Disclaimer: Los personajes deCómo entrenar a mi dragón 2 y Valiente pertenecen a sus respectivos autores.

Aclaraciones: Ligero AU, en donde la trama principal (Elinor convertida en osa) nunca sucedió.


A Mèrida (1) nunca le gustó obedecer las reglas impuestas por su madre. Ella odiaba sentirse controlada, detestaba la sensación de que alguien ajeno moviese los hilos de su vida como una especie de titiritero, dejando de lado su libre albedrío. Sentía que su madre trataba de cambiar su manera de ser, ella no permitiría eso.

Es por eso que aprovechaba cada mínima oportunidad de poder rebelarse contra su propia madre. Cada vez que la reina Elinor le compraba algún vestido caro, diseñado especialmente para ella, la joven princesa procuraba dar largos paseos, a pie, por los bosques circundantes a su castillo. Naturalmente las faldas del vestido se llenaban de polvo y mostraban pequeñas manchas verdes, debido a la fricción con la hierba, para horror de Elinor y satisfacción de Mèrida.

La rebeldía de Mèrida siempre se manifestaba en pequeñas cosas, como dejar su arco y flechas sobre la mesa, consciente de que su madre aborrecía eso. O dibujar caricaturas grotescas de su madre, mientras ella le daba clases de política. La princesa no contenía nunca se rebeldía, incluso si estaban en público, ella adoraba desobedecer a su madre frente a todos. Estas acciones podían aparentar ser solamente unos berrinches de una princesa malcriada pero el trasfondo de su rebeldía era que Mèrida, con esto, trataba mantener su personalidad extrovertida y espontánea. En el fondo, la princesa temía convertirse en una muñequita obediente.

Cuando unos embajadores vikingos, provenientes de una aldea lejana llamada Berk, se presentaron a la corte real, Mèrida vio otra oportunidad de rebelarse. Entonces, se puso a conversar con Hiccup, el joven hijo del representante vikingo, un enorme hombre llamado Estoico, sólo para enardecer a su madre, debido a que la princesa sabía muy bien la repulsión que su progenitora sentía hacia los "hombres del norte". Era un acto de rebeldía más.

Mèrida admitía que al principio sólo se relacionó con Hiccup para llevar la contraria. Ella, en un principio, no soportaba al joven vikingo, le parecía muy arrogante y sarcástico pero a medida que la conversación fluía, encontró que esas características de su personalidad eran divertidas. Sin darse cuenta, la princesa se sumergió en la conversación por completo. Hablaron de muchas cosas, las costumbres de sus respectivos pueblos, sus ideales, incluso aspectos de su vida personal, con todo esto la pelirroja conectó con el joven vikingo. Cuando los embajadores tuvieron que retirarse a descansar, Mèrida se sintió decepcionada deseaba continuar hablando con Hiccup.

Durante el tiempo que duró la estancia de los vikingos, Mèrida se acercó cada vez más al hijo del representante. Ella se saltaba sus clases de etiqueta, sólo para charlar con él, amaba escuchar sus planes y teorías para inventar nuevas cosas, porque Hiccup demostró ser un joven muy elocuente y creativo, que disfrutaba inventar objetos prácticos e innovadores. Cuando charlaba con él, a Mèrida ya no le importó si su madre estaba al tanto de sus conversaciones con el vikingo.

Cuando los embajadores tuvieron que regresar a su hogar, la princesa no se despidió de ellos, lo que enfureció a su madre Elinor, quien tomó esa descortesía como un acto de rebeldía más. En realidad, Mèrida no fue a despedirse porque no quería ver a su nuevo amigo alejarse de ella. Lo extrañaría mucho, ya no le importaba lo que su madre llegara a pensar respecto a su relación con Hiccup. Ya no se trataba de una simple rebeldía


(1) En gaélico escocés el nombre de Merida se escribe de esa manera.


Notas finales: Escribí esta pequeña historia debido a que extrañaba escribir sobre esta pareja :D

¡Saludos!