Hola ¡hola mis queridas seguidoras! espero todas estén bien ¡acá hay!¡otro capi de la historia! Oops, es mejor decir ¡el inicio!.
Esto se ubica en el intertanto de 2 caras de una misma moneda y obedece a esa ova que Aioros tuvo el solo en Egipto, como no la leí, por razones agenas a mi voluntad, hice mi propia versión y acá está.
Todas las descripciones físicas de los dioses en su forma humana, y nombres humanos para ellos, son mías, sus nombres, habilidades de ellos y otros están vasadas en su info que encontré en Internet y la información original, pertenece a quien la procesó, todos los guerreros piramidales son míos, de mi propiedad y corresponden tanto a los animales de los dioses, como los que habitan en el mismo país o habitaron si acaso se extinguieron.
espero les guste y me apoyen.
¡déjenme saber su parecer!¡con un buen REVIEW!
Saint seya, es propiead de Masami Kurumada, yo solo, quiero darles aventuras.
El centauro en el desierto.
Prefacio.
Después del nacimiento de athena y del susto con Eric y Kanon, que derivó en el alejamiento del aspirante de dragón marino de su armadura, Shion, ex santo de aries y patriarca actual del santuario y un grave peligro que se cernía sobre todo el mundo.
En el mundo de los dioses egipcios, la paz y la tranquilidad eran cosas habituales, todo era esplendoroso, como e espejo del mundo que ellos cuidaban, tras la resurrección, Osiris, vivía junto a su hijo Horus, su esposa Isis y su hermana Neptis, todos se hallaban en ese momento, disfrutando de su mundo y preparándose para encarnar en el mundo de los humanos, a su tiempo y en su momento, después sería hora de intentar ganar la tierra a los olímpicos, pues, era un mundo que aunque todos compartían, de vez en cuando, se hacían batallas para perseverar en el dominio y por fin, conseguir la totalidad de seguidores necesarios, hasta que se definiera y vivieran en paz y armonía, todos se hallaban allá, cuando de improviso, recibieron una visita.
-Zet ¿Qué haces tu aquí?. Preguntó Horus –paz hermano. Dijo el pelinegro de ojos negros mirando al pelimarrón de ojos verdes.
-tu nunca vienes en paz. Dijo la peli rosa de ojos rosas.
-Isis, tu siempre eres tan dulce cconmigo. La brisa que soplaba remolona, se hizo fuerte a la orden de la diosa, se arremolinó alrededor de ella y creó unas hermosas alas amarillas, que cambiaban al color favorito de la diosa.
- ¡no me digas!¡bailando vas a hecharme!. Exclamó Zet –no me subestimes escória. Dijo Isis apretando los dientes.
-ya ves, que tu definición de paz no es la misma que la nuestra, por favor, vete. Pidió Horus con autoridad.
-pues, será que no hermano, no lo haré. Dijo Zet, triunfante de sus ropas, sacó una piedra negra mediana, del tamaño de un sol.
- ¡el Ra obscuro!. Exclamó Isis - ¿Cómo lo conseguiste hermano?. Preguntó Horus.
-ah, una cosilla por acá, una cosilla por allá, no fue demasiado difícil en realidad, resulta que he aprovechado un hecho externo, pero bueno, no les importa. Isis alzó sus alas para protegerse.
-no podrás infectarnos. Dijo, Zet sonrió - ¿no me digas hermanita?. Preguntó burlón al tiempo que la piedra brillaba, los 2 dioses, comenzaron a gritar, de y miedo, dolor nunca habían sentido tal poder, Zet comenzó a reír y reír, cuando la luz terminó, todo el paisaje calmado había cambiado, ahora, era un paisaje desolado, desértico y Horus e Isis se hallaban a sus pies.
-mi leal todopoderoso Zet, somos tus humildes siervos dijeron ambos a coro, Zet sonrió.
-lo se, ahora, vayan a sus semillas de papiro, renazcan y conquisten al mundo en mi nombre. Dijo.
-así se hará. Dijeron ambos a coro desapareciendo.
En la ciudad de los muertos, se hallaba la gran Matriarca, junto a los guerreros piramdaales, los miró a todos.
-algo ha pasado en el otro mundo. Dijo - ¿Cómo lo sabe maestra?. Preguntó una muchacha de cabellos cobrizos y ojos miel.
-Zara, mira la esfinje. dijo la matriarca de ojos verdes y cabellos negros.
-oh, no es dorada. Dijo la muchacha –así es, no es dorada, cuando ella está dorada, todo está en orden en el inframundo pero si no…los dioses están en peligro o han sido controlados. La muchacha asintió.
- ¿Qué podemos hacer?. Preguntó, en ese momento, los lapizlázuli que tenían las 2 mujeres, en los brazos y en el cuello, brillaron, ambas abrieron los ojos de horror, gritaron, gritaron y gritaron, mientras el poder las consumía, desde dentro hacia fuera, cambiando la estructura total de la ciudad de los muertos.
Aioros esperaba, en el aeropuerto, suspiró de frustración ¡como le habría encantado quedarse! Pero tenía algo que hacer, todo había estado tan reciente, la pérdida de Kanon como dragón marino y aunque Athena llegó con bien, no era nada bueno lo que esperaba.
¿tienes la autorización?. Preguntó una policía, Aioros suspiró y por vez número 1.000.000 sacó su autorización.
Bien, todo está en órden. Dijo la policía, el asintió y siguió su camino, bufó.
Que malo es tener 15 años por el simple hecho de tener que mostrar la bendita autorización, yo quería dar un salto de cosmos, pero, no debes llamar la atención. Dijo Aioros remedando la voz de Shion, se sentó en primera.
-hey chico. Dijo una voz a su lado, Aioros miró a un señor mayor sentado.
- ¿a donde vas?. Preguntó el hombre mayor.
-a Egipto señor. Contestó Aioros - ¿tu solo?. Preguntó el canoso sujeto.
-mi padre dice que la independencia es muy importante. El mayor asintió –tu padre es un hombre sabio. El joven asintió.
- ¿Cómo te llamas chico?. Preguntó el hombre –Aioros señor ¿y usted?. Preguntó.
-me llamo Albert Fisher. Dijo el canoso sujeto.
- ¿no le dijeron que fumar es malo para la salud?. Preguntó Aioros –si, pero ya estoy viejo hijo, he fumado toda mi vida. Aseguró –podría cambiarlo. Dijo Aioros con simpatía.
-no fumes hijo, yo ya soy un caso perdido, pero tu, estás joven ¿Qué es eso?. Preguntó señalando la caja de pandora.
Un artículo de mi padre, le gusta mucho. Dijo el santo con calma, sin mover ni un músculo.
-hey Quido, ven acá. Aioros vio llegar a otro hombre, un japonés mayor, tubo la visión de una cortina de fuego y todo cambió.
Por favor, cuídela, esta niña es la reencarnación de Athena, necesita de sus caballeros que la protejan". Se escuchó decir, vio unas ruinas griegas, un cielo amaneciendo, el muy débil, una niña en brazos, el calor de la caja ¿la armadura lloraba?, le dieron unos toquecitos.
-hey chico ¿estás bien?. Preguntó Albert –si, si señor Fisher. Dijo Aioros, el gruñó.
-Albert me gusta mas, señor Fisher, me siento como si tuviera mil años, el señor Fisher era mi padre hijo. los 2 hombres y el joven rieron.
-está bien Albert, será como quieras. Dijo Aioros, llamaron por el altavoz para el vuelo del Cairo, los 3, se pusieron de pie, Aioros tomó su caja de Pandora y los 3, se fueron hacia el punto de embarque.
