Este es mi primer fics aquí. Acepto críticas. Espero que os guste ^^
Me tumbé en la cama y recordé aquel largo día: la despedida de Renée, el viaje en avión a Forks, la bienvenida de aquel Charlie tan tímido que yo recordaba.
Me acababa de mudar a Forks, un pequeño pueblo de la península de Olympic, seguramente el más lluvioso de todo el planeta. Ahora viviría con mi padre, Charlie, ya que Renée se acababa de casar con Phil, un hombre joven, pero hacían buena pareja y no quería molestarles. Con este pensamiento cerré los ojos y me quedé dormida,
-¡Bella, despierta!-oí a Charlie gritar desde abajo-. ¡Tienes que llegar antes para recoger el horario!
Me levanté y me dirigí al baño. Me miré al espejo y vi a una chica algo pálida de 17 años, de pelo largo castaño y bonitos ojos color avellana devolviéndome la mirada desde el espejo. Me peiné y me dirigí a mi habitación a ponerme más ropa de la que nunca me puse en un lugar tan soleado como Phoenix.
Bajé a la cocina y vi a Charlie luchando por preparar unos huevos fritos.
-Buenos días, papá. Déjame que haga yo el desayuno -le pedí.
-No es necesario, Bella. Ya puedo yo, unos huevos fritos no vencerán al jefe de policía Swan –dijo bromeando.
Tras desayunar huevos revueltos (Charlie no consiguió hacer unos huevos fritos), salí de la casa y subí a mi "nuevo" coche, un viejo Chevy que le dio a Charlie un viejo amigo que iba en silla de ruedas y ya no podía conducir. Siguiendo las indicaciones que Charlie me había dado previamente llegué al instituto de Forks, insignificante en comparación con el de Phoenix. Vi que todos los coches eran tan viejos como el mío, con excepción de un Porsche plateado que estaba aparcando en la plaza de al lado.
Salí del coche y vi que se abría la puerta del copiloto. Salió una chica de mi edad, bajita, con facciones de duende y el pelo corto negro, algo rebelde.
-Hola, soy Alice Cullen, tú debes de ser Bella. Puedo verlo. ¡Seremos grandes amigas!
Me abrazó y empecé a necesitar oxígeno cuando oí una estruendosa risa.
-¡JA, JA, JA, JA! Alice, la vas a ahogar- vi a un chico algo mayor salir del coche. Tenía el pelo negro, corto y algo rizado. Era ENORME. Tenía unos músculos increíbles-. Hola, soy Emmett Cullen, estos son Jasper y Rosalie.
Vi que señala a un chico rubio de su edad, alto, pero sin tanta musculatura y a una chica de aspecto increíble. Parecía una diosa, era perfecta.
-Hola, soy Isabella Swan, pero prefiero Bella- me presenté.
-Este amargado de aquí es Edward- dijo Emmett cogiendo a un chico que había salido del asiento del conductor.
No podía creerlo. ¡Era…!
¡Era el tío más guapo que había visto jamás! Pelo cobrizo, algo rebelde; una piel pálida que no desentonaba con el resto de la figura. No tan alto y fuerte como Emmett pero con aspecto de Dios griego. ¡Madre mía! Quería a un tío como él por mi cumpleaños, envuelto y con un lacito.
¡Mierda! Ahora empezaba a hacer aire. Entonces, Edward se puso rígido y murmuró:
-Deberías ir a por tu horario, yo tengo que llegar pronto a clase. Hasta luego- Dio media vuelta y empezó a alejarse.
-Vamos, Bella, yo te acompaño a por el horario- me dijo Alice alegremente.
-Genial. Vayamos, no quiero que llegues tarde por mi culpa.
Me tumbé en la cama, suspirando. Había tenido un día muy largo. Los Cullen me caían muy bien, sobretodo Alice y Emmett. Jasper era más reservado, creo que estaba saliendo con Alice. Por lo que me habían contado fueron adoptados todos por el doctor Cullen y su mujer Esme. No le caí bien a Rosalie, que está saliendo con Emmett. Y Edward… Edward me evitaba. ¡Incluso faltó a clase de Biología, la única que compartimos! No lograba comprender como le había podido caer tan mal a alguien en tan poco tiempo.
Unos chicos, Mike, Tyler, Eric, Lauren, Jessica y Angela me habían invitado a una pequeña excursión a La Push. No sabía si iría…
