El revolucionado: Francia

Palabras: 249 (un drabble corto, cortísimo)

Notas: Utilizo los nombres humanos de los personajes; Antonio para España, Alfred para Estados Unidos, Arthur para Inglaterra y Yao para China. El contexto es el mayo del 68, señores (Checoslovaquia debería aparecer, y México también...). Pero también puede ser que recuerde sus tiempos viendo lo que pasa ahora; quién sabe. No me fío por el OoC que pueda haber; lo único que sé es que la frase del título motivó esto.

El protagonista, los siguientes y Hetalia pertenecen a Himaruya.


Dejad que huya de los Campos Elíseos sin ser advertido, que vaya a a buscar la jovenzuela de sonrisa radiante que ha encontrado gritando que la revolución ya está aquí.

Ha cambiado sus ropas, y miradlo, parece bien otro país. Dejad que siga tarareando a los Beatles, que casi grite a Bob Dylan mientras se siente cada vez menos rural y más ciudadano del mundo. Se siente bien rebelde, bien liberado, y no le importa las miradas de horror de su jefe cada vez que decide que se olvidará de afeitarse la barba un día más.

Mientras sus hijos pintan en los murales esas consignas vitalistas, viva la imaginación al poder, quiere que la sangre hierva en sus venas. Dejad que Antonio corra delante de los grises, llegando al Pardo casi sin aliento, intentando olvidar lo que ha hecho; que Alfred se encuentre dividido por la Guerra del Vietnam y las opiniones de parte del pueblo, que Arthur desemboque ligeramente en un lado oscuro, que Yao empiece a cambiar de compostura desde el centro mismo de sus jefes.

¿Qué pasa con ellos, con sus revoluciones?

Huelgas, golpes, gritos, barricadas, todo se une y se deshace dentro de él, y quiere entenderlo todo pero es demasiado grande y se ahoga en la espiral del mayo de 1968.

Dejad que vaya a buscar la arena entre los adoquines mientras grita que Parménides está muerto, viva Heráclito y su fuego.

Y en estos días sigue buscando las llamas medio reticente, medio esperanzado.