Hola a todos :D feliz día de San VAlentín.
Pues bueno, aqui traigo la primera parte de un fic que hice por ese día, porque honestamente necesitaba escribir algo cursi, lamento no haber actualizado los otros (es que estudio diseño y me cuesta muchísimo conseguir tiempo para escribir) y laverdad esto lo tenía escrito desde diciembre XD (lleva dos meses agarrando polvo esperando salir este día!)
Dedicatorias:Para Noda, porque es hermosa. :D
Juego de San Valentín.
La Cita
-"¿qué pasa si te enamoras?"
-"no me digas que crees que eso existe, Rei…"
-"es amor… no es Santa Claus, Kai"
hoyuelos se marcaron en sus mejillas al sonreír por su comentario y extendió al comprador una taza de moccachino expresso con crema batida y canela espolvoreada, una delicia de verdad para la delicia de persona quien lo ordenaba: Kai Hiwatari, de pómulos perfectos, figura digna de ser esculpida por miguel ángel, cabellos azules con un tinte grisáceo como esa mañana y ojos tan carmín como las cerezas que colocó al final de la montaña de crema.
-"¿por qué la cereza?"
-"semana de san Valentín, Kai"- dijo el muchacho detrás de la barra señalándole un letrero gigante en forma de corazón que decía que agregarían desde lazos en las tazas hasta chocolates en forma de corazón, la cereza al estar unida con otra era una perfecta comparación, supuestamente, de una pareja. La verdad es que él le conocía desde hacía un año que trabajaba en esa cafetería y sabía perfectamente que la "delicia Hiwatari" solo podía ser comparada con una uva pasa, amargada y malhumorada pero que venía en el mejor de los envoltorios, sabía también que esta persona en cuestión no creía en el amor y por tanto odiaba San Valentín.
¡Pero le encantaba hacerle molestar!
Antes de seguir con esta historia, creo que es importante aclarar que el empleado de la cafetería es Rei Kon, que provino de China a esa ciudad de Estados Unidos, para buscar oportunidades y estudiar como todo el mundo, podría decirse que es alguien promedio, tanto en estatura, talla de zapatos y ropa, aunque muy delgado y atlético. Sin embargo no es su peso ni su altura lo que le hacen especial si no, las dos cosas de las que el mismo estaba orgulloso: su largo cabello negro y sus ojos dorados.
Kon además es especial por ser de esas personas que muchos considerarían: romántico sin remedio, dicha formación fue creada por una mala interpretación de la película el graduado, titanic y el interpretar a Romeo en una obra de la escuela. Kon estaba en este mundo para conseguir a la "persona indicada" y hasta ese momento no sería realmente feliz.
La cafetería donde trabajaba quedaba cruzando la calle de la estación de radio: BBA, donde, la persona que tenía en frente, Kai Hiwatari, era la estrella de un programa que se transmitía cerca de las 5:00 de la tarde, cuando el tráfico estaba plagado e inevitablemente te detenías a escucharlo desde el automóvil; las mujeres sonriendo porque tenía una profunda y sexy voz varonil y los hombres por sus comentarios cínicos, irónicos y mordaces sobre, básicamente cualquier cosa.
-"creo que si como eso enfermaré…"- dijo Kai renuente, quitando la frutilla roja de su perfecta obra de canela y chocolate para poder comer la crema con una cucharilla larga
-"era eso… o los chocolates con licor de cereza…"- dijo rebuscando en el bolsillo de su uniforme y lanzándola hacia él quien la atajó con una mano, porque amenazaba con caer dentro de su perfecto moccacino.
-"odio las fresas…"- siseó irritado –"y las cerezas y…"
-"San Valentín…"- terminó el otro riendo ampliamente, marcando de nuevo esos hoyuelos –"¿hablarás de eso hoy?"
-"hmph…"- dijo terminando la crema y ahora bebiendo un poco de su taza alargada
Rei se vio obligado a atender a otros dos clientes desde la barra pero volvió a prestarle atención a Hiwatari para decirle –"nunca respondiste, Hiwatari"
-"¿qué?"
-"¿qué pasa si te enamoras?"-
Kai esbozó una leve sonrisa, vaya que Kon era molesto y ni mencionar sus preguntas, de hecho, su programa de radio podría ser: lo molestos que son los empleados de las cafeterías, que te sacan conversación recurridamente hasta volverse personas frecuentes en tu vida y que ni siquiera quieres que lo sean, es decir ¿por qué él querría una amistad con el empleado de una cafetería? Y sin embargo allí estaba, sonriéndole al chino haciendo un ademán y retirándose con la estúpida frase de "regresaré mañana".
No era que le agradara Kon en algún sentido porque en primera era un hombre, no tenía porque agradarle en ningún sentido, pero debía admitir (a regañadientes) que el chino le había ayudado muchísimo a evitar algo que todo el mundo odia: el hambre. Los cafés, desayunos, almuerzos y cenas de este eran deliciosos casi al punto de ser una adicción, además, y como si el destino no lo odiara lo suficiente, el susodicho Kon vivía a solo tres calles de su lujoso edificio, ¿cómo? Pues Kon estaba alquilado en un departamento grande con otras siete personas y Kai tenía un departamento donde podrían vivir siete familias.
Así que inevitablemente a veces cocinaba para él y salvaba a Kai de tener que comer paquetes de plástico para microondas, además de limpiar y mantener la casa de él en orden (porque Hiwatari era un desastre) a cambio de un poco de dinero, que honestamente siempre necesitaba.
Y pensar que simplemente se habían conocido en una estúpida conversación de elevador…
-"¿te gusta the scorpions?"- preguntó el chino, sosteniendo una bolsa con la comida que había ordenado por teléfono el para nada malhumorado jefe de Hiwatari, consiguiendo que Hiwatari lo mirara extrañado: porque la verdad no escuchaba nada al tener sus audífonos puestos a todo volumen. –"The scorpions"
-"..¿..qué?"- y la verdad es que Hiwatari no tenía idea de porqué contesto, quizás porque era casi imposible ignorar a alguien con un color de ojos así y honestamente al verle de reojo, creyó que era una chica aunque al terminar de voltear se dio cuenta de su error y terminó maldiciendo a los dioses.
-"If we'd go again
All the way from the start,
I would try to change
The things that killed our love"- cantó suavemente Kon y sonrió –"The scorpions, son geniales, tienes buen gusto…"
-"hmph…"
No dijeron nada más porque el elevador había llegado a su destino y cada uno continuó con sus vidas, hasta encontrarse nuevamente en la cafetería frente a la estación. Así, sumando todas las estúpidas coincidencias que harían toda su vida digna de una película rosa que nunca ganan ningún premio de la academia y terminan en los anaqueles para ser vistas los domingos… Hiwatari y Kon eran grandes amigos a pesar de sus enormes diferencias.
-"Así que, si desean despilfarrar su dinero en una fiesta que ni siquiera guarda relación con "el amor", adelante, pero creo que es mejor que guarden su dinero en el asilo donde probablemente pasaran solos lo que les quede de vida…"-sentenció en el programa de radio –" eso será todo por hoy, sintonícenos mañana…"
Esperó la señal del editor de sonido, la música correspondiente y quitó sus audífonos para salir de la cabina.
-"mordaz…y amargado como siempre…"- dijo al terminar el programa el editor de sonido, Yuriy Ivanov, un hermoso ruso pelirrojo que conocía a Kai desde que tenían uso de memoria –"no sé como tenemos ratings…"
-"¡subieron los ratings!"- dijo cantarina la voz de una chica de cabello rosa y ojos dorados, Mariah Wong, del departamento de producción que ahora daba brincos como una pelota rosada en una cancha de basketball.
-"o hay muchos amargados…o les gusta escuchar el cinismo de Kai…"- dijo Yuriy sirviéndose un café negro, suspirando cansado y estirando su cuello.
Kai simplemente bufó, parte de ser amigo o conocido de Yuriy era que había que ignorar el 80% de las cosas que decía.
-"y… ¿irás mañana a la fiesta?"- preguntó Yuriy dándole una palmada a Kai
-"¿qué fiesta?"
-"la de san Valentín"- sonrió Mariah –"¡toda la estación estará! ¡Incluso los de la cafetería de enfrente y la pizzería de al lado!" –dijo ilusionada apretando los papeles del rating contra su pecho
-"definitivamente…no"-
El aroma caramelizado de la salsa de naranja inundaba su departamento y no pudo evitar sonreír un poco y asomar su rostro por la barra de la cocina para notar al cocinero trabajando arduamente, suspiró y se maldijo como siempre lo hacía cada vez que tenía a Kon en su casa ¿pero qué más podía hacer? Cocinaba bien y honestamente a pesar de sus cursilerías no era tan insoportable, de hecho podían conversar sobre cualquier cosa no romántica. Suspiró y este simplemente atino a sonreír y servía el menú del momento: pollo a la naranja.
-"¿qué me decías de la fiesta de tu oficina…?"- preguntó Kon sentándose también en la mesa, después de un año de hacerle favores hasta cenaban juntos.
-"Es una estupidez…"- dijo tajante tomando un poco de la ensalada verde, Rei simplemente sonrió un poco
-"hm… ¿hace cuanto no sales en una cita?"
-"estuve con alguien el fin de semana pasado…"- respondió con simpleza, llevándose un poco del delicioso platillo a los labios
-"cita, Kai… no una noche de pasión lo ves, ni siquiera recuerdas su nombre…" –rió Rei comiendo también un poco y pensando lo siguiente que diría –"¿Cuándo fue la última vez que te enamoraste al menos?"
-"no existe tal cosa como el amor, es fantasía…"- terció el de ojos rojos ahora tomando un poco de vino y sacando un suspiro y una ligera negación de la cabeza de Kon
-"…o eres un malvado, sin emociones y miserable ser humano…"- comenzó el chino algo sorprendido –"…o un robot…"
Hiwatari no pudo evitar reír un poco, en realidad en una persona normal eso habría sido una carcajada pero como ya se hablo de que Kai era un humano sin emociones, digamos que fue solo una pequeña risa, lo suficientemente contundente como para conseguir que se ahogara un poco con el vino.
-"la gente no se da cuenta pero la soledad está muy mal valorada…"- dijo al recuperar la compostura, Rei simplemente rascó un poco su cabeza y suspiró.
-"realmente…no tienes remedio" –Dijo Kon –"¿y cómo escaparás de la fiesta de San Valentín?"
-"simplemente no iré…"
-"pero escuché que harían un juego obligatorio a los empleados…"
-"¿y eso qué?"
-"que es…Obligatorio"- rió Rei- "no me preguntes, yo no trabajo en la estación de radio Kai…"
-"pero tu irás, ¿no?"- comentó con sorna –"están invitados los de la cafetería…y qué mejor momento que una fiesta de San Valentín para empezar tu cursi historia de amor"
-"no sabía que estaba invitado…"- rió Rei ahora picando un poco una patata con el tenedor en gesto distraído –"no sé si tenga una cita ese día es que ella…no me ha respondido…"
-"típico…"- dijo chasqueando la lengua y bebiendo vino.
Todos los empleados se colocaron alrededor de la mesa donde había un enorme tazón lleno de papeles en forma de corazón, cada uno unido en par con un listón rojo, los empleados miraban los alrededores algo confundidos hasta que notaron a Mariah hablar como guía turística:
-"según una leyenda, tu destino está unido al de otra persona por un listón rojo es por eso que hemos hecho tarjetas unidas por listones"- comenzó con calma –"cada uno tomará una tarjeta y el extremo de esta estará conectado con el de otra persona ¡ambos podrán reclamar una cita pagada por la empresa!"
-"¿tenemos dinero para estas tonterías?"- pregunto Yuriy alzando una ceja –"porque si es así yo quiero una cita en Le Cirque" –mirando a Mariah, mas uno de sus compañeros; Boris Kuznetsov, también ruso, alto y atlético de cabello plateado y nariz prominente, le había tomado del hombro como para llamar su atención
-"pero si tú no tienes pareja…"- comenzó el ruso de cabello plateado.
-"¿y eso qué?...es gratis, Le cirque es costoso...es simple…"
Mariah sonrió y asintió un poco pensativa–"bueno el señor Dickeson no especifico el rango de precios…" –respondió nerviosa ahora rascándose la nuca y mirando a los empleados
-"pues yo quiero el Rainbow room, no menos…"- terció otra chica, Mariam, comentarista del programa matutino.
-"entonces ¡el hard rock café para mi!"- levantó la mano tímido un hermoso rubio pecoso, con el rostro algo sonrojado por semejante atrevimiento, Max Mizuhara que también era de producción y sonido.
-"¡esperen!...¡de esto no debería tratarse San Valentín…"- chilló la de cabellos rosa con ojos llorosos de que todos quisiesen la comida gratis y no la cita.
En una esquina de la habitación se encontraba un sonriente Hiwatari mirando la escena donde, por sobre todas las cosas la vanidad y el egoísmo humano sobrepasaban cualquier cursilería inútil como el San Valentín. La verdadera interrogante es, ¿por qué Hiwatari estaba en la fiesta?, sencillo, el dueño de la emisora, el señor Dickenson, estaba allí también, con su rostro rechoncho y bonachón mirando a los jóvenes discutir por el premio y este, personalmente le había pedido que se quedara, francamente no sabía para qué.
-"Jovénes…muchos de los dueños de los restaurantes de la ciudad son amigos míos…" –comenzó el anciano con una sonrisa y sacó un pequeño papel arrugado –"esta es la lista de los sitios donde pueden pedir la cita gratis…"
Todos sonrieron ampliamente al ver el papel, los restaurantes que querían estaban allí así que guiados por la misma fuerza mística que lleva a las mujeres a comprar compulsivamente en rebajas y a los niños a pedir todo para navidad, todos se acomodaron alrededor del enorme tazón rosado lleno de corazones y esperaron a tomar su dichosa tarjeta.
-"¿Kai, no vas a participar?"- le llamó el dueño con su rostro sonriente, a lo que Kai se vio obligado de dejar su cómoda posición y acercarse al dichoso tazón, ¿con que clase de imbécil le tocaría salir en una cita?
-"'¡Rei apresúrate!" – escuchó a Mariah decir para luego girar su rostro y notar al chino dejando una enorme caja probablemente llena de dulces de fresa encargados, ¿y su cita?, de nuevo Hiwatari sonrió: por supuesto que esperaba que Kon no tuviese nada para ese momento porque la chica con la que había pasado el fin de semana era la misma por la que Kon suspiraba y miraba con cara de gatito, le caía bien el chino pero no podía evitar desesperarse por lo idiota que era en ocasiones. De todas maneras era una zorra, nada se perdía, de hecho, hasta le hizo un favor.
El chino sonrió, se colocó entre la multitud y miró a Kai de reojo algo sorprendido, pero no dijo nada y solo sonrió –"¿qué sucede?"
-"citas gratis en sitios costosos…"- explicó en una sola frase Yuriy –"¡vamos…empieza con esto de una vez!"
Mariah asintió y suspiró –"¡bien…tomen su corazón!"- sonrió animada hundiendo su mano en el montón de confeti de cursilerías.
Todos hicieron lo mismo apenas le escucharon y notaron como una especie de cableado se enredo entre todos los presentes y que tenían que darse vueltas entre ellos mismos para poder desenredarlos y descifrar finalmente quién sería la cita de quién.
-"¡maldita sea Boris! ¡iremos a Le cirque! ¡jodete!"- se escuchó la voz de Yuriy peleando con Boris: su maravillosa pareja de San Valentín
-"¡pues te meterás la comida francesa por el culo porque yo eso no lo como!"- sentenció el otro.
¿Una adorable pareja, no les parece?
-"¡Takao!..."
-"¡Max!"
Se abrazaron emocionados y dieron brincos gritando al unísono:
-"¡Hard rock Café!"
Un poco más adorable, aunque tonta pareja.
Hiwatari suspiró exasperado sin moverse, ¿era un país tan libre que incluso se formaban parejas homosexuales y nadie se quejaba? Miró el listón y se vio tentado a tirarlo a un lado hasta que escuchó:
-"Vaya…supongo que estás de suerte, Kai"
Giró su rostro y notó a Rei hasta finalmente darse cuenta que su listón coincidía con el del otro.
Rei era su cita.
