaron. Se acercó uno de ellos, le alzó el rostro... era Pein. Lo observó por un momento, Luego lo aventó contra la pared e hizo una señal para que su equipo se retirara. Y después de unos instantes... no había rastros de nadie. En la calle solo quedaron las llamas consumiendo el edificio, y cadáveres carbonizándose dentro de el. Jiraiya se levantó y se fue... si lo encontraban allí; lo acusarían a él. Excepto por una cosa. En el suelo frente al edificio ardiente, había una nota escrita con un líquido rojo.
"Akatsuki renace esta noche"
Ahí fue cuando Jiraiya, como ex—Sannin. Supo que debía oponerse ante la nueva versión de Akatsuki. Pero no podía hacerlo solo...debía reunir a más personas como el... Curiosamente el destino dejó caer un periódico en manos de Jiraiya donde reportaban a un una enfermera milagrosa... y a un joven de pelo plateado ganador de un concurso de Creaciones Electrónicas a nivel Bachiller. Que curiosamente...vivía en la casa de enfrente. Cuando habló con él. Lo reconoció: Hatake Kakashi, el Ninja que Copia. Aunque... el peli plata era joven...y no reaccionó de la manera que Jiraiya esperaba:
— ¡Fuera de mi casa viejo pervertido! — dio un portazo en la nariz del Sannin. Y es que Jiraiya... llegaba muchas noches (a veces en las mañanas a eso de las 7) borracho. Tenía mala fama en esa calle
Kakashi sonreía al recordar ese día.
Desde entonces, habían reunido a 4 personas. Kakashi, Maito Gai, Yamato y Morino Ibiki.
La vida de Kakashi había cambiado. En tres años, él recordaba la mayoría de sus jutsus, gran parte de sus aventuras y enfrentamientos. Y en esos años, había dedicado su tiempo a buscar a más gente, más gente de la aldea de Hoja.
Caminaba ese día rumbo a una colonia un tanto peligrosa, pero tenía una escuela muy buena. Se paró en una esquina opuesta a la escuela y se bajo la mascara... nadie debía saber quién era o que hacía. Eran la 1.30. Y los alumnos todavía no salían. Lo que más le llamo la atención de la escuela era su color; un rosa mexicano. Con letras en amarillo. Podía ver el pasillo y los salones del segundo piso.
Escuchó una campana y miró al pasillo, una señora alta y robusta pasaba agitando dicho instrumento. En cuestión de minutos, varios alumnos salían de los salones, formaban una fila y descendían hacía el primer piso... luego los veía salir por la puerta principal, ubicada fuera de la vista de Kakashi, del lado izquierdo girando en la esquina.
—Qué uniforme tan—... llamativo
Las niñas vestían con un jumper azul eléctrico con rayas negras formando cuadros, calcetas caladas blancas, y un suéter del mismo tono de azul. TODAS llevaban en cabello recogido en una coleta con dos listones uno blanco y uno azul, camisa blanca y zapatos negros. Los niños camisa blanca pantalón negro, zapatos negros, y el suéter azul. El cabello en casquete corto (4) Al ver a los hombres, Kakashi dio gracias de que a él lo dejaran tener el cabello largo.
Nadie le llamaba la atención, no sintió que alguno de ellos pudiera haber sido parte de la aldea de la Hoja.
A él no le llamaba la atención nadie, pero al parecer... él sí llamaba la atención. Después de unos minutos, veía como las chicas lo miraban, se hacían churritos en el pelo, sonreían... Y reían sonoramente. Las ignoró. Fijó su vista en el pasillo del segundo piso... pues vio que había alguien allí.
Dos personas, una alumna. Y un... ¿Maestro? El sujeto tenía la piel blanca como la nieve, ojos brillantes y amarillos como una serpiente. El cabello lacio color negro azabache amarrado en una coleta. Kakashi abrió mucho los ojos al ver al sujeto...
—¡Orochimaru!
Lo reconoció al instante... pensó en llamar a Jiraiya; pero Orochimaru volteó a verlo... le hizo una señal a la chica para que se fuera; esta obedeció y bajó siguiendo el rumbo que todos sus demás compañeros habían tomado. Cruzaron miradas... era él. La fría mirada que ansia poder, el delgado rostro de una serpiente y la energía que desprende alguien que no se detendrá ante lo que quiere. Kakashi aparentó serenidad. Luego Orochimaru rio y se fue... se perdió de vista.
Sacó su celular y marcó a Jiraiya.
—Contesta
— ¿Qué sucede Kakashi?
— Encontré a alguien — unas chicas pasaron enfrente de Kakashi riendo.
— Vaya, vaya... a quienes dirá, hehe a que escuela fuis—
— No es el momento, encontré a Orochimaru. — Del otro lado del auricular, Jiraiya frenó todo tipo de pensamientos. Vino a su mente la imagen del hombre serpiente. — ¿Jiraiya?
— Habla...
— Pues llegué aquí a la escuela y vi en el... — miró la entrada de la escuela, la chica con la que Orochimaru estaba hablando acababa de salir. Se le hizo extrañamente familiar. Pelo morado, ojos café—miel... sabía que la conocía… Pero ¿Quién era?
— ¿Kakashi?
— Yo, en el segundo pasillo de la estudiante de la esquina desde la primer piso...— balbuceó
— ¿Qué? ¡Kakashi habla bien!
— Nos vemos en la noche— Kakashi cortó la llamada, después guardó su celular, y se enfocó en la chica. Ella estaba miraba a sus compañeros, unos cuantos se acercaron y le dijeron algo muy emocionados. Luego... al parecer se despidieron.
— Me voy a casa... tengo sueño...— alcanzó a escuchar, luego la peli morada se fue en dirección a la derecha recorriendo toda la cuadra y dio vuelta en la esquina,
Un impulso lo obligó a caminar, estaba en la cuadra opuesta, así que cruzó la calle esquivando a todos los alumnos caminando muy aprisa. Se le había echo muy familiar, tal vez demasiado…
Fue hacia ella. Caminó aprisa para alcanzarla y cuando llegó a la esquina la vio a lo lejos, a pesar del escándalo típico de la hora de la salida, se atravesó entre la multitud de padres y alumnos para verla. Ella iba calle abajo, sola. No pudo hacer otra cosa más, que seguirla.
No debía correr, si lo hacía seguramente ella se espantaría y huiría. Así que caminó, con paso apresurado. Luego ella giró a la derecha, atravesó la calle y se perdió de vista.
— ¡Espera! – le gritaba mentalmente.
Corrió calle abajo, ignorando ya a su sentido común, hasta alcanzar el lugar donde ella giró. Era una calle privada, que tenía un camellón y la siguiente calle era una avenida algo transitada. Ella estaba casi en la esquina del camellón, con el celular en la mano y esperando.
Empezó a caminar de nuevo rápido para alcanzarla. La veía, fijamente, su cabello morado, ¿Dónde la había visto? ¿Por qué tenía ese extraño presentimiento de conocerla?
Y entonces sucedió.
Kakashi ya estaba la mitad del camellón para alcanzarla. Y un autobús verde pasó a su lado. Ella lo vio y lo detuvo cuando estuvo suficientemente cerca para ella. Se subió y el camión arrancó.
—Demonios... ¿¡Quién eres! — le preguntaba mentalmente. Otro autobús se paro enfrente. Kakashi miró al que se había llevado a la peli morada, luego al que tenía enfrente. Era la misma ruta… — ¡Venga!
El autobús estaba a punto de partir, cuando Kakashi de un solo saltó entró en él. El conductor se sobresaltó luego le extendió la mano a Kakashi para que pagara. Este rebuscó en sus bolsillos y lo halló. Pagó y se fue a sentar del lado izquierdo pegado a la ventana. Ambos autobuses eran de la misma ruta. Se bajaría en cuanto viera que ella lo hiciera.
Hubo un momento en el que ambos autobuses estuvieron alineados paralelamente. Kakashi se pegó al vidrio en busca de la misteriosa peli morada. Tardó en encontrarla, porque esta se había soltado el cabello, estaba de pie hablando por celular. ¿Qué le vio a esa chica? Seguramente er años ¡Más pequeña que él!
Siguieron viajando. El autobús de Kakashi se iba llenando cada vez mas... había señores, señoras, otros adolescentes... en una ocasión, una mujer embarazada se sentó a su lado. Pero Kakashi estaba más al pendiente del otro autobús. Buscando la oportunidad de ver cada movimiento de la peli morada.
— Joven... — dijo una voz — No sé si le importe...— Kakashi volteó a la voz, era una señora menuda, de edad avanzada que cargaba una pesada bolsa del mandado. El peli plata, como buena persona se levantó, la señora embarazada se corrió de asiento, Kakashi salió y la viejecita se sentó.
— Son muy amables... — dijo con su gastada voz.
— No hay de que... — dijo Kakashi. Luego miró al autobús vecino...
— ¿Dónde está? ¿A dónde se fue?
Buscó desesperadamente con la mirada. Una y otra vez, pero por más que lo hizo... la chica ya no estaba. Intentó divisar el llamativo color del uniforme. Nada... ya no estaba en el autobús. Corrió hacia el final de este y toco el timbre desesperadamente, ganándose así varias miradas extrañas. Las puertas comenzaron a abrirse, pero antes de que el autobús se detuviera, Kakashi ya había saltado de él. Volteó a todos lados... estaba enfrente de una comisión de Electricidad. En una gran avenida, con una farmacia cerca y varios puestos de refacciones, estéticas y cosas así. Cruzando la calle de su izquierda, mientras veía a la pared, encontró lo que buscada. Un uniforme llamativo y azul
—¡Es ella!
Caminaba derecho. Y el Hatake la imitó.
La siguió desde lejos, hasta que ella giró a la derecha y se metió a una calle privada, y luego giró a la izquierda en otra. Kakashi la perdió por un momento, pero al encontrarla, esperó unos segundos para que ella no lo sintiera. Porque parecía que ella había apresurado el paso. Quizás ya lo había notado.
Caminó derecho, sin mirar atrás.
Kakashi la seguía, cada vez más cerca.
Casi al final de la calle, del lado izquierdo, en un portón marrón, Ella se detuvo y buscó unas llaves en su mochila.
Kakashi vio que estaba a punto de perderla.
Ella abrió la puerta de la casa que tenía enfrente, gritó algo hacia adentro, entró y cerró la puerta... De alguna manera, parecía que ella podía sentir a Kakashi siguiéndola como loco desesperado. El Peli plata se quedó inmóvil; su pantalón vibraba... desde hacía 15 minutos, y tenía unas 20 llamadas perdidas. Solo miraba la puerta donde perdió a la peli morada... ¿Quién era ella? ¿Porque estaba con Orochimaru? ¿Porque sentía la urgente necesidad de hablarle? ¿Porque no podía actuar como persona normal desde que la vio? ¿Porque la conocía?
— Bien... se detuvo — Anko Mitarashi, miraba por la orilla de la ventana, sabía que la habían estado siguiendo durante todo el camino desde la escuela hasta su casa. Busco con la mirada a ver si su acosador estaba en la calle... Había un sujeto alto, de pelo plateado, que daba la espalda y hablaba por celular. ¿Sería él? No iría a preguntar. Aseguro las entradas de su casa, y fue a la cocina. Estaba sola, su madre no había llegado, su hermana se había ido a casa de una de sus amigas, y su padre también estaba trabajando. Tenía la casa para ella sola... a no ser su acosador en las afueras... pero dudaba que un joven que vistiera con ropa de marca pudiera ser un acosador.
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Eran la las 8:30 de la noche y Mitarashi Anko estaba en su habitación, pensaba en los problemas de su examen... se había hecho eterno, incluso para ella. No lo terminó... debería regresar mañana ¡Sábado! a terminarlo. Le habían faltado tres problemas,... Pero Miss Pulpo no la iba a vencer... Para los exámenes de matemáticas, siempre tenían hojas en blanco para hacer las operaciones... Anko copio los ejercicios que le faltaban de hacer en esa hoja, y cuando no la miraban, la dobló y la metió en la bolsa de su falda. Tenía una noche para hacerlos, y al día siguiente nada más llegaría a escribir las respuestas.
Escuchó un quejido, seguido de una carcajada... malévola (?) Luego en la calle se vio una enorme luz azul, que estaba acompañada de un chillido como mil pájaros. — ¿Qué fue eso?— Se asomó por la ventana... no se veía nada. Fue a la terraza con mucho cuidado... El sonido se le hizo extrañamente familiar. Se agachó, y miró a la calle...á la mitad de esta había un hombre con la mitad de la cara tapada, que echaba humo. Se apoyaba en un carro y se sujetaba el hombro. Parecía estar cansado.. Y herido. Luego el sujeto se desplomó en el suelo; Anko miró en varias direcciones. No había nadie más allí.
— ¡Espera!
Salió disparada hacia la puerta de su casa, quito los candados, cruzó y tuvo que quitar los de el porton también. La calle estaba oscura, apenas iluminada por un farol desgastada que producía luna mínima cantidad de luz. Se acercó al sujeto y le habló:
— Amigo ¿Estás bien? ¿Amigo? — el sujeto tenía el pelo plateado, despeinado... Y parecía que se hubiera quemado...— ¿Quieres que llame a alguien?
— ... — el peli plata se movió, con mucho esfuerzo pudo ponerse de pie, miró a todas partes. Solo había una persona con él. Una chica de pelo morado. Él veía borroso, se balanceaba levemente sin encontrar su equilibrio, por poco y vuelve a caer.
— ¿Amigo estas bien? ¿Llamo a una ambulancia?— dijo Anko. El enmascarado negó furtivamente con la cabeza al escuchar "ambulancia" Pero negó tan rápido que perdió el equilibrio, y cayó de sentón en el pavimento.
— Estoy... bien — pudo articular.
— Aha sí, claro... ¿No necesitas ayuda enserio? ¿Teléfono, comida, un medico... agua?
— ¡Agua! — gritó el peli plata.
— Bien... si quieres ven conmigo. — dijo Anko mientras le tendía una mano para que se levantara. El sujeto negó con la cabeza, se apoyó en sus brazos, luego en el coche que tenía junto. Sus piernas temblaban, y de un momento a otro podía caer de nuevo.
— Estoy bien... — musitaba, aunque era apenas audible, se notaba agotado.
— Ok,... ven conmigo... — la peli morada miraba el patético estado en el que el sujeto estaba. Tenía corazón suficiente para meterlo a su casa unos momentos, y luego llamar al médico. Kakashi comenzó a caminar temblorosamente, rumbo a la luz que había dentro de la casa de Anko. Ella no pudo resistir, se puso al lado del sujeto, tomó su brazo y lo colocó alrededor de ella, luego tomó su mano. Con el otro brazo rodeó al sujeto por la espalda. Y le dijo:
— Bien, no creo que quieras caerte de boca en el pavimento... déjame ayudarte.— el enmascarado la miró unos instantes. Y asintió con la cabeza. Juntos empezaron a avanzar hacia la casa.
Una vez dentro, Anko dejó al sujeto en el sofá de la sala. Regresó a cerrar las puertas y luego fue a la cocina. Hatake Kakashi, estaba ahora acostado en un sofá, mal herido debido al impacto de una explosión, y agotado, gracias a la falta de chakra. Se quedó mirando el techo... luego a la mesa, y después a la pared que tenía enfrente... había una foto familiar. 4 personas, papá, mamá y dos hijas. Una de ellas en la fotografía tenía el pelo largo, morado y arreglado para una fiesta de gala. Un vestido dorado y la piel muy blanca. ¡Era la misma chica que vio en la tarde! La que siguió desde una escuela, hasta su casa. En la foto se veía más pequeña...
Cerró los ojos, tenía que averiguar quién era. Sentía con cada palpitar que la conocía; o que debía de conocerla.
—Yo sé quién eres... debo recordar — se decía mentalmente. Luego se le ilumino el cerebro, después de exprimirse los sesos lo halló. El nombre: Mitarashi...Anko
Continuara. . .
Bien, asunto de rencarnación y vidas pasadas. ^^ Uno muere y puede recordar sus otras vidas. Tal vez han oído hablar de ello. Si no, pregunten, se los aclaro. O bueno vendrá aclarándose en los capítulos siguientes.
(inner:¿Porque estabas pensando en la rencarnación mientras estudiabas para química?) Am... Yo que sé! Así es mi cerebro! ¬¬
Siguiente Capitulo: Get Ready!
√ Edición Revisada.
Te gusto? No te gusto? Comenta, es importante para mí que me des tus críticas constructivas.
Enkelii Chan
