Género: Por definir
Personajes Principales: Itachi Uchiha, Hinata Hyuga, Naruto Uzumaki
Autor: Lirios41
Universo: Alterno
Disclaimer: Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto. Universo paralelo.
Disclaimer historia: Me inspire en un fanfic escrito por la autora alquiem, de la cual agradezco enormemente su permiso para este concepto.
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Capítulo 1. El Barco
Había un barco pirata moviéndose con las olas en la obscuridad de la noche, se alejaba de una isla recién usurpada por los tripulantes de esa nave. El botín, el cual consistía en cofres con pergaminos, joyas y oro, era cuidado por dos jóvenes pertenecientes a un clan tan antiguo como la existencia del mismo Chakra. Ambos eran varones de cabello negro azabache, piel morena clara, el mayor, de nombre Shisui Uchiha, tenía 26 años y su cabello corto con puntas onduladas, mientras el menor, Itachi Uchiha, de 20 años tenía el cabello más largo y recogido en una coleta.
El clan al cual pertenecían ambos hombres era considerado uno de los más poderosos del mundo Shinobi, una leyenda y con tantas habilidades que en ocasiones eran llamados el Clan de la Guerra. Sin embargo con el pasar de la guerra más clanes se unían a la batalla en contra del Clan Uchiha, les informaron que en el templo de esa isla se planeaba un alianza entre clanes para derrocarlos. Los Uchiha en prevención y respuesta mandaron a 12 de sus ninjas de elite a esa misión, para la cual se aliaron brevemente con un grupo pirata.
La noche cubrió la agitada batalla que culmino en el templo cubierto en llamas negras, nadie ni siquiera en las islas alrededor podría ver que el santuario era consumido rápidamente. El barco se movía en medio de la lluvia fría con las olas del mar, alejándose cada vez más de esa isla. Ni siquiera la luz de la luna podía verse, a causa de las nubes de la tormenta, y junto al distanciamiento del templo se creaba una atmosfera serena y obscura que era disfrutada por Itachi Uchiha.
Itachi se encontraba sentado debajo de la ventana, en un camarote, su primo estaba parado junto a él, de piernas y brazos cruzados. El menor Uchiha no dejaba de pensar que en aquel lugar más de una vez les ofrecieron hospitalidad, incluso se ofrecían a limpiar sus barcos a costa del dinero que ellos quisieran darles. Pero no tenía nada que ver con humanitarismo, realmente los estaban espiando. Sentía cierta decepción y de pronto, una luz blanca se filtró por la ventana, seguida de un gran estruendo y una vibración exagerada se sintió.
-¡HUJU!- grito alguien en la superficie del barco.- ¡Vieron eso, eso es auténtico arte!- El alarido se filtró hasta el camarote.
-Ese idiota de Deidara, una cosa es destruir una ciudad, pero otra hacer explotar una isla.- Se quejó Shisui.- Que discreto se ha vuelto.-
-Sería un inconveniente que la isla siguiera en pie.- Alego Itachi.
-Lo sé, lo sé. Si cualquier clan descubre que hemos sido nosotros, tendrán más razones para ponerse en nuestra contra.- Shisui suspiro vio los últimos destellos de la isla antes de que se hundiera.- Y destruir la isla es una manera de eliminar la evidencia.- Cerro los ojos un poco y acto seguido le sonrió a Itachi mientras decía.- Además si preguntan diremos que fue Deidara, todas las pistas apuntan a él.-
Shisui rio un poco e Itachi le sonrió reteniendo una suave risa. Aunque ambos preferían resolver el asunto sin tener que llegar a usar la fuerza bruta, y por ende destruir los restos de una civilización era algo aún más abrumador para ambos, Shisui incluso en momentos como esos trataba de hacer reír a Itachi, siempre viendo el lado positivo de las cosas y luchando a la par para llevar todo adelante. Mantener un espíritu inquebrantable era necesario para no perder la cabeza en la vida que les toco vivir.
Al poco rato bajaron al camarote dos negociantes de la banda pirata y uno del grupo Uchiha, sus nombres eran Kakuzu, Hidan e Inabi respectivamente. Kakuzu iba cubierto completamente de ropa, dejando ver únicamente sus verde brillante, lo único que se alcanzaba a discernir en su cuerpo parecía tejido, como un muñeco con costuras, mientras que Hidan era un hombre al parecer más joven, de cabello grisáceo, con un aire despreocupado. Inabi, un hombre de mediana edad, con el cabello largo una expresión intimidante, él fue el primero que hablo.
-Shisui, debemos de hacernos cargos del botin. Itachi retírate.- Itachi salio de ahí sin alegar absolutamente nada.
-Uchiha, creo haber dejado en claro que cuanto antes terminemos mejor, soy un hombre poco paciente.- Dijo Kakuzu quien se encargaba de la administración económica de su organización.
Inabi fue escogido para esa misión como líder junto a Shisui, pues era experto en la interrogación y su objetivo en esa misión, era descubrir el interés de Akatsuki por obtener dinero, sin revelar absolutamente nada que les pueda dar la ventaja sobre el clan Uchiha. Cada pergamino fue visto antes por Shisui, quien decidía si quemarlo o no. Era una lástima para los piratas, pues el ojo de los Uchiha tenía una habilidad única en sus ojos, que les permitió memorizar por completo cada pergamino.
Acordaron que los Akasuki se quedarían con una parte del botín por cada pergamino que los Uchiha quemaran. Y una vez terminados los pergaminos se dividieron la dote en partes igualitarias según la cantidad de soldados. Pero aun había un asunto delicado del cual ambos se debían hacer cargo.
-¿Y qué pasa con la chica Hyūga?
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Itachi quiso tener una especie de tranquilidad en la cubierta del barco, pero tras escuchar a su primo Obito quejarse del porque no le permitían liderar ni negociar en esa misión pensó que su búsqueda sería inútil por el momento. En el barco tenía aproximadamente 20 hombres, 12 del clan Uchiha y los otros 8 pertenecientes a los piratas, mientras en la nave hermana viajan alrededor 30 hombres y mujeres miembros de Akasuki. Itachi se encontraba en la décimo quinta queja sin argumento de Obito cuando en la conversación a junto un chico rubio pasó a ser el centro de atención.
-El arte debe ser buscada constantemente mayor y solo entonces mayor será habilidad para apreciarlo, sino se entorpecerá.- Algunos rieron, otros no tanto.- Es una lástima lo de los Hyuga, ningún ojo mágico que nos sirva contra los Uchiha.- Dijo el chico rubio para darle una mirada hostil al Itachi Uchiha. Cuando un hombre con rasgos de tiburón y piel azul hablo.
-No te preocupes Deidara, he tomado algo mejor que eso, una hermosura de mujer que podemos utilizar para…-
-Eso es muy peligroso Kisame, acordamos no tomar prisioneros de guerra- Hablo un chico pelirrojo que estaba a lado de una marioneta con cola de escorpión.-Aunque si es muy bella, tal vez la pueda conservar para mi colección.-
-¡Olvídenlo par de imbéciles!-Hablo un hombre con ojos verdes fosforescentes. Venia de la reunión que tuvieron los líderes.- Nadie la toca. - Dijo en señal de orden a más que petición.- Ve a vigilarla Deidara.-
-Anda Itachi con el- Dijo Inabi. El Uchiha menor paso a un lado de este.-Vigílalo, que no la toque.-
Itachi encendió una vela, y se dirigió a lo que suponía seria el calabozo del barco. Entro al lugar y coloco la vela en una mesa para acto seguido ver a quien debía cuidar. Lo que vio Itachi fue bastante crudo. Había una razón por la cual los prisioneros eran llevados por la organización y no por los Uchiha, el clan no los necesitaba. Se imaginó que tal vez la razón era otra, lo intuyo después de ver a esa mujer ahí.
Vio unas piernas con piel blanca rasguñada, estaban mal cubiertas por un vestido blanco destrozado, en tiras largas. Se encontraba atada de pies, manos y ojos, con una soga que absorbía el chakra y a juzgar por la tira de saliva que llegaba a su cuello, estaba sedada y posiblemente drogada, todo ello con el fin de mantenerla quieta. Itachi sintió que compasión por la joven que estaba delante de él, pues tenía un futuro incierto, y para horror propio ahora el mismo era el verdugo que debía mantenerla a la raya.
El joven Uchiha no cruzo palabra alguna con el rubio de la organización Akatsuki, aunque el rubio quiso bromear y engrandecerse por su gran hazaña fue ignorado por Itachi, por lo que no hablaron mucho. Duraron un rato en silencio, el pelinegro se mantuvo cereño, mientras el otro perdía la paciencia. Apenas llevaban quince minutos cuidando cuando finalmente Deidara perdió la paciencia, e intento divertirse a expensas de Itachi.
-Mira esta belleza- Dijo finalmente.- Me encantaría verla explotar, esta piel expandiéndose será hermosa, ¿no lo crees Uchiha?.- El rubio estiro su mano acariciando la pierna derecha de la joven, una lengua se asomó de la extremidad del muchacho y comenzó a lamer la piel blanca de una forma grotesca.
Itachi quiso córtale la mano al bastardo, pero mostrarle interés por ella le daría la victoria a Deidara y crearía un conflicto que él no se podía dar el lujo de tener. El pelinegro solo debía seguir órdenes y cuidar que nada la matase o algo por el estilo, y pese a lo nauseabundo de la situación trato de controlarse no mostrando interés. La mano del rubio subió hasta el muslo de la joven, Itachi hizo un esfuerzo monumental por evitar mostrar la tensión que en su mano surgía, comenzó a tomar su Kunai casi sin percatarse.
-¿Que estás haciendo?-Irrumpió Shisui.- Parece que no se te puede dar un simple encargo, ¿he Deidara?-
-¿A ti que te interesa Uchiha?-
-No realmente, solo señalo tu pésima habilidad para seguir ordenes.- el rubio frunció el seño, enderezo su postura y como consecuencia se separó de la joven. Una victoria para Shisui que alivio enormemente a Itachi- Como sea, me mandaron a reemplazarte, necesitan unos pájaros tuyos arriba.-
Cuando Deidara salió, y las olas que golpeaban el bote fue todo lo que se escuchaba, el Uchiha mayor hablo.
-¿Planeabas matarlo, por tocar lo que te mandaron cuidar?- Cuestiono a Itachi.
-Hubiera dado eso como escusa.- Respondió Uchiha menor.
-Entonces lo hubieras echo por tratar de violar una mujer inconsciente.- La expresión de Itachi revelo que el Shisui estaba en lo correcto.- Debo recordarte que no la conoces y lo poco que podemos inferir es que quiere destruir nuestro clan.-
-…Sigue siendo una mujer.-
- Sabes que ellos se quedan con ellas, como prisioneros de guerra, por ser doncella no la tocarían, la guardarían y la venderían a una casa de prostitución, mas siendo tan bella.-
"Virgen" La mente de Itachi retuvo eso. Era cierto que en muchas ocasiones esa organización llamada Akatsuki se quedaba con muchos prisioneros de guerra. A los hombres generalmente se les forzaba a ser esclavos y sirvientes. Otras veces si eran ninjas eran intercambiados como mercancías, para firmar pactos, sacrificados a un clan enemigo para que akatsuki firmara alianzas con ellos, o vendían sus cabezas en el mercado negro, por lo valiosos que era.
A una mujer, prisionera de guerra, en el mejor de los casos era intercambiada, y en el más piadoso asesinada. La gran mayoría eran vendidas como esclavas sexuales. Y eran "mejor pagadas" aquellas mujeres vírgenes. Según ellos las reconocían por el olor, otros por el movimiento de andar. Que par de idiotas. Solo un medico podía hacerlo, pero ni siquiera con precisión. El himen de una mujer podía romperse de múltiples formas, por el simple hecho de hacer equitación, hacer splits o sin razón alguna. Eso de que el himen y la virginidad iban de la mano no era más que una estúpida mentira.
Y era más estúpido aun aquello del precio, que siendo virgen vale más. El chico Uchiha siempre pensó, que las mujeres eran hermosas, valerosas y libres como un hombre de acoger una vida que les plazca. A ese mundo lleno de tradiciones viejas y machistas era injusto, discriminante y deseaba no verlo más. Quería que sus hijos crecieran libres de todas esas cosas, luchaba día con día para lograrlo. Deseaba que terminara.
El detestaba la manera en que se regía ese mundo obscuro, pero aún más odiaba admitir que en ocasiones como esta el contribuía de forma involuntaria a todas estas clases de acciones. Desde su punto de vista nunca nadie podía pagar un precio los suficientemente alto como para quedarse con una mujer si no es por amor. Nació un desagrado por el bastardo que la reviso al subirla al bote, la desvistió y toco solo para cerciorarse de la pureza de la joven.
-¿Por eso me mandaron a vigilar a una mujer drogada? ¿Por el precio que su virginidad le da?- Dijo el Uchiha menor.
-Era cuidar a Deidara más que nada, pero no hacías un buen trabajo.- Sonrió Shisui.- Como tú ya abras deducido, ella no es cualquier persona-
Itachi arqueo una ceja esperando una respuesta, cuando por fin su primo mayor dijo.
-Es de la familia principal de los Hyūga.-
-¿Hija de Hiashi Hyūga?- Cuestiono el menor a su primo.
Shisui afirmo con la cabeza para luego agregar.- No tenía el símbolo del pájaro como el resto de los Hyuga, además fue protegida por varias personas, dio una batalla dura, al parecer para capturarla perdieron 5 hombres, incluso después de amordasarla con esas sogas que comen chackra y drogarla ella seguía luchando. Debe estar en su límite.-
-¿Y se supone que soy un medico ninja que debe de mantenerla viva hasta que ellos para que ellos puedan quedársela?-Itachi no comprendía exactamente.
- No estoy seguro si ellos se la quedaran. Solo digo que en caso de que se así ellos no la tocaran por ser virgen. En la reunión de hace rato hablamos de quien se la quedara.-
Sentía asco hacia su propia clan, pelear por una persona como si fuera un pedazo de carne, era algo repugnante.
-Se mandó un halcón mensajero, esperamos a ver que responde Hiashi. Entiendo tu desagrado a esta situación Itachi. Pero debes controlarte-
Itachi miro a la joven de piel blanca, no la había visto a la joven en su vida, una desconocida total. Sin embargo lucia tan frágil atada, pero admiro su valentía de seguir peleando incluso medio inconsciente. Le habría gustado conocerla a Hinata Hyuga de otra manera, no ahí como una prisionera de guerra.
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Llegaron de madrugada al puerto Uchiha. La entrada era vigilada por Uchihas, era una caverna en forma de túnel, con Uchihas escondidos entre las rocas, estos vigilaban el acceso al clan. Era la única entrada, los alrededores estaban llenos de remolinos, solo se podía entrar por ahí y era una entrada impenetrable. Tuvieron que dar aviso de los acompañantes antes de poder entrar toda la flora.
Subieron las velas, colocaron el puente y finalmente bajaron. Itachi llevaba una canasta a la espalda llena de algunas joyas y pergaminos que Shisui no se atrevió a destruir. Su padre estaba esperándolo, lo veía fijamente y de manera seria tal como había sido toda su vida.
-¿Por qué vinieron ellos?-
Al grano, nada de saludos por cortesía, ni amabilidades. Lo importante era el clan y todo lo relacionado a eso.
-Responde. ¿Qué es tan delicado que no puede ser resuelto?, tu eres el segundo al mando no debes cargar esto como si fueras…- Antes de que su padre lo sermoneado Itachi decidió hablar.
-Encontramos a los Hyuga-
Su padre hizo una mueca de decepción, y acto seguido su mirada firme volvió. Era perfectamente entendible. Los Hyuga los habían traicionado, nunca fueron particularmente amigos, pero si aliados y encontrarlos ahí en esa reunión era un indicio de que planeaban la derrota del clan Uchiha. Eso de no llevarse bien no implicaba conspirar para destruir el clan entero.
-¿Y bien?-
Se limitó a darle los pormenores de la misión, se enfocó más en describir la situación de la joven. Lo hizo de manera breve y clara. Comenzó a darle detalles de los pergaminos cuando una risa los interrumpió.
-jajaja, aun drogada impide ser tocada.- Kisame reía en voz alta, seguido de carcajadas provenientes de algunos de sus aliados. Traía en brazos a la Hyūga. -Clásico de una virgen, jaja, vaya que huele a una, ¿Podre ser el primero?-
-Olvídalo la venderemos, será una fortuna una virgen a su edad, con esa piel y además ciega- Dijo Kakuzu. Un hombre alto, piel morena y ojos de color verde.
-¿hE? ¿Cuánto costara?-
-No podrías pagarlo imbécil, ni con tu cabeza-
-Sera una lástima, realmente quería...-
-Uchiha- Dijo el ojiverde.-Necesitamos hablar de negocios.-
-Bien- Respondió el padre de Itachi, que era líder del clan.-Según tengo entendido el clan Hyūga a respondido.-
-Si, pero la carta aun esta sellada aun, no quería tomar ventaja.-
-Bien, hablemos. Itachi cuida a la prisionera.- Dijo el líder del clan de la guerra dirigiéndose a su hijo mayor.
-Me parece bien. Kisame entrégasela- Hablo Kakuzu.
-¡Hey! ¿Y porque no puedo ir yo?-Alego Kisame.
-No quiero que arruines nuestros planes o los convenios con el clan Hyuga-
-Está bien que la cuide Itachi, es un mojigato, si se atreve a tocarla celebraremos que Itachi ahora es un todo un hombre. Jajaja- Rio Deidara.
La ataron a un poster con esa cuerda que alimentaba el chackra. Sus pies estaban atados. Sus manos fueron colocadas a su espalda con un ángulo recto en los codos, sus pies solo estaban inmovilizados y eran lo único pegado al poster. Su cuerpo fue amarrado de tal manera que quedaba suspendido y con la espada lejos al poster.
-¿Porque la crueldad?- Inquirió Itachi cuando todos se fueron dejándolo a solas con Shisui.
-Al parecer intento destruir sus propios ojos. Hizo cuchillas de chacra con las puntas de sus manos para destruirlos. Una vez que se dio cuenta que no podía escapar comenzó a reunir chackra en algunos puntos donde no había cuerdas.-
-¿Y lo hizo aun estando drogada y semiconciente?-
-Así es, ¡ha! y agrega a todo envenenada, ese bastardo de Zetsu hizo algo, pero hay que admirar la perseverancia de la chica-
-Shisui- Su primo lo observo curioso- ¿Iras a la reunión verdad? -
-Como segundo al mando en esta misión debo ir.-
-Vendrias a decirme lo que acuerden por favor.-
-Está bien…pero siento curiosidad- Shisui caminaba hacia la salida del calabozo.
-¿De qué?-
-De tu atención hacia esa chica.-
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La luz del amanecer amenazaba con hacerse presente en cualquier comento. Itachi Uchiha cuidaba de la mujer con gran cautela. No había dormido en toda la noche y estaba más que acostumbrado a eso pero el cansancio de la misión, el viaje y el estrés mental comenzó a hacer que se preguntara cuanto más tardarían las negociaciones que incumbían a la chica. De pronto ella balbuceo algo.
-¿Perdone?- Itachi le retiro la mordaza de su boca. Cuando se acercó percibió un olor suave a lilas proveniente de la joven.
La chica trataba de decir algo, pero estaba entre consiente y desvanecida, y solo entonces volvió a la cruda realidad. De que una joven era prisionera de guerra y él era el guardia que la mantenía a la raya. Suspiro desanimado. Noto los labios secos de la Hyūga. Acerco una taza con agua para ver si bebía aunque estuviera fuera de sí, la chica se negó a tomar intentando girar la cabeza.
-Descuide el agua está limpia- Le dijo para calmarla. Seguramente ella ya sabía que estaba drogada.
La joven tomo un poco de conciencia, entre débil por la falta de chackra y entre ida por la droga que le suministraron, y bebió un poco.
-Siento mucho esto, en cuanto las cosas se arreglen usted podrá volver a su clan. Todo estará bien se lo ase…-
De pronto la joven movió la cabeza, en señal de negación.
-Nnonoo-
-¿A qué se refiere?-
-No venvendra nadie…-
¿Cómo podía perder las esperanzas tan rápido? Si ella era la que luchaba contra todo, aun inconsciente. ¿Qué rayos le pasaba ahora?
-Se..se que nno sserra asi-Tartamudeaba, mas por su condición que por otra cosa.
-Hyuga-san, le aseguro que nuestra intención no es tenerla como prisionera.-
-Por…porfafavor, see que no debdebo suplicar, pero quisiera.-
Itachi veía a la joven, si no moría asesinada, posiblemente moriría a causa de la explotación de su cuerpo. Como no noto antes que literalmente estaban matando a la joven. La venderían tal vez los piratas, pero luego la matarían. Pues como pasa con toda mujer ninja yacería como algo inservible si se trata de prostitución, sería un problema mayor.
-¿Que desea?- Se compadeció de la joven. Esa chica que respiraba con agitación. Esa mujer que estaba dispuesta a perder sus ojos por proteger a su propio clan.
-…Que mi herherma..na sssepa quee yo- Inhalo con dificultad- qu..que yo la amare por siempre- La chica se desvaneció.
Itachi se apresuró a tomar su cabeza que no callera de golpe, la desato y trataba de hacer que ella volviera en si cuando Shisui irrumpió en la habitación.
-Vaya y yo que pensaba que no ibas a pasarte de listo-
-Shisui, sabes bien que yo no…-
-Lo sé, solo quiero molestarte un poco-Itachi lo ignoro y prosiguió.
-¿Cuál fue el acuerdo?-
-Nos quedaremos con los ojos, ellos con la chica.-
-¡¿Qué?!-
-Dije que nosotros tendremos los ojos y ellos a la…-
-Lo sé, pero ¿qué paso con Hyashi?, acaso no quiso saber de su hija.-
-Pidió que se le mandaran los dos ojos de la joven para comprobar que es ella- Un escalofrió recorrió al Uchiha- Pero los Akatsuki se opusieron, y tu padre tenía ideas similares.-
-¿Que ideas?-
-Que ellos solo querían salvar su clan teniendo los ojos. De ahí la chica no les interesaba. -
-¿Cómo están seguros?-
-Porque en la carta solo recalcaba los ojos, no dijo nada sobre si ella estuviera viva o no. Eso les basto a todos para negarse. Así que naturalmente nosotros no queremos que ellos tengan los ojos, si eso implica poder. Tu padre fue muy listo en esta negociación-
Itachi contemplo a la joven. Era una mujer valiente, que luchaba hasta el final contra todo. Era amorosa con un último anhelo de que esos sentimientos llegaran a su pequeña hermana. Era gentil. Esa mujer que estaba dispuesta a perder sus ojos por proteger a su propio clan, un clan que le dio la espalda no sin antes reclamar sus ojos, para dejarla en el olvido.
-Seguramente la venderían.-Ella estaba sola en esto.
-Si tiene suerte si, Kisame se ve…-
-Shisui cuídala, tengo que hablar con mi padre - No tenía tiempo que perder. Las negociaciones estaban hechas. Debía darse prisa.
Antes de que el primo mayor pudiera alegar Itachi ya había salido.
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No sabía cómo dirigirse a su padre para la petición que le tiene. Llevaba 20 segundos viéndolo, sin poderlo decirlo.
-Dime que quieres, debo asegurarme que las cosas se hagan bien-
-La quiero como dama de compañía.-
La reacción de su padre no sorprendió a Itachi. Se sorprendió y lo descoloco al grado de tirar sus hojas.
-¿Porque necesitas a esa mujer?, podrías tener cualquiera del clan Uchiha, que te pueden ofrecer un mejor linaje de sangre a tus hijos.-
-No tengo el tiempo ni la estabilidad para establecer una relación formal ni mucho menos una familia- Aunque a él le hubiera encantando llevar una vida tranquila, por primera vez en su vida se alegró de que su horario de vida sirviera para algo-Solo como dama de compañía. Sería inapropiado tratar de esa manera a una joven de nuestro clan-
-Seria aun peor verte acompañado de una Hyuga, además muchas mujeres del clan estarían más que encantadas de todo si les dedicas unos minutos a la semana, son mujeres fuertes.-
-Hablo por los padres de nuestro clan, no creo que para ellos sea bueno que sus hijas estén solas en un noviazgo poco estable y no pienso faltarles al respeto.-
Su padre suspiro molesto para decirle -No creo que los Akatsuki quieran negociar-
-Yo mismo pagare por ella, solo pido su permiso para tenerla aquí en el clan-
Si bien Itachi era un hombre complicado, nunca dio indicios de ser caprichoso, no recordó alguna vez en su niñez que el llorara por obtener algo, a diferencia de su hijo menor Sasuke, quien hacia pucheros apenas no obtenía lo que quería. Los Uchiha no caen en sentimentalismo. Pero si su hijo la quería era por alguna razón. Si el mismo la pagaba estaba de acuerdo con eso.
-bien-
- muchas gracias- El pelinegro hizo una reverencia a su padre. Se dirigió a la puerta cuando escucho.
-Itachi, no quiero un nieto bastardo.-
Un escalofrió recorrió su ser a causa de lo que su padre suponía que le haría a la joven.
-Entiendo padre-
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Saludos y Abrazos!
¡Saludos!, estoy reescribiendo este fic pues como más adentrada la historia está más concisa la historia se me hacía injusto no darle el mismo detalle a la cosa.
