Estaba totalmente segura de tres cosas:

Primera, Jellal no era humano.

Segunda, una parte de él, y no sabía lo potente que podía ser esa parte, tenía ganas de matarme o algo por el estilo.

Y tercera, estaba incondicional e irrevocablemente enamorada de él.

Nunca me había detenido a pensar en por qué iba a morir, ni siquera me importaba. Tal vez un apocalípsis zombie, de cáncer de cólon, en un asalto a un mini súper, o tal vez al caer por la escalera debido a no amarrar las agujetas de mis tenis… Aunque me habían
sobrado los motivos en los últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido
a esta situación incluso de haberlo intentado.
Con la respiración contenida, me puse a ver fijamente los ojos oscuros del cazador
al otro lado de la gran habitación ya que no tenía nada mejor que ver. Éste me devolvió la mirada confundido… O complacido… O tal vez se había quedado petrificado, ¡qué más da!
Seguramente, morir en lugar de otra persona, alguien a quien se ama, era una
buena forma de acabar. Incluso noble. Eso debería contar algo.
Sabía que no afrontaría la muerte ahora de no haber ido nunca nunca nunca a Magnolia, pero,
aterrada como estaba, no me arrepentía de esta decisión. Cuando la vida te ofrece un
chance que supera con creces cualquiera de tus expectativas, no es razonable
la mentarse de su conclusión.
El cazador antes mentado sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado
para matarme.

Había decidido mudarme a Magnolia. Dejé mi pequeño y amado hogar en Crocus para así regresar al espantoso pueblo donde pasé los primeros años de mi vida, esa época en la que mis padres estaban juntos y fingían ser felices, después de todo en un matrimonio adolescente nada sale bien.

Abandoné a mamá en mi adorado Crocus, la ciudad más bella de todo Fiore para vivir "temporalmente" con papá. Ella ya había vuelto a hacer su vida y estaba esperando un pequeño y estúpido bastardo de su actual pareja. La vida con mi progenitora no era bonita, ella era muy liberal: me autorizaba irme de puta con tal de que yo no le reprochara el hecho de que ella hiciera lo mismo, no le importaba la hora en la que yo llegase a casa, y sí, me salía, pero no de puta, sino a cubrir a las rameras de mis amigas que sí lo hacían, me quedaba encerrada en sus habitaciones con una peluca del color de cabello de ellas mientras mis amigas huían toda la noche para ir a fornicar con sus novios, con sus padres creyendo que sus amadas hijas dormían como angelitos cuando en realidad era la inocente Erza Titania Scarlet quien yacía en las camas.

-No tienes que hacer esto, Erza-dijo mi mamá mientras se despedía de mí en la central de autobuses.

-Lo haré, mamá, ahora ser ás libre de hacer lo que se te dé la gana-repuse firme.

-Erza...

-Te mandaré un email cuando pueda.

Desde que le dije a mamá qje me mudaría a Magnolia con papá, la traté de hacer sentir cumpable por mi partida, porque a decir verdad lo era. Yo no pensaba vivir con ella, con su estúpido novio y con su estúpido nuevo hijo. Ellos la harían más feliz que loque yo la hacía, viajarían por todo Fiore en una casa rodante usada y sin llanta de refacción. Ese sería el karma de mamá por haberse alejado de mi padre para cumplir sus deseos adolescentes de parrandear, ir a fiestas y andar con un sinfín de tíos sin importarle lavida de su hija pequeña. Yo quería asistir a la universidad y no quería que la mediocre vida de mamá arruinara mis planes.

Después de 9 espantosas horas de viaje en autobús, llegué a la estación de Magnolia. Ahí me recibió Rob, mi papá. Él había sido novio de mamá desde que tenían 15 años, pero un pequeño descuido a los 17 les arruinó la vida trayendo al mundo a una niña pelirroja de ojos marrones nueve meses después. Destruí las ilusiones de papá de ir a la universidad, y las de mamá... Bueno, como ya dije antes, ella sólo quería ser una jodida zorra que tuviera 20 años por siempre, y lo logró; la madura en la relación madre-hija era yo, ella solo era una fea mujer de 35 años que se creía máss joven.

-Erza, mi pequeña-dijo mi papá dándome un torpe abrazo.

-¿Qué hay, pá?-dije devolviéndole el abrazo.

-¡Pero cuánto has crecido!.

Tenía unos 7 años que no veía a papá, ya qke la bruja de m madre me tenía prohibido tener acercamiento o convivir con él. Durante el camino a casa en el Chevy 2005 de papá no intercambiamos palabra alguna. Él era callaado y reservado, y eso me gustaba de él. Ro no iba cada noche en busca de putas ni tenía mil y un parejas como lo hacía mamá, él se dedicaba a su trabajo fielmente, no ganaba mucho, pero sí lo suficiente paa mantenerse a él solo y cumplirse sus gustos para vivir cómodamente. Ahora tenía entendido que trabajaría unas cuantas horas extras para poder mantenerme, eso me hacía sentir un poco culpable aunque él decía que le hacía feliz su trabajo como fiscal y tenerme ahí con él.

Al llegar a casa, mi vieja nueva casa, me di una ducha, ya que auque yo insistía para no ir por lo menos hasta la semana siguiente, Rob dijoq que yo no debía ser una haragana com mi madre y debía asisitir inmediatamente a la escuela.

Al dia siguiente fui a la única preparatoria en todo el asqueroso y frío pueblode Magnolia. Llovía, como siempre, y me molestaba el hecho de tener que caminar al colegio. Tomé mis dos primeras clases: matemáticas y geografía, decidí no presentarme, ya que deseaba hacerme la interesante misteriosa. A la hora de almuerzo, lo que parecía la chica popular del instituto me invitó a comer con ella y sus amigas.

-Bueno, Erza, ellas son Bisca y Wendy-me dijo Cana Alberona, tenía un increíble físico, pero su aliento aoestaba a cerveza barata y lo único de lo qe tenía deseos era que ella cerraa su bocota para no asquearme y vomitarle en la jeta. La segunda mencionada me saludó de forma amigable, mientras que la vieja de pelo verde me barrió con la mirada sin dejar de tomar su bebida baja en grasa.

-Tú debes ser Titania-me dijo una sonriente Wendy.

-Por favor, solo Erza.

Titania. El nombre por el que era conocida aquí en Magnolia, nombre escogido por mamá y, adivinaron bien: esa es otra razón por la que la abandoné.

Me senté a desayunar con esas chicas mientras ellas hablaban jilipolleces de mujers, maquillaje, hombres, moda... A mí me interesaban esas cosas, pero pues ya saben ustedes, tengo que fingir que a mí no y que soy una marginada social para que esta historia cobre algo de sentido.

Y ahí fue la primera vez que los ví.

La primera pareja que acababa de entrar a la cafetería era un tanto extraña. La chica tenía apariencia tierna e inocente, era bajísima y delgada, de cabello corto y azul, ojos marrones hermosos y grandes, el muchacho que sostenía su mano era aterrador, tenía el cabello negro como carbón largo y rebelde, era alto y un tanto bronceado, musculoso, y los ojos ¿rojos?. Mientras él caminaba con pasos marcados, la chica a su lado parecía revolotear como un hada, su caminar era precioso.

La segunda pareja parecía menos dispareja, la mujer tenía una figura preciosa, digna de la revista de moda Sorcerer, cabello largo azul, los ojos de una tonalidad azul aún más oscura, llevaba más s maquillaje que la muchacha que parecía hada, lo que daba a entender que tenía más edad, veía a todos los presentes ahí con desdén. A su lado iba un musculoso joven más alto que ella, llevaba el cabello negro azulado muy alborotado, sua ojos eran grises grises, él solo se ocupaba en seguir a la primera pareja y en abrazar a la señorita que estaba a su lado.

Y por último entró él. Su cabello era azul, la tonalidad más hermosa de azul, que hubiera visto en mis 17 años, sus ojos eran marrones como la avellana, me pareció ver algo parecido a una cicatriz o marca en su rostro, su piel era blanca como la nieve, sus hermosos ojos, y su sonrisa... Juraría que al verme esbozó algo parecido a una sonrisa. Era irremediablemente guapo.

-¿Quiénes son ellos?-inquirí.

-Son los Fernandes-respondió Cana.

Bueno, chavales, hasta aquí llega el capítulo del día de hoy. Los próximos episodios serán más s paródicos y absurdos, haciendo bobas referencias al libro en el que se basa esta historia y más comedia. Gracias por tomarse su tiempo para leer. Los amo :*