Titulo: My owner.

Parejas: CasxDean, SamxGabriel.

Personajes: Lucifer, Crowley, Caín, Claire, Haziel, Abaddon, Gadriel, Raziel, Metraton.

Rating: K+

Disclaimer: Los personajes de supernatural pertenecen a Eric Kripke.

Género: Drama, Angts, Hurt/Confort, Romance.

Notas del fic: Trama alternativa, ambientada en la novena temporada.

Resumen: Un regreso inesperado hará que Dean entienda las palabras de Caín: "Con la marca viene una enorme carga, algunos lo llamarían un precio alto". La situación tensa entre los hermanos, no hará más que empeorar las cosas, y de a poco, Castiel comprenderá que ya no ve al rubio como un amigo, sino, como algo más. Post 9x15.

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Capitulo 1

Las cosas no estaban para nada bien entre ellos y cada vez que parecía que se solucionarían, ocurría todo lo contrario. El rubio agitó un poco la cerveza antes de beberla con parsimonia. Quizás ya era hora de resignarse y comenzar a aceptar los hechos, Sam no lo perdonaría. Sería un mentiroso si no aceptara que le dolía la actitud que estaba tomando su hermano y si era honesto, no lo comprendía del todo. Había cometido un error al no contarle la verdad del ángel poseyéndolo pero estaba desesperado y no encontró otra solución para ayudarlo.

-Voy a comprar algunas cosas- esa voz lo sacó de sus pensamientos y asintió sin mirarlo.

-Sí.

Escuchó los pasos alejarse y el mismo silencio de siempre, se instaló en el bunker. Al principio era muy molesto, odiaba ese silencio pero ahora se acostumbró a él y pasaba más tiempo perdido en sus pensamientos, de lo que antes usaba para hablar. Se levantó con desgana y avanzó por el pasillo hasta la sala común. Realmente estaba todo muy silencioso, sin Kevin y ahora sin su hermano, se encontraba, literalmente, solo consigo mismo y eso lo asustaba. Quizás esa era la razón por la que solía quedarse en su habitación y colocar la música a todo volumen mientras usaba los audífonos, ese era el único método para evitar pensar en lo que ocurría.

Los minutos parecieron horas y se dedicó a vagar por el bunker, sin prestar demasiado interés a su alrededor. Estaba por marcharse a su habitación cuando escuchó el ruido de la puerta. Se asomó con discreción a mirar y abrió un poco los ojos en señal de sorpresa al descubrir de quien se trataba.

-¿Cas?- dio un par de pasos para quedar cerca de la escalera. Ambos se miraron durante unos segundos.

-Dean, has regresado.

El rubio iba a decir algo respecto a la obviedad de ese comentario pero no estaba de humor para eso, así que solo se limitó a asentir.

-¿Qué haces aquí, Cas?

-Venia a ver a Sam, ¿Hace cuando volviste?

-Un par de semanas- respondió dándole la espalda- Sam debe estar por regresar, fue a comprar unas cosas, puedes esperarlo si quieres.

Se marchó por el pasillo, porque tenía la sensación de que si seguía con el moreno, la conversación se iba a tornar muy molesta y no estaba de humor. Entró a su habitación pero antes de cerrar la puerta, el ángel logró colarse y lo miró fijamente.

-Llevas un montón de tiempo con nosotros y aún no aprendes lo que es espacio personal- el moreno ladeó un poco la cabeza- ¿Qué quieres Cas?

-La última vez.

-No quiero hablar de eso- lo interrumpió sin voltear a mirarlo- Todo está bien, así que haz el favor de salir de aquí, quiero dormir un poco.

-¿Ya arreglaste las cosas con Sam?- preguntó con esa inexistente delicadeza que tenía para decir las cosas.

-Todo está bien, ahora sale.

-Aquella vez, cuando me llamaste por lo de Sam, parecías arrepentido de no habérmelo dicho, se supone que las personas deben aprender de sus errores para no cometerlos de nuevo.

Dean se giró a mirarlo por primera vez desde que lo siguió a la habitación. A veces le sorprendía un poco lo que decía Castiel y tenía bastante razón en eso. Varias veces se preguntó si las cosas serian diferentes de haberle contado todo al ángel, quizás él hubiera podido ayudarlo de otra manera, aunque sin poderes, no podía hacer nada. Por unos breves segundos, recordó la situación inversa, cuando fue el moreno quien confió en Crowley para abrir el purgatorio y detener a Raphael, en vez de pedirle ayuda a él. El rubio suspiró cansado y se sentó al borde de la cama, ¿A quién iba a engañar? Ya estaba harto de esa situación.

-Dean.

Ambos intercambiaron una larga mirada y el mayor se sentó a su lado manteniendo la vista al frente, lo cual facilitó que el rubio comenzara a hablar. Le contó lo ocurrido con Sam y cómo fue que terminaron con esa relación estrictamente laboral.

-Ya veo.

-¿Eso es todo lo que dirás, Cas?

-Hiciste lo que creías correcto.

-Y no fue de ayuda- se levantó pasándose una mano por la cara- Tendría que haberlo esperado, no es como si lo que hiciera tuviera un buen final pero realmente… solo hice lo que debía hacer.

-No soy el más indicado para hablar sobre buenas intenciones- dijo el ángel serenamente- He cometido muchos más errores que tú.

-¿Se supone que eso me haga sentir mejor?- se giró a mirarlo.

-He aprendido algo de todo esto, Dean- dijo el mayor levantándose para quedar frente a él- Lo hecho, hecho está, no puedes cambiar lo pasado pero si intentar corregirlo en el presente.

-Dudo que eso funcione en mi caso, ya es tarde Cas…- suspiró pasando junto al moreno y le dio la espalda- No hay forma de arreglar esto…

Giró un poco la cabeza y se encontró con esa mirada azul fija en él. Ambos se quedaron en silencio por varios segundos pero el rubio ya estaba cansado de ese silencio.

-¿Y tú que cuentas? ¿Qué has estado haciendo?

-Buscando a Metraton y también a Gadriel pero no he tenido mucho éxito, así que les he pedido a mis colaboradores que se encarguen de eso.

-¿Colaboradores?- preguntó curioso.

El mayor le contó lo ocurrido con Bartolomeow y ahora el pequeño grupo de ángeles que estaba siguiéndolo en su cruzada. Dean lo observó fijamente, era cierto que quizás, quien estaba más jodido de los tres, era Castiel pero a pesar de todo, seguía intentando buscar la manera de arreglar lo sucedido, aún cuando no fue su culpa y cayó en el engaño del escriba.

-Ellos tienen fe en mí- dijo con seriedad- Y no pienso fallarles de nuevo, no esta vez.

-Cas…- sonrió un poco, realmente había cambiado. Estaba por decir algo cuando escuchó un ruido- Ya llegó Sam, ve.

-Pero.

-Has venido por él, anda.

El ángel asintió y se marchó de la habitación. Durante unos segundos, Dean escuchó las voces hasta que todo se quedó en silencio de nuevo. Se recostó sobre la cama, se colocó los audífonos y le subió todo el volumen a la música, lo que menos necesitaba en ese momento, era pensar.