Una idea que he estado desarrollando y debo decirlo... espero les deje un buen sabor de boca.

Como expliqué en el resumen, este es un fragmento de un fic que estoy escribiendo, del cual llevo tres capítulos... aunque debo corregirlo a mi nuevo estilo de escritura y corregir ciertos errores que noté.

Aquí publicaré nuevas ideas, sean de este universo u otro, o algún crossover.

Espero sea de su agrado.

Como ultima referencia, estos fragmentos están sujetos a cambios debido al desarrollo de la historia conforma vaya escribiendo, pero en sí la esencia será la misma.


Highschool DXD

El universo Highschool DXD y sus personajes pertenecen a Ichiei Ishibumi quien es su respectivo autor.

Caballero Dragón de la Traición

Nuevo Camino

Dragón del Invierno

Ventisca de las Sombras

Estos son los probables Títulos de este proyecto a futuro.


Ciudad de Kuoh

Eran altas horas de la noche y en un parque de la ciudad de Kuoh se ven a varias figuras en el lugar.

Kiba Yuto se hallaba perplejo ante las cuatro figuras encapuchadas frente a él, mientras Koneko mantenía una mirada neutra, pero en su mente todo era un caos.

Por otro lado, Irina solo se mantenía alerta, algo le decía que lo que estuviera pasando no era nada bueno, eso lo deducía al ver las expresiones del [Caballo] y la [Torre] Gremory.

— ¿Cómo es que estás viva? Rias-buchou se encargó de eliminarte en el incidente de Asia — Habló el rubio mientras empuñaba su espada contra su escucha.

— Solo digamos que alguien nos ofreció la oportunidad… hmp, realmente me sentí feliz de poder vengarme de la zorra de cabello carmesí — Escupió con desdén una de las figuras, siendo su cara visible bajo su capa.

Unos ojos violetas y cabello negro definían su identidad.

El rubio y la albina entrecerraron los ojos ante la forma de referirse a su ama.

— Tuvieron mala suerte mocosos demonio, ya que no saldrán con vida de aquí — Dijo otra de las figuras, siendo también femenina aunque algo mayor.

— Es tiempo de cumplir la orden de nuestro nuevo Señor — Dijo otra de las figuras, aunque se mostraba más pequeña y con voz femenina e infantil.

— Están en desventaja numérica… algo que no pensamos desaprovechar — Dijo la última figura, esta tenía voz masculina.

Ninguno de los tres miembros del Club de Ocultismo se dejó intimidar, ya que cantidad no era lo mismo que calidad.

Aunque la más perdida respecto a todo esto era la castaña de doble coleta.

— ¿Los conoces Kiba-kun? — Preguntó al rubio.

La luz de la luna iluminó los rostros de las demás figuras, revelando sus identidades.

— Si… Donashike, Mittlet, Kalawarner y Raynare, Ángeles Caídos que actuaron por cuenta propia… causantes de las muertes de Ise-kun y Asia-chan antes de ser reencarnados — Respondió el chico, mientras su rostro se oscurecía levemente al pronunciar lo último.

Ante esto la castaña abrió sus ojos en shock, ya que era algo que no se esperaba.

Los cuatro mencionados se despojaron de sus capas, mostrando trajes de combate.

Raynare llevaba un top negro y un short corto, protectores en brazos y piernas, muy diferente a su traje SDMS que usó una vez.

Kalawarner llevaba pantalones de cuero y botas de tacón, una blusa blanca y una chaqueta de cuero rojo.

Mittlet seguía con su atuendo de Maid Gótica, solo que llevaba pequeñas placas protectoras color negro en brazos y pecho.

Donashike vestía pantalones negros, zapatos de vestir y una camisa blanca manga larga, guantes de combate negros en sus manos.

— De alguna manera me siento nostálgico — Dijo el Caído formando una lanza de luz color azul y afilando su mirada.

Kiba y las chicas adoptaron posiciones de combate al ver esto.

— ¡Basta de charlas! ¡Mueran! — Exclamó Mittlet formando dos lanzas de luz y lanzándose al ataque.

Ella ya no podía esperar más a atravesarlos con su lanza de luz.

— ¡Espera! ¡No te precipites! — Exclamó Raynare antes de ver a la Caído rubia ser repelida fácilmente por la castaña con una espada de luz.

— Ustedes, se atrevieron a lastimar a Ise-kun y a Asia, reciban el castigo del Señor… ¡Amén! — Invocando varios círculos mágicos frente a ella.

Esto puso en alerta a los Caídos, por lo que extendiendo sus alas se dispersaron cuando varios rayos de luz salieron de los círculos mágicos que había creado el As del Arcángel Michael.

FLUSH

El cuarteto abrió ligeramente los ojos al ver como los diversos ataques pasaban rozando sus cuerpos, provocando ligeros rasguños.

Raynare los miró con odio cuando el ataque de la castaña cesó, pero antes de siquiera formar una lanza de luz para atacar a sus enemigos, el Caballero Gremory se hallaba frente a ella con una espada a centímetros de su cuello.

Kalawarner no se encontraba en mejor situación, ya que por su punto ciego se acercaba una gran llama color azul cortesía de Koneko.

Mittlet y Donashike solo pudieron ver en cámara lenta la inminente muerte de sus compañeras, maldiciéndose mentalmente el no poder cumplir con su venganza.

Zaz

De un segundo a otro, ambas Caído habían desaparecido, por lo que Kiba atravesó la nada misma y el ataque de la pequeña Nekoshou erró su blanco.

— Tan imprudente como siempre… Raynare — Murmuró un sujeto cubierto con una túnica negra raída que cubría su cuerpo por completo, mostrando una abertura para su cara, pero esta solo mostraba oscuridad.

Este tenía a ambas Caído sobre sus hombros mientras las sostenía fuertemente por el trasero para que no cayeran al suelo.

Raynare no había reparado en ello, ya que estaba bastante afectada porque estuvieron a segundos de volver al mundo de los muertos.

— Maldito, ni creas que te lo agradeceré — Musitó la pelinegra con enojo cuando volvió en sí.

Kalawarner solo parpadeó confundida, todo había sucedido demasiado rápido para ella.

Esto fue el motivo por el que no supo que estuvo a punto de pasar a mejor vida.

Entonces reparó en la posición en que se encontraba y empezó a enrojecer al sentir el tacto del encapuchado desconocido en su parte posterior.

— ¡¿Qué rayos piensas que estás haciendo pervertido?! ¡Deja de tocarme el trasero y suéltame! — Exclamó empezando a patalear y golpear con sus puños la espalda del sujeto.

Los Caídos restantes y los miembros del Club de Ocultismo tenían una gota en la nuca ante la escena, estos últimos con un ligero sentimiento de tristeza que se abría paso en sus corazones al recordar a cierto castaño fallecido.

Por otro lado, Raynare solo parpadeó ante lo dicho por su compañera.

— No te preocupes Ray-chan, esto es suficiente para un agradecimiento — Dijo el desconocido mientras le daba un apretón al trasero de ambas chicas.

Al instante Raynare enrojeció de vergüenza e ira.

— ¡Eres un…! — Empezó a decir la pelinegra.

Ella no acabo la oración completa al sentir como el sujeto la soltaba a ella y la peliazul, para después caer al suelo de forma estrepitosa.

PUM

Fue el sonido de sus cuerpos impactando con el suelo.

¡CLANG!

El sonido de choque entre metales resonó en el área, llamando la atención de las dos Caído.

Desde su posición en el suelo, ambas pudieron ver como el sujeto había detenido la espada del rubio Gremory con su brazo izquierdo.

— Regresen con el chico Dona y la Loli-maid si no quieren morir — Dijo con voz totalmente seria, todo sin dejar de ver al rubio frente a él.

Ambas fruncieron el ceño ante esas palabras.

Donashike y Mittlet se sintieron ofendidos por como el desconocido los llamó, pero optaron por no decir nada.

— ¿Crees que te haremos caso? Nadie te puso al mando mocoso — Declaró Raynare poniéndose de pie y convocando una lanza de luz.

Su compañera la imitó al instante, pero el sujeto volteó un poco su cabeza, mostrando un ojo brillante bajo la oscuridad de su capucha que las hizo temblar.

— Recuerden con quien están hablando… no crean que no tomaré medidas si hacen algo para perjudicar la misión — Dijo con tono gélido.

Ambas se estremecieron ante el tono y a regañadientes obedecieron.

Casi al instante, el encapuchado hizo un poco de fuerza en su duelo con el espadachín para abrirse un espacio y detener el avance de la exorcista que pasaba por su izquierda, la cual tenía una espada hecha de luz en sus manos con el fin de acabar con ambas Caído.

— Buen intento, pero no eres lo suficientemente rápida como para poder burlarme — Declaró el sujeto al aparecer frente a ella.

Un poco de luz iluminó su rostro mostrando su nariz y boca, la cual esbozaba una sonrisa burlona.

La castaña sonrió ante el exceso de confianza del desconocido.

La sonrisa del encapuchado disminuyó un poco al ver la expresión de la Exorcista, entonces alzó la mirada y pudo ver como la Nekoshou se acercaba a él peligrosamente con su puño envuelto en fuego azul.

— Eso es nuevo — Murmuró mientras juntaba sus manos y concentraba su energía.

[DOBLE ACCEL]

[VISION]

[FORCE]

Un brillo violeta lo rodeó levemente varias veces en secuencia.

Kiba intentó pasar con su gran velocidad junto a él, solo para ser tomado del cuello de la camisa y que el sujeto lo arrojara contra la Nekoshou.

Koneko canceló su ataque para interceptar a su compañero, quien se acercaba peligrosamente a ella de manera descompuesta.

PAM

La fuerza con la que fue lanzado el rubio era más de lo que la Loli peli-blanca esperaba.

Ambos se desplomaron velozmente hacia el suelo.

— Estuvo cerca — Murmuró la castaña de coletas sosteniendo a ambos Gremory en el aire.

Ella estaba con sus alas extendidas a un par de metros del suelo, apenas y pudo parar al par para que no tuvieran heridas de gravedad, sobre todo en el caso del rubio.

— Esa chica es buena… parece que tendremos ligeros problemas si no los eliminamos ahora — Habló una nueva voz en el lugar.

Irina se tensó al igual que Koneko, quien ayudaba al rubio a reincorporarse.

Kiba se hallaba un poco aturdido, no esperaba que el desconocido se moviera más rápido que él y que tuviera esa fuerza.

El cuarteto de Caídos se tensó en su lugar, antes de arrodillarse frente al sujeto recién llegado.

— Minos-sama — Pronunciaron con sumo respeto y algo de miedo.

Ese nombre resonó en la mente del trío.

Largo cabello blanco y ojos dorados, vestía una túnica negra con bordados en oro que le daban una presencia de alta clase.

Lo más resaltante de este personaje era su mirada fría y su enorme poder.

— Que el juez del Infierno y mano derecha del Dios Hades viniera en persona realmente me intriga — Dijo el encapuchado con tono serio.

El trío miembro del Club de Ocultismo abrió sus ojos en shock ante tal revelación.

— Solo he venido a confirmar si tu lealtad está con Hades-sama — Respondió el llamado Minos sin inmutarse por la falta de respeto del encapuchado.

Este no dijo nada, solo centró su mirada en Irina, Kiba y Koneko.

— Solo observa — Fue la respuesta del encapuchado.

El trío se tensó ante la declaración y se prepararon para el combate.

Un brillo violeta cubrió al encapuchado un par de veces.

[TRIPLE ACCEL]

[DARKNESS SLASH]

De un segundo a otro desapareció.

Kiba se movió velozmente y detuvo una garra color oscuro que tenía como objetivo la espalda de Koneko.

— ¡No te dejaré! — Exclamó el Caballero invocando una segunda espada para iniciar un duelo con el encapuchado.

Koneko sudó frío ante lo cerca que estuvo de ser herida gravemente, pero no se dejó amedrentar y se unió a la pelea usando sus habilidades sensoriales.

Irina invocó una espada hecha de luz y esperó una buena oportunidad.

El cuarteto de Caídos tembló levemente ante el nivel de lucha que se mostraba frente a ellos.

— Son monstruos… — Murmuró Mittlet bastante intimidada.

Minos solo observaba con indiferencia la pelea.

Kiba era bloqueado por esa garra oscura que mostraba ser la mano izquierda del encapuchado.

Koneko conectó un par de golpes ígneos, pero estos causaron daños mínimos, como si la piel de este sujeto estuviera blindada.

Irina aún no participaba ya que no encontraba la oportunidad, como si el sujeto leyera sus intensiones y no le dejara ninguna abertura.

— Era de esperarse, hablamos del sujeto que dejó fuera de combate a Serafall Leviathan y Grayfia Lucifuge al mismo tiempo con un solo ataque… del mismo elemento que es su especialidad, Hielo — Fue el comentario de Minos.

Los Caídos lo miraron con incredulidad, antes de mirar al sujeto con ligero miedo.

De vuelta a la pelea.

Irina se había cansado de esperar y se unió a ataque complementando a Kiba en una pequeña oportunidad, logrando hacer retroceder al enemigo.

— Tenemos una oportunidad, si podemos vencerlo uno de nosotros deberá escapar e informar a los demás — Declaró Kiba con seriedad mientras ponía su mano en el suelo y de este surgía un gran número de espadas.

El encapuchado saltó para evadir, pero en el aire se encontró a la castaña, quien ya tenía varios círculos mágicos preparados.

— Estoy de acuerdo con Kiba-kun… Koneko-san, confiamos en ti… — Declaró la castaña activando los círculos mágicos y bombardeando al sujeto con ataques de luz.

BOOOMMMM

El lugar retumbó por la fuerte explosión que engulló al encapuchado.

La nombrada miró a sus compañeros en shock por lo que habían dicho.

— Yuto-sempai, Irina-sempai… — Musitó mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

Los nombrados se limitaron a sonreírle, demostrando que no se arrepentían de su decisión.

— Realmente admiro el gran compañerismo que hay ahí… — Dijo el encapuchado saliendo de entre el humo generado por la explosión.

Kiba e Irina se pusieron a la defensiva frente a Koneko.

— Eso es algo que tú jamás entenderías — Dijo el rubio con mirada seria.

Un silencio profundo surgió después de aquel comentario.

— Te sorprenderías de la respuesta a ese comentario… Kiba — Dijo el encapuchado en tono relajado.

Por alguna razón, el rubio, la peli-blanca y la castaña sintieron una gran nostalgia invadir sus corazones al escuchar su voz más claramente.

En un parpadeo el sujeto estaba frente a ellos con su mano derecha al frente.

Pudieron ver como su dedo índice se hallaba extendido mientras les apuntaba.

Una pequeña sonrisa era apreciable en su cara, misma que creció a una sonrisa insana.

Un brillo rojizo se hizo presente en su dedo.

El trío abrió sus ojos con incredulidad al reconocer el ataque.

[SCARLET NEEDLE]

Tres líneas brillantes salieron de su dedo e impactó a los tres antes de poder decir algo.

— ¡Gahh! — Kiba gimió al sentir el dolor agudo en su pecho.

— ¡Ahhh! — Las pupilas de Irina se dilataron ante el dolor en su abdomen.

— ¡! — Koneko tuvo que apretar los dientes resistiéndose al dolor en su muslo derecho.

El encapuchado se mantuvo en la misma posición, sin bajar su dedo en ningún momento y disminuyendo su sonrisa.

El rubio se hallaba sobre una de sus rodillas mientras usaba una de sus espadas para apoyarse y con su mano libre cubría el lugar donde recibió el ataque.

La castaña se hallaba en el suelo encogida del dolor.

La peli-blanca se hallaba recostada en el suelo, mientras se sujetaba el muslo.

— Tú… no es posible… ¿Porqué…? — Musitó Kiba con un ojo cerrado ante el terrible dolor.

Un dolor que no pensó volver a sentir.

Desde el suelo, la castaña alzó la mirada como pudo viendo al encapuchado, mientras lágrimas se formaban en sus ojos.

No pensó que esto pudiera suceder.

La pequeña Nekoshou miraba bastante afectada a la figura encapuchada frente a ellos.

Este bajó su dedo, para después tomar su túnica y despojarse de ella.

La túnica negra voló por el aire, pero la mirada del trío jamás dejó la figura frente a ellos.

Cabello castaño y ojos color miel.

Pantalones negros y botas negras, camisa blanca de cuello v y una chaqueta negra con detalles en rojo.

La figura frente a ellos era su antiguo compañero, quien murió después de enfrentar al grupo Gremory y Sitri.

También fue conocido como el máximo traidor del Inframundo.

— Tiempo sin vernos, Kiba, Koneko-chan, Irina — Pronunció con una pequeña sonrisa.

Las lágrimas se formaron en los ojos de los mencionados.

— Ise-kun… — Musitó la castaña en tono bajo y forzado por el dolor.

— Ise-sempai… — Musitó la Loli con la voz temblorosa.

El rubio lo miró con sentimientos encontrados, sobre todo al notar el guantelete negro con una joya purpura en el brazo izquierdo del chico, mismo que tenía cierto resplandor a muerte.

— Debo suponer que estás con el enemigo ¿O me equivoco, Ise-kun? — Habló el Caballero Gremory suprimiendo su dolor corporal que causaba el ataque del castaño.

El castaño no respondió, pero su mirada satisfecha lo decía todo.

— Hades me hizo un oferta difícil de rechazar… después de todo, la vida eterna es algo que te hace reconsiderar cualquier trato… ¿No lo crees…? — Expuso el chico con una pequeña sonrisa confiada.

El trío abrió los ojos en shock, no creyendo lo que habían escuchado.

Ellos iban a decir algo al respecto, pero el castaño los interrumpió.

— ¡Suficiente! Nada de lo que digan me importa ahora… — Dijo con mirada endurecida y aumentando su aura levemente.

Él había notado como ellos iban a hablar, pero después de sus palabras se quedaron callados.

Koneko no podía creer en lo que se había convertido su sempai, algo le decía que había algo más de por medio.

Sus orejas se movieron cuando empezó a analizar la energía de su sempai, fue cuando lo notó.

Por su parte, Irina miraba con sumo dolor a su amigo de la infancia, nunca esperó volver a verlo en estas circunstancias.

Entonces su habilidad de sentir las emociones enseñada por el Serafín Gabriel le mostró algo inesperado.

Ante la mirada de ambas, el castaño mostraba su verdadero ser y sus verdaderos sentimientos.

Ambas no podían procesar lo que veían… la oscurecida alma de Hyodou Issei se mostraba rodeada de ese brillo purpura oscuro, mientras sus ojos oscurecidos le daban ese toque fantasmal a su ser.

Pero lo que más les impactó fue ver como esta derramaba lágrimas… lágrimas de sangre.

ʺEl alma de Ise-kun está sufriendo… y llora… lágrimas de sangre…ʺ — Pensó la castaña dolorosamente.

ʺSempai, ¿Acaso tu sufrimiento es así de grande…?ʺ — Pensaba la Nekoshou con las manos en el pecho.

Ambas chicas sintieron su corazón romperse ante esa visión.

— No es nada personal, pero se me ha pedido acabar con Rias Gremory… y ustedes son un obstáculo a mi misión… — La voz del chico las trajo a la realidad.

Kiba intentó moverse, pero el efecto del ataque anterior aún perduraba.

— [Restriction]… ese fue el efecto agregado al ataque, el dolor que provoca este tipo de aguja es más agudo a pesar de no causar mucho daño… perfecto para inmovilizar… — Explicó mientras juntaba ambas palmas a un par de centímetros una de otra.

El trío se alarmó al ver como una pequeña esfera roja aparecía entre sus palmas, conociendo perfectamente la técnica que el castaño usaría contra ellos.

— No se preocupen… pronto verán a Rias y a las demás… — Pronunció sin un atisbo de sentimientos.

Minos dibujó una pequeña sonrisa al sentir la energía contenida en la pequeña esfera.

ʺUno de los ataques firma del [Sekiryuutei], Hyodou Issei… realmente fue una gran adquisiciónʺ — Pensó el juez.

Los cuatro Caídos sintieron su cuerpo ceder ante la presión del poder del castaño.

— Desaparezcan… — Dijo gélidamente alzando sus manos sobre su cabeza, al tiempo que la esfera crecía de tamaño y el chico se arqueaba ligeramente hacia atrás mientras daba un pequeño salto en retroceso.

[FUERZA GEA]

La enorme esfera fue lanzada con fuerza hacia su blanco.

Una enorme esfera roja impactó al trío, quienes no pudieron hacer nada para impedirlo.

Kiba miró por última vez al castaño, mientras lentamente se convertía en polvo y desaparecía de la faz de la tierra.

Koneko e Irina habían cerrado sus ojos, mientras compartían el destino del Caballero Gremory e igualmente se convertían en polvo hasta desaparecer.

Un resplandor rojo iluminó el cielo nocturno del solitario parque, dejando un enorme cráter como testigo de la lucha en el lugar.

Issei se había dado la vuelta, dándole la espalda al lugar donde antes estaban sus ex compañeros caminó hacia el peli-blanco.

Su expresión era gélida.

— Excelente…. Hades-sama estará complacido — Pronuncio el peli-blanco con una sonrisa satisfecha.

Cuando el castaño pasó a un lado de Minos él se detuvo, para luego mirar al lugar del impacto fijamente, observando con ojo crítico y leve sospecha.

— ¿Sucede algo…? — Preguntó Minos al notar la mirada analítica del castaño.

— No es nada… — Respondió con voz vacía siguiendo su camino.

El juez miró el lugar con duda, no encontrando nada raro.

Debido a esa pequeña distracción, no pudo ver como el castaño derramaba lágrimas de forma abundante mientras se alejaba.

ʺKiba, Irina, Koneko-chan… espero me perdonen, pero esto fue lo único que pude hacer para que no interfirieran antes de tiempo…ʺ — Pensó desapareciendo en la oscuridad.

Minos le restó importancia a la sensación de malestar que tenía y se dispuso a regresar a informar lo ocurrido.

Los Caídos recibieron una mirada significativa del juez y con ello siguieron al chico para mantenerlo vigilado.


Espero les haya gustado, esto es una compensación por el retraso de la actualización de Nueva Vida... como un agregado diré que llevó casi la mitad del siguiente cap... la actualización está sujeta a cambios.

Sin decir nada más solo me queda despedirme... Kami fuera.