Ranma ½ y todas sus situaciones y personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. Hago esto por voluntad propia y sin fines de lucro.

Ensueño

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(Especial de Noche de brujas)

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El sol comenzaba a salir e iluminaba poco a poco el cuarto. Akane observaba el nacimiento del nuevo día desde la ventana de su habitación con ojos somnolientos pero brillantes.

Su cabello lucía despeinado, el fino camisón de verano estaba algo arrugado y ella abrazaba aún la almohada, como si no quisiera desprenderse de la cama y todos los recuerdos que le traía de la noche anterior.

Sus mejillas se colorearon con los recuerdos y una tenue sonrisa se le dibujó en el rostro. Si alguien pudiera observarla en ese momento no dudaría en describir lo adorable que se veía, representaba la imagen misma de la pureza y la simple felicidad infantil.

La chica cerró los ojos inspirando profundamente y disfrutó del calor del sol en su cara y en sus hombros desnudos. Se sentía distinta, el cambio no era visible a simple vista, pero ella ya no era la misma y no lo sería jamás, no después de lo que había ocurrido hacía unas horas en aquella misma habitación. Giró un poco la cabeza para observar a la persona que estaba sobre la cama con los ojos cerrados. Aquella cama desarreglada aún, único testigo de todo lo que había sucedido.

Había sido la primera vez para ella. Todavía tenía muy vívidas en la mente las sensaciones que se habían despertado en su cuerpo, la manera en que su piel completa se había erizado y su corazón se había acelerado. No creía poseer tal fuerza de emociones y sin embargo cuando se dejó llevar descubrió que aquello no solo no era malo, como siempre había pensado, sino que además era placentero. Incluso demasiado.

Ahora mismo estaba dispuesta a repetirlo todas las veces fuera necesario, tuvo que admitir, sonrojándose todavía más.

Como una adolescente enamorada, apretó contra su pecho la almohada que tenía entre los brazos, esa misma almohada que había usado para asesinar.

Sus ojos brillantes volvieron a mirar el cadáver sobre su cama y recordó la fuerza que había tenido que usar para lograr asfixiarlo, la pequeña lucha donde aquel idiota hacía vanos intentos por sacársela de encima. ¡Cuánta alegría y éxtasis había sentido al comprobar que ya no respiraba! De solo recordarlo volvía a sentir su corazón latir desbocado con una descarga de pura adrenalina.

Ahogó un profundo suspiro de satisfacción.

Había sido su primera vez, pero no sería la última.

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Nota de autora:

Como este mes lo requería

una historia vine a contar

llena de horror, tremebunda.

Muerte, eso también hay.

¿Será que fue de vuestro agrado?

¿será que puedo aspirar

a ganar el premio mayor de octubre

o por lo menos evitar

que el Rey Loco me encuentre

y me haga decapitar

si es que el fic no lo conforma

o de muy buen humor no está?

Mejor no tentar la suerte,

me despido, ¡hasta dentro de un año será!

donde haya nuevas emociones

y la historia se vuelva a contar.

Feliz Halloween para todos

y algo más:

que tengan deliciosas pesadillas

llenas de pura atrocidad.

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