Las obras y personajes son propiedad de Akira Toriyama y Reki Kawahara
I
1. La razón de un nuevo mundo
Solo ha pasado un mes después de la batalla contra Cell, Gohan empezó a ir a la escuela de la Capital del Oeste recomendado por Bulma ya que Gohan tenía un buen intelecto gracias a los estudios avanzados que le dio Milk.
El híbrido saiyajin no solo se la pasaba estudiando sino que también entrenaba hasta tarde ya que nunca se podría saber si una nueva amenaza iba a llegar, pero todo eso fue disminuyendo por el trabajo de la escuela hasta que lo dejo definitivamente.
2 años han pasado y el joven Gohan, con 13 años de edad y con 3 meses de cumplir 14, se volvió un prodigio en su clase ya que se salto varios grados hasta que un día, a finales de clases, todos los alumnos tuvieron que hacer una exposición para presentar a unos directores de varias escuelas de otras ciudades de Japón y el primer lugar sería una beca de una de las tantas escuelas.
Gohan no quería desperdiciar una oportunidad como esta, pero significaba estar lejos de su familia y amigos. Gohan le pidió unos materiales a Bulma teniendo en mente lo que iba hacer. Un mes después, la exposición había llegado y Gohan se encontraba nervioso, no por si perdía el concurso sino porque su madre se pondría triste o tal vez porque nunca hizo una exposición en su vida aunque la escuela hubiera propuesto otras él nunca participo ya que no le interesó mucho eso de los concursos.
Su invento consistía en un aparato que podía reflejar objetos en hologramas, ganando el primer lugar de la exposición teniendo todas las cartas de inscripción de cada una de las escuelas, lo cual emociono a Milk y a Bulma, pero Vegeta a penas le dio la mirada ya que no le interesaba en nada y Piccoro-san se enorgulleció por él aunque le decepciono que se volviera débil con el pasar de los años.
Al día siguiente se organizó una fiesta por el primer lugar de Gohan, asistieron todos sus amigos incluyendo a n18 quien se había casado con Krillin y tuvieron una hija, y también esta Goten quien nació después de la muerte de Goku y jugaba mucho con el pequeño Trunks.
Todos estaban en una mesa comiendo tranquilamente - Gohan, ¿Ya has decidido a que secundaria vas a ir? - preguntó Bulma dándole comida a Trunks pero este la rechazaba ya que odiaba cuando lo trataba como un bebe.
–Supongo que si, hay una en donde se especializa en Mecatrónica, no estoy seguro si debería irme.
–¿Porque no? – pregunto Yamcha
–¿Que pasa si viene alguien a destruir la Tierra? Papá ya no está con nosotros y el confió en mi para que la protegiera con todas mis fuerzas.
–Hmph, dudo mucho que lo hagas. Tu poder de pelea se ha disminuido bastante, sigues siendo débil. Dejar tu entrenamiento para dedicarte a la escuela fue una gran estupidez – eso ultimo enfureció a Gohan y solo se marchó de la mesa y se fue a uno de los árboles.
–¡Vegeta! ¡No tenías que ser tan duro con él! - le dijo Bulma pero Vegeta solo la ignoro.
Gohan se sentó en un árbol pensando sobre todo esto, le daba la razón a Vegeta, se estaba volviendo débil y nunca se percató de eso. En ese momento, algo le vino a la cabeza, tendría todo un verano para entrenar y estudiar así que tomo una decidió.
–Vegeta-san – le dirigió la palabra al hombre que estaba en frente quien volteo su cabeza con el ceño fruncido.
–¿Que quieres? –
–Quiero que usted me entrene por 1 mes, quiero ser tan fuerte como lo es usted y como lo era mi padre – dijo con determinación dejando a todos impresionados y asustados, todos sabían que el entrenamiento que tuvo con Piccoro fue difícil pero con Vegeta terminara muerto en menos de 5 días.
–Como sea, acepto, pero no será fácil.
–¿Es en serio? Muchas gracias, Vegeta-san.
–Ohhhhh, no. Claro que no señor – dijo Milk con cierto enojo.
–Pero mamá, por favor, solo será un mes quiero ser fuerte, tan fuerte como papá – dijo Gohan a lo cual todos sonríen, e incluso Vegeta, todos conocían a Goku y Gohan era la viva imagen de él.
–Ahora lo entiendo Vegeta, querías que Gohan retomara su entrenamiento – pensó Bulma con una sonrisa con la mirada hacia su esposo para luego apoyarse en su hombro haciendo que este se molestara pero ella sabía que él era así.
–Pero me deberás algo a cambio.
–¿Qué cosa?
–Algún día tendremos una pelea y me demostraras que tan fuerte eres.
–Lo prometo.
Hoy era el último día de vacaciones de primavera, las clases comenzaban dentro de 3 días y Gohan ya había preparado todo para salir al día siguiente, ya que técnicamente tenía que ingresar 2 días después de las clases pero se entiende, eran las 15 hs y Gohan iba a despedirse de sus amigos, a la última casa que fue a visitar fue a la Corporación Capsula quien se despidió de Bulma, Trunks y por ultimo de su maestro quien lo despidió con una seña levantando sus dedos índice y medio.
–Gohan, antes que te vayas quiero mostrarte algo – dijo la dueña de la Corporación Capsula guiándolo a un laboratorio que estaba completamente aislado pero con muchos cables que daban conexión a lo único, aparte de varias computadoras y maquinas, que se encontraba en el centro.
Se encontraba una silla inclinada de color negro y por encima de ella, conectada por unos cables en su parte superior, un casco. Su color era gris, era idéntico al de un casco que usan los motociclistas hasta tenía el espejo por delante de un color oscuro.
–¿Que es, Bulma-san? – le pregunto viendo más de cerca el casco, su cabeza podría caber ahí de seguro, pero no veía las posibles funciones.
–Es un casco de Realidad Virtual – afirmo con los brazos en la cadera – Una compañía nos dio permiso para continuar con el producto. Si bien esto ya se había lanzado antes en Tokyo, pero nosotros lo lanzaremos dentro de un par de días, y quiero que vos, Gohan, te lleves una muestra – el híbrido volteo hacia Bulma, le parecía fantástico tener la oportunidad de verlo con sus propios ojos no podía aceptarlo.
–No puedo hacer eso, Bulma-san. Se lo agradezco pero será mejor que se lo de a alguien más, ¿Que tal a Vegeta-san? – Bulma hecho una risa llevándose una mano a la boca.
–¡Vegeta no lo haría de ninguna manera! – su esposo nunca hacía lo que le pedía, pudo haber peleado contra los androides y Cell en ese momento, pero nunca le hizo caso y menos le dio un abrazo – Tómalo como un regalo, cuando lo pruebes cuéntame todo. También te hice una chaqueta con nuestro símbolo.
–¡Wow, muchas gracias! – dijo admirado por la chaqueta de cuero color negra, el símbolo de la Corporación Capsula estaba en el brazo del lado izquierdo. Una vez que se la probó sus ojos se pusieron brillosos, se sentía muy bien usándola.
Gohan se despidió por fin de Bulma tomando rumbo a su casa para descansar y esperar hasta mañana para partir. No podía dormir a causa de su emoción, por fin entraría a la secundaria y conocería a gente nueva en otra ciudad, pero también estaba un poco nervioso, no quería dejar a su familia ya que estaba muy apegada a ella.
Intentaba reconciliar el sueño pero por más que intentaba no lo lograba, clavo su mirada en la ventana de su cuarto. Mirar las estrellas le recordaba a su padre, sin él las cosas no son las mismas, pero esos sentimientos no lo harán retroceder de nuevo, seguirá adelante hasta el final.
Al amanecer, la familia Son salió temprano hacia el Aeropuerto de West City. Gohan traía un bolso con ropa, una caja junto con el casco de realidad virtual y a espera que su avión este en marcha para partir a Tokyo.
–Te voy a extrañar, nni-chan – dijo el pequeño Son agarrando la mano de su madre, estar con Gohan era muy divertido y ahora como se iba a la secundaria ya no estaría con él.
–Escucha, Goten, desde ahora debes cuidar de mamá. Procura volverte muy fuerte, yo también lo haré, ¿De acuerdo? – agachándose a su altura le sacudió los pelos de la cabeza sacandole una sonrisa, se limitó a sonreír a él y a su madre.
–Estoy muy orgullosa de ti. De seguro tu padre también lo estará – Milk le dio un fuerte abrazo sintiendo que sería la última vez que lo vería.
–Si, mamá - esas fueron sus últimas palabras de Son Gohan. Se dio la vuelta hacia atrás subiendo las escaleras mecánicas y saludando a su familia.
Una vez que el avión estaba por despegar entrego su boleto y entro en un tipo de túnel curvo dando paso a la entrada. Las paredes eran blancas y limpias, los asientos suaves y de colores grisáceos y cómodos con televisor delante de ellos, arriba de los asientos la cabina para guardar el equipaje.
Tomo asiento cómodamente después de guardar sus bolsos en las cabinas, miro a la ventanilla que tenía al lado disfrutando de la vista de los edificios. Estaba emocionado, era como entrar a una nueva vida, de cero.
Fue un largo viaje de 6 horas, el aterrizaje despertó el sueño de Gohan dando aviso que los pasajeros habían aterrizado. Procuro no olvidarse nada de nada y se dirigió a la salida del avión, la ciudad era inmensa, parecía un turista extranjero que había viajado en el tiempo.
Edificios por todos lados, autos pasando sin dejar pasar a los otros, si tenía que juzgar a la gente por como iba vestida diría que todos eran empresarios, negociantes, abogados, entre otros, la gente que lo rodeaba iba de traje mientras que él llevaba una camisa roja, un jean, zapatos negros y la chaqueta de la Corporación Capsula.
Dejo de observar y se enfocó en llegar a la casa "prometedora" como parte de la beca, claro que no prometía una mansión, pero mientras tenga un techo, baño y comida para alimentarse todo bien.
Tomo el colectivo más cercano que tuvo como transporte, la dirección era muy lejos del aeropuerto y la multitud no le permitiría volar. Cuando el colectivo paro en la parada, Gohan se bajó en la calle viendo su mapa y en un papel arrugado la dirección.
Miro al frente y ahí estaba, era más un apartamento de los típicos Moteles donde te hospedas unos días, era de dos plantas y las escaleras estaban en ambos extremos dando paso a las siguientes puertas.
Cruzo la calle y subió las escaleras buscando el número de su apartamento, a tres puertas de la parte derecha, los barrotes que se sostenían parecían estarse oxidando, y la puerta de entrada era de un color marrón.
Delante de la puerta había un seguro, lo primero a la vista era un lavarropa, un horno eléctrico, una heladera, a su izquierda un closet donde se guarda la escoba, la pala y la aspiradora, y al frente otra puerta con cuatro ventanas que estaban siendo tapadas por una cortina.
Abrió la última puerta que tenía, a la derecha junto con la pared estaba una cama que estaba cubierta por un par de sabanas, en el centro una pequeña mesa de madera dando por hecho que era la única mesa por el lugar, a la izquierda (A la cabeza de la cama) estaba una puerta que llevaba al baño, limpio y simple, la tele estaba en el piso en el rincón de la pared de enfrente y arriba suyo una ventana con cortinas blancas y por último un aire acondicionado.
–Me gusta – fue su primera impresión sobre el lugar, era justo lo que necesitaba para vivir en esta ciudad. Nuevos compañeros, nuevos amigos, una nueva vida... No va a ser algo fácil.
Se recostó en el colchón de golpe, sus piernas le fallaban por el largo viaje y sus ojos se cerraban solos. Con un brazo tapando el haz de luz que molestaba su visión, cerró los ojos y termino desmayado después de un par de minutos.
Las horas que paso dormido parecieron segundos, abrió sus ojos entre parpadeos teniendo una mejor vista con los rayos de luz pasando por la ventana. Se acomodó en el piso, fregándose los ojos para despertarse, miro en un reloj digital de la pequeña mesa enfrente de la cama marcando las 5:37 a.m.
Aun le quedaba tiempo, se preparó un desayuno rápido con jugo de naranja y unas galletitas, tenía que presentarse a las 7:30 a.m., no podía esperar, para matar el tiempo se puso a organizar y a guardar las cosas que traía en su maleta.
Salió de su nueva casa y partió a pie sin olvidarse nada, llevaba un bolso de piel color negro colgando desde su hombro izquierdo. Su vestimenta era un chaleco color café, debajo una camisa de broche blanca con una corbata color roja, pantalón color café para combinar y un par de zapatos de vestir.
Paso por varios mercados con frutas frescas, restaurantes, vio pasar a varias personas con sus hijos aun cuando iba a trote. La parte de la ciudad en la que se encontraba era pequeña en sí, pero había gente por todos lados y eran felices con sus parientes.
Cuando llego al instituto se detuvo para observar la entrada, las rejas de metal estaban separadas y daba inicio a una rampa, más adelante se veía un edificio al lado de casi cuatro pisos, la entrada al edificio estaba a la derecha y a la izquierda algo que dejo un poco confundido al joven.
Tuvo que pedir indicaciones a unas chicas que estaban cerca charlando entre ellas, lo raro es que cuando se alejó no pudo evitar escuchar los chismes que se decían y por lo visto eran sobre él. Las miradas de los alumnos hacía él lo ponían nerviosos, sus mejillas se pusieron un poco coloradas al escuchar tantas cosas.
–¿Es el chico nuevo?
–¡Es muy lindo!
–¿Ese cuerpo es real? Debió hacerse una cirugía.
–¿Qué tipo de peinado es ese? Parece una palmera colgando en su cabeza.
Y los comentarios seguían y seguían sin parar. Fue acelerando el paso hasta llegar a la entrada del aula de clases, las puertas eran corredizas y por encima de ellas estaba un cartel con el nombre 1-A, vio a algunos alumnos que iban pasando por diferentes salones y otros pasando por la suya.
Se decidió entrar por una vez y con un paso confiado entró al salón recibiendo unas miradas de alumnos viendo con interés, corazones en los ojos y desprecio. Trato de ignorar el contacto visual con cualquiera para sentarse en uno de los asientos que estaban desocupados, los estudiantes que faltaban fueron ingresando, cuando llego la hora de la clase todos los alumnos estaban presentes, eran entre de 20 o 30, junto con el profesor que se sentó en su escritorio que estaba ubicado en medio del pizarron.
–Muy bien clase, hoy tenemos a un nuevo estudiante. Son Gohan, por favor, pasa al frente y preséntate – ordenó su profesor después dejar la lista en el escritorio. Algunos dejaron salir una pequeña risa por escuchar al recién nombrado, él simplemente ignoro eso y se levantó de su asiento con un pequeño rubor en sus mejillas al recibir tanta atención.
–H-Hola, es un gusto conocerlos… – dio una reverencia enfrente de sus alumnos, su madre le enseño modales formales y saludarlos de esta forma era una de las principales cosas que tenía que hacer al conocer gente nueva.
–Cuéntanos unas cosas de ti, gustos, pasatiempos, ese tipo de cosas.
–Me gusta las artes marciales mixtas, antes practicaba con mi padre, pero pasaron algunas cosas y termine dejándolo. No tengo un pasatiempo aun, he pensado en tomar un curso de guitarra, por ahora quiero concentrarme en el estudio – se sintió aliviado cuando termino de hablar enfrente de sus compañeros, no estaba acostumbrado hablar con tantas personas, era una persona tímida en el tema de la sociabilidad.
–Muy bien, puedes tomar asiento – volvió a ordenar su maestro y se dirigió a su pupitre, fue muy vergonzoso para él tener que dar ese discurso, y para empeorar las cosas, todavía era perseguido por las mirada de sus compañeros.
El horario de clase siguió su curso normal, como eran los primeros días del colegio no había mucho por hacer. Le presto total atención al pizarron siguiendo las enseñanzas del profesor al pie de la letra, él había recibido un buen estudio de su madre desde los cuatro años, así que mucho problema no tuvo para resolver unos problemas.
El primer turno termino muy rápido, en el momento que sonó la campana del recreo los alumnos se dispersaron para tomar algo de aire y para sacar algo en sus casilleros. Gohan prefirió ir a su casillero con el número 747, saco de su bolsillo un papelito con el número de serie de la combinación de la puerta del mismo.
Antes de que pudiera sacar algo, escucho varios golpeteos que provenía del pasillo a la izquierda. Decidió seguir el sonido de los golpes contra el metal y ahí lo vio, una chica de más o menos su edad, pelo corto y color café con un par de coletas de cintas blancas que cubrían sus orejas y casi llegaban a sus hombros, sus anteojos dejaban ver su globos oculares de un color similar al de su cabello, su uniforme escolar era exactamente igual al de él excepto por la minifalda, una bufanda de color café oscuro alrededor de su cuello y un chaleco color taupe.
Parecía tener un problema con la puerta, giraba la perilla tratando de forzar la combinación, los estudiantes que pasaban no trataron de ayudarla o ella siquiera pedía ayuda, es más, pasaban reprimiendo una risa y susurrándose entre los que iban en grupo de dos. No entendía cuál era el problema de la gente con ella, dejo de enfocarse en los otros y volvió a fijarse en la chica que dejo su casillero, por la cara de depresión que puso era obvio que escucho en el momento lo que decían, camino al fondo del pasillo mientras que con una mano se acomodaba la bufanda tapando sus fosas nasales.
Volteó de derecha izquierda y volvió a mirar al fondo donde se encontraba ella caminando. Solo estaba él. Levanto la palma de su mano acumulando un poco de Ki como si tuviera el mismo viento almacenado alrededor de él. Con cuidado, disparo la porción de energía hacía el mismo casillero que trataba de abrir y de repente...
BAAAAAMMMM
Todas las puertas de los casilleros se abrieron de golpe en efecto domino dejando desparramado en el piso un montón de hojas que ahora se abran extraviado en el lugar de sus dueños.
Su reacción fue exactamente como la imagino, salto del susto pegándose contra la pared con los ojos bien abiertos, su respiración se agito acelerando las pulsaciones de su corazón. No podía separarse del muro de cemento pintado de blanco que tenía detrás suyo, se quitó los anteojos para refregarse los ojos con el mismo antebrazo, era real.
Enseguida volteo a su izquierda y derecha y ahí lo vio, una sombra, pero lo vio. Se había escondido rápido detrás de la esquina, ignorando el temblor de sus propias piernas que le impedían movilizarse dio un paso adelante y otro.
Por otro lado, Gohan se quería dar una cachetada por la estupidez que hizo. Fue tan imprudente hacer algo como eso, pudo simplemente ir y ofrecerle ayuda, pero no tuvo que hacer un desorden y casi matarla de un infarto.
Fue suerte que nadie lo haya notado o que tengan cámaras. No parecía que ella se acercara, puede que lo haya ignorado o tal vez se desmayó, no, eso era ridículo, pero solo esperaba que se hubiera asustado lo suficiente para salir corriendo y evitar una explicación.
–O-Oe – palideció en el primer momento que escucho su voz del otro lado del pasillo. No se había ido, se quedo a unos metros de distancia esperando una respuesta. Se tapó la boca para evitar el mínimo ruido posible de su respiración, tal vez podría hacerle creer que se había ido – Se que estás ahí... – volvió a hablar avanzando unos pasos más. Se apresuró rápido cuando escucho el sonido de unos zapatos tocando el suelo con frenesí. Cuando llego a la esquina miro a su derecha solo para encontrarse con las luces del pasillo dejándola con una incógnita, el timbre de la campana resonó finalizando el recreo.
Los estudiantes que pasaban por el pasillo miraron con confusión y rabia al ver los miles de papeles tirados en el suelo, los juntaban lo más rápido que podían y conformes corrían a sus propios cursos.
El tiempo del almuerzo llego por fin dejando respirar definitivamente a los estudiantes un buen rato. La cafetería era en un lugar cerrado, con mesas grandes donde entraban 6 en total, en el fondo había unas tablas donde se podía sentar en caso de no haber lugar.
La comida era por elección propia conforme al espacio que venía en una bandeja, Gohan pidió lo básico conformado por arroz blanco, sashimi, yakitori, una cajita de jugo y de postre una manzana y no se puede olvidar los palillos que estaban por encima de la bandeja.
Tratando de no llorar por la falta de alimento que no recompensaba su enorme estómago, intento buscar un asiento en una mesa que no este ocupada. Se ponía nervioso por los ojos de algunas personas que lo miraban como un bicho raro, trato de ignorarlos y se fue afuera del comedor. El único lugar en el que podía estar tranquilo era en una pequeña plaza cubierta por el césped corto, se sentó en una banca de madera y se dispuso a tragar cada alimento que tenía enfrente.
No pasaron ni cinco minutos y ya había terminado, dejo la bandeja a un lado y se recostó en el asiento de madera. Su primer medio día en la escuela no fue exactamente como lo imagino, primero se sintió incomodo al principio y luego fuerza la cerradura de cientos de casilleros por medio del Ki. Sería una experiencia inolvidable.
Su madre estaría al rojo vivo si se enterara, por suerte estaba en el otro lado de la Montaña Paoz y no podría enterarse, además nadie saco teorías o se rumoreaba que fuera él. Por un momento llegó a pensar que a la chica que intento a ayudar lo delataría, no fue así.
Su flujo en el control de Ki está muy desorientado, el entrenamiento con Vegeta apenas sirvió para fortalecerse, pero no podía conseguir ese poder. El mismo poder que obtuvo en la batalla contra Cell, esa sensación nunca desaparecerá de su cabeza, la fuerza para poder destruir a cualquiera que se interponga, el poder para desintegrarlo todo a su paso, bueno, esa es la forma en que Vegeta lo veía.
Le era imposible describir como se sentía, fue como si fuera una persona totalmente diferente, con tan solo pensarlo era aterrador. A veces se preguntaba porque tenía ese poder, porque nació con ese don, porque tuvo que ser así... Se sentía bloqueado.
El timbre volvió a sonar por todo el lugar, el sonido lo saco de sus pensamientos internos dejándolo en un estado trance que le provocó una pérdida de la noción del tiempo.
Por fin había terminado el primer día de clases. Eran cerca de las cinco de la tarde, todos estaban saliendo del instituto y se dirigían hacía sus casas. Justo cuando estaba por salir de la entrada escucho una voz que reconoció al instante.
–¡Oe, ahí estas! – sí, definitivamente era ella. Se volteó para confirmarlo con sus ojos, estaba caminando a un paso apresurado y llevaba un bolso de mano color azul sobre su hombro derecho – Estaba intentando encontrarte por todas partes, ¿Eres el nuevo estudiante?
–Si – no esperaba verla de nuevo, no parecía tener un rencor por lo anterior así que podía sospechar de que no dijo nada al respecto.
–¿Fuiste tu el que...? – se detuvo antes de que pudiera terminar la frase. Gohan no dijo nada solo se quedo callado y tratando de no parecer sospechoso de nada – ¿Cómo lo hiciste? – volvió a redactar, el híbrido transpiraba como puerco prometió no hacer nada sobrenatural y es lo primero que hace en el día.
–Yo... – ¿Cómo podía explicarle? Ahora mismo trataba de no mirarla a los ojos, su cerebro intentaba formular una respuesta lógica y creíble.
–No hace falta si no quieres explicar. Pero casi me matas del susto – lo último fue casi como un capricho por parte de ella. No lo discutiría, fue su error por cometer tal error.
–Lo siento – le disculpó con una pequeña reverencia – Etto... ¿Cuál es tu nombre?
–Shino. Asada Shino.
–Yo soy Son Gohan, es un placer – dijo con una sonrisa y estiró su mano derecha.
Tardó un poco en reaccionar, no era que le parecía extraño, ¿Pero en serio quería ser su amigo? Todos la ignoraban por lo que paso o más bien por lo que hizo cuando ella solo tenía cinco años. Su único amigo era Shinkawa, la primera persona que se le acercó y no le importaba para nada su pasado.
Y él simplemente, sin conocerla realmente, quiso ser su amigo. Volvió en sí y respondió al saludo, lo más característico de él era su sonrisa, muy grande para ser real, y con esa cara lo hacía ver más infantil.
Gohan se despidió de ella y salió directo para su casa, ahora se sentía mejor, al final de la clase entablo una nueva amistad. Antes de regresar al departamento, decidió ir por algo del supermercado para la cena. Y después de llegar a su casa con unas cuantas bolsas de plástico, alrededor de cinco en cada mano, se sirvió algo de comida y se recostó en su cama. El primer día no fue tan malo como pensó, tuvo la oportunidad de conocer a Shino, su nueva amiga, aunque no entendía porque las demás personas la ignoraban y menospreciaban, no era ni parecía una mala persona.
Con solo saber como la miraban los otros alumnos podía sentir sus sentimientos; miedo, desagrado, odio, repugnancia. Solo eran uno de los muchos que se le cruzaban en la mente ahora mismo.
Se sentó en el regazo de su colchón y miro la caja que tenía en un rincón aislado, era el casco de realidad virtual que le dio Bulma, ella le había pedido que lo probara y que le envié un informe de la situación actual. Se levantó y empezó a abrir la caja, había más cables de lo normal, todo protegido y separado por telgopor. Debajo de ello estaba la guía con las instrucciones de las funciones, el armado, descripción del equipo punto por punto, un disco de respaldo y en una página mostraba al creador del NerveGear, Kayaba Akihiko.
Estaba impresionada con el sujeto, pensar que en algún día la humanidad iba a desarrollar y profundizar la tecnología en una zona donde lo imaginario se podía reflejar de una manera, no solo parecida o semejante a la realidad, sino que podría llegar a ser idéntica.
Leyó párrafo por párrafo, siguiendo el orden de cableado a la perfección, y gracias a que el departamento vino con un módem con Wi-Fi ya pago, pudo terminar de armarlo y conectarlo a Internet. Según las instrucciones tenía que ponerse el casco en un ambiente cómodo con una temperatura baja, mantener los ojos cerrados y decir en voz alta "Link Start".
Se quitó el chaleco y el pantalón los colgó en el armario, estaba con la camisa desabotonada en la parte de abajo y un boxer negro. Se puso el casco cuidadosamente, los pelos de adelante le cubrían un poco los ojos, se volvió a recostar y respiro hondo. Sus parpados se cerraron con lentitud, esperaba que todo saliera bien, sus oídos recibían los sonidos del NerveGear procesando.
El único juego disponible hasta ahora era uno muy conocido llamado "Sword Art Online". No muchos tuvieron la oportunidad de jugar la versión Beta, eso lo calmaba sabiendo que hubo gente experimentada y que pudo entrar y salir, no como en las películas. Bulma se tomó la molestia de agarrar una copia e instalarla.
También había un dato irónico e interesante, Kayaba Akihiko no solo fabrico el NerveGear sino que también creó "Sword Art Online", o como la mayoría de la gente lo resumía; SAO. Nunca pensó que la misma persona estaba capacitada para crear un juego a mundo abierto, aunque si lo piensas tiene sentido, después de todo es el primer juego que salió a la venta.
–¡Link Start! – exclamo en alto, y de repente todo desapareció.
Literalmente fue como si toda la realidad hubiera sido borrada por si sola. Solo paso un segundo cuando su mente se puso en blanco y un montón de pilares tridimensionales de todos los colores posibles pasaran enfrente de su cara. Quería gritar, pero por alguna razón no sentía sus labios moverse. Una vez que entrabas dentro del NerveGear tu mente te transportaba a otra parte que solo uno podía conocer, en este caso fue muy rápido, no necesitó escribir su nombre, contraseña, fecha de nacimiento con los dedos, todo lo hacía con su cabeza.
Su cuerpo físico se encontraba en un estado vegetativo, no podía hablar, moverse, sentir o saber si tenía hambre o ganas de ir al baño. Solo era él y sus ojos, únicamente podía ver y pensar. El proceso termino rápido, no pensó que iban a pedir tanta información personal, de todas formas el gobierno seguramente espiaría sus datos al igual que a todos.
Su cuerpo se materializo en una transición de luz celeste llenando cada pixel de su cuerpo. Al principio se sintió raro, parpadeo un par de veces y miro sus propias manos. Por alguna razón llevaba guantes sin dedos de color marrón, podía jurar que sus manos no eran tan pálidas. Se fijó atentamente en la ropa que llevaba ahora mismo, camisa azul de manga corta y sobre ella un tipo de chaleco marrón viejo, un cinturón color beige, pantalón largo color negro y un par de botas con nudos del mismo color que su chaleco.
Su ropa no fue lo único en cambiar, su apariencia era totalmente diferente, alto y delgado, su pelo ahora era corto a excepción de su lado izquierdo que le tapaba el ojo. Era una persona diferente en todo sentido. Su avatar representaba un "modo incógnito", es decir, que no representaba su forma real debido a leyes de seguridad y era una forma en ocultar la apariencia de los demás y como se veían ellos en su fantasía.
Se concentró en donde estaba parado, y para su sorpresa, fue como viajar al pasado unos cientos de años atrás. Parecía la época de la Edad Media o de la Revolución Renacentista. Estaba en una plaza, lo que parecía el inicio predeterminado, tenía una fuente de agua enfrente, las baldosas debajo de la misma eran piedras, más adelante había una enorme entrada directo a la zona principal.
No podía creer la cantidad de gente que había; hombres, mujeres e incluso niños menores de 10 años. La gran parte de la ciudad de Japón estaba en SAO en tiempo real, fue tan popular en su versión Beta que solo algunos llegaron a probarlo y ahora todos los que estaban aquí podían disfrutar del vicio.
En la parte comercial era más bien un pasillo angosto con varias tiendas de armas, que resultaban permanecer en la época medieval, tienda de pociones, alimentos, blindajes, juegos para probar tu suerte. Se cruzó en el camino corriendo, sus ojos no dejaban de estar maravillados por cada cosa que veían, la gente parecía feliz, algunos ya comenzaron a formar gremios y realizar misiones.
Él se fue por su cuenta a los prados del primer nivel, no tenía mucha interacción en los videojuegos, pero si estaba seguro de que la mejor forma de fortalecer a su avatar era ganando EXP. Los enemigos eran básicos y fáciles de vencer, la mayoría resultaban ser jabalíes que atacaban al ver a un enemigo o cuando lo golpeabas. La guía le había explicado como podía usar las habilidades, al principio ignoro por completo que en el inventario llevaba como arma una daga con el filo curvo, la luz se encendía en un brillante color rojo. Y no solo ganaba experiencia sino que también ganaba Col, la moneda virtual, y debes en cuando uno que otro Item que conseguía. Si tan solo le hubieran pagado de esa manera cuando salvo al mundo del ejército de Frezeer y Cell tendría una vida más fácil y no tendrían problemas económicos nunca más.
El huso horario parecía sincronizarse con el mundo exterior, ya eran cerca de las 7 p.m. y tenía que preparar la cena y al día siguiente volver a la escuela. El menú se abría con solo deslizar en dedo índice hacía abajo emitiendo un sonido agudo similar a un timbre, la pantalla mostraba cinco círculos con varías opciones a la izquierda y a la derecha un cuadro de chat.
Tocó el dibujo de un engranaje y se expandió una pantalla a la derecha mostrando solo tres variables; Opciones, Ayuda... Y un cuadro en blanco.
–¿Qué? – confundido, volvió a poner el menú y todo seguía igual. No tenía sentido, ¿Qué clase de MMORPG no tenía su propio botón de salida? Algo esencial no podía ser solo un error, pero en todo caso esperaba que fuera así – Me pregunto cuántas personas lo habrán notado. No puedo ser solo yo con este problema.
¡Ding, Dong! ¡Ding, Dong!
Antes de que se diera cuenta el profundo sonido de la campana del Pueblo de los Inicios lo distrajo y ya podía sentir que los verdaderos problemas se acercaban a él. Todo se volvió blanco en un instante, no se movió o dijo algo cuando sintió su cuerpo desvanecerse.
Su cuerpo se formó en el mismo haz de luz que lo trajo a este lugar, de hecho, ahora mismo se encontraba en el mismo lugar donde piso suelo por primera vez solo que estaba rodeado de gente igual de confundidos sin entender que pasaba a su alrededor.
La catedral estaba repleta por todas las personas que se mantenían en línea.
Todas las personas estaban mirándose unas a otras, preguntaban qué estaba pasando y, por supuesto, nadie entendía un comino lo que pasaba. Ya habían tratado de hablar con los servidores para que le den respuestas, pero no lograban contactarlos.
–¡Oigan, ¿Qué es eso?! – señalo alguien con un dedo índice apuntando al cielo. Todos levantaron la vista a donde él apuntó, se podía notar a leguas un cartel rojo que decía "Advertencia".
La cosa no mejoro para nadie cuando apareció otro cartel al igual que este, se fueron multiplicando hasta cubrir el cielo anaranjado que ahora tenía un tono más oscuro. Lo peor fue cuando empezó a salir un líquido rojo saliendo entre los carteles, viscoso y Gohan no quería saber que era con exactitud.
El jugo rojizo comenzó a tomar forma por sí misma, su postura se irguió y el tamaño era enorme. Cuando se completó de organizar de a poco se formó una túnica roja enorme que tapaba desde sus pies hasta su cabeza, no podían ver siquiera parte de su rostro.
–Buenas tardes – su voz retumbaba desde su altura, extendió su brazos mostrando parte de sus manos –, bienvenidos a mi mundo.
–¿"Su mundo"? Eso quiere decir que...
–Soy Kayaba Akihiko, creador del NerveGear y de Sword Art Online – volvió a hablar guardando sus manos y dejo su postura anterior – Como uno de ustedes se habrán dado cuenta, el botón de "Salida" no se encuentra en el menú, pero esto no es un error.
Todos abrieron sus ojos tanto como podían, esto debía ser una especie de broma, tenía que serlo, ¿Qué clase de idiota quitaría el botón de salir? Estaban tan asustados que se proponían a negar la verdad.
Gohan era el más sorprendido en este caso. Ignoraba los gritos de los otros criticando a Kayaba, solo miraba con sus propios ojos la cabeza de Dios. No era una broma. Realmente no era una error que usualmente ocurriría, lo hizo apropósito.
–Repito. No es un error. Es una característica única de Sword Art Online – Kayaba volvió a explicar sacando a la gente de sus pensamientos y comentarios – No podrán salir de SAO por voluntad propia. Y nadie del exterior puede apagar o desconectar el NerveGear de lo contrario el dispositivo de alerta se activara y emitirá una microonda que derretirá su cerebro y... Morirán.
Más que un silencio perpetuo, los demás elevaron el volumen de sus quejas y contradicciones. No podía ser verdad, era casi imposible de que alguien pudiera hacer eso y no tendría ningún sentido, ¿Que ganaría con eso? Nada, todo parecía una broma pesada.
Pero la tranquilidad con la que hablaba Kayaba lo hacía parecer real, de algún modo, algunos empezaron a asustarse y tratar de asumir lo que todos estaban pensando. Ya hartos de esta "broma" se dirigieron a las salidas que llevaban a diferentes tramos del primer piso, no querían seguir con esto, nadie se iba a creer esto.
Cuando un grupo de jóvenes intento salir por el sendero más cercano una especie de barrera invisible marcaba el límite de paso, intentaron golpearla, pero el fracaso ya era evidente. Solo el administrador podía marcar la barrera, varios se volvieron a Kayaba con más rabia que enojo y las personas ya empezaron a enloquecerse.
–Desafortunadamente, muchos amigos y parientes ignoraron esta advertencia y terminaron quitandoles su NerveGear – Kayaba volvió hablar con el mismo tono regular y sin interés a la emoción de los jugadores – 213 personas ya no se encuentran en Aincrad o en el mundo real.
Lo último dicho hizo que Gohan se quedara con la boca abierta y los ojos abiertos, ¿213? ¿Murieron 213 personas en un solo día? ¿Estas eran sus verdaderas intenciones, hacer que la gente de todo Aincrad muera de un ataque cerebral? Sentía repugnancia, odio, desprecio, pero tenía que mantener la calma. Esto no era el mundo exterior, donde él peleo con los seres más temibles y poderosos que ni siquiera la Tierra tiene en mente, aquí mandaba Kayaba y él solo era uno de los muchos plebeyos que servían para el.
Si, él podía hacer desaparecer a Kayaba con solo un golpe de su dedo y matarlo, pero no en Aincrad. Este era su mundo, prácticamente solo tenía presionar un botón y desaparecería sin pensarlo, pero si ese era su plan, ¿Porque no lo hizo antes? No hablaba de la versión Beta, no, tendría que tenerlo completo y con tan pocas personas no tendría sentido.
No podría saber porque hace esto en primer lugar, nadie entendería porque, para Kayaba era como jugar a ser Dios manipulando a las personas, decidiendo en que momento debería morir.
Fue peor cuando mostró a través de varias pantallas de los noticieros y páginas web sobre las victimas que fueron asesinadas en SAO. Muchas familias estaban llorando, padres, hermanos, tíos, los perdieron para siempre. Otros casos eran que a los que aun seguían conectados fueron transferidos a unos hospitales con conexión a Internet, había varias demandas en contra de ARGUS exigiendo explicaciones y a las compañías que tenían relaciones con ella.
–Todos los métodos de resucitar a alguien han dejado de funcionar. Si su avatar llega en un punto donde su HP termina en 0, no solo perderán en el juego sino que también en la vida real – ahora si, el silencio era total entre todos, no podían estar más asustados que ni siquiera se daban cuenta que sus piernas les fallaban en este punto – Solo podrán salir si terminan el juego. Consigan derrotar al jefe que se encuentra en cada piso hasta llegar al 100, ahora mismo se encuentran en la primera planta, si logran llegar al final del último piso el juego terminara y la opción de salida volverá a aparecer.
Diciéndolo así parecía fácil, pero el problema era que si tu vida se vaciaba morías para siempre y no habría punto de retorno. Ni siquiera los Beta tester llegaron tan lejos en su fase de prueba, de seguro algunos ya se encontraban muertos o quizá todos.
Todo esto ya era una locura, era absurdo, todos se estaban desesperando ¿Cómo y por cuanto iban a vivir? les pasaba por su cabeza. No podían estar más arrepentidos por comprar este juego infernal, habían esperado tanto por esto y resulto todo en una trampa mortal.
–Por último, tengo un regalo para todos ustedes que aparecerá en su inventario. Ábranlo, por favor.
Su comentario fue más que una orden, sin ninguna objeción o rehusó, todos abrieron su menú deslizando el dedo indice hacía abajo. Gohan selecciono la opción de Items y aparecieron varios artículos como pociones, pero lo curioso fue que apareció de la nada un espejo en su inventario.
Selecciono el articulo antes mencionado y en un haz de luz apareció enfrente de su cara un espejo de plata de forma rectangular. No entendía de que servía o que se supone que debería hacer con esto, solo miro su propio reflejo que mantenía su avatar. Y de imprevisto un rayo de luz lo cubría desde sus pies hasta llegar a la cabeza cubriéndolo totalmente.
La luz desapareció, lo mismo les paso a los otros y por alguna razón sentía que todos cambiaron un poco. Se miro en el espejo y lo que vio fue más que sorprendente, su rostro, cabello y cuerpo se transformaron en su "yo" de la realidad.
Se toco su cara y cabello para comprobarlo y, en efecto, era él tal y como era en el exterior. Los jugadores que venían acompañados casi no se reconocían entre sí, otros se hacían pasar por mujeres, menores o mayores de edad, altos y bajos. Se sentían perdidos en este caso, Gohan por otro lado miro a la deidad que flotaba en el aire sin mostrar un centímetro de su cara.
Él comprendía como paso esto, el NerveGear cubría la cara con un aparato de señal de alta densidad permitiendo leer los rostros faciales del usuario y hacer una copia exacta. También recordó que antes de llegar Tokyo Bulma le pidió re-calibrar el aparato tocándose partes del cuerpo, de esa forma consiguió captar las señales para fundamentar la altura, peso y ancho del cuerpo.
–De seguro se preguntaran "¿Porque Kayaba Akihiko esta haciendo esto?" – los jugadores volvieron a mirarlo atentamente – He cumplido con mi objetivo. La razón por la que cree Sword Art Online fue porque quería intervenir en este mundo. Todo lo que he querido conseguir esta completo. Con esto termina el tutorial de SAO, buena suerte.
Antes de que alguien dijera algo, el cuerpo de Kayaba se producía un tipo de glitch y, como si nunca hubiera un cuerpo de un avatar dentro de esa túnica, se fue desinflado dejando salir una perdida de gas por las mangas de sus brazos y volvió al mismo lugar donde salió. Los mensajes de advertencia desaparecieron dejando el tono del Sol anterior.
Se produjo un silencio en masa por un breve instante, todos trataban de procesar esto. Los gritos desesperantes de cada persona no fueron escuchados por el creador de este mundo, otros se cayeron de rodillas, otros le rogaban mirando al cielo que detenga esta locura. Estaban tan ocupados en eso que no se dieron cuenta que la barrera que cubría la plaza había desaparecido, Gohan rápidamente se adelanto y fue corriendo hacía un sendero donde no haya nadie.
Los alaridos gritos sordos de las personas que entraban en pánico, los niños que lloraban como bebes, les fallaban las piernas y querían volver con sus padres. No entraban en la cabeza de Gohan, trataba de soportar el dolor de las personas y concentrarse en lo que debía hacer.
Desacelero el paso a medida que los sonidos del Pueblo de los Inicios se iba convirtiendo en puro murmullo. Ahora mismo se preguntaba si había hecho mal en irse en vez de ayudar a los más necesitados, pero siendo honesto consigo mismo, ¿Que podría hacer él? No solo él, nadie podía hacer nada en estas circunstancia. Por ahora lo mejor era alejarse y seguir adelante.
No podía dejar de recordar las palabras de Kayaba "si logran llegar al final del último piso el juego terminara", estaba seguro que no sería el único que lo recordaría. Levanto la cara para notar la barra de EXP a su superior izquierda, su nivel apenas estaba por subir al siguiente, eso lo llevo a pensar a que, por más ridículos que suene, era la única forma de sobrevivir en este mundo. Tenía que enfocarse en su nivel y no estar por debajo de nadie, y no por competencia, sino porque muchos podrían incluso matar por sobrevivir.
La supervivencia por no solo salir de este infierno sino, también, por tratar de no morir por un NPC, Jefe o por otro jugador.
Fue cuando empezó a recordar uno de los días cuando tuvo el entrenamiento con Vegeta.
Era tarde, el cielo estaba oscureciendo y el Sol se escondía. En algún lugar del desierto rocoso con más 40 de calor, Vegeta y Gohan estaban tomando un descanso de 10 minutos antes de volver a comenzar. El sudor que recorría por sus rostros era casi tan caliente como el mismo Sol, estaban sucios y sus ropas casi estaban estropeadas.
Estaban sentados en la cima de una columna de rocas, el suelo casi no existía estaba cubierto de cráteres gigantes que los parecían ver históricos para el resto de la humanidad, pilares de roca hechos pedazos por cada golpe de energía que salieron de las palmas de sus manos y como muro para golpearse mutuamente.
Todo un caos.
No dejaba de jadear, tomaba bocanadas profundas de aire y sus brazos prácticamente casi no le respondían. Vegeta, por otro lado, parecía totalmente calmado y como si cada uno de sus golpes no le hubieran hecho daño alguno, él fue quien dio la orden de un descanso porque en ese estado no serviría de nada.
Podía sentir como uno de los cuantos golpes que recibió estimulaban el espíritu de pelea, se sentía ansioso, pero no como cuando Piccoro lo entreno cuando era un niño perdido con ganas de volver con su madre, esto era diferente. Se sentía diferente, cada momento en la batalla sentía su corazón bombear, se emocionaba con solo pensar en el día de mañana.
–Vegeta-san – Gohan lo llamo, él no se molesto ni en mirarlo a la cara solo se quedo ahí sentado apoyado con una mano en la rodilla.
–¿Qué quieres?
–Desde hace tiempo me preguntaba algo sobre la raza saiyajin – el príncipe heredero abrió los ojos manteniendo el ceño fruncido. No esperaba esa curiosidad por parte de él o de Kakaroto, pero aun así no le venía venir de él – Se que ustedes, es decir nosotros, han conquistado planetas y los vendían a un precio con el beneficio de adquirir sus recursos y tecnología para Frezeer, pero...
–No siempre fue así – Vegeta lo interrumpió enseguida llamando la atención de Gohan – Antes de trabajar para Frezeer aun nos dedicábamos a explotar el terreno de otros planetas. Pero más allá de eso usábamos los planetas más desalojados y con una inteligencia inferior y enviábamos bebes con un nivel de poder bajo. Kakaroto no fue la excepción.
–Eso es cruel... Incluso para una raza guerrera que se dedica a las batallas.
–¿Tu crees? – el comentario de Vegeta volvió a sorprender al joven saiyajin – Enviar a los bebes a otros planetas no significaba exilio. Son obligados a sobrevivir. Un bebe podría inconscientemente matar a un dinosaurio sin darse cuenta y sobre todo con la luna llena. Cuando crecen están familiarizados con el ambiente y no tienen problemas en matar, pero hay otra razón por la cual son obligados a sobrevivir desde infantes.
–¿Y esa es? – pregunto Gohan sin poder aguantar el silencio de 10 segundos que se había generado entre ellos.
–Que ellos mismos destruyan el planeta – palideció al oír esas palabras entrar por su oído. Sin importar cual haya sido la reacción del chico Vegeta siguió explicando – Desde la llegada de Frezeer las cosas cambiaron. La mayoría de los bebes se mantenían en cunas hasta un cierto periodo y luego eran enviados a planetas lejanos y se esperaba hasta que el planeta haya sido destruido, sin ningún sobreviviente. En otras palabras, se podría decir que era aburrido.
–¿"Aburrido"? ¿Que quiere decir?
–Para un humano presenciar la extinción de una ciudad entera es atroz. Para un saiyajin es de lo más común que existe para nosotros, ya desde nuestro nacimiento hasta la muerte siempre veremos el exterminio, genocidio, destrucción hasta que nuestro cerebro este acostumbrado – Gohan estaba casi boquiabierto, ¿Acostumbrado a la muerte? ¿A eso se refería Vegeta? La vida de un saiyajin se trataba de sobrevivir y luego conquistar el primer suelo que has tocado con tus primeros paso. Era difícil de tragar, pensar que Vegeta vivió algo parecido.
–Etto...
–Ya perdimos mucho tiempo. Vamos, levántate, aun no terminamos – antes de que Gohan pudiera decir algo más, Vegeta y Gohan volvieron a su arduo entrenamiento. De algún modo tuvo una diminuta relación con él, ese habito de conocer a la gente por su historia era idéntico al de su padre.
En el camino de un prado pastoso con las hierbas bajas y cortas siendo arrastradas por el viento que soplaba hacía el oeste. Se sentía casi como en la realidad, por unos segundos llego a pensar que estaba en el "exterior", era casi ridículo pensar en eso ahora. En este momento tenía algo más importante en mente, no podía dejar que el disturbio de la gente lo aturdiera.
Lo que le dijo Vegeta hace tiempo casi lo hizo reflexionar "obligados a sobrevivir". Se repetía una y otra vez en su cabeza; sobrevivir. Era esto lo que quería Kayaba, que la gente sobreviva sabiendo que su vida corre riesgo tanto afuera como adentro, ¿Cómo saberlo? Él era prácticamente el Dios de este mundo y uno no podría pensar como esa persona.
Desde ahora habrá gente que peleara por volver y otra que esperara a que en el día de mañana despierten y pensar que todo fue un sueño. No podía culparlos, desde que fue abandonado en las montañas con su maestro quiso volver con su madre y su padre en el primer día, mismo hoy en día, quería decirle a Milk y a su hermano, Goten, que estaba bien y que no se preocupen.
Una luz apareció desde el suelo, era como un pilar que llegaba a su altura y luego se desvaneció con la aparición de lo que se asemejaba a un hombre lobo (aunque todo era parte de animal y solo se quedaba parado a en dos patas). Sin ninguna emoción que cruce por su cabeza vio al lobezno acercarse con rabia con disposición de atacarlo tal y como dictaba el patrón de códigos que formulaba el código madre.
Con la daga empuñada en su mano derecha se tomo un segundo para mirarse en el reflejo de la hoja. Sus ojos onix y con algunos pelos decaídos pasando por su frente le permitía ver más allá de la realidad y la imaginación, siempre se consideraba el eslabón más débil tanto en la Tierra como en Namek, pero aquí podía cambiar eso, real o no, estaba dispuesto a cambiar como persona y fortaleza.
–Aburrido... – con un simple movimiento hacía adelante canalizando energía en el arma y... ¡SLASH! Se mantuvo firme en posición con el brazo extendido adelante y el filo de la daga al frente. La postura del hombre lobo se mantuvo firme y quieta desapareciendo en polvo de luz como cristales filosos cayendo con el peso de la gravedad – Muy aburrido.
Solo paso un mes desde que el horror de Sword Art Online comenzara, la prensa no dejaba de hablar sobre las grandes victimas y entre ellas, sin saberlo, optaron por el suicidio o simplemente murieron a causa de un enemigo. Nadie estaba enterado en realidad lo que pasaba allí dentro.
En solo un mes murieron 2000 personas, la noticia no se hizo esperar en SAO, lo más lamentable era que nadie pudo pasar el primer piso. La ciudad en donde se encontraba la sala del Jefe no estaba del toda llena, mucha gente decidió rendirse y esperar a que su muerte llegara. No tenían esperanzas, era imposible.
El contador de jugadores iba bajando de a poco. Nuestro héroe y dos más no se darían por rendidos, uno luchaba para salir de este mundo, otro luchaba para regresar a casa y el último para sobrevivir. El infierno todavía no ha comenzado.
Continuara...
Quiero aclarar que esta historia no tendrá cambios drásticos en el futuro. Mi idea principal es crear una "novela", bueno, a partir de la tercera temporada la cual NO es de Ordinale Scale o la tercera temporada de la novela. No, a partir de la tercera temporada quiero inventar mi propia historia y no, no habrá hentai o esas guarradas que la mayoría de los haters y depravados piensan.
Ya tengo una idea de como quiero que sea y para ser sincero quisiera escribirla ahora. Voy a tratar de ponerle trabajo a esta "novela" en particular mientras trabajo en otros de mis proyectos.
Acepto comentarios y sugerencias.
Vuelvo a repetir NO habrá hentai, ecchi o lo que sea. Ni en la tercera ni en otra. Saben donde esta la salida.
