*Los personajes de esta historia son propiedad de la ingeniosa Jotaká, solo los tomo prestados para materializar mi imaginación.
"En solo segundos, melena prodigiosa"
[Capítulo Único]
A Nott le interesa ese libro de magia oscura que alguien dejó sobre la mesa sin querer.
Nott no es un chiflado como el resto de sus contemporáneos, solo quiere ampliar sus conocimientos antes de que una guerra destruya todo.
Porque no tiene tiempo para perder el tiempo. Porque existen volúmenes en la biblioteca para devorar en noches de insomnio o tardes de aburrimiento.
Nott no se enfoca en otra cosa. Ni en las crisis existenciales de Draco, ni las chiquilladas de Parkinson o la indiferencia constante de Zabini.
El frío no le quita el sueño, las clases le dan igual. La comida es divina tanto en Hogwarts como en casa. No encuentra diferencia importante.
Tampoco hace mucho caso a las noticias sobre Voldemort. Ya no sabe si su padre, el señor Nott, es culpable o inocente, si anda metido en el gremio del innombrable o no.
Poco le importa a Theo. ¡Theo solo quiere leer y ser adolescente de vez en cuanto!
—Libro de la Sección Prohibida, Theodore Nott.
Y también observar algo específico que tiene ella.
Luna Lovegood está ahí, viéndole hojear el viejo ejemplar sobre magia negra. Y por fuera Nott no reacciona.
Por dentro es otra cosa.
—¿Te fascina la muerte? —cuestiona ella—. ¿O solo pretendes asesinar a alguien con un hechizo diferente?
Es que ella es así, tan... ella. Con sus preguntas extrañas y su mirada inocente, comprensiva muchas veces.
Pero, demonios, nada le gana a su cabello. Su cabello es lindo. Su cabello es rizo. Su cabello es puro.
Sensual de vez en cuando, cándido en las mañanas. Al menos así le parece a Theo. Y Theo tiene buen gusto.
—Solo me gusta leer —le responde, enigmático—. ¿Me dejarías continuar?
—Por supuesto —contesta Luna como si nada—. Aunque… ¿quieres una edición del Quisquilloso?
—No me interesa, Lovegood.
A Luna no le afecta su tono cortante, sino que mantiene la sonrisa y se voltea para seguir con lo suyo.
Y ahí está el aroma de su melena, dulce y refrescante, golpeando la nariz de Theo sin compasión. Y el color también tiene lo suyo, rubio, casi blanco, prodigioso.
Quizá Luna fue engendrada por ángeles... o veelas.
—¿Te gusta la lunática, Nott?
Theo respinga, ladea la cabeza y descubre a Blaise con una sonrisa burlona.
—No.
—Quedaste mirándole demasiado.
—Nada de eso.
—Yo creo que sí.
—Vete a la mierda.
Y Blaise pretende irse a la mierda, si, mas la mano de Nott se aferra fuerte a su brazo.
—Y no la llames "lunática" —ordena—, su nombre es Luna.
—Por los cojones de Merlín —se sorprende Zabini—. Te gusta ella, y mucho.
—Error —declara Theo, ya alejándose de Blaise—. Solo me gusta su cabello.
Y no explica más porque es algo sencillamente inexplicable.
Y al mismo tiempo no es la gran cosa. Los chicos no se enamoran de los cabellos de una chica. Aunque... quizá los mejores noviazgos comienzan de esa forma.
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Realmente espero que les haya gustado este pedazo de inspiración.
Gracias por leer.
—LotaBlues—
