"TODOS LLEGAMOS A ESA EDAD. NUESTRO PENSAMIENTOS CAMBIAN, NUESTRO CUERPO TAMBIEN. ESTAMOS CONFUNDIDOS, PERO NUNCA ESTAMOS SOLOS".
Y ESTA VEZ, LE TOCA A CRAIG DARSE CUENTA DE ESO.
NO SON MI PERSONAJES, POR SUPUESTO. SON DE TREY Y MATT; O DIOS, COMO QUIERAN LLAMARLOS.
HAY CREEK AL FINAL, OSEA, Boys Love.
DISFRUTEN! :D
Raro
Craig estaba muy raro.
Claro, él nunca hablaba. Pero estos días era diferente. No solo no hablaba, sino que cuando iba a hacerlo, se callaba a si mismo con la boca. Era como… como si no quisiera que nadie lo escuchara. Efectivamente, era por eso.
Su voz había cambiado y dios, como extrañaba su vieja voz. La antigua era mucho mejor. Si, era nasal y todo lo demás. Media profunda, pero con ese tono de niño. La de ahora era… si, seguía siendo nasal. Eso no había cambiado. Pero era tan profunda, tan de mayor. En si, asustaba a Craig escucharse a si mismo.
Craig recordaba esa mañana como si hubiera sido ayer. Se levantó de la cama, estirando sus largas piernas, cubierto simplemente con su pantalón de dormir. Camino hasta la jaula de Stripe y lo saludo como acostumbraba: con su dedo índice derecho, le bajo la cabecita a Stripe, jugando con sus orejitas. Amaba a ese bicho. Cuando lo volvió a saludar, a punto de contarle lo que había soñado, Stripe hizo algo que JAMAS había hecho.
Stripe mordió a Craig.
Fuerte. Fuertísimo. Lo hizo sangrar. El pelinegro mucho no le importo. La única razón por la cual quería llorar era por esa acción de parte de su querida mascota. "¿Es que acaso no me reconoció?" se preguntó, yendo al cuarto de su madre por una curita. Y la respuesta era obvia. Claro que no lo reconoció. Pero la mañana no termino ahí.
Craig recordó ese ruido espantoso que su madre hizo. Fue como un chirrido. Uno horrible. De susto, no más, al no reconocer a su hijo. Lo único que salió de la boca del ojiazul fue: "dónde están las curitas". Y al parecer su madre entendió: "dame todo el dinero o te mato a piñazos". En fin, cuando su madre se dio cuenta que era él y no un adolescente drogado, lo miró con cara de asombro. Luego lo abrazo, dijo que estaba orgullosa de su hijito y que en seguida le curaba la herida del dedo, que no paraba de sangrar.
Craig levanto una ceja. "¿Orgullosa? ¿Por qué al fin deje de estar afónico?" pensó. Pero luego se dio cuanta del porque. Empezó a hablar consigo mismo mientras se cambiaba para ir al colegio. Stripe se escondía más adentro de su jaula, como si le tuviera miedo al nuevo Craig. Y este solo llego a la conclusión de que el mismo se daba miedo, se lo dijo a Stripe, aunque el pequeño hámster se rehusaba a creer que ese era su dueño.
Craig suspiró. Mientras iba a la parada del ómnibus, comiendo una tostada, llego a una conclusión. No le quedaba otra mas que callarse por lo que le quedaba de vida.
Una semana después de dicha decisión, todo iba bien. Para él. En cambio, sus amigos, o mejor dicho, Clyde y Token, estaban cada vez mas preocupados por el líder de su pandilla. Si. Craig estaba muy raro. Claro, el nunca hablaba. Pero estos días era diferente. Algo malo le pasaba a su mejor amigo, y el no quería hablar de eso. Pero estaban más que dispuestos a averiguarlo para poder ayudarlo.
Intentaron de todo.
Dios esta de testigo que intentaron todo. Le mostraron revistas traídas especialmente por Kenny, a ver si eso le levantaba el ánimo. Craig sintió que se le levantaba algo, pero no era exactamente su ánimo…
Intentaron convencerlo de que si le contaba lo que le pasaba, le iban a dar todos los Dvds de Red Racer que quisiera. El más grande de los tres (tanto de altura como edad) se había enfurecido al escuchar eso. En parte porque se moría de ganas de hablar, solo para conseguir esos Dvds. Pero su condición no se lo permitía. Conclusión: si no hablaba, no había Red Racer. Si no hay Red Racer, Craig se molesta. Eso solo llevó a Clyde y a Token con un ojo morado a la enfermería.
Así que, el último intento de su parte (cuando pudieron volver al colegio después de la paliza que les había dado Craig), fue convencer a Mr. M'okey para que hablara con él.
Error.
No solo la mirada llena de furia que les había dado a sus amigos antes de entrar a la oficina de Mr. M'okey les advirtió a Clyde y Token de que estaban fritos; sino que lo peor era que no les importaba en lo mas mínimo morir en el recreo. ("en el recreo van a sufrir", eso decían los ojos intensos de Craig).
Lo único que les importaba era comprobar lo que les había dicho Mr. M'okey. - Craig cambio de voz, m'okey. Al parecer esta avergonzado… - (los chicos se miraron, conteniendo las risas al escuchar eso) - … es por eso que tienen que ser pacientes, ¿m'okey? -
Si, claro.
Si en el recreo llegaba su hora, poco les importaba a los chicos. Primero, tenían que escuchar a Craig. E iban a hacer todo lo que pudieran para lograrlo.
Cuando llego el recreo (en seguida después de terminada la "charla" con Mr. M'okey), siendo Token tan inteligente, le dijo a Clyde que tenían que esconderse. Tuvieron suerte que Craig no los había visto en el proceso. Pero los dos amigos, desde donde estaban escondidos (detrás de unos arbustos) lo podían observar perfectamente.
Las manos de Craig, cubiertas por sus fieles guantes amarrillos, tenían una cinta adhesiva. Nuevamente, Clyde y Token intercambiaron miradas. Mucha, mucha, mucha suerte.
– Y ahora, que hacemos – pregunto inocentemente el castaño. Token lo miró.
–No tengo idea – se quedaron unos cinco minutos pensando, hasta que una voz chillona les llamo la atención.
– Ch-chicos… ¿qué –AGH- ha-hacen ahí es-escondidos?
Los chicos miraron para atrás, solo para encontrarse con una figura que hace una semana no veian. Era Tweek. Que bien, ya no estaba enfermo. Antes de poder saludarlo, o decirle que se esconda con ellos, el rubiecito tomo la delantera a los pensamientos de sus amigos y se arrodillo con ellos
– ¿De qué, n-nos escondemo-os? No me digan que –¡ARGH! - del gobier-gobierno! Ya esta suce-sucediendo, ¿no? ¡Agh, lo sabia! ¡LO SABIA! ¡VAN A MATA… !
Ambos Clyde y Token le taparon la boca a su amigo, a ver si dejaba de gritar. Este solo abrió sus ojos color café lo más grande que pudo, de susto. Y porque vio a lo lejos una figura que extrañaba a más no poder.
Era Craig.
Los ojos de Tweek se cerraron, ignorando los pedidos de silencio por parte de sus amigos, mirando con pura ternura al chico que tanto amaba. Quería ir y abrazarlo, decirle que ya estaba bien y preguntarle porque no lo había llamado como siempre hacia cuando él se enfermaba (que resultaba que eran muchas veces)
Estaba a punto de empujar a los idiotas que lo tenían apresado, pero siendo… bueno, siendo él, no podía ni moverse. Realmente, era muy débil. Craig se lo había dicho más de una vez. ¡Pero no era su culpa ser tan flaco y tan bajo! Ellos eran más grandes que él, en serio. Edad y altura. Todos los chicos le llevaban un año, excepto Craig que le llevaba dos, casi tres.*
Craig fue corriendo hasta los arbustos, y prácticamente rugiendo, gritó.
- ¿¡QUE CARAJO CREEN QUE ESTAN HACIENDO! – eso si que asusto a todos los niños del recreo.
Los niños eran todos de primaria (siendo nuestro chicos los mas grandes, de sexto de primaria**), y todos, y quiero decir todos, se quedaron en silencio mirando a Craig. "Que bárbaro, idiota, justo lo que querías" se cacheteo mentalmente el pelinegro. Dando miradas asesinas a todos los que se encontraban en escena, bien para decirles que se metieran en sus asuntos (cuya cosa hicieron, todos le tenían miedo a Craig), miró a sus amigos.
Primero tenia que preguntarles porque mierda lo habían mandando a hablar con el hijo de puta de Mr. M'okey y por que mierda estaban molestando a su novio. Luego los iba a matar. Si es que dejaban de estar en shock, claro.
Los ojos de Clyde lo miraban como si fuera un fantasma. Token no podía creer lo que había escuchado. Y Tweek… Tweek no podía estar más rojo porque simplemente… no podía. Para ser sinceros, no solo a Tweek le había fascinado la nueva voz de Craig, sino que lo había embobado. Era… grave, sensual, demandante y totalmente autoritaria, le daba un aspecto de… grandeza, si, de grandeza.
Y ahora que notaba, no solo la voz le había cambiado. El rubio estaba seguro que estaba más alto, también. Más ancho de hombros. Con rasgos más duros en la cara. Se sentía afiebrado, a punto de desmayarse, cuando su novio se acercó a él y bruscamente lo levantó del suelo, separándolo de Clyde y Token.
La cara de Tweek dio de lleno al pecho de Craig. Ah, cuanto lo extrañaba.
- ¿Q-qué les pasa…? – preguntó en un suspiró Craig mirando con ¿temor? al morocho y al castaño. Clyde seguía en estado de shock. Token lo miró, como si de un idolo se tratara.
– BOLUDO, tu voz. – se levantó del suelo y colocó su mano en el hombro del ojiazul (el hombro que no ocupaba la cabeza de Tweek, o sea, el derecho) - ¿Quién sos, flaco? – preguntó bromeando Token, aunque poco y nada le gusto a Craig. Solo recibió otra mirada de odio.
A todo esto, Clyde levantó la vista. Sus ojos tenían lágrimas. Balbuceaba algo de que no era justo, que el quería una voz así.
– ¿Por qué? Es horrible. – defendió Craig su punto de vista. Token meneo la cabeza. El era el mas inteligente de los cuatro, después de todo.
– No querido amigo, no es horrible. Es genial. ¡Ahora podemos pasar por mas grandes! Mientras seas vos el que hable, claro esta. – Craig le levantó el dedo. Tweek sonrió dulcemente, Craig y su respuesta para todo…
– Pero no soy yo. No me gusta mi nueva voz. – "a mi me encanta" pensó Tweek, jugando con las tiras del gorro de su novio.
El timbre advirtió que tenían que entrar. Token, ayudando a Clyde a levantarse, le dijo a Craig. – Pensá lo que quieras, pero vas a tener que acostumbrarte. No esta taaan mal.
Y con eso, se fue con Clyde.
El patio se vacio rápidamente, dejando a la parejita sola. El ojioazul planto sus ojos en los de Tweek. Asintió y Tweek le contesto igual. El rubio por dentro sonrió. Siempre hacían lo mismo cuando tenían que hablar.
Simplemente, se escapaban y se escondían en uno de los juegos, uno que era relativamente grande (Craig, si se sentaba derecho, apenas podía tocar el "techo"), era ese juego que solo es un cilindro enorme. Si, era para pendejos. Y era un perfecto escondite.
Antes de ser arrastrado, esta vez con más suavidad y delicadeza, Tweek miro para el suelo, atrás de los arbustos. Hay tirado estaba su termo. Suspiro. Lo podía agarrar después. Además, ¿quien necesita café cuando tiene a Craig?
Craig estaba furioso.
Se le notaba a la lengua. Miro la cinta que tenia en su mano. No la había podido usar, al final. Y por eso estaba furioso. Bueno, podría planear una venganza después, ¿no?
Se sentó adentro del escondite. La poca luz que daba el sol (estaba nublado, como siempre) apenas alumbraba el escondite. Por eso, Tweek se acerco más a él, agarrando su chaqueta con fuerza. Craig sonrió pasando su brazo izquierdo por los hombros del niño rubio a su lado. Pero en seguida esa sonrisa se esfumó.
Tenia que saberlo. Tenia que saber que pensaba Tweek. Después de un tiempo en un cómodo silencio (aburrido y lindo, como le gustaba a Craig), el pelinegro levanto con un dedo la cara de su novio. Tweek nuevamente parecía afiebrado.
– Perdón por no llamarte. No quería… que me escucharas. – dijo al final.
Tweek le sonrió y moviéndose un poco, apreso en sus finos brazos en el cuello de Craig. Este solo acomodó sus piernas y lo sentó arriba de él. Si, definitivamente lo había extrañado. Se sentía estúpido, haber echo tanto escándalo por una estupidez.
Antes de poder decir algo, antes de poder pedir disculpas por actuar como un imbécil o preguntarle si le gustaba su nueva voz, los dulces labios de Tweek se posaron sobre los de Craig. Fue un beso rápido, pero lo suficientemente largo como para que Craig quisiera más. Cuando el rubio separó sus labios de los del pelinegro, en seguida Craig los quiso recuperar. Pero Tweek apartó la cara y miro para otro lado, dejando a su novio más que confundido.
Digo, él ya había pedido perdón. Y ese beso, ¿no significaba que aceptaba las disculpas? Tweek lo miro serio, con sus brazos extendidos y sus manos en los hombros de Craig. Lo único que lo retenía e impedía que se cayera para atrás eran las manos firmes de Craig en su cintura (que lo agarraban bruscamente, como siempre… ya sentía los moretones que le iban a salir mañana). El juego realmente era grande…
Los ojos de Tweek lo miraron, reprochándole.
- ¿Por qué… por qué pensaste que… que no m-me iba a gu-gustar tu voz…? - preguntó en un suspiro, acariciando los hombros de Craig.
– En verdad, pensé que te ibas a asustar. Por eso no te llame. – respondió, acercando la frágil cintura de Tweek hacia él. Tweek se rindió antes de empezar a luchar, no era como si pudiera contra Craig. Este último siempre conseguía lo que quería del rubio.
Craig levanto una mano hasta la mejilla de su novio, quería besarlo, pero antes…
- ¿Y?
- ¿Y que…?
- ¿Qué pensas… te gusta? – Tweek apenas podía concentrarse, realmente, el cambio de voz le había dado fuerte. Era como hipnotizante. Grave. Sensual…
- Tweek. No te desmayes – pregunto medio alarmado Craig. No seria la primera vez que su novio se desmayara en sus brazos y no era una sensación agradable. Tweek levantó sus largas pestañas y volviendo a la realidad, se acercó al oído de Craig. – Me encanta… - susurró, solo para que Craig escuchara – y quiero oírla… más. Mucho más…
Tweek actuaba como una gata en celo. En si, eso le encantaba a Craig, ya que sabía que: 1º, era tan inocente, que lo más seguro ni sabia lo que provocaba; 2º, podía ser tímido con todos, menos con Craig; 3º, como dice el segundo punto, solo hacia estas cosas con Craig. Eso lo hacían sentir poderoso. Único. Como si Tweek le perteneciese (si, era posesivo).
En fin, sin poder aguantar más, Craig capturó los labios de su novio con los suyos y como siempre, abriéndole la boca a la fuerza, empezaron una pelea con un ganador de antemano, o sea, Craig. Estuvieron así unos minutos, hasta que tuvieron que respirar. A los pocos segundos de separarse, Tweek quiso volver a besarlo. Craig, más que dispuesto, aceptó gustoso.
Entre suspiros y caricias, lo único que le pedía Tweek era que dijera algo, lo que sea. Sin querer, a Craig se le escapo algo que no tendría que haber dicho. Pero la situación y los constantes gemido de Tweek no le dejaron otra opción (¡por dios, en su año de noviazgo jamás habían llegado a hacer tantas cosas de una!)
– Te amo – pareció un rugido, pero bien que le llegó a Tweek.
La mano derecha de Craig estaba en su cuello y no lo permitió moverse mucho, pero si lo suficiente para mirarlo maravillado. Confundido. Feliz. Craig se dio cuenta de su metida de pata en seguida. Quería decir algo, retractarse. Pero para que. Era verdad. Lo amaba. Por eso se preocupo tanto cuando Tweek junto sus manos delante de su pecho y bajando la mirada, se puso a llorar.
Craig se sentía un gusano. Peor que eso. La culpa lo invadió completamente. No quería obligar a Tweek a decir algo que no sentía. No era justo.
- Tweek, yo… - el susodicho levantó la mirada. Lágrimas seguían cayendo de sus ojos, y una sonrisa le iluminaba la cara.
– Yo también te amo. – Sorpresa, no tartamudeó – te amo tanto. A vos. Tus ojos. Tu forma de ser. Tu nueva voz… - se rio por lo bajo a decir lo último, acompañado por Craig. – Todo. - finalizó el rubio, al sentir nuevamente los labios de Craig.
Luego de una nueva serie de besos y caricias, que duro como una hora, ambos diciendo cuanto se amaban una y otra vez, sono el celular de Craig. Era Clyde diciéndole que si no iba a la próxima hora, lo iban a suspender otra vez.
"Que buena manera de arruinar el momento", pensó Craig. Le respondió que se fuera al carajo, pero igualmente se "levanto". En realidad, se agacho para poder salir. Si, definitivamente estaba más alto. Tweek lo miro medio confundido, pero finalmente agarró la mano que le tendía Craig para levantarse.
– Tenemos que volver. – dijo Craig, caminando mirando al frente con Tweek de la mano. Tweek lo siguió hasta la puerta de entrada. Pero antes.
- ¡Espera! – gritó, soltándose de Craig. Este levantó una ceja y lo vio correr hacia los arbustos de antes. Tweek, en vez de dar la vuelta para poder agarrar el termo que estaba del otro lado, intento agarrarlo por arriba del arbusto, dejando una imagen más que agradable para Craig. Ahí no más, enfrente de él, Tweek meneando la cadera en sus intentos de agarrar el dichoso termo.
Dios, tan inocente.
Pero le resulto raro esos sentimientos que sentía, el calor en sus mejillas (y otras partes). ¿Desde cuando sus sentimientos y… bueno, sus instintos reaccionaban así? Estaba seguro que si Tweek no terminaba rápido con su "tarea", le iba a saltar arriba.
Definitivamente, Craig estaba muy raro.
Fin (?)
ME MATE CON EL TITULO, NO? xD
Y SI, TIENE UN SIGNO DE PREGUNTA EL FINAL PORQUE NO SE SI DEJARLO O SEGUIRLO, EN OTRA HISTORIA, TENIENDO ESTO COMO "PROLOGO". JEJE, EN SERIO. NO SE. USTEDES DICEN QUE LA SIGA?
AH, PARA ACLARAR ALGUNAS COSAS...
* Si, lo calculé todo. Miren, si Craig fue retenido un año (en mi mente, claro), y cumple el 25 de enero, entonces les lleva un año a todos los chicos. Pero como Tweek esta adelantado, y cumple el 11 de noviembre (en mi mente, claro), eso hace que se lleven 2 años y 10 meses. Si, estoy media loca por pensar en todo esto. Pero que le puedo hacer! me gusta hacerlo bien uke a Tweek! XD
** En mi pais, sexto de primaria es el ultimo año antes de pasar al liceo. Y como no se un carajo de como es el metodo de Estados Unidos, los puse como si estuvieran en una escula como las de acá. Estando en sexto, tenes entre 11 y 12 años.
Y CREO QUE ESO ES TODO! ALGUNA OTRA DUDA, PREGUNTEN. COMENTEN. FELICITENME. PRENDANME FUEGO SI QUIEREN, TODO ES RECIBIDO!
Chooco.-
