Descargo de responsabilidad: Rumiko es dueña de los derechos intelectuales de Inuyasha y otros personajes de la serie. Este fic es para entretener y no forma parte de la trama de su obra.
Bueno este Lemon se basa en mi historia publicada aquí en fanfiction, si pinchan en mi nombre sabrán cual es. Ahora bien si usted ya la ha leído piense que los detalles de aquí no se mencionarán en la historia original pero si las posibles consecuencias.
Aviso quizá en un futuro hayan más capítulos y puede que no se reflejen en la historia general. Pero cuando ocurra ya les avisaré de antemano de ello. Además de hacerlo para aquellos Lemon que podrían haberse dado y que no lo han hecho en la historia original, ya sean siguiendo la trama de la historia o no.
Otra cosa esta historia se actualizará en menor medida que la original. Así que paciencia.
El resultado de una poción.
En la habitación de las mikos Kagome estaba inquieta. No podía dormir tenía una intensa humedad proveniente de sus partes intimas y pensó que se le adelantó el periodo.
– "¿A dónde vas Kagome?"
– "Voy a dar una vuelta. No puedo dormir y algo de aire fresco me relajará. Duerme tranquila que volveré pronto."
Kagome salió de la alcoba y fue hacía donde notaba que la llamaba.
En el otro ala Kohaku jugaba con Kirara cuando empezó a notar unos síntomas extraños. Un gran escozor de sus partes intimas.
– "Kirara, ahora vuelvo voy a buscar un aseo. ¡No me esperes para dormir!"
Y salió a buscarlo.
La joven miko vestida con un yukata blanco para dormir, paseaba tranquilamente por los pasillos del palacio inu youkai. Todo estaba tranquilo era una noche silenciosa y con muchas estrellas. Kagome por un momento se detuvo para observarlas ignorando el olor que se desprendía de su vagina.
Son tan hermosas.
Ella misma se llevó una mano a su pecho.
Y parecen tan cálidas.
Bajó su mano para separar los bordes del yukata y con el dedo indice y corazón se froto el monte de venus. Luego bajó un poco por él y apretó los labios superiores de la vagina bajando el clítoris. Mantuvo la presión unos minutos más y luego retiró su mano.
¿Que estoy haciendo? ¿Porqué me estoy masturbando?
Con remordimientos quiso volver a la habitación con Kaede, pero la excitación que había conseguido con su mismo toque se lo impedía. Quería volverse a tocar y a sentirse bien. Por suerte como vio en su primera visita, el palacio de la madre de Sesshoumaru era abundante en comodidades, había un sofá – hamaca cada pocos metros. Por lo que se acomodó en el primero que encontró. Tumbada boca arriba reflexionaba sobre si era correcto o no masturbarse.
Al cuerno, es mi cuerpo tengo derecho a explorarlo ¿no?
Con la mano derecha tocó suavemente su monte y lo apretó de nuevo luego con la otra mano se ayudó para incrementar la presión sobre el clítoris. Echó la cabeza atrás cuando su misma fuerza le hizo sentir un pequeño orgasmo y ahogó su pequeño grito en su garganta. No quería llamar la atención de ningún youkai de la zona.
Kohaku por su parte buscaba un aseo para orinar, pues creía que el escozor que sentía en sus miembros era debido a eso. Localizó por suerte a un criado, poco sabía que se trataba del infiltrado de Shiraga, y le preguntó sobre el paradero de uno. El infiltrado lo guío al centro del palacio y le indicó el camino que daba al ala de las mujeres.
– "¿Está seguro que no había otro más cercano?" - Preguntó Kohaku.
– "Completamente." - Y se fue.
Bien en ese caso seguiré sus indicaciones. No creo que me meta en problemas por ir al aseo. Pensó Kohaku.
Por el camino marcado encontró un bulto de una mujer tendida en la hamaca que se estaba masturbando. Como si al ver aquello fuera una señal de activación notó como su pene se ponía duro. Se acercó a la joven que estaba tumbada. En una parte de su mente esperaba que fuera Rin, pero cuando llegó al lugar vio el rostro de Kagome.
– "Señora Kagome ¿que hace aquí?"
La joven se sobresaltó alejó lo más rápido que pudo las manos de su intimidad y las levantó en un gesto de estiramiento.
– "Oh Kohaku yo.. estaba dando una vuelta para poder dormir mejor ¿y tu?"
– "Yo estaba buscando un aseo por la zona ¿conoce alguno?"
– "Umm. Sí acompañame."
Ella se levantó de un salto y guió a su joven amigo al aseo que Rin le enseñó antes.
Bien cuando Kohaku haya hecho sus necesidades podré ocuparme de mi asunto en una zona más tranquila. ¡¿Porqué no habré caído en buscar un aseo antes?
Llegaron al aseo ansiado, y Kohaku se dirigió corriendo a la zona de evacuaciones. Se bajó los pantalones del uniforme de cazador de demonios e intentó orinar. Cuan fue su sorpresa al tocarse su pene y notarlo tan duro como su arma. Bajó la vista vio como su pene erecto ardía en un color rosado. Lo frotó de un lado a otro para calmar su hinchazón pero no pudo. Luego se le ocurrió bajar y subir poco a poco su escroto lo que, aunque no llegó a ser una solución, lo calmó un poco. Pronto notó la necesidad de aumentar el ritmo del meneo y pocos minutos después se estaba masturbando en toda regla.
Uff si que tarda Kohaku. Yo ya empiezo a notar otra vez esta necesidad y no sé por cuanto la puedo parar.
Minutos más tarde Kagome volvía a masturbarse sentada contra la pared.
Sesshoumaru salió del comedor donde había tenido una plática con su madre. Se dirigía a sus aposentos cuando Shiraga lo detuvo.
– "Sesshoumaru ¿a estas horas y no estás en reposo? ¿Acaso tienes miedo de qué los de tu misma especie te ataquen en casa?"
– "No digas tonterías y aparta del medio. Si intentas actuar en mi contra sabes perfectamente que no tardarías ni dos minutos en salir escaldado."
– "No es de mí de quien deberías preocuparte sino del joven amigo de tu prometida."
¿Kohaku? Preocuparme por él, ya le dejé claro la situación..
– "¿Que le has hecho?"
– "Yo ni lo he visto. Ahora bien si he olido la excitación sexual de un macho humano cerca del ala de las mujeres. Lo que hará allí no es de mi incumbencia pero pensé que debías saberlo."
Maldito. Pensó Sesshoumaru mientras se dirigía a paso ligero al ala de las mujeres.
En el aseo tanto Kohaku y Kagome gimieron de placer. Ella por su parte no oyó al chico pero él al oírla se la puso más dura y el meneo ya no le funcionaba. Notaba que algo que quería salir de su pene y no podía ser proyectado, no de la manera en la que se masturbaba. Por lo que cansado de sus intentos fallidos volvió a Kagome para encontrarla metiéndose un dedo dentro de su vagina.
– "Kagome yo.."
– "¿Kohaku?" - Ella algo atontada por la masturbación levantó la vista para verlo. Tenía una cara de angustia. - "¿Que ocurre Kohaku?" - Ella se levantó del suelo dejando sus actividades sexuales.
– "No puedo..."
No se atrevió a confesarle su problema, se parecía demasiado a Kykio a quien le debe la vida. Ella al ver su frustración lo abrazó y en el abrazo notó la erección del chico que en vez de asustarla la excitó aún más.
– "Kohaku no hables." - Le pidió Kagome.
Ella se desabrochó el obi del yukata y se acercó al chico con cuidado. Sus partes intimas se rozaron, él la miró, ella lo miró. Entonces ambos comprendieron que para que la molestia fuera resuelta sus partes debían unirse. Kagome cogió el pene de Kohaku y intentó penetrarse con él como lo hizo con su dedo antes pero era muy gordo para la entrada, y enseguida notó picor.
Esto no me gusta. Antes cuando me metí el dedo no sentí temor más bien placer ahora, sin embargo, tengo miedo es muy duro y parece que no quiere entrar. Me pica.
Kagome intentaba frotarse la entrada de su vagina con el pene de Kohaku para encontrar un punto de no dolor en el proceso pero no lo hallaba.
La señora Kagome intenta meterse mi pene pero no puede tal vez si empujará.
Kohaku entonces empujó en un movimiento brusco cuando Kagome paró en un punto en concreto de su entrada y como imaginó entró el pene.
– "¡Aaaah!" - Gritaron ambos uno al notar como le apretaban su miembro y la otra al haber sido penetrada por el miembro viril de su amigo.
Sesshoumaru encontró el olor de la excitación en el pasillo donde Kagome se estuvo masturbando, poco más tarde reparó en el olor de la hamaca. Era el de su cuñada Kagome.
¿Kagome y Kohaku? No tiene sentido para esto me advierte Shiraga. Aún así... Kagome dudo que esté interesada voluntariamente en Kohaku. Ella está casada con mi hermano. Y no creo que Shiraga tenga algo contra ellos o espera...
En el aseo los dos amigos estaban unidos por sus genitales.
– "¡Quita Kohaku!" - Kagome puso las manos sobre su vagina dolorida donde un hilo de sangre comenzaba a descender y una gota cayó al suelo perfectamente limpio del aseo.
¡Inuyasha! Yo he traicionado a...
– "¡No un poco más! ¡Deja que me corra sólo un poco por favor!" - Le suplicó el joven mientras volvía a penetrarla.
– "¡Me haces daño! ¡Kohaku por favor! ¡PARA!"
En ese preciso instante su cuñado los oyó y entró en el aseo para separarlos. Cogió a Kagome por la cintura y la levantó lejos del pene del chico. Luego empujo a Kohaku al suelo.
– "¡No te acerques!" - Enfadado con Kohaku al ver la debilidad del humano por no resistirse a una poción demoníaca lo enfureció. Ahora sabía que debía advertir a Rin sobre él, y era algo que no quería hacer.
– "Yo señor Sesshoumaru ¡LO SIENTO!" - Se puso de rodillas suplicando su perdón con lagrimas en los ojos.
Pobre Kohaku. Se compadeció de él Kagome.
– "¡A mi no me tienes que pedir perdón!"
– "Tranquilo no pasa nada." - Dijo con algo de calma Kagome pero ella estaba triste por lo que había hecho con él.
– "Hn." - Conteniéndose las lágrimas. - "¡Lo siento señora Kagome! He sido un bruto y no me merezco ¡su comprensión!" - Comenzó a llorar a lágrima viva. Kagome se le acercó y le puso una mano en el hombro:
– "No toda la culpa ha sido tuya, Kohaku. No te tortures." - Le dijo con suavidad. A Kagome se le escapó un pequeño sollozo y unas lágrimas.
Sesshoumaru se compadeció de la miko, quien hasta el momento había sido fiel a su hermano, entonces él iba a hacer algo que no era propio de él.
– "Kagome bañate en la piscina." – Ordenó.
– "¡Pero es que no ves que acabo de traicionar a tu hermano y tu lo único que piensas es en el olor de los humanos!" - Le gritó.
– "¿No quieres que Inuyasha sea el primero?" - Le preguntó Sesshoumaru.
– "¡Cómo quieres que lo sea si he perdido mi virginidad!"
– "Yo te la puedo restaurar."
– "¿En serio?"
– "Ahora bien sólo durará unas horas."
Kagome se estaba bañando en la gran piscina se sumergió dentro de ella con la esperanza de que todo el olor de Kohaku se borrará. Luego salió de la piscina y en un barreño pequeño se limpió las partes intimas con una esponja que le dio su cuñado y que le aseguró que eliminaría todo resto de olor de él. Ella solo tenía que introducirlo en su interior, cosa que hizo. Mientras hacía todo esto, Sesshoumaru se encargaba del adolescente. Llamó a una criada y le pidió que se encargará de él. Aunque se quejó, su señor se lo ordenó ahora bien le sugirió que no era necesario que se acostaran con una felación que lo dejará dormido sería suficiente.
– "Ya acabé con esto." - Se presentó desnuda Kagome ante él.
– "Bien tumbate." - Le señaló la tumbona del baño. Ella no se fiaba de él, después de que Kohaku la penetró le entró una desconfianza a todo aquello que tuviera un palo entre las piernas. - "Vamos." - Kagome retrocedió dos pasos. - "No estoy interesado en ti. Pero si no quieres recuperar tu himen vaya tú." - Él ya empezaba a retirarse.
– "Espera." - Cuando se volvió ella estaba tumbada. - "Cuando quieras."
Sólo espero que esto funcioné.
Minutos más tarde Kagome paseaba por los mismos pasillos en los que se le ocurrió masturbarse y siguiendo las indicaciones de Sesshoumaru llegó a la zona de descanso de los príncipes. Ella volvió a llevarse una mano a su pecho y la otra la situó sobre su intimidad, luego miró las estrellas tras un shoji abierto que daba a un patio de piedra.
Estas estrellas parecen más vivas que nunca.
Entonces una estrella fugaz pasó como un rayo de luz sobre un cielo parecido a la purpurina sobre la seda negra.
Aunque no sea exactamente mi primera vez, deseo que para los dos represente lo mismo.
La joven miko empezó a sentir frío por lo que decidió que era el momento de entrar.
Después de que Sesshoumaru le indicará el camino se fue a la alcoba de Rin. En silencio entró para no desvelarla.
Ella es tan dulce cuando duerme. Pensó él.
Se aproximó a la cama para acariciarle sus cabellos sedosos, ella se retorció algo su cabeza como un cachorro se frota involuntariamente al calor de la mano de su dueño. Luego con el dorso de sus dedos le tocó la mejilla y fue recorriendo hasta su cuello, ella gimió en sueños con lo que el sólo pudo sonreír. Sin hacer mucho ruido bajó la sábana con sumo cuidado para no despertarla, una vez desprovista de ella, con el mimo cuidado aparto un lado de su yukata para tener acceso a su intimidad. Entonces vio algo que entre un gemido entre frustración y satisfacción, lo obligó a cubrirla de nuevo. Volvió a arroparla y con un beso tierno en la frente le deseo buenas noches.
Aunque el tonto de Shiraga hubiera acertado con su plan. A ella no le iba a pasar como Kagome. Madre supo ver esto a tiempo.
En ese momento agradeció a su madre el ponerle los trapos íntimos.
Kagome entró en la habitación de su marido, al parecer él dormía pues no se percató de su presencía. Se acercó a la gran cama que veía cuando tropezó con algo y cayó. Ese algo lo cogió y vio que era un hueso grande perfectamente pulido y con algunas marcas de dientes.
¿Inuyasha habrá estado jugando con esto? ¡Ay no! Ahora no es momento para recriminarle que se comporta como un crío. Es hora de hacer lo que he venido a hacer.
Con más determinación se subió a la cama. Tuvo que apoyarse con las manos y levantar una pierna para subirse encima.
¿Quien narices diseñó esto? Será todo lo cómoda que quieras pero para subir en ella es un asco.
Entonces recordó lo que era el pozo devora huesos. Sus viajes de un lado a otro por él y lo incómodo que era subir por las plantas enredaderas del mismo, y ante todo, la excitación de ver a Inuyasha al subirlas.
Hoy presiento que será un día igual de especial. Sonrió para sus adentros.
A gatas recorrió la gran cama hasta llegar a su hanyou, se puso sobre él y con un susurro en el oído le dijo:
– "Inuyasha despierta tengo algo especial para ti. ¿Inuyasha?" - Un instante después: "¡Inuyasha!" - Nada aún dormía como un tronco, se apartó un poco de su lado y formuló el hechizo: - "SIÉNTATE."
Ahora si se había despertado y bastante sobresaltado pues había hasta desenvainado Tetsusaiga.
– "¡Sesshoumaru cómo te atreves a volverme a despertar así! ¿eh? ¿Kagome? ¿Qué haces aquí?" - Preguntó tontamente.
– "Esto yo.." - No me atrevo a decírselo y me muero de ganas por hacerlo. Aunque duele un cacho pero.. por otra banda. "Sólo durará unas horas."
– "Va habla, tengo ganas de dormir." - Le soltó sin importancia Inuyasha.
– "¡Eso es lo único que me tienes que decir! ¡Después de haber recorrido este palacio en mitad de la noche para ir a verte!"
– "Kagome no te enfades haré lo que tu quieras." - Inuyasha temía volver a sufrir el castigo del rosario.
– "¿Estás seguro de ello?"
– "Sí."
– "Quiero hacer el amor."
A Inuyasha le dio un choc que lo dejó petrificado en la cama. Kagome entonces se acercó y rozando con su cuerpo el suyo se lo volvió a pedir.
– "Por favor."
Ahora Inuyasha ya se hubo repuesto.
– "Sí tu estás segura yo también lo estoy."
Esto alegró mucho a Kagome quien se abalanzó a sus brazos. Él por su parte la acomodó sobre su pecho y la beso con ternura en el pelo. Luego levanto su mentón para besarle primero con un pequeño roce de labios, segundo con un movimiento suave introdujo su lengua y giró el rostro, subió una mano para sostener la cabeza y con algunos movimientos de su lengua exploró su garganta.
¿Que hace parece que esté comiendo un caramelo? Oh, ahora se mueve por toda mi boca ¿yo que hago no puedo hablar?
Al intentar hablar Kagome se rozaba con la lengua de él y notó el sabor de su lengua que no la desagradó y decidió hacer un pequeño pulso con él. Tres minutos más tarde, lo estaba golpeando en los hombros para que la dejará respirar.
Una vez tranquilizada a su mujer, procedió a quitarle su yukata con cuidado para quedar un poco bobo admirando las vistas, un quejido de ella lo volvió al sitio. Él también se desvistió de la parte superior de su vestimenta. Kagome ahora con un ligero masaje acariciaba la espalda de su amado mientras él le lamía parte del cuello. Con su mano frotaba uno de sus pechos amasándolo en sentido de las agujas del reloj. Cuando se cansó olió la excitación de ella sobre la zona y lo chupeteó durante unos dos minutos para luego terminar en un leve mordisco.
– "¡Aaah No muerdas!"
– "Lo siento, intentaré no hacerlo relájate."
Con la lengua empezó a lamer su ombligo y luego bajó a la parte entremedia entre éste y el monte donde al parecer era el punto de la risa de Kagome. Cuando Kagome pareció estar más feliz fue el momento en la que con las dos piernas la abrió y empezó a chupetear su entrada vaginal.
– "Kagome hueles raro."
¡No puede ser se habrá dado cuenta!
– "¿A qué te refieres?"
¡Qué no sea eso! ¡Que no sea eso!
– "No sé huele cómo a flores o algo nauseabundo."
¿Que a flores? Debe ser por el baño pero ¡nauseabundo!
– "¡Oye si no te gusta que antes de venir aquí me haya dado un baño mejor me voy!"
Ella se incorporó con intenciones de hacerlo cuando las manos de Inuyasha la agarraron para llevarla a sus labios. Al principio se resistió pero después se dejó llevar por él, cuánto tiempo estuvieron así no se sabe lo que sí es que después el hanyou se bajó definitivamente los pantalones y sin dar previo aviso entró dentro de ella.
– "Aaaaah" - Gritó únicamente ella, él sólo gimió.
¡¿Porqué siempre tengo que ser penetrada así? Gritó en su mente.
– "Kagome ¿estás bien?" - Kagome comenzó a llorar y él creía que era por su culpa por haberla penetrado como un bruto. Se pensó que era culpa de su sangre youkai.
– "Por favor Inuyasha no te pares pero intenta no hacerlo muy rápido ¿vale?"
Inuyasha se acercó a sus labios y la besó con todo el amor en el mundo que le pudo transmitir.
– "Te amo, Kagome."
Y así la pareja continuó su danza y como Kagome volvió a perder su virginidad con el hombre que amaba.
Por otro lado en la habitación de enfrente alguien pensaba:
Soy un tonto. Podía haberme ahorrado ese gesto y haber dormido a gusto.
