Una de las historias Amuto que les comenté que comencé a escribir el fin de semana. Es una especie de crossover(creo que así se escribe) entre Shugo Chara y Fruits Basket, mis dos series favoritas. Digo una especie de crossover, porque según lo que yo entiendo de crossover, este no es uno en toda regla.

Es el mundo de Fruits Basket, pero sin Tohru, Kyo, Yuki y los otros personajes; y son los personajes de Shugo Chara, pero sin los charas y los huevo de corazón y todo eso. También lo hice una especie de gender bender, (si, talvez lo cambié mucho u.u) y otras cosas más. Que mejor ni les explico y dejo para que lo vean cuando lo lean.

Eso, si. ES AMUTO

Shugo Chara y Fruits Basket no me pertencen, sino a sus respectivas autoras.


Fruits Chara

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Capítulo 1

- Ah, otro día sin nada que hacer- exclamó Ikuto, mientras se desesperezaba, arriba del techo de unos de los edificios de Easter- Tal vez podría probar yendo a la secundaria para variar.

Se estiró un poco más, y miró hacia el cielo.

- Nah, mejor no- dijo mientras se dirigía a las escaleras de incendios.

Sin mucho más que hacer, vagó por la ciudad y cerca del mediodía se encontró en un lugar alejado de la ciudad, pero obviamente habitable. No sabía si el terreno le pertenecía a alguien, tampoco le importaba, y se metió a explorar. Anduvo un buen rato caminando y se encontró con una casa grande, en medio de todo eso. Se acercó para ver si estaba abandonada, talvez y había conseguido un nuevo lugar donde esconderse de los pesados de Easter. La casa estaba habitada, aunque tuviera un aspecto antiguo, las puertas estaban abiertas y él pudo apreciar un juego de los doce animales del zodiaco dejado al borde de la puerta.

- Con que los doce animales ¿eh?- comentó para si mismo- Hace mucho que no me topaba con estos.

- Aree- escuchó a una voz femenina decir- Que sorpresa encontrarme con alguien en este lugar. Encima es un joven- dijo la mujer, sonriendo detrás de sus anteojos.

- Solo estaba viendo- le contestó de manera indiferente- Los doce animales- comentó mientras volvía su mirada a las figuras.

- Si, los doce animales del zodiaco. Solo los estaba sacando a que tomaran algo de sol.

- Se te olvidó el gato.

- Ah, se nota que sabes sobre esto- le comentó la mujer, acomodándose los anteojos- La historia del gato…

- Mi madre me la contó de pequeño- una de las pocas cosas que alcanzó a hacer pensó- Ella me hizo un pro-neko también.

- ¿Con que te gusta el gato del zodiaco?

- Pongámoslo así, soy teóricamente del año del perro, pero aún así animo por el gato.

- Wow- dijo en contestación- Si la pequeña se enterara, me pregunto como se pondría.

- ¿Cómo?

- Nada, nada- agitó la mano, quitándole importancia- Así que eres del año del perro ¿eh? Con razón me caes tan bien. ¿Sabes? Yo también soy del año del perro.

Ella se fue acercando cada vez más, y él solo se alejó un paso. Ella hubiera caído sino fuera porque otra persona la sostuvo. Cuando la chica levantó el rostro, él pudo ver a su compañera de curso. Suou Utau.

- Discúlpala, Tsukiyomi-san, suele actuar así de vez en cuando- dijo de manera fría.

- Oh, que fría que eres Utau. Te agradezco que me salvaras del golpe, pero ¿qué haces aquí? ¿No deberías de estar en el colegio?

- Vine a buscar unos libros que olvidé- se volvió a ver de nuevo a Ikuto- Perdón de nuevo por la actitud de mi prima, Tsukiyomi-san.

- Me haces parecer una pervertida- se quejó la otra- ¿Así que son compañeros? Yo soy Midori Suou, prima de Utau, mucho gusto.

- Ikuto Tsukiyomi.

- ¿Y que haces aquí?

- Un paseo- comentó- Nos vemos- dijo eso y se dio la vuelta. Ya se había aburrido.

- ¿Es que no va a la escuela?- preguntó Midori.

- Rara vez lo hace- comentó Utau, entrando a buscar sus cosas.

Había pasado toda la tarde en ese semibosque que rodeaba la casa de los Suou y ahora estaba aburrido. Por lo menos allí había encontrado algunos árboles bastante cómodos como para echarse unas siestas.

Ya casi era la hora de salir del colegio, así que fue para allí a ver si encontraba a sus amigos. Estaba esperando contra una pared, cuando escuchó los comentarios del grupo de admiradores de Utau.

- Miren, miren, ahí esta Tsukiyomi de nuevo- dijo uno.

- Hmph, que se piensa ¿Qué puede ir y venir como quiera?- comentó su líder.

- De seguro solo viene para alborotar a las chicas, siempre enloquecen cuando él aparece- agregó otro.

- Es un estúpido…

- Saben, ustedes son los estúpidos que no se dan cuenta de que los puedo escuchar- se burló de ellos.

- Ya verás, Tsukiyomi. Siempre te haces la gran cosa, pero algún día la vas a pagar.

- Tal vez hoy- comentó su líder.

- Tres contra uno. Me muero de miedo- siguió burlándose.

- Seremos nosotros los que reiremos al final.

- O nosotros, ya que en una pelea justa no hay forma de que nos ganen- habló Kukai poniéndose a su derecha.

- Las peleas van en contra de las reglas. Pero por como lo vamos a dejar, dudo que puedan siquiera decir que estuvieron peleando- ahora Kairi se paraba a su izquierda.

- Mierda, el futbolista y el del equipo de kendo. Mejor dejamos esto de lado.

- Esto no se queda así. Algún día ellos no estarán para protegerte, Tsukiyomi.

Se fueron corriendo bastante rápido.

- Si tuvieran el valor de enfrentarme, se hubieran dado cuenta que los vencería aún sin que ustedes salten a defenderme. Lo que deberían dejar de hacer- les retó.

- Nunca, tú eres el pequeño gatito inocente que siempre vamos a cuidar- le contestó Kukai mientras trataba de poner su codo sobre la cabeza de Ikuto. Algo que lo tenía difícil, desde que Ikuto era unos centímetros más alto.

- Somos tus amigos, no te abandonaríamos. Menos en una pelea.

- Claro- Kukai al final se rindió y colocó su codo en el hombro de Ikuto. Usándolo para sostenerse- Milagro verte aquí. ¿Qué te trajo?

- Estaba cerca. Decidí pasar.

- Ya hace una semana que no apareces- comentó Kairi- Podrías terminar expulsado. O al menos es lo que deberían de hacer con los que se comportan como tú, pero sabemos que eso no va a pasar.

- Claro, sino el viejo pondría el grito en el cielo.

- Al menos deberías venir de vez en cuando, para disimular.

- Lo tendré en cuenta- una alarma sonó.

- Práctica de kendo- anunció Kairi- Llevo treinta segundo retrasado, me voy.

- Y yo tengo que ir a la práctica de fútbol, nos vemos luego- dijo Kukai mientras se iba en la dirección opuesta a Kairi.

Él se encogió de hombros y se dispuso a salir de la secundaria. En la salida se encontró con Utau.

- Tsukiyomi-san- lo saludó.

- Suou- él asintió en su dirección. Siguió caminando.

- Tsukiyomi-san. No pude evitar escuchar de lo que estaban hablando con mi prima, los doce animales del zodiaco ¿verdad?

- Si, y el gato.

- Los gatos son estúpidos- comentó ella, a lo que él enarcó una ceja- Tsukiyomi-san ¿Sabe como el signo de los doce animales se convirtió en lo que es? Originalmente usaba números y el tiempo- comenzó ella con su monologo no requerido- Luego se agregó la teoría complementaria y contraria de los cinco elementos del ying-yang…y se convirtió en algo para predecir la fortuna- guau, si que sabía mucho.

- Dices que no tuvo nada que ver con los animales.

- Exacto. No estoy segura cuando comenzó… y porque los animales fueron agregados, todavía no está claro. Pero, desde el principio, el gato nunca fue agregado a los doce animales. Creo que es mejor que las cosas se queden como están, ¿Qué pasaría se los gatos se convierten en parte del clan? Los gatos son estúpidos- ella había comenzado a hablar bien y luego lo había arruinado con su idea de la inclusión del gato. Después de todo es una leyenda, no debía darle tantas vueltas.

- Suou- la llamó- ¿Odias a los gatos?- le preguntó, sintiéndose tocado en ese odio que parecía expresar.

Ella no expresó nada, pero le dio una sonrisa que le brindaba una respuesta ambivalente.

- Nos vemos otro día. Por cierto, se ve pálido. Debería ir al doctor, como precaución.

- Lo consideraré.

Ella se fue y él decidió dar una vuelta por la ciudad antes de irse a buscar un lugar donde echarse por la noche. Por suerte era verano y cualquier lugar era bueno.

Cerca de la casa Suou, se podía ver a Midori, vistiendo los jeans holgados y la remera deportiva que le encantaba usar, acompañada de Utau que venía con un vestido blanco, similar al de su uniforme, solo que sin los vuelos en la pollera.

- Ah, que cansancio- se quejó Midori- Siempre es pedir un taxi o venir caminando.

- Entonces maneja tú- le contestó Utau.

- Lo intenté ¿recuerdas? Fuiste tú la que se quejó.

- Te pasaste tres luces rojas, y cuando estacionaste, lo hiciste a casi un metro del borde. Por supuesto que necesitaba quejarme.

- ¿Y si eres tan inteligente porque no lo haces tú?

- Sabes que necesito autorización de mis padres, y ellos se niegan.

- Uhh. Somos dos chicas solas, necesitamos un protector. O al menos alguien que nos lleve y nos traiga.

- Para ti es tan fácil decirlo- se quejó Utau.

- Pero es cierto, necesitamos…

- ¿No es ese Ikuto?- comentó mientras lo veía caminar un poco lejos de ellas.

- Da miedo de que te acuerdes de su nombre con tanta facilidad.

- No es nada impresionante. Aún así, es tarde, ¿que hace merodeando por aquí?

- ¿Talvez otro paseo?

- No deberíamos dejarle ir con tanta naturalidad. Después de todo, esto es propiedad privada de los Suou.

Lo siguieron y vieron como él venía trayendo un estuche de violín con él, junto con otro bolso. Él llegó frente a un árbol, lo miró por unos instantes, y luego, como un gato, se subió al árbol. Se apoyó en una rama, del bolso sacó una almohada y luego se dispuso a recostarse, como planeando dormir allí.

- Jajajjajajajjajja- estalló Midori en risas.

Ante la explosión de Midori, Ikuto abrió los ojos y las encontró allí. Las miró con una ligera curiosidad. Midori aún seguía riendo.

- Midori, basta ya- la regañó Utau.

Minutos después, los tres estaban sentados dentro de la casa Suou. Discutiendo la situación.

- ¿Desde cuando duermes allí fuera?

- Honestamente, desde hoy. Recién hoy encontré ese lugar.

- Eso significa que has estado viviendo a la intemperie en otra partes- comentó seria Midori- ¿Hace cuanto?

- No es importante.

- Ya me parecía extraño verte aquí, todo este terreno es propiedad de los Suou.

- Entiendo. Entonces, si me permiten, iré a buscar mis cosas y luego me retiro.

- No es eso lo que queríamos decir- comentó Utau.

Un aullido resonó en el exterior y Midori perdió su mirada fuera de la casa.

- Al parecer ha habido un corrimiento de tierra.

- ¿Cómo puedes saber eso?

- Llámalo instinto.

- ¿Dónde?- preguntó Utau.

- Mis cosas- dijo preocupado Ikuto- No es cerca de donde las dejé ¿verdad?

- Sería demasiada coincidencia.

- ¿Entonces donde?

Efectivamente, la tierra se había corrido donde Ikuto había estado. Tirando el árbol y todo lo que había con él. El violín pensó Ikuto, mientras se agachaba a intentar retirar los restos del árbol para llegar a donde estaba el estuche.

- Tsukiyomi-san- lo llamó Utau- No debería hacerlo, es peligroso.

Ikuto la ignoró y siguió moviendo los restos del árbol. Llegó al estuche y lo retiró. Sonrió mientras limpiaba la tierra de encima.

- Por suerte no se dañó.

- Ikuto-kun. Eso fue muy peligroso. No debiste hacerlo.

- No importa, estoy bien- dijo. Para luego caer al piso del cansancio.

- Tsukiyomi-san ¿Está bien? Se ve aún más pálido que antes.

- Solo…cansado- comentó mientras se sentaba.

- Se nota. ¿A que hora fue la última vez que comiste?- preguntó Midori.

- Probablemente ayer a la tarde.

- Lo sospechaba. Utau, ayúdame a llevarlo, en casa le daré un poco de la comida que quedó del mediodía.

Al llegar a la casa, lo dejaron recostarse contra una de las paredes. Utau le llevó un vaso de agua fresca que él bajó de un trago, Midori le alcanzó un plato de sopa.

- Iré a ver si no hay vitaminas en el botiquín del baño de arriba- comentó Utau.

Ikuto seguía tomando la sopa.

- Realmente tienes una vida dura ¿eh?- le habló Midori- ¿Por qué vives así? ¿No tienes casa?

- La tengo- le contestó Ikuto, devolviendo el plato- Solo que evito ir allí.

- ¿Problemas familiares?- negó con la cabeza, con el cansancio todavía visible en su rostro.

- Mis padres…ellos, murieron y yo me quedé con todo lo que era de ellos. La casa y otras cosas. Pero eso no me interesa, son todas cosas que hace la gente de familia, y yo no soy de familia. Así que simplemente vivo en donde me apetezca, como un gato callejero, va más conmigo.

Mi familia…la única que tuve…murió junto con ellos- aquello último lo dijo en un susurro, ya que se estaba quedando dormido a causa del cansancio.

- Es impresionante- habló Utau, entrando en la habitación- La mayoría en la secundaria piensa que él es un tipo misterioso. Yo misma pensaba que solo era un vago al que nadie le ponía límites. Pero ahora lo entiendo un poco mejor.

Y me da envidia. Desearía poder hacer como él, solo llevar un bolso pequeño conmigo y andar por donde sea. Yo, que odio a la familia Suou, aún cuando escapo quedo dentro de los terrenos de la familia.

- Cada uno es distinto- le consoló Midori- La fortaleza de cada persona es distinta.

- Supongo. Me retiro- se levantó dirigiéndose a la puerta.

- ¿Vas a intentar recuperar el resto de sus cosas? ¿No quieres que te ayude? Es mucho trabajo para una sola mujer.

- ¿Sola?- sonrió- ¿Se te olvida con quien estás hablando?

Ella caminó hacia fuera y una rata caminó por cerca de sus pies.

- Buena suerte.

Ah, ¡míralo Aruto! Ikuto toca el violín como tú. ¿No se ve tierno? Entre los halagos, se distrajo y tocó mal una nota. Lo siento, se disculpó. Esta bien, corazón, es un error, le contestó su madre desde la cama de hospital en la que se encontraba. Su padre se acercó a ella y le sostuvo la mano mientras ella tosía. ¿Cuándo volverás a casa? Le preguntó a su madre. Pronto cariño, pronto estaremos toda la familia reunida de nuevo en la casa. Porque eso es lo que las familias hacen, estar juntas.

Si, pero ellos se habían ido juntos y él se había quedado viviendo, solo. Se levantó, cogió su violín y abrió la puerta para salir. Se encontró a Utau del otro lado.

- Buenos días- le saludó, él asintió- He conseguido sacar el resto de las cosas que habían quedado en el lugar- colocó el bolso frente a él.

- No debiste molestarte- después de todo no eran importantes para él- Gracias, por todo. Por lo de anoche y lo de ahora- recogió el bolso.

- Déjame guiarte al cuarto del segundo piso.

Él ya estaba afuera cuando la escuchó hablar y se extrañó de lo que dijo.

- ¿Cómo?

- La casa no es muy elegante, pero nosotros vivimos aquí. Si la idea de volver a una casa donde vives tu solo te molesta, talvez si vivieras con otras personas ya no te sentirías así.

- No es necesario, estoy bien como estoy.

- No deberías vivir en la calle- comentó Midori, salida de la nada- No es seguro, y al parecer te olvidas de comer. Poniendo eso a un lado, ¿sabes conducir?

- Si, pero no me interesa tener un auto.

- Entonces haznos un favor. Somos dos mujeres solas, que necesitan un medio de movilización y un acompañante en las noches peligrosas. Y tú, obviamente no debes vivir en la calle. ¿Que te parece vivir aquí y ser nuestro chofer?

- No tienen que hacer esto. No se fuercen, realmente esta es la primera vez que me pasa algo mientras vivo en la calle.

Ambas ya se estaban moviendo por la casa, indicándole todos los lugares. Subieron las escaleras y él no tuvo más opción que seguirlas.

- No te preocupes, Tsukiyomi-san. Nosotras hacemos esto porque queremos.

- ¿No se sentirán incomodas viviendo con un hombre? Al menos díganme como debo manejarme con ustedes

- No, y solo actúa como siempre. Con eso basta- le contestó Utau.

Él solo asintió y miró por la ventana un segundo. Le pareció haber visto un borrón rosa ahí fuera.

- Por suerte es un chico poco expresivo- comentó Midori.

- Es cierto, no hay riesgo- concordó Utau. Y él se les quedó mirando confundido.

¿De que estaban hablando? ¿De que riesgo? Si se trataba de que tuvieran miedo de que él las atacara o algo así, tendría que aclarárselos.

- Escuchen…

- Llegamos- anunció Midori, y luego se fue a otra parte.

Él y Utau entraron a la habitación. Utau se dirigió a la ventana y la abrió.

- Como pensaba, la habitación ha estado cerrada por mucho tiempo y el aire esta un poco vicioso. Si la dejamos abierta por un rato, el ambiente mejorará.

Él se dio vuelta examinando la habitación y en eso sintió algo golpear contra la ventana. Cuando se volvió a ver, pudo encontrar a una chica colgando del marco y luego entrando de un salto a la habitación. Se paró en el centro, dándole la espalda y estirándose.

- ¿Me estuviste esperando?- le habló a Utau- ¿Eh, rata?

Él estaba sorprendido por la aparición de esta chica, algo bajita y con su cabeza decorada con un cabello de un llamativo color rosa. Sin embargo, a Utau no parecía sorprenderle el hecho de que esta chica solo haya entrado por la ventana.

- Siempre entrando de manera tan rara- se burló Utau- ¿Es que no tuviste suficiente? Eres tan débil.

- Maldita- dijo la chica, enojada- Te voy a hacer sentir lo que sentí la última vez. Hoy, la vas a pagar.

Eso definitivamente no sonaba bien, vio como ella avanzaba hacia a Utau y tuvo que actuar rápido. Corrió hacia ella y la tomó de la cintura.

- Tranquila gatita. No hay que pelear- le dijo mientras la apretaba contra su cuerpo en un abrazo.

Escuchó el grito de exclamación de Utau y el grito de sorpresa de la chica, antes de que un humo de color rosa lo rodeara y nublara su vista por unos segundos.

Entonces, el gato no pudo ir a la fiesta. Por haber sido engañado, todavía esta enfadado.

- Utau, oí gritos. ¿Pasa algo? ¿Amu está aquí?- preguntó Midori, mientras entraba.

Ikuto recuperó la vista y buscó a la chica, a la que había dejado de sentir entre sus brazos hace unos instantes. Se encontró con ropa, que era igual a las que ella había estado usando, y algo se movía debajo de ellas. Retiró la ropa y lo que se encontró allí, lo sorprendió. Una pequeña gatita de pelaje rosa.

Él la levantó y la quedó mirando, sorprendido.

- ¿Por qué hay un gato?- preguntó Midori.

Y así, el gato persigue a la rata por todas partes.


¿Y? ¿Que tal quedó? ¿Bien? ¿Mal? ¿Horrible? Escucho todas sus opiniones.

Y ya sé que prometí Amuto pero por ahora no mostré casi nada, me disculpo. Es que tampoco pude hacer mucho, porque Amu recién aparece en estas ultimas lineas y no hay mucho que hacerle. Prometo que para el próximo mejora, y va a haber más Amuto del tipo que estamos acostumbradas- y amamos- ver.

Gracias por leer la historia y aquellos que leyeron las otras historias, les agradezco los reviews que dejaron.

Una cosa más, que les agradecería mucho si me contestan. Después de leer la historia, ¿piensan que es una historia que debería de ir en la categoría crossover? Por ahora la dejo en normal, y no sé si cambiarla (aparte no entiendo muy bien las normas de fanfiction u.u con respecto a la categoría)