ADVERTENCIA: Spoilers del EP7 de las novelas visuales 'Requiem of the Golden Witch'
Disclaimer: Umineko le pertenece a 07th expansion y a Ryu :L
Alone
A veces, cuando siente que su soledad y monotonía van a asfixiarla, como enormes e implacables olas golpeando contra su frágil cuerpo, no puede evitar sollozar, bajito, casi imperceptiblemente, nadie debe oírla, ni Natsuhi, ni el resto de las empleadas, no a ella, empleada modelo, no a ella, quien aparentemente no está interesada en el amor.
La única que tiene permitido escucharla, esos débiles llantos y susurros llamando a Battler, es Beatrice. Así que se detiene frente al espejo de su pequeño cuarto, observa sus lágrimas corriendo libres por sus mejillas, recuerda la promesa hecha... Todo eso es una prueba que Dios le está haciendo, cada segundo, cada minuto, cada atardecer y anochecer, es una prueba que no puede aguantar sola.
Beatrice está ahí para apoyarla, para darle ánimos, recordarle la promesa, recordarle la sonrisa de la persona que espera. ¿Cuántos meses han pasado ya? Parecen años, se acercan al siglo y se siente tan rota y cansada, que a veces piensa que su rostro se agrietará con las lágrimas, romperá la máscara en la que se esconde, quizás únicamente para darse cuenta de que no hay nadie más allí.
De que está sola.
Si alguien abriera la puerta en esos momentos robados, si alguien asomara la cabeza al cuarto de Shannon, entonces no vería a Beatrice, no vería a la bruja en vestido color sangre. Sólo estaría ella, hablando consigo misma, con el espejo.
Porque su único amigo es la soledad.
Beatrice, la bruja dorada.
Su otro yo.
