Hola espero qu les guste y si lo hace háganme saber de cual quier forma, creo que serán tres capítulos o podría dejarlo así no se.


Se siente solo, vacío por dentro y roto como los cristales al tocar el firmamento.

El suave campaneo de la lluvia contrasta con el tic-tac del reloj de manija, esta en el sofá de cuero negro y con sus brazos se tapa los ojos, hinchados de tanto llorar.

Destapa su cara y voltea hacia la derecha, le cuesta un poco ver al principio, pero logra encontrar la gran azucena en el florero de la mesa de metal negra, su color es azul, y es una de las muchas flores que le regalo.

Vuelve a mirar el techo por un algún tiempo, no lo sabe ni le interesa; se levanta de un salto y toma su chaqueta antes olvidada, se la pone sobre los hombros y coge el paraguas.

Se arregla un poco el cabello negro desorganizado. Hecha una ultima mirada a la habitación y sale por la puerta, la llovizna es suave y hasta agradable, observa su jardín lleno de flores que el le había dado, rosas, orquídeas lavandas, copihues, jazmines, lirios, hibiscos, petunias rayitos, plumones, arboles de cerezo y muchas mas, todas de diferente forma o color, se concentra en dos de ellas.

Nomeolvides- Algo irónica para ese momento, donde quisiera olvidar todo y que sus recuerdos se quemaran como su piel en este momento.

Y un Girasol- Toma la rara* planta en sus manos, al contrario de las muchísimas flores que poseía de cada especie, solo tenia un girasol, porque esa flor era igual que "el", igual que Cavallone, Cavallone Dino, su Dino.

No puede evitar que le asalten los recuerdos que tuvieron juntos.

Primero, los momentos felices, las citas, los besos, las caricias, los abrazos, los regalos por parte de ambos, las noches estrelladas, los consejos, las sonrisas, el sexo o mas bien el hacer el amor.

Porque lo que ellos hacían era el amor, ya que se amaban con locura, con pasión desmedida.

Vinieron los momentos difíciles, las peleas, los problemas, la preocupación por la familia, los viajes repentinos y mas que todo, la distancia, es muy complicado mantenerse en una relación sino estas seguro de donde se encuentra o con quien se encuentra tu amante, no?

Sus ojos se aguan, las orbes plateadas se cierran y en un movimiento involuntario, deja el paraguas en el piso y levanta el rostro; la lluvia le calma con su fria temperatura, tranquiliza su corazón ardiente, y su cuerpo acabado.

Recuerda los momentos tristes, los herederos, la posible infidelidad, la familia, y el final, que trajo el mismo hace pocos días, porque Dino necesitaba hijos, los cuales no podía darle.

Las lagrimas salen de nuevo, como no quería que pasara, el siempre había sido alguien fuerte, solitario, donde su única compañía era esta, la soledad, expulsada un momento por su rubio, pero que gobernaría de nuevo por mucho tiempo

Sale de su casa y empieza a caminar por la acera, se adentra en el pueblo, luego en el sector comercial y en menos de lo que se da cuenta la pequeña llovizna se convirtió en un tifon, su protección voló lejos hace mucho tiempo y el estaba frente al bosque.

Se adentra entre los grandes arboles, buscando el templo sintoista, de donde nunca debió haber salido, lo divisa detrás de dos colinas, va hacia allá mojándose embarrándose e incluso cortándose con las espinas de los arboles.

Cuando llega a sus puertas esta empapado de pies a cabeza, se cambia las prendas y se pone un kimono negro con flores blancas y encima la típica ropa para darse calor, de color azul claro, todo esto unido por una cinta escarlata.

Observa lo que trajo desde su hogar, una Nomeolvides purpura y el girasol amarillo, como siempre.

Sus parpados se cierran, esta muy cansado, el dia de hoy a sido muy agotador, deja la primera de las flores en el suelo, con infinito cuidado y se deja caer al piso, durmiéndose al instante.

Se le puede ver en posición fetal, mientras tiene a la segunda flor en sus manos, abrazándola, como quisiera hacer con su girasol.