Sumario: Si su corazón palpitaba más fuerte, o su estómago se encogía... significaba que Kazuki estaba sonriendo.
Personajes/Parejas: Juubei y Kazuki.
Rating: T. Yaoi, más bien shounen-ai.
Género: Romance XD fluffy. Ridículo, también.
Disclaimer: No tienen idea de lo que soy capaz de hacer si fuera dueña de Get Backers, así que agradezcan que no lo soy XD (como haría que Juu y Kazu se confiesen el amor mutuamente. Pero posta.)
Notas de la Autora: He aquí otro drabble JuuxKazu XD poco sentido, sin ninguna trama, tan sólo sentimientos dulces y una lunática que sufría de insomnio y dijo, "¡Escribamos shounen-ai! XD"
---------------------------------
. JUEGO DE TÉ .
-¿Más té, Juubei?- el heredero Fuchoin le sonrió tímidamente.
No podía verlo, pero sintió aquel gesto de ternura. Si su corazón palpitaba más fuerte, o su estómago se encogía... significaba que Kazuki estaba sonriendo.
-Por favor- pidió.
Otra sonrisa por parte del Kakei.
Ambos sintieron la misma cosa. Una incomodidad en la garganta.
No estaba exactamente bien, quizás, y ellos lo sabían. Sabían que estar juntos no estaba bien visto.
Pero cada día, al verse, al hacer contacto visual...
Kazuki no podía parar de pensar en Juubei.
Y Juubei jamás lograba decirle a Kazuki qué él también pensaba en su compañero.
-¿Más té?- el maestro de los hilos levantó las cejas ante el pedido de su protector -Te va a terminar haciendo mal, Juubei.
Y le sonrió.
"Sí, más té" pensó Juubei, divertido "Porque por alguna razón, tomar té conmigo siempre te hace sonreir."
El lanzador de agujas escuchó cerámica rompiéndose.
El juego favorito de té de Kazuki.
Estiró la mano rápidamente, tratando de ayudar a su compañero a levantar las piezas rotas, pero tan sólo se encontró con la mano del mismo.
Ésta vez, sintió como se ruborizaba.
Pero en vez de quedarse allí, decidió aproximarse más a Kazuki. Envolverse en su aroma. Olía a jasmines y... a té. Al más exquisíto té verde que solía prepararle todas las noches.
Kazuki ruborizó aún más.
-Te amo.
La confesión tuvo un fuerte impacto contra el corazón de Kazuki.
Y por alguna razón, Juubei sintió que sus sentimientos le eran correspondidos.
-Yo también.
Dos manos dibujaron la quijada de Juubei, hasta que ambos se perdieron en un laberinto de besos.
