Holaaaa, por fin ando publicando esta historia, tiene mucho tiempo desde que empecé a escribirla, espero les guste….
palabras entre cursivas pueden significar tanto recuerdos como palabras escritas...
Hika&cerebro-chan
No need to know
Al regresar a casa después de un duro día de trabajo, el famoso detective privado Tsuruga Ren encuentra a una pequeña niña inconsciente en la entrada de su casa y decide acogerla para poder ayudarla ya que la niña se niega a decirle nada además de su nombre pero ¿Quién es esta niña en realidad? Él no lo sabe en ese instante, pero esa niña representara el caso más complicado y duro al que se enfrentara en toda su vida. ¿Podrá resolver el misterio y ayudar a la pequeña?
Caso 1.
"el inicio"
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Las cosas no estaban bien.
Estaba seguro de ello aun a su corta edad, aun cuando los adultos habían tratado de aligerarle las cosas. Ella estaba en las últimas, ¿pero si ella moría entonces que sería de él?
Si ella moría estaría completamente solo.
Caminaba apresuradamente, el doctor le había dicho con urgencia que ella deseaba verlo. ¿Para qué más que para despedirse?
En cuanto entro al cuarto lo lleno la pesadumbre usual de un cuarto de hospital con olores a fármacos y el insistente sonido de las pulsaciones del corazón del paciente que según sus experiencias anteriores sonaba más irregular que en ningún otro momento.
En cuanto la vio no pudo pasarle por alto su mirada cansada y su cabeza sin cabello lo que era una lástima pues su cabello era realmente hermoso. Ella lo observo con sus cálidos ojos azules y supo que sin duda alguna era el final.
-Oh, por favor no pongas esa cara tan triste, al menos hasta el final siempre debes sonreírme ¿Prometido?
El niño solo pudo asentir mientras acercaba una silla a su cama y se sentaba.
-¿Cómo te sientes?
La voz del niño transmitió su tristeza tambaleante ocultada con una voz forzada.
-También lo sabes ¿No?
-Los escuche hablando hace dos días… dijeron que era un verdadero milagro que aun siguieras con vida.
-Sí, todo se lo debo a un solo hombre.
La voz de la mujer empezó a sonar más rasposa y sus ojos se cerraban por instantes como si en cualquier momento pudiera quedarse dormida.
-Lo siento, me hubiera gustado quedarme más tiempo a tu lado pero creo que me será imposible…Prométeme que harás lo que sea para sobrevivir mi querido niño…
-Lo prometo, te lo prometo.
Las pulsaciones de la maquina empezaron a sonar desesperadas por tomar la vida de la joven mujer, el niño asustado tomo sus manos tratando de darle su fuerza.
-¡Po-por favor! No-no me dejes solo…
-Shh… No llores mi pequeño, todo estará bien.
Claro que no lo estaba, ella estaba muriendo. El niño deseo con todas sus fuerzas que la maquina dejara de emitir esos sonidos y que todo quedara en calma como cuando junto a la mujer a su lado solían comer mientras observaban el hermoso paisaje que tenían en la ventana trasera de su gran casa.
Era el fin.
-Yo… Prométeme que vivirás…hay…hay algo que deseo decirte antes de…
-Shh… por favor, madre deja de hablar, pronto vendrá el doctor y te ayudara… ¡por favor madre! Resiste y no hables más...por favor…
Ella volvió a mirarlo fijamente como cuando lo regañaba porque se había peleado en clase con alguno de sus compañeros, él sabía que debía de prestar atención cuando le dedicaba esa mirada.
-Préstame atención…cuan…do. Cuando ocurrió prometí…prometí que no te diría nada…
El niño sollozaba sin control pero aun así no dejaba de mirarla queriendo conservar su vida en sus memorias.
-¿De-de que hablas madre?
-Escúchame atentamente… Busca…búscalos…ellos…ellos te amaban tanto…
-¿Ellos?
-…pa…les prometí que no te..con...taría nada…porque querían…que tu…estuvieras a salvo…
-¿Madre pero que cosas estas diciendo…? ¡Por favor resiste el medico dijo que conseguiría ayuda, por favor…! ¡NO ME DEJES SOLO!
-Ya no pueden…hacer nada por mi… escucha… solo escucha…me…ellos… en la casa…el libro…prohi…ellos fueron…a…sesi…
La mujer cerro los ojos para siempre y su cabeza se ladeo sin fuerza, el pitido le dio la única respuesta que el niño no quería escuchar.
-Madre… ¡Madre! ¡NO, NO, NO! ¡Por favor no….MADRE!
No supo lo que ocurrió en realidad después de ello. Pataleo para soltarse de los médicos que trataban de alejarlo de la mujer. Pataleo con todas sus fuerzas pero al final terminaron sacándolo de la habitación. Cuando el niño giro su cabeza hacia ella la vio por última vez antes de que la cubrieran, con su hermoso rostro perlado por el sudor y unas enormes machas moradas debajo de sus ojos, un rostro que él nunca olvidaría.
Cuando el rostro de la mujer fue cubierto un hombre intento consolarlo, pero el niño solo lo esquivo y salió corriendo del hospital evitando chocar con enfermeras y siguió corriendo una vez estando afuera. Corrió y siguió corriendo a pesar de la lluvia que lo empapaba y salpicaba cada charco por el que pasaba sin cuidado.
No dejo de correr hasta cuando llego a la casa que compartía con la mujer completamente agotado, mojado y jadeando entro estrepitosamente rompiendo un jarrón que se encontraba en la entrada.
Rápidamente se quitó los zapatos y sin detenerse llego hasta la gran biblioteca que tenían. Antes ya había preguntado por el dueño de todos esos libros pero su madre nunca se lo respondía. Solo había un pequeño libro más ancho de lo usual que sobresalía de los demás. Antes ya había intentado abrirlo para ojearlo pero en todas las ocasiones había sido descubierto y regañado pero sabía que en esta ocasión su madre ya no estaba para impedírselo, ya nunca lo estaría.
Temblando abrió el pequeño libro y se sorprendió al descubrir que en lugar de un libro se trataba de un portarretratos. Fue pasando página por página en donde veía fotos de dos personas en su mayoría. Un hombre y una mujer increíblemente bellos o al menos eso fue lo que pensó el niño.
Siguió pasando hoja por hoja y cada segundo se confundía más y más hasta que llego a la última parte. Saco un pequeño periódico de hace tres años, justo el mismo tiempo en el que él junto a su madre se habían mudado a esa gran casa después de ese accidente que tuvieron.
En la contra hoja del periódico encontró una imagen y descubrió en ella a las mismas personas de las fotos.
Muerte trágica.
… fueron encontrados esta maña en su auto muertos. Según notificaciones policiacas se vieron metidos en el tiroteo que se dio a las 12 de la noche del día anterior. Los oficiales siguen investigando si la muerte…un accidente o si ellos fueron ase…
Las palabras de su madre se vieron revueltas por sus propios recuerdos.
Un increíble odio empezó a recorrer su pequeño cuerpo y lágrimas nuevas empezaron a correr por su rostro. Lagrimas más agrias y calientes que las anteriores pues eran la marca de su odio que lo consumió poco a poco.
Fue ahí en donde lo decidió, fue ese el inicio de todo.
Venganza.
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Los flashes no dejaban de alumbrarlo, sabía que con esta nueva noticia sin duda alguna sería reconocido como el mejor pero para ella no era más que una estafa más.
Sabía perfectamente que él no sería capaz de resolver ningún caso sin su ayuda, ella al final lo guiaba para conseguirlo. Sho no se lo tomaba en serio o tal vez ella le tomaba mucha importancia pero al final era lo que ella conocía y sabía lo que siempre ayudaba con pistas esenciales.
Ella prefería quedar en el anonimato y por ello hacia que su viejo amigo de la infancia tomara los créditos por sus acertadas deducciones.
Paso un largo rato más hasta que la prensa por fin dejara en paz al chico y lo dejara marchar hasta el auto en donde ella lo esperaba pacientemente mientras leía un libro y ojeaba por el retrovisor.
Sin duda alguna el Amae* era mil veces más interesante que observar a un chico siendo entrevistado. Escucho los pasos y dejo el libro a un lado y busco las llaves del auto entre sus bolsillos.
-que molestoso, hoy tardaron más que lo usual.
-¿Por qué no solamente no les respondes?, al final la policía daría el veredicto del asesinato a la prensa una vez el asesino fuera enviado ante el juez…
-Vamos, deja de ser tan apática de esa forma no sería divertido, es lo único bueno de todo esto y al final no me importa mucho. Vallamos con mi padre a darle la noticia.
Sin duda alguna lo que ese chico tenía no era más que arrogancia pura. Desde niño siempre había sido así y ella siempre se había dedicado únicamente a seguirlo.
-¿No crees que fue increíble como resolví ese caso?
Ella lo había resuelto.
-Sí, fue increíble ¿Al final por que lo asesino?
-Algo obvio, lo usual.
-¿Su seguro de vida?
-¡Valla, si! Kyoko has estudiado mucho últimamente.
-Al menos más que tu si…
-Bueno, últimamente te la has pasado viviendo detrás de libros, que mujer más aburrida.
La chica no dijo nada pues más que ignorarlo estaba más preocupada por no estrellar el auto al intentar estacionarse en un espacio entre otros dos coches muy reducido. Ambos jóvenes bajaron del auto y el oficial de la puerta les saludo como la cosa más normal del mundo.
Al menos sí iban a ese lugar muy seguido pues desde niños les gustaba meterse entre esas oficinas y escuchar en secreto e imaginar el resto de la información que decían los policías pero a nadie le importaba pues al final eran hijos del famoso inspector Fuwa de Kyoto.
Y aun ellos de jóvenes seguían yendo al edificio de policía y se entrometían entre los casos y en muchas ocasiones el hijo del gran inspector era quien resolvía los complicados casos ganándose el lugar del mejor detective más joven de Kyoto.
-¿Me acompañas?
-No lo creo, cuando íbamos de ida vi un nuevo parque y quiero ir a verlo.
-Bueno, siempre has preferido los lugares abiertos, te marco cuando termine de hablar con mi padre.
-No te preocupes por eso, te dejo las llaves. Te veo en casa.
-Sí, no llegues tarde Kyoko, mama nos espera para la cena.
- Tu igual, maneja con cuidado de regreso a casa.
La chica le tendió las llaves y se dio la vuelta metiendo las manos entre los bolsillos y asegurándose de que el libro que llevaba no se saliera de entre su chaqueta.
Cuando llego a un cruce con la luz roja se giró para ver a su hermano adentrarse al pequeño edificio, en realidad ellos dos no eran hermanos de sangre pero ella había sido adoptada de joven por los Fuwa y a pesar de que siempre existió la distinción entre hermanos ella quería a los señores Fuwa como su verdadera familia aunque en ocasiones su hermano la sacaba de quicio.
La chica empezó a caminar lentamente disfrutando del viento frio que empezaba apenas por entrar en temporada de heladas, había visto el pequeño parque solo y bien iluminado por lo que en cuanto lo vio decidió ir ahí a pasar el atardecer.
El pequeño parque aún seguía solo y el viento movía los juegos para niños de una forma aterradora pero para ella era relajante escuchar algo más que su propia respiración. Saco su libro de su chaqueta y busco el pequeño separador de plumas que marcaba la página 62 del libro La anatomía de la dependencia ** y continuo en su extraño encuentro con la psicología japonesa.
No supo cuánto tiempo había permanecido en esa misma posición pero al sentir la necesidad de estirarse su espalda había tronado y enseguida sintió una enorme relajación. El cielo había oscurecido y se asustó de no encontrar su celular pero al pensarlo mejor lo llevaba en la bolsa de la chaqueta que al sentarse se doblada hacia abajo.
Se agacho y encontró el pequeño aparato entre las patas de la banca en la que se había sentado a disfrutar de la lectura. Miro el reloj del celular y se relajó al ver que aún tenía una hora para llegar a comer, tiempo suficiente para regresar caminando.
Lista para encaminarse se asustó al escuchar unos pasos en la oscuridad y alcanzo a ver a un hombre de traje adentrarse a una cabina telefónica. El hombre lucia nervioso o al menos eso pensó la chica pues parecía observar todo a su alrededor aunque no había reparado en ella aun.
La chica guiada más por la curiosidad se escondió detrás de unas plantas que alcanzaban a cubrirla y desde donde podía observar al hombre que mientras hablaba saco una pequeña libreta negra que sin observarla demasiado supo de inmediato que profesión ejercía aquel hombre y también recordó que averiguar cosas como esas de niña eran un verdadero quebradero de cabezas.
-Ya se, quien adivine en que trabaja ese hombre compra los dulces hoy
Ambos niños observaron con cuidado al hombre que estaba recargado en el barandal de un puente de madera que intentaban cruzar dispuestos a ganar guiados por su rivalidad.
-Bueno, lleva un portafolio y lleva un traje… ¿Un abogado?
-No…
-Si eres tan buena dímelo tú
-Es un oficial de policía…
-¿Por qué?, puede ser cualquier cosa, solamente viendo que lleva un traje y un portafolio no significa que sea un policía, puede ser cualquier cosa.
-Míralo con más atención… ¿ves cómo está escribiendo en su libreta de forma horizontal? Todos los compañeros de tu papa hacen lo mismo sin excepción alguna…
El oficial salió de la cabina aun mirando a sus alrededores y empezó a caminar hacia una zona del pequeño parque que quedaba oculta por una pared y que parecía no estar iluminada. A la chica le recordó el rostro del policía de alguna ocasión en el apartamento de policía, si bien recordaba era un oficial de Tokyo. Ella lo siguió, completamente extrañada por la actitud del policía.
Cuando el oficial de policía se detuvo ella volvió a buscar el resguardo de alguna planta y se quedó esperando hasta que un hombre fornido e igualmente vestido con un traje llego a su lado como por arte de magia.
La chica empezó a sentir un mal augurio pero aun así se quedó plantada en ese sitio esforzándose por escuchar.
-Siento la espera, ¿Tienes lo acordado?
-Así es.
-Bien, dos millones como acordamos, abre la maleta.
El oficial abrió la maleta que llevaba y Kyoko alcanzo a distinguir los papeles de colores de los billetes que la llenaban. El hombre de negro le quito la maleta con el dinero al oficial y le aventó una pequeña caja negra.
-¿Es seguro que no se realizó ninguna copia del video?
-Así es, como prometimos por la cantidad no se realizó ninguna copia del video en donde se grabó a su jefe traficando con dinero lavado.
El oficial de policía asintió con la cabeza y salió corriendo adentrándose más en el pequeño parque tal vez perdiéndose más entre las calles. ¿Lavado de dinero, en tal caso si era un oficial de Tokyo por que realizaron el intercambio en Kyoto? ¿Quién era ese hombre?
-Los ratones son los primero en morir…
La chica se giró bruscamente completamente asustada de la nueva aparición que se dio a unos centímetros de su espalda, la chica intento gritar y se giró para echarse a correr pero el hombre fue más rápido que ella y solo alcanzo a sentir algo golpeando fuertemente su nuca y el suelo acercándose estrepitosamente.
Del trato que realizaron aquellos hombres no quedo ningún rastro y nadie supo lo que ocurrió en ese lugar.
Dos días después la policía inicio la búsqueda de la hija del inspector Fuwa quien desapareció después de haber ido a dejar a su hermano con su padre. El primer lugar al que los detectives se dirigieron fue al pequeño parque cerca de la estación de policías ya que el hijo del inspector fue el último testigo que vio a la chica y menciono que esta había ido a aquel lugar como costumbre de ella a quedarse en lugares abiertos.
Los oficiales buscaron cualquier pista que se hubiera podido quedar en el lugar pero lo único que se encontró fue un libro abierto con las páginas en el suelo y un separador con unas ligeras manchas de sangre que marcaba en la página 49.
Después de varias semanas de investigación y de no haber encontrado nada que vinculara con el paradero de la chica simplemente el caso se documentó como un caso no resuelto.
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Un nuevo trueno alumbro el oscuro cielo, el hombre dentro del auto se preparó para segundos después escuchar el fuerte sonido sin que lo molestara. Cada vez que había tormentas su mente se volvía todo un desastre.
-¿Al menos me estas escuchando?
-Eh, ah cierto… ¿Qué me estabas diciendo?
-Amigo, en verdad si sigues igual de despistado alguien algún día y nadie lo quiera te tomara como su presa.
-Hahaha bueno para que alguien me tome como su presa no es necesario que sea alguien distraído, en realidad he de tener ya muchos enemigos.
-Sí y mira que quien sufre las consecuencias de todo soy yo como la última vez…
-Ya, ya ¿Cuántas veces deberé de disculparme para que me perdones?
-No quiero una disculpa tuya, que ese hombre se ensañara contigo no fue culpa tuya… bueno si tú nunca lo hubieras atrapado no me hubiera secuestrado y golpeado…
-¡Oh, claro que tienes razón! Mujeres asesinadas son preferibles mil veces a tus pequeños moretones…
-He Ren, te estás pasando de rosca. Además no fueron pequeños moretones ¡Ese tipo me rompió el brazo!
-¿Qué tiene que ver una rosca aquí?
-Oh, olvidaba que estas viejo y no sabes de modas escolares.
-¿Modas escolares? No estoy viejo, soy de tu edad.
-Si pero el trabajo te está volviendo un antisocial ¿Cuándo fue la última vez que asististe a clases?
-Te doy la palabra en eso pero juro que no ha sido culpa mía, últimamente parece que soy un imán para asesinatos y robos.
-Sí, sí. Tu aura de detective famoso ¿Sabes que es lo peor de todo?
-¿Qué?
-Que aunque no vayas a clases no sé cómo demonios pasas todas las materias en los extras de una semana, eso no debería de estar permitido.
-Lo siento pero aunque quisiera tengo que trabajar para ganarme la vida y pagarle a tu padre todo lo que le debo.
-Oye sabes que eso no es necesario. Mi padre siempre te ha tenido en un buen concepto y siempre ha dicho que cualquier cosa que necesites no dudes en pedirlo y no quiere que le regreses el dinero.
-Dile a tu padre que no lo haré, luego hablo con él.
-Ustedes dos siempre me han guardado secretos, ¿sabes que yo también actuó como detective y ya te estoy investigando? tú y mi padre siempre se comportan muy sospechosamente.
Los vidrios de su automóvil empezaron a empañarse por lo que prendió la calefacción cosa que odiaba pero era necesario a menos que quisiera chocar. Faltaba muy poco para que llegara a su casa y no tenía ganas de continuar con la charla con su amigo después, lo único que deseaba era acostarse y olvidarse de todo por un momento. Había sido un día pesado y lo más probable era que Yashiro quisiera obligarlo a ir a algún lugar al cual no quisiera ir, siempre que sacaba ese tema era porque quería algo de él. A pesar de todo sabía que su amigo realmente sabía lo que tramaba con su padre y el mismo admitía que en muchas ocasiones había actuado demasiado extraño con el hombre ¿Pero cómo no hacerlo? siempre era incómodo.
-Ya vas a empezar otra vez.
-Podría dejar de investigarte…si prometes que me acompañaras esta vez
-¿A qué extraño lugar quieres que valla esta vez?
-Vamos, será divertido.
-¿Enserio?
Siempre que Yashiro decía divertido implicaba brincar a una alberca en temporadas de heladas o al menos ese era el sentimiento que trasmitía.
-No lo digas de esa forma, te mande la invitación ayer pero ni siquiera la viste ¿Cierto? Va a ser afuera de la ciudad y los gastos van por mi parte por lo que no tienes ninguna excusa.
Había llegado a la calle en donde estaba su casa, debía colgar pronto si deseaba quitarse a su amigo de encima.
-Bien bien, iré.
Llego a su gran puerta y coloco las direccionales. Se puso la capucha listo para cuando pudiera colgar, se relajó en el asiento y espero.
-Promételo, la última vez que lo dijiste de esa forma me nadaste a una persona en representación tuya. Júrame que tú el gran detective Tsuruga Ren va a acompañarme a mí a la reunión según el día y la fecha acordados en la invitación que yo te hice llegar ayer. Dilo exactamente como yo lo he dicho y con un puño en el corazón.
Soltó un bufido, Yashiro tendía a siempre hacer eso. Iba a empezar con el rezo dictado por su amigo cuando algo afuera llamo su atención, en frente a su puerta se veía un pequeño bulto que al observarlo bien parecía el cuerpo de algún niño boca abajo.
-Yashiro, luego hablamos.
-¡Pero Ren!
-Luego te llamo y si, si iré a esa fiesta tuya ¿bien?.
-¿Ocurrió algo?
-Tal vez, adiós.
Corto la conversación y se quitó las manos libres, asegurando todo el lugar se decidió a salir.
Como había imaginado el bulto era en realidad una pequeña niña pelirroja completamente empapada e inconsciente. Completamente extrañado busco a su alrededor algún indicio de alguien que respondiera por la niña pero al no encontrar nadie ni cuando nadie respondió a sus gritos metió rápidamente a la niña en el asiento de copiloto, abrió su puerta y se adentró junto a la niña a la vieja casa de su madre.
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*Amae es un verbo que en pocas palabras quiere decir "Desear depender de la benevolencia de otros"
**La anatomía de la dependencia es un libro de un autor japonés llamado Takeo Doi en el cual maneja una necesidad únicamente Japonesa de confiar y depender sumisamente de alguna persona. (Usualmente el que se da Padre-hijo)
Bueno, bueno. Si aún no saben de qué serie me base para este Fic pues… no lo sé. Hahaha si no lo saben aún, apuesto mil yenes a que en el siguiente capítulo todos lo descubren (o al menos quien lo ha visto) hahaha
PD: Si no lo saben este capítulo lo inicie en el capítulo 11 de viaje remoto tal cual había dicho y lo termine en el capítulo 12 pero hasta ahora es cuando me atrevo a publicarlo...(siento que me adentro a aguas que antes no había navegado, sin curso y sin experiencia, solo espero no terminar hundiéndome)
Hahahaha tomaré muchas ideas del Manga/anime "detective conan" Claro, solo que a mi manera y con un detective tan guapo como Ren-sama (Si, no resistí el decírselos... ahora les debo a todos mil yenes D: ) Mejor les mando unos pastelitos de chocolate va?
Espero saber sus opiniones ¡EN verdad necesito saberlas! Hahaha :3
Bueno, nos leemos pronto Hika&cerebro-chan
