Sakura Card Captor no me pertenece, es propiedad de CLAMP, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
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Parte 1. La sombra de un pequeño lobo solitario.
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"En los sueños no te pierdas más, destruiré un millón de estrellas para encontrarte no importa dónde estés".
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Estaba oscuro y el silencio se convirtió en un agobiante sonido que se perpetuó con el pasar de los minutos, Syaoran intentó removerse pero cualquier intento se vio frustrado ante la punzada de dolor que se instaló en partes estratégicas de su cuerpo; sentía el rostro azorado por el calor aún cuando en ese lugar predominara la heladez en el ambiente.
No recordaba nada y tampoco tenía idea de dónde se encontraba. De lo único que era consciente era de las molestias que su cuerpo presentaba, incluso abrir los ojos le resultó un verdadero suplicio pues éstos se negaban a acatar sus órdenes. Pero a pesar de ello no se rindió.
Lo primero que vio fue un techo y las sombras que bailaban sobre éste, desorientado fijó la mirada en un punto inexistente durante un largo tiempo hasta que los primeros rayos del sol desvanecieron la oscuridad. Intentó de nuevo y esta vez la suerte estuvo de su lado, con torpeza logró sentarse y apoyar la espalda sobre las almohadas.
Un quejido escapó de su boca cuando se dobló más de la cuenta. Li apretó los ojos y volvió el rostro a un lado hasta que la molestia menguó, y entonces la vio. Junto a su cama yacía alguien hecha un ovillo, estaba dormida apoyando la cabeza sobre sus brazos que a su vez se apoyaban sobre el colchón de la cama y se veía tan incómoda sentada en una de las sillas dispuestas, un rígido y frío asiento.
Pero Syaoran no tuvo idea de quién era ella y por qué estaba a su lado, entonces el hombre miró a su alrededor encontrando sólo un lugar esterilizado, inundado con el olor a desinfectante y tan blanco e inmaculado que a él no le quedó la menor duda de que era la habitación de un hospital.
Se removió incomodo de las frías sábanas con la intención de incorporarse y salir de ahí en busca de ayuda, no entendía el motivo de su presencia en ese lugar pero sentía que la cabeza estaba a punto de estallarle con el fuerte dolor de una migraña. Para su desgracia, apenas y pudo sacar una pierna de las mantas cuando el sonido de una adormilada voz llamó su atención.
—Por favor no te levantes, necesitas descansar.
La extraña miró con preocupación a Syaoran quien tenía claras intenciones de huir de su lecho muy a pesar de las claras indicaciones.
—Acabas de salir del coma Syaoran, no es prudente que te esfuerces y además necesitan hacerte un chequeo para evaluar tu estado.
¿Coma? Él no entendió de lo que ella estaba hablando ¿Qué es lo que estaba sucediendo? Su cabeza comenzó a martillar punzadas y sus manos la sostuvieron con la intención de apaciguar el dolor antes de que fuese insoportable.
— ¿Qué sucedió?
La mujer se incorporó evidentemente con nerviosismo ante su cuestión como si estuviese escogiendo las palabras correctas antes de hablar.
—Sufriste un accidente de auto, un tráiler se atravesó en tu camino y no pudiste esquivarlo a tiempo. Estuviste en coma por una semana. —declaró la joven.
Él no supo qué responder o cómo reaccionar, no cuando la situación era tan ajena a él. Por mucho que quiso recordar dicho percance nada vino a su mente.
—Entiendo —dijo al fin después de un largo silencio—. Doctora por favor quisiera hablar con mi madre después de que realice los chequeos pertinentes.
Syaoran volvió la mirada hacia ella para enfrentarla, pero la incredulidad ante lo que observaba le dejó sin palabras concretas para dirigirle, unas desconcertantes esmeraldas se clavaron sobre él con un claro mensaje de conmoción como si sus palabras fuesen inverosímiles.
— ¿Sucede algo malo doctora?
—Syaoran por favor dime una cosa, ¿sabes quién soy yo?
La estupefacción en el rostro de Li se hizo presente.
—Usted es mi doctora. —soltó con obviedad.
Un ruidoso jadeo salió de la boca de aquella extraña.
— Syaoran soy Sakura, tu esposa.
¿Su qué? Imposible… ella estaba mintiendo, él no estaba casado con esa extraña, es más, Syaoran ni siquiera la conocía de algún lugar. Las únicas personas que él podía recordar eran a su madre, sus hermanas, su odioso primo y a su prometida Meiling.
Él era Syaoran, próximo líder del Clan Li de Hong Kong no el supuesto esposo de esa desconocida mujer.
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(Un año después)
—Por favor Meiling no lo hagas, aun estas a tiempo para…
Algo dentro de Meiling se oprimió con dolor al escuchar el discurso de Syaoran, palabras que jamás debieron ser pronunciadas y menos en esas circunstancias.
— ¿Para qué? —presionó ella aun cuando la respuesta fuese plausible.
—Nosotros —Syaoran musitó al aire acercándose a ella para tomar sus cálidas manos entre las suyas y calmar la heladez que carcomía su cuerpo—. No te vayas, no te cases con él… vayámonos a otro lugar.
Oh, eso fue aun peor de lo que ella esperó. Su mente gritaba en un estado de emergencia pidiéndole que detuviera a Syaoran inmediatamente antes de que cometiera el peor error de su vida. El hombre que tenía frente a ella estaba roto, fragmentado en partes que luchaban por embonar y que después de todo este tiempo nunca pudieron hacerlo.
—Xiao Lang no puedes hacerle esto a Sakura, yo sé que todavía amas a tu esposa —Meiling vio en el reflejo de los ojos de Syaoran al fantasma del sentimiento que un día conoció—. El accidente no pudo cambiar tu afecto hacia ella, cuando recuperes la memoria…
—Ha pasado un año Meiling, eso no va a pasar —Fue tajante al respecto. Un año desde que despertó en la cama de un hospital y encontró a Sakura junto a ésta alegando ser su esposa—. No importa lo que intente es inútil, mis recuerdos se fueron para siempre y ella, Sakura es una extraña para mí a pesar de todo este tiempo.
Las sonrisas cálidas de la joven no hacían más que desquiciar a Syaoran. Él no la amaba eso quedó muy claro desde hacía algún tiempo, si al caso después de la convivencia, los buenos momentos y detalles lo único que surgió fue algo medianamente parecido a una amistad.
Ninguna fotografía, lugar o carta logró despertar el amor que Sakura aseguraba él profesaba hacia ella; no así lo único que afloró en el interior del hombre fue la culpa al mirar sus ojos esmeralda teñidos por la decepción y el dolor después de cada intento fallido.
De alguna manera a él también le dolió ser la fuente de su tristeza. Quería, en verdad poder volver a amarla como todos afirmaban que una vez lo hizo, pero eso nunca sucedió ¿Qué podría esperar entonces? A largo plazo lastimaría a Sakura si se quedaba a su lado.
—No digas eso Xiao Lang, Sakura es una chica muy linda. Te enamoraste de ella una vez estoy segura de que puedes volver a hacerlo —Ella envolvió a Syaoran en un cálido abrazo con la intención de transmitirle consuelo en ese gesto—. Vi tu amor hacia ella y ha sido lo más hermoso que he presenciado, ustedes dos son el uno para el otro.
Quizá el antiguo Syaoran lo hizo: amar con locura a Sakura procurando su felicidad; ahora, el Syaoran tras el accidente no concebía la idea de amar a alguien que no fuese la mujer que ahora sostenía fuertemente en sus brazos.
—Yo te amo a ti.
Meiling negó con la cabeza acunando las mejillas de Syaoran entre sus manos para que él la mirara a los ojos antes de hablar.
—Lo hiciste, eso lo sé. Pero ese sentimiento no es más que el fantasma del remanente de tus memorias, ese no eres tu Xiao Lang, es el joven de hace cuatro años.
Ella tenía razón cuando decía que este Syaoran era un holograma de su pasado, un ser frágil que se difuminaba con el pasar de los días y que se hundía en el hoyo de la desesperación por no saber quién era en realidad.
—Me duele la cabeza. —Derrotado dejó descansar ésta en el hombro de Meiling, disfrutando por última vez del cosquilleo que sus cabellos provocaron en su piel.
—Lo hace, pero pasará.
Se perdieron en el acogedor silencio de la noche y en la certeza de su inminente separación, y dolió porque tanto como Sakura amaba a Syaoran, él amaba a Meiling… como siempre lo hizo desde la infancia.
Entonces se rompió al comprender el sentimiento de tristeza e impotencia que Sakura cargaba al no ser correspondida por él, experimentarlo en carne propia fue devastador pero suficiente para tomar una decisión: él ya no la lastimaría nunca más.
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Una solitaria lágrima se deslizó sobre la helada mejilla de Sakura y su vista se nubló cuando otras más se aglomeraron en sus ojos, se sintió tan ajena entonces que ni siquiera fue consciente cuando sus pies la llevaron lejos de la tórrida escena que presenció minutos atrás. Una punzada laceró su corazón y dolió como ninguna otra cosa en esa vida.
Cruzó el jardín hasta la enorme mansión que se alzaba imponente ante ella, cualquier sonido que no fuese su propia respiración se apagó en sus oídos mientras se abría paso torpemente por el pasillo principal donde los invitados comían y bebían ignorantes a su desgracia.
—Oye Sakura —Eriol le dio alcance cuando la vio entrar al salón—. ¿Te encuentras bien? —No, no lo estaba, se dijo Hiragizawa. La palidez en su rostro podría compararse a la fría nieve de invierno y sus ojos no eran más que dos pozos de agua oscura y turbulenta.
Ella no lo reconoció al principio sino hasta después de que él volviera a llamarla.
—Debo volver a casa. Yo quiero irme Eriol.
Oh si, algo muy serio estaba sucediendo para que ella casi implorara marcharse y Eriol intuyó sin problema alguno el artífice de su desgracia.
— ¿Los viste verdad? —inquirió resuelto.
Sakura lo miró atónita sin poder creer que Eriol supiera todo el tiempo lo que estaba sucediendo, jamás experimentó el sentimiento de traición hasta ahora.
—Lo sabías. —Fue una certeza más que una cuestión.
Eriol la instó a seguirlo a una esquina aislada donde pudieran hablar sin el bullicio y los ojos imprudentes de los invitados. Sintió pena por ella y rabia hacia Syaoran.
—Syaoran me pidió que te mantuviera alejada de él pero me negué, se enojó conmigo por no ayudarlo así que convenció a su madre —Comenzó Hiragizawa omitiendo los detalles innecesarios de su discusión—. Intenté hacerlo entrar en razón pero huyó, lo siento Sakura.
Claro ¿cómo no se dio cuenta antes? La ausencia de Syaoran, la compañía de Yelan y sus hermanas todo con el fin de darle el tiempo suficiente para reunirse con Meiling. ¿Por qué? Ingenuamente confundió la complicidad con la amabilidad desinteresada, la abrumadora felicidad de sentirse aceptada y parte de la familia Li no fue más que una ilusión pasajera con fines egoístas.
—Syaoran le pidió a Meiling que huyeran juntos —Las palabras se atoraron en su garganta como un gran bulto—. Él le dijo que la ama. —El bulto bajó hasta instalarse en su corazón y las manos de Sakura buscaron su pecho para apaciguar el dolor.
—Pero ella no lo ama Sakura, nunca lo aceptará porque sabe que los recuerdos son los responsables de esos sentimientos —Los recuerdos intrusivos de una vida pasada—. Y ella a quien ama es a su prometido. Si bien es verdad que fue difícil para ella aceptar su ruptura con Syaoran, al final lo superó.
Aún si era algo unilateral, la cruda realidad se estrelló contra Sakura cuando recordó a Syaoran con esa mirada encendida en sus ojos al ver a Meiling, esa misma chispa y amor con la que la había mirado a ella infinidad de veces desde que se enamoraron y posteriormente se casaron.
Ahora los ojos de Syaoran denotaban impotencia cada vez que la miraban.
—Yo… no soy más que una extraña para él —Y las lágrimas al fin cedieron cuando comenzó a desmoronarse—. Ni siquiera sé si ha llegado a verme como una amiga, yo sé que me oculta cosas. Su madre me dijo que va a tomar su lugar como líder del clan y él no me comentó nada al respecto.
Yelan era la más beneficiada en todo esto, con la pérdida de memoria de Syaoran era fácil persuadirlo de retomar las obligaciones del clan a las que él renuncio cuando huyó a Japón después de una fuerte discusión. A los ojos de Li, el deseo de tomar la responsabilidad seguía en pie como hacía cinco años.
— ¿Te vas a rendir entonces? ¿Todos estos meses, este año, los vas a tirar a la basura porque tu esposo no recuerda que te ama? —Eriol vio la determinación flaquear en ella y eso no era bueno—. Se enamoró de ti una vez, lo volverá a hacer Sakura. Lo conozco y si no sintiera algo ya te habría alejado de una u otra manera.
Eriol sabía lo frívolo que era Syaoran al respecto cuando no quería a alguien cerca y ciertamente si no sintiera el menor atisbo de afecto por Sakura ya la habría abandonado en el mismo instante en el que se despertó del coma sin recuerdos de ella. Sin embargo algo dentro de él seguía latente resguardando ese sentimiento.
—Lo amo Eriol, amo demasiado a Syaoran pero toda esta situación me duele. ¿Sabes lo que es mirar a la persona que amas y no poder abrazarla o besarla? ¿Cómo puedo decirle al hombre que amo lo que siento por él sin que me vea con lástima en sus ojos al no poder corresponderme?
El peso del mundo y de todo ese año cayó sobre Sakura ocasionando que sus piernas temblaran antes de caer de rodillas al suelo. Su mandíbula se apretó con fuerza para que no pudiera gritar su pérdida al vacío, cualquier ilusión entonces se hizo añicos.
Eriol, no presionó al respecto, no cuando su amiga sollozaba silenciosamente ahogándose en su miseria. Las cuestiones de Sakura quedaron sin respuestas, por supuesto que él no sabía ni podía comprender lo desgarrador que era el rechazo del ser amado pero mirar a la chica totalmente destrozada le dio la noción suficiente para sentir empatía por ella.
Se arrodilló a su lado para darle un pañuelo porque odiaba verla llorar.
— ¿Qué vas a hacer entonces? —Eriol podría darle la solución pero no quería forzar a Sakura y orillarla a tomar la decisión equivocada.
—Lo correcto. —susurró ella limpiándose las lágrimas de los ojos.
Pero sus palabras y su sentir fueron discordantes.
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Lo encontró de pie en aquel jardín, observando el vacío de la noche mientras su cálido aliento susurraba cosas que ella no fue capaz de escuchar, quizá -pensó ella- Syaoran estaba discutiendo consigo mismo.
—Oye Syaoran.
La voz de Sakura fue suficiente para hacerlo brincar de sorpresa, pero pronto la sensación pasó a un segundo plano reemplazado por la rigidez en el cuerpo del hombre.
Él se volvió para poder mirarla y Sakura notó lo miserable que se veía con esa expresión en su rostro, una expresión que ella observó en Syaoran cuando éste apenas se mudó a Japón arrepentido de dejar a su familia y a Meiling.
— ¿Necesitas algo Sakura? —El tono aunque amable también era distante como si estuviese refiriéndose a cualquier otro invitado de la fiesta.
Y de nuevo la pérdida de familiaridad y afecto dolió como nunca pero a pesar de ello Sakura decidió hablar.
—En realidad quería hablar contigo antes de irme.
Un pequeño destello de curiosidad se reflejó en la mirada de Syaoran.
— ¿Irte? ¿Te vas a tu habitación ya? Mi madre quería presentarte a algunas personas esta noche ¿lo ha hecho ya?
Ella negó apacible esbozando una pequeña sonrisa de tristeza.
—Me voy a casa Syaoran, regreso a Japón esta noche —Tan pronto como recogiera las maletas sin deshacer de la habitación de huéspedes que los Li le habían proporcionado—. He tomado una decisión y quería decírtela en persona.
Algo no estaba bien. Syaoran lo supo porque la sonrisa falsa en el rostro de Sakura fue la prueba irrefutable de que algo grande estaba por suceder. La expectativa sobre si sería bueno o malo flotó en el aire.
—Te escucho. —La instó con un mal presentimiento de por medio.
—Te voy a dar el divorcio. Comenzaré con el trámite cuando llegue a Tokio y no te preocupes, te haré llegar los papeles para que los firmes.
Él no dijo nada al respecto pero se preguntó si ¿acaso estaba escuchando bien? Sakura al fin estaba dándole lo que tanto pidió en los últimos meses cuando se convenció de que nunca iba a recuperar la memoria. Ella lo estaba dejando.
— ¿Qué? —La pregunta se atoró en su garganta—. ¿Por qué dices eso?
Sakura se acercó a él para tocar su mejilla, estaba fría y húmeda cuando lo hizo e intuyó que él estaba llorando momentos antes de que llegara, tal como ella lo estuvo haciendo frente a Eriol dentro de la Mansión.
—Te vi con Meiling, los escuché Syaoran... tú...
— ¿Nos estuviste espiando? —La vio asentir y eso acrecentó su enojo—. ¿Cómo te atreves Sakura? Eso es algo entre Meiling y yo.
—Te estaba buscando y Eriol me dijo que te vio salir.
Oh ahora todo tenía sentido, Hiragizawa estaba detrás de eso como siempre.
—Ese bastardo ¿Cuál es su problema? Se empeña en mantenerme pegado a ti para forzarme a recordar y a quererte —gruñó él sin ser consciente de sus palabras ni de lo que éstas causaban en la chica—. Sólo quiero que me dejen en paz.
Una daga se clavó en el corazón de Sakura al escuchar su comentario.
—No fue mi intención, te lo juro —Lo sintió tensarse bajo su palma cuando las palabras abandonaron sus labios—. Pero fue gracias a eso que tomé esta decisión.
Syaoran cometió el terrible error de mirar sus ojos y se arrepintió tan pronto como lo hizo cuando la culpa golpeó con mayor ímpetu, la tristeza estaba ahí de nuevo junto a la decepción de antaño cuando ella le contaba anécdotas de su vida juntos y él no podía recordarlas... sin embargo ahora se sumaba otra emoción que él no supo identificar.
—Te oí pedirle a Meiling que huyera contigo y eso me dolió Syaoran... eres mi esposo ¿por qué?
Sakura no se rompió cuando él no la reconoció en el hospital, no lo hizo cuando él le dijo que no era más que una extraña en su vida y que no sentía nada por ella, ni siquiera lo hizo cuando miraba la fotografía de su boda cada noche antes de dormir en la soledad de su cama.
Pero esto... simplemente no podía negar que su corazón se resquebrajó.
—Escucha Sakura tú sabes que ya no soy ese Syaoran que conociste, el hombre con el que te casaste murió en ese accidente de auto. —Y últimamente tampoco se sentía como el Syaoran de hacía cinco años, sino como una existencia divida entre el pasado y el presente sin llegar a ser realmente alguno de ambos.
—Lo sé, sé que nunca voy a poder recuperar a mi esposo —Sakura contempló su rostro como tantas veces lo hizo en el pasado cuando solían acurrucarse en la cama para dormir—. Y es por ello que quiero que seas feliz, si estar casado conmigo representa la mayor infelicidad en tu vida entonces me haré a un lado.
El matrimonio no era el problema, Sakura era una chica excepcional y bella con un alma y bondad extraordinaria, pero opacar y manchar esa hermosa sonrisa en su rostro con la decepción de no poder amarla como ella se merecía le rompía el corazón a Syaoran. No la amaba pero la apreciaba.
—No es eso, esto no tiene que ver contigo —Al menos no del todo—. Ya no quiero decepcionarte ¿entiendes? Me gustaría ser ese Syaoran que tú conoces, de verdad lo hago, pero...
Él respiró hondo para tratar de modular el tono de su voz antes de que comenzara a tartamudear, quería explicarle y dejar en claro los motivos para que ella no se hiciera una idea errónea porque en el fondo sabía lo miserable que Sakura se sentía en esos momentos.
—Descuida —dijo ella dejando caer su mano a un lado—. Sólo prométeme una cosa, promete que serás feliz Syaoran. —Era todo y quería que la despedida fuese indolora ante él, cuando llegara a Japón derramaría todas las lágrimas contenidas por el amor perdido que dejaba atrás.
Sakura empujó la tristeza y el dolor a un lado enmascarándolas con una vasta sonrisa que no alcanzó a iluminar su rostro.
—Lo siento mucho Sakura, espero puedas encontrar a alguien que te ame como mereces. Yo sé que hay alguien esperando por hacerlo. —Palabras sensatas que sonaron vacías al salir de sus labios, algo se apretó en su pecho ante la expectativa de un nuevo amor para Sakura.
Pero desestimó cualquier indicio incongruente.
—Hubo alguien —Miró a Syaoran con tanta intensidad trasmitiendo un tácito mensaje—. Pero... sé que nunca encontraré a alguien que me ame como tú lo hiciste.
—Sakura. —Los mensajes de las cartas que él escribió vinieron a su mente, cada maldita foto y las palabras que juraban un amor eterno a la persona destinada como prueba de su afecto por ella.
Sin embargo, todas las cartas, fotos y palabras ya no le pertenecían a él sino al fantasma de su pasado.
—Adiós Syaoran. —Se acercó para darle un abrazo pero él no le correspondió el gesto. Eso le partió el corazón.
Ella se fue sin voltear hacia atrás una sola vez.
Un estremecimiento recorrió la espalda de Syaoran cuando la realidad llegó a él, entonces la abrumadora sensación de abandono se hizo palpable y se sintió miserable. ¿Qué había sucedido?
Permaneció ahí de pie por un tiempo incalculable que pareció una eternidad, remembrando la tragedia suscitada hacía apenas un año atrás cuando su vida -la que todos se encargaron de ilustrar- se fue al demonio. De haber prestado atención al camino quizá hubiese evitado ese tráiler que se atravesó frente a su auto, entonces él no le hubiera causado este dolor a Sakura y en esos momentos ambos tendrían la familia que ella soñó.
Pero el "hubiera" no existe y en retrospectiva sus acciones le cobraron caro y le arrebataron la felicidad.
Metió las manos a los bolsillos y decidió regresar a la casa de su madre, la textura inusitada de una hoja de papel en uno de los bolsillos crujió en sus dedos cuando la tomó para observarla; arrugada en los bordes Syaoran identificó la prolija letra en ella como suyas:
"Prometo proteger tu felicidad y alejar la tristeza de tu corazón, permanecer en las adversidades del camino para perpetuar nuestro amor en el tiempo y la distancia… nos une un lazo eterno así que ten la certeza de que jamás me perderás".
El voto de su boda -el mismo que Sakura le enseñó cuando regresaron a la casa que compartían- pesó en sus manos convirtiéndose en el recordatorio de una promesa rota.
¿Qué había hecho?
Si Sakura no tenía cabida en su vida ¿Por qué su corazón dolía como si hubiese perdido algo importante?
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N/A:
Bueno quizá alguien se preguntara a qué viene esto, sé que tengo pendiente la actualización de "Without You" pero de verdad no pude resistirme a escribir este Shot que en realidad va a constar de dos partes (lo digo enserio).
Esta historia está inspirada y basada en "Votos de amor", me pasó algo muy curioso… cuando andaba de infiel en el fandom de Soul Eater al retomar mi gusto olvidado (me volví a obsesionar con el SoMa -SoulxMaka- XD) leí la adaptación de esta película y he de decir que ese fic era una obra de arte en todos los sentidos, tanto que me hizo llorar a moco tendido a las tres de la madrugada debajo de mis sábanas , ese Long Fic llamado "Love me again, husband" (precioso y hermoso fic de verdad, creo que es de los pocos fics que han logrado enamorarme y hacerme sufrir) me llevó a ver la película y de nuevo lloré como magdalena… entonces mi lado Sad tuvo esta idea de hacer la versión para el SyaoSaku.
En un principio pensé en tomar a Sakura para que fuese ella la de la pérdida de memoria como en la película pero lo descarté porque no quería hacerlo a lo Tsubasa, creo que fue suficiente sufrimiento para Syaoran en ese manga XD… entonces opté por Li para el papel, recordando un poco mi temor al final de la película de "La carta sellada".
Bien, aquí está el resultado o al menos la primera parte. Repito, solo consta de dos partes y no, no les haré esperar una eternidad para saber el desenlace que le di a esta versión (risas malvadas).
Espero disfrutaran de esta primera parte tanto como yo lo hice al escribirla 7u7, nos leemos pronto.
