Los personajes no me pertenecen, pero me divierto jugando con ellos.

...

-Edward – me llamo alguien desde la recepción, me trague mi mala cara antes de voltear y le di una sonrisa a Jane

-Si, Jane- me devolvió el gesto ampliamente, su sonrisa torciéndose a los lados, inflando el pecho y sacudió ligeramente su cabello claro.

-hay una paciente en la sala de emergencias, llego de parto y necesitan tu ayuda- termino de decirme batiendo sus bien maquilladas pestañas.

-Iré enseguida- me voltee y seguí mi camino hacia urgencias rápidamente, el hospital era grande y las embarazadas era algo de atender rápido. Sentí la indiscreta mirada de Jane en mi espalda todo el camino hasta que me perdí en la desviación del pasillo, en otra época quizá después de tal muestra de interés habría ido a buscar a Jane después de atender a mi paciente y pasaríamos un buen rato, o dos.

Ya no me interesaban ese tipo de arreglos sin embargo, por mucho tiempo creí ser yo el que lo controlaba todo en ellos, pero el destino es una perra que me mordió el culo y ahora estoy aquí y prefiero evitar esas cosas, incluso si son como Jane y sus senos copa C desbordándose por el escote.

Apenas al llegar a la sala de urgencias se oían los gritos de la mujer, me pare un momento frente a las puertas de entrada y respire profundo antes de entrar. Nada me pudo haber preparado para lo que vi.

Bella, en la cama del hospital, en trabajo de parto.

No podía ser cierto, esa chica, la causa de todas mis malas noches de los últimos 6 meses estaba dando a luz, tenia 6 meses sin verla, y si la estaban atendiendo en urgencias por parto natural quería decir que el embarazo estaba a termino, él bebe no era prematuro ni nada por el estilo, hace 6 meses que no la veía, ella ya debía de haber estado embarazada cuando me dejo…

-Edward- me llamaron, vi sus ojos apenas voltee en dirección a la voz que me había hablado, me había quedado parado en la puerta como un imbécil, sin embargo no fue ella quien me hablo, había sido el enfermero de guardia.

Cuando me moví de mi lugar sentí que el piso bajo mis pies de movió también- Llama el doctor Rupert- le dije al enfermero.

-¿al ginecólogo?- me pregunto sorprendido

-Si, llámalo y dile que es urgente- ya había llegado al borde de la cama para urgencias y el chico salió disparado en busca de el doctor.

La mire a ELLA a la cara, en busca de algún orden, pero de momento ella estaba muy ocupada lamentándose por otra contracción. Tome su mano y deje mis papeles en la cama de al lado que estaba vacía, con la mano que ahora tenia libre la apoye en su vientre, grande y abultado, parecía que su pequeño cuerpo fuera a reventar.

-Todo va a ir bien- le dije, sintiendo sus músculos contraerse bajo su piel, ella me volteo ahora a los ojos, los suyos, ojerosos y cansados se veían saltones ahora, estaba mucho mas delgada y no me gustaba su aspecto, parecía temeroso no feliz de saber que dentro pronto traería una vida al mundo.

Apretó su mano que estaba en la mía, sentí como su vientre se tensaba con la siguiente contracción. Había cerrado sus ojos otra vez desconectándolos de los míos, y de repente se me callo todo encima.

Solté su mano provocando que me volteara a ver asustada, no tuve tiempo de explicarme pero la tranquilizo verme revolotear a su alrededor comprobando sus signos, por la frecuencia de las contracciones y su dilatación era solo cuestión de minutos a que ella necesitara empezar a pujar de verdad.

Estaba mucho, mucho más delgada que la última vez que la vi, yo también había adelgazado mucho pero no estaba seguro de que fuera por las mismas razones.

Voltee a la puerta de entrada cuando las oí agitarse y gracias a dios era el ginecólogo.

-¿Como esta la paciente?- le dio a Bella una sonrisa amable y fue a ver su historial al borde de la cama, lo cierto es que esto era una costumbre, las razones para que ella estuviera en esta cama eran obvias.

Bella se quejo en alto de otra contracción y después de un chequeo rápido el doctor Rupert hablo.

-Bueno Señorita Swan, parece que ha llegado el momento-

Todo para mi fue inexacto para mi, después de 7 años en estudiando medicina me sentía estúpido al no saber como atender un parto, ni siquiera como auxiliar a Rupert, me limite a ponerme a la altura de la cabecera y le tome las manos de Bella. Ella las apretaba con fuerza y cerraba los ojos cada vez que venia una contracción.

-Respira profundo amor – le dije e inmediatamente sentí su cuerpo tensar se y estuve seguro que no fue por el dolor. Sin embargo no soltó mi mano, al contrario, se tomo de ella mas fuerte e hizo lo que le dije viéndose un poco mas calmada lo hizo repetidamente.

Al Doctor Rupert no le paso desapercibido la manera en la que la nombre me volteo a ver con duda, pero al ver nuestras manos unidas todo el rato debió de haber sumado dos más dos y hecho conclusiones.

Paso un rato mas en el que Bella aguanto las contracciones hasta que se asomara la cabeza pelirroja de un pequeño infante. Como en ese momento en el hospital no había casi nadie de guardia después de que el doctor Rupert recibió al niño me lo entrego para que lo limpiara. Sentí la mirada de Bella en mí y me volví hacia ella tratando de expresarle que lo cuidaría.

Mientras el doctor la atendía a ella con el alumbramiento yo envolví al bebe con una manta e hice las cosas propias, las mano me temblaban pero trate de controlarlo. El niño era más bien rojo y estaba hinchado y lloroso, tenía manos largas y extremidades gorditas, tenia bastante cabello para recién haber nacido, rubio dorado con rojo, y se le veía muy sano. Lo lleve a mi pecho porque no quería que perdiera calor, porque me temblaban las manos horriblemente de sostenerlo y porque quería tenerlo lo mas cerca que pudiera.

Cuando volví a donde estaba Bella la vi exhausta pero anhelante, le tendí al bebe, apenas pudiendo controlar mis manos, nos dijimos nada el uno al otro pero se extendió un silencio en el que los dos observamos al niño.

No vi al doctor Rupert, pero unos minutos después por la cortina entro una enfermera con una tabla de registro en las manos.

-Buenas noches- gentilmente no queriéndonos exaltar, pidió tomo los datos del nacimiento y la fecha y anoto en la hoja que sostenía. – ¿Nombre de la madre y edad?- pregunto.

-Isabella Marie Swan, 18 años - dijo Bella.

La enfermera me volteo a ver y a mi mano en el hombro de Bella y a mi lugar al lado de la cama justo después de hacer un gesto cuando Bella menciono su edad.

-¿Nombre del padre?-

-Edward Anthony Cullen- respondí inmediatamente.

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holaa

Espero les haya agradado, hace mucho que no me llegaba la idea de escribir-continuar nada y estoy tratando de que la imaginacion fluya denuevo.

Gracias por leer a las que han llegado hasta aqui, dejenme sus post para saber si les gusto y si la sigo, besos.