Cuando unos de los rayos de la akumatizada tocaron su cuerpo no se preocupo. La transformación a un animal era instantánea y por alguna razón parecía no tener efecto en su cuerpo.
Las mariquitas de la buena suerte que debían llevar la situación a la normalidad actuaban de forma extraña, pues se habían detenido a medio camino antes de moverse a cualquier lugar, como si no estuvieran seguras sobre lo que debían arreglar.
Tampoco ha esto le presto demasiada atención, el akuma fue purificado y la mujer que hablaba de los derechos de los animales se veía bastante serena ahora que todo había terminado.
Ambos héroes se despidieron alegremente como normalmente lo hacían y cuando llegó a la azotea de su habitación, ignoró la tarea que estaba apilada sobre su escritorio, durmiéndose al instante.
Su kwami no tardó en arropar su cuerpo. Había pasado la noche en vela y el akumatizado se mostró a altas horas de la mañana.
Era entendible que al recostarse sobre su cama el sueño le venciera.
Lo que nadie espero era que al despertar se encontraría con un cuerpo extraño.
Mas pequeño, de pelaje negro y que caminaba a cuatro patas. Con un collar en el cuello que resguardaba su prodigio en el interior de un cascabel falso.
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Aquí es cuando me cuentan sus teorías sobre lo que va a pasar. XD
