DISCLAIMER: Shaman King y sus personajes son propiedad de Hiroyuki Takei.

Je ^^ pequeña inspiración de media noche, espero les agrade. Gracias por pasarse por aquí.


Simplemente eso ~

Todos los días era igual. Siempre paseándose por ahí con su sonrisa despreocupada, como si el planeta y sus misterios fueran cosa fácil de resolver; o tal vez no estaba interesado en ese tipo de cuestiones. Con sus ojos fijos continuamente en el cielo, en las nubes, en las estrellas (a veces me pregunto si las veía realmente o se perdía en sus pensamientos) o en cualquier otra cosa que los demás dejaban de lado, porque probablemente pensaran que eran totalmente triviales. Pero él no, había algo en él que lo hacía distinto a todos frente a mis ojos. Ese algo siempre me atrajo.

¿Que era? Constantemente he querido entender que fue lo que me hizo caer en lo que las personas llaman "amor" ¿Que fue tan espectacular que cautivo a alguien como yo? Intente descifrar a toda costa el motivo de mis latidos acelerados, que sin duda no eran a causa de una arritmia o enfermedad del corazón (desgraciadamente, porque hubiera sido mejor así) ¿Que me atraía de ese sujeto? Todo el tiempo sonriendo como un bobo, alrededor de sus amigos bromeando y lleno de energía, casi como un niño. Si, pensándolo bien, su comportamiento era el de un niño en ocasiones. También estaba su estilo, entre hippie y desordenado, con sus auriculares puestos todo el tiempo. Supongo que desconectarse del mundo y vivir sin preocupaciones era su principal objetivo. Entonces ¿Que cosa de todo aquello fue la que me atrapó?

¿Era apuesto? Si, por supuesto. Sin embargo, esa nunca fue la razón, no suelo fijarme en esos detalles. Hubo algo más, que yo aun desconozco, que no lograre nunca comprender del todo. Tal vez fuera porque era completamente distinto de mí. Algo nuevo, que sin importar nada, me asombraba día con día, sin darme la oportunidad de aburrirme de su compañía.

—Annita, feliz aniversario —decía el chico entrando a la habitación repentinamente, mientras reía y estiraba su mano hacia ella con una pequeña flor blanca que arranco de por ahí.

—¿Aniversario?

—Si. Hoy hace un año que tuvimos nuestra primera cita ¿Recuerdas?

—¿El día que te obligue a cargar mis bolsas cuando recién llegue a Tokyo?

—Si.

—Que extraño que puedas recordar eso cuando ni siquiera te acuerdas de las formulas matemáticas esenciales —comentó aceptando la flor.

Él sólo sonrío.

Este chico… tomando siempre en cuenta estos pequeños detalles que podían no ser del todo trascendentes. Distraído, peculiar y eternamente mi mayor anhelo ¿Cuándo y por qué terminó siendo así? No lo sé... y ahora mismo no sé si quiera saberlo. No hay nada más, él es él tenga la apariencia, edad o nombre que sea. Me enamoré de él porque es él.

—Simplemente eso —murmuró.

—¿Eh? ¿Dijiste algo, Annita?

—No, nada —respondió, observando su flor—. Feliz aniversario también a ti, Yoh.