Ambos se amaban, sin embargo uno era muy despistado para darse cuenta y él otro demasiado arisco para aceptarlo. A pesar de todo siempre estaban juntos, incluso después de la separación de sus países, como personas jamás se alejaron.
Lovino no podía, o mejor dicho no quería aceptar sus sentimientos hacia él español, ni siquiera consigo mismo pues su negatividad era más fuerte que su corazón en ese sentido.
Por otro lado tenemos a Antonio, él cuál siempre se comportaba de manera amorosa con todo el mundo aunque un tanto especial con él italiano, después de todo era su "mayor tesoro" o algo así solía decir.
Eran la pareja perfecta, incluso había quienes decían que estaban destinados a estar juntos...
Pero las cosas tomaron un rumbo distinto.
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Antonio estaba confundido.
Sentía amor hacia dos personas completamente opuestas, poniendo en juego los sentimientos de ambos y eso no le agradaba en nada. Odiaba tener que elegir aunque sabía tendría que hacerlo en algún momento ya fuera tarde o temprano.
Pero le dolía pensar en tener que romper un corazón.
Lovino estaba triste.
A pesar de que aún no aceptaba por completo cuánto lo amaba, le dolía verlo feliz con ese otro pues quería que aquella sonrisa, ojos brillantes, palabras dulces y cálidas risitas fueran solo para él aunque sonara egoísta.
Pero de alguna forma sabía que eso no sucedería.
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¿Que pasó luego? Pues hablaron entre los tres.
El italiano estaba petrificado, jamás hubiera pensando que aquél sujeto comenzaría a llorar y armar un escándalo mientras le cedía el amor del ibérico diciendo cosas que sólo lograban herirlo más.
"¿Cuando dije que lo amaba? Estás delirando, maldición" Comentó con su típico ceño fruncido, agregando que España era molesto y ya había pasado suficientes años a su lado como para desear más, negando cada una de las palabras que dejaba salir el contrario.
Pero estaba mintiendo... Lo peor es que aún no lo sabía.
Continuaron discutiendo un buen rato, excluyendo completamente a la razón del conflicto mientras este pensaba en qué hacer; sí debía intervenir o mantenerse en su sitio, tomar una decisión o esperar más tiempo, gritar lo que sentía o quedarse en silencio; sin embargo al oír las palabras de odio que le dedicaba él sureño todo rastro de duda desapareció inmediatamente a la vez que intentaba camuflar su dolido corazón.
Pero nunca pensó sobre todo lo que perdería en el momento dónde abriera la boca.
Bueno, es un inicio corto y los próximos capítulos también lo serán hasta cierto punto... Espero les guste, la verdad soy nueva en esto de subir historias aquí pero por algo se empieza.
Agradezco la oportunidad y sin nada más que agregar, nos leemos.
