AQUÍ VAMOS DE NUEVO
Mas este maldito nudo en mi garganta,
no me deja callar el dolor,
me va consumiendo, me va extinguiendo y debo enterrarlo
en lo profundo de mi ser.
Un grito desgarrador se escuchaba en la soledad del desierto, adaptándose a la perfección con la lluvia intensa que había en el lugar. Unos puños furiosos golpeaban con fuerza el suelo, haciendo un cráter alrededor. Ni los truenos de la tormenta podían comparase con sus gritos de impotencia contenida. Ni el más grande huracán, podía comparase con la tormenta de emociones contrastantes que había dentro él.
Fueron barias las horas en que estuvo así, solo gritando hasta quedarse sin voz, buscando sacar de cualquier forma posible la frustración que venía cargando toda su vida y que en los últimos cuatro años se había acumulado al grado de no poder controlarlo . Aunque por un momento creyó lograrlo no tardo en darse cuenta que no sirvió de mucho, solo gasto energía de una forma patética e innecesaria, en algo que no valía la pena, en algo que parecía nunca iba a llegar. Aun así, no es como si fuera a necesitarla.
Una nueva furia apareció en su ser al recordar el motivo de su patética condición, haciendo que apretara sus puños con nueva fuerza, con la misma rabia. Se sentía varado en un lugar al que nunca debió llegar, con deseos que no podía completar. Una parte de él quería dejar todo, tirar todo al demonio y deshacerse de este planeta al que solo llego a terminar de volverse loco. Pero otra parte de él se decía que no valía la pena, y otra simplemente no quería hacerlo.
Todo por lo que entreno, todo por lo que lucho en los últimos años ya no estaba. Las veces que aun que nunca admitiera, arriesgaba su vida en entrenamientos suicidas, no tendrían resultados. Al parecer nunca lo hizo.
Cada que sentía que estaba cerca, la brecha que había entre él y sus deseos se hacía más y más larga, al punto de que ahora no podía ver el final. Era como su propia maldición. Se sentía atado de manos, atado a su realidad sin poder hacer nada.
La fría lluvia hacia tranquilizar sus músculos, pero no su mente e ideas que solo daban vueltas por su cabeza. Se obligo a levantar la cara y hacer que esta fuera golpeada por la brisa y las gotas que no dejaban de caer. Entre la inmensa noche intento inconscientemente localizar a la distancia su planeta, pero la aun intensa lluvia ocultaba las estrellas a cualquier ser. Eso solo lo hacía sentirse peor, jamás lo diría en voz alta pero esa noche además de sentirse fracasado e impotente se encontraba a si mismo solo, perdido.
–Si te quedas, no te puedo prometer peleas y gran poder, pero si te puedo prometerte que jamás estarás solo. No mientras yo esté aquí.
Un recuerdo fugaz del bello rostro de la peliazul apareció en su mente, una de las culpables de su enferma condición. Su última noche juntos aun estaba vivida en su cabeza y aunque ya hubieran pasado meses de eso, aun podía sentir su aliento y su voz diciéndole esas palabras. Debía admitirlo, su propuesta era tentadora, ponerle fin a todo mal y mierda en su vida, tan solo aceptando ella sería solo para él como siempre debió ser, todo esto mas el mocoso que tanto insistió ella en conservar. "No es tan molesto a veces" pensó. Aun así, por mucho que le gustara la idea no la aceptaba. Porque simplemente no quería aceptar que lo quería.
Como si su actual condición de derrota no fuera suficiente, se encontraba con desconocidos y odiosos sentires que trataba inútilmente de borrar de su alma, un alma que creía un teflón para los sentimientos humanos, más no ahora. Quería con todo su ser acabar con lo que lo volvía loco, pero se vio incapaz, porque eso que lo atormentaba, también le daba de alguna bizarra forma un camino a su vida.
Aviso rápido, será un fic muy corto de unos cuatro capítulos aproximadamente, espero lo disfruten. Toda clase de crítica constructiva es bien recibida.
