Insomnio

Demonios, odio esta clase de noches, estos momentos donde en medio de la oscuridad no hago más que pensar en ti.

Doy vueltas en mi cama una y otra vez sin poder conciliar el sueño, por una u otra razón no lo logro, mi cabello me molesta, me da calor, me da frio, simplemente no puedo dormir. Es entonces cuando tu imagen invade mi mente, cada vez que trato de concentrarme lo único que aparece es la imagen de tu rostro sonriente.

Quiero dormir, en serio lo necesito pero sé que no lo conseguiré tan fácil. Mañana tengo cosas importantes que hacer o debería decir hoy tengo cosas importantes que hacer, ya pasa de media noche.

-ya no importa- lo digo en voz alta tratando de convencerme, pero no puedo, tu imagen no desaparece.

Te odio cuando pasa eso, odio el hecho de que este estirando la mano para ver en mi teléfono la fotografía, que por orden del decimo, nos tomamos los tres.

¿Cuánto tiempo ha pasado? No lo sé, Sigo sin poder dormir, cada que cierro los ojos una nueva historia comienza, un sueño o mas bien una ilusión, un deseo, algo que me encantaría que fuera verdad, es tan real que me obligo a abrir los ojos para comprobar que sigo completamente solo y en la completa oscuridad de mi habitación.

Recuerdos, ilusiones, realidad y fantasía se mezclan tan bien que me confunden; me trato de concentrar para diferenciarlas, para entender que es únicamente una fantasía inducida por el insomnio.

Te odio mucho, en serio te odio porque sé que debes estar cómodamente dormido en tu cama, sin mayor preocupación que levantarte temprano para tu estúpido entrenamiento matutino. En cambio yo…aquí estoy sufriendo sin poder hacer nada al respecto.

Eh llegado a un punto donde mi mente juega en mi contra, haciéndome malas pasadas, dándome estúpidas y absurdas ideas.

Me hace creer que quizá sí estuvieras a mi lado podría dormir, que quizá sí tus brazos me rodearan me quedaría dormido, quizá si tu voz me dijera…

El teléfono suena, ocasionándome un susto de muerte -¿Qué?- grito sin abrir los ojos una vez que recupero el control del aparato

-no puedo dormir… sin desearte buenas noches- tu voz cansada me desarma

-buenas noches- contesto casi en un susurro –idiota del béisbol…ya duérmete… acaso crees que todos estamos en vela esperando tu llamada… me asustaste-

-lo siento- me dices, no es necesario que te vea, sé, estoy seguro que estas sonriendo, que miras el techo con esa estúpida mueca que tanto me conquista, con esos ojos brillantes e inocentes- buenas noches- me susurras de nuevo y me estremezco

-buenas noches- repito y cuelgo, bostezo…extrañamente el sueño llegó.

**************fin***********

Nota de la autora; extrañamente esto me llego al cerebro un domingo a las 11 pm...así que disculpen la falta de lucidez

se agradecen sus comentarios y sugerencias.

Helen Karlray