.


Lo Siempre Pensado


Tai

Yo pensaba que todo seguiría siendo como siempre. Esperaba que las cosas sólo cambiaran un poco, y sólo algunas de ellas, como mudarme de la casa de mis padres, conseguir un empleo y comenzar a valerme por mí mismo. Pero había algunas cosas que no quería que nunca cambiaran, como el hecho de que mi hermana pequeña siguiera siendo pequeña, o que mi madre aún me preparara ese ramen de cerdo con huevo tan magnífico; que Izzy siguiera arreglando mi computadora; que Joe siguiese llegando más tarde que yo a cada reunión; que T.K siguiese cuidando de mi hermana; que Mimi siguiese siendo tan rosa como siempre; que Davis siguiese jugando conmigo un partido de vez en cuando. También quería que Sora siguiera jugando al fútbol, pero eso había cambiado, ella cambió los balones por raquetas de tenis, y también cambió muchas cosas, como los pantalones por faldas, y los sombreros por broches de cabello. Con respecto a ella había cambiado muchas cosas y a la vez se habían mantenido otras, como el que ella siguiese siendo mi mejor amiga.

Yo no quería que eso cambiara... Yo no quería. Sora era mi mejor amiga desde siempre, y eso es algo que quiero mantener. Nada de pensamientos tontos ni de confusiones. Sora es mi mejor amiga, y lo seguiría siendo por siempre.

Mimi

Yo soy una chica buena. Le caigo bien a todo el mundo, tengo tema de conversación para casi todo y la gente disfruta de mi compañía. Soy bonita y agradable. Sí, tengo éxito entre las personas. Pero todas mis cualidades juntas nunca fueron capaces de atraer la atención de la única persona en la vida con la que me ha interesado interactuar. Y es que yo no entiendo por qué no le agrado, ¿qué de malo tengo? Todo el mundo gusta de mí, ¿por qué él no? No debería importarme, pero... pero me importa. Sí, ya sé, soy una tonta por preocuparme por personas que me desprecian, pero es que él es tan misterioso, esa aura enigmática que lo rodea me parece tan... fascinante. La verdad es que me da mucha curiosidad por saber que hay debajo de ese muro que él tanto se esmera en mantener entre él y las demás personas. ¿Qué es eso que él tanto se empeña en ocultar? Supongo que nunca sabré la respuesta. Ya me he rendido a intentar agradarle, estoy harta de su rechazo, harta de sentirme mal por eso. A Matt Ishida hay que tratarlo de la misma forma que él trata a todo el mundo: con frialdad y con indiferencia.

Sora

Hace mucho tiempo que lo conozco. Y desde entonces hemos sido los mejores amigos. Él es de esas personas que se quedan contigo sin importar qué. Es un cabezota. Y eso es lo me más me gusta de él. A pesar de que le grites que se marche con todas tus fuerzas, él no se va, se queda ahí contigo, incluso aguantándose tus empujones y arañazos, nunca quejándose ni molestándose. Me avergüenza un poco todas las veces que fui así de mala con él. Hay momentos en que mis emociones me superan y no puedo lidiar con ellas. En general el enojo suele desbordarme, y resulta que en general él es el causante de todo mi enfado, pero él también es el único que puede hacer que toda mi rabia se esfume en apenas un segundo. Todas esa peleas que tuvimos cuando niños las recuerdo con cierto cariño, y agradezco infinitamente que Tai no se hubiese ido de mi lado las muchas veces que se lo pedí. Es mi mejor amigo no quiero eso cambié. Quiero seguir contando con él para todo, quiero seguir disfrutando de sus risas bobas, y, aunque no lo admita muy a menudo, quiero seguir sintiéndome protegida por él, a pesar de que es ruidoso y distraído y que a veces me saca de mis casillas.

Estúpido Tai.

Matt

Detestable. Siempre creí que esa era la palabra que más encajaba con ella. Su personalidad ruidosa y melindrosa siempre habían chocado conmigo, yo que para todos y para mí mismo soy frío y reservado. Y tener que aguantarla toda una vida... Estaba claro que nunca dejaría de estar en contacto con ella, nuestros amigos eran los culpables. A veces me preguntaba cómo era posible que tuviésemos amigos en común, ella y yo, que somos como dos polos totalmente opuestos. Seguramente éramos los más incompatibles de todo el grupo, si ni siquiera hablábamos. Debo admitir que siempre he sido descortés con ella. Supongo que ella ya se hartó de eso. Antes al menos solía ser amable y trataba de entablar conversación. Ahora ni siquiera me saluda. Y me lo merezco, merezco toda su indiferencia. Me sabe un poco mal que estemos en tan malo términos, después de todo yo estaba consciente de sus intentos de acercarse a mí, era yo el que no le había permitido nada, porque ella me es insoportable, a pesar de que nunca me había hecho algo. De todas formas eso ya era una cuestión de niños. Somos adultos ahora y no podemos seguir con esa actitud. Supongo que seré yo quien de el primer paso, después de todo, fui yo el que la alejó en primer lugar.