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España mantuvo su blanda mirada sobre el joven que yacía con la cabeza pegada a la mesa y un vaso de tequila en una de las manos. Estaba pasando realmente por un mal momento, por lo que se abstuvo de regañarle por el desorden en la habitación.
Belice y Guatemala le habían llamado pues su vecino del norte había cambiado de actitud de forma drástica; Lucía apagado, abatido y había aumentado su vocabulario mal hablado. España había accedido hacerle una visita, pues no desatendería a quién fue uno de sus protegidos.
Su presidente le recibió de buena gana y le advirtió sobre el comportamiento de la nación, España agradeció y no dudó en ir directamente a verle, más la escena le partió hasta cierto grado.
Había ropa en el suelo como en algunos muebles, esos muebles estaban tirados o alejados de su posición, había varias botellas de tequila en el suelo y algunas rotas, las cortinas obstaculizaban la entrada del sol y el mexicano se encontraba en mal estado.
España se acercó intentando avisarle de su llegada con algunos toques en su espalda.
- ¿México? – Le llamó en un susurro calmado - ¿Estás bien?
- No lo esperaba de él – Habló confundiendo al mayor – Creí que era mi amigo
- ¿De quién hablas, pequeño?
- De Canadá… - Soltó el vaso y bajó la mano – Pero son igual. No sé por qué confié en ambos. Soy un imbécil
- No hables así
España escuchó sollozos, y no se esperó oír a México llorar.
- Ale…
Sin embargo, no era un llanto como el de un niño pequeño, era un llanto de impotencia, de amargura y molestia.
México estaba cansado, había comenzado el año de mala manera; El Gasolinazo que aumentó no sólo la gasolina, aumentó la canasta básica y más allá, los saqueos que el gobierno mandó para ocultar la molestia de la gasolina –Cosa que todos dieron por oficial-, las protestas, el asesinato de personas inocentes, la extradición de "El Chapo" a E.U, la llegada de Trump a la casa blanca, la firma del tratado del muro… El anunció de Canadá de dejarle de lado con tal de ayudar a Estados Unidos…
De entre todas las cosas que llegaban a tan sólo veinticinco días del año, la "traición" de Canadá era la que más le había afectado.
Eran amigos, era quien solía "distinguir" claramente entre él y su hermano, jamás le había olvidado en cuanto a planes se refería e incluso, Matthew solía invitarle para charlar. ¡Le había regalado unos guantes en su cumpleaños! ¿Entonces por qué hacía eso? ¿Por qué cuándo más le necesitaba, le dejaba de lado?
Era en esos momentos en que odiaba ser llamado "Norteamericano".
- ¿Y crees que lo hizo porque quiso? – Tomó España la palabra nuevamente – Muchas decisiones no nos toman en cuenta, ¿Lo olvidas?
- Aún así – Se levantó pasándose las manos por la cara – Me voy a morir
- Vamos, pequeño - Rió – No seas exagerado
- ¿Y tú qué haces aquí? – Frunció el ceño – Más bien, ¿Cómo es que entraste?
- Tu jefe me dijo dónde estabas
Genial, incluso su jefe le jodía cuando no debía, bueno, ya era cosa cotidiana.
- Anda, deja esa botella y levántate. Date un baño, te espero afuera.
México murmuró palabras en su lengua natal que España prefirió ignorar, se levantó de la silla y cerró la botella de tequila; Habían momentos en que el tequila solía hacerle olvidar sus problemas con una buena resaca a la mañana siguiente, pero ahora, todo lo que hacía era recordarle sus malos momentos.
Al salir de la habitación y caminar por los pasillos, se sorprendió encontrar a Argentina y a Chile, pero sobre todo, a ambos sureños reteniendo a Estados Unidos de no entrar.
Por su parte, Estados Unidos realmente deseaba entrar; México no contestaba ninguna de sus llamadas, quería hablar y, aunque no le creyese, disculparse. Incluso Canadá le había acompañado, él también quería disculparse, pero ninguno de los dos podía entrar.
- Eres la persona a la que menos quiere ver ahora – Se acercó – Ambos lo son, ¿Saben?
- Queremos hablar con Alejandro – Pidió Canadá con aquella dulce voz
- Alejandro está ocupado y no creo que a México le agrade mucho su visita.
- Please…
-No tengo nada en contra de ustedes, pero ya le han hecho mucho a México. Lo mejor sería que lo dejaran en paz hasta "que se le pase el coraje", ¿No creen? Sería bueno para los tres
Canadá asintió dándole un poco de razón, él quería disculparse por las decisiones de su jefe y todo su comité; Realmente intentó dialogar y ayudarle, pero no surtió efecto.
Estados Unidos sólo miró con seriedad y molestia, por todas las propuestas de su nuevo jefe que estaba cumpliendo poco a poco y por la intromisión del ibérico. Aún así, no se rendiría, hablaría con Alejandro y, ¿Quién sabe? Llegarían a un acuerdo.
- Que tipo tan molesto – Habló Chile mirando a los rubios alejarse
- No se cansan de molestar al prójimo
España ya no comentó más, tan sólo le dedicaría ese día a su antigua colonia, le ayudaría a olvidar un poco sus problemas.
- ¿Y qué hacen aquí?
- Vinimos a ver a México – Argentina se cruzó de brazos – Mira que hemos llegado en buen momento
Él realmente quería que fuese un buen momento.
- ¿Sabes? No es bueno para mi salud verte, y no es bueno para tu jefe verme.
Estados Unidos se acercó lo suficiente para no incomodarle y no molestarle más, y pronunció con voz baja…
- I'm sorry
¿Esto tendrá continuación? No lo sé. Si quieren una segunda y única parte, la haré, sino, aquí termina. Realmente las cosas en mi país no se están llevando de buena forma :| Espero que esto se arregle pronto.
¡Saludos!
