Disclaimer:Por supuesto que los personajes de Rumiko no me pertenecen, pero la historia sí.

Instinto de Preservación

Por Monikawaii

No podemos a empezar a hablar del amor propiamente dicho si no comprendemos el Instinto de Supervivencia, es primitivo y sucede en todas las especies animales, incluido el hombre. Empezaremos hablando de las características específicas del instinto y la preservación de las especies.

En casi todas las especies de mamíferos, el cortejo se caracteriza por un despliegue de energía, persecución, prosecución, protección y celos ante posibles rivales.

Una pareja conversaba, bueno, peleaba, por Nerima, toda la vecindad se había acostumbrado ya a sus conocidas discusiones, por lo que no les prestaban atención.

-¡Eres un pervertido como siempre, me viste desnuda, como se te ocurre entrar!-

-¡No sabía que te estabas bañando, además no vi nada pechos planos!- el muchacho habló con un hilillo de sangre saliéndole de la nariz. Su instinto de supervivencia y reproducción, había despertado al recordar los hechos de esta mañana.

-¡Ves, los viste!-

-¡Tu también me viste, vi como tus ojos iban hasta ahí abajo!-

Un carmín fuertísimo cubrió el rostro de la protagonista, pues el chico había despertado también ese instinto.

Y de pronto…

-Jojojojojo- se escucha una risa parecida al graznido de la urraca

-¡Ran-chan!- un grito parecido al babuino.

-¡Nihao Airen!- por supuesto la gata en celo.

La persecución inicia gracias a las tres prometidas ávidas de obtener un pedazo del muchacho de la trenza, quien según estas, con su perfecto estado físico, puede gratificarlas en todos los aspectos, pero lo más probable es en lo sexual, garantizando la preservación de la manada, siguiendo sus instintos dignos de unos animales salvajes, empiezan con la cacería.

-¡Noooooo!- se oye el grito de terror del sujeto perseguido.

-Y ya vienen otra vez- dice la otra muchacha indiferente, por lo menos en apariencia, que camina a su lado.

La gata busca seducir sexualmente al sujeto, apretándose contra él, buscando su centro de placer, pero el instinto sexual del muchacho no reacciona, se encuentra dormido, muuuy dormido.

-Shampoo… por favor- dice con esfuerzo.

-¡Mujer ordinaria, no te acerques a mi Ranma-sama!- bueno pues, ya sabemos quien dijo esto.

-¡Aléjate de mi Ran-chan!-

El trío busca mantener la supervivencia de su especie, peleándose entre ellas, haciéndole ver cuál de ellas es la más fuerte. Empiezan los golpes, patadas, arañazos, insultos, mordeduras, gruñidos, gritos, graznidos, maullidos. Paletas, listones, bomboris, uñas y cabellos, volando por los cielos. Mientras, el objeto de la pelea queda atrapado bajo los pies de éstas, que enceguecidas, no saben que se están quedando sin el sujeto de la preservación.

-¡Akane mi tigresa sensual, ven a mis brazos que yo te cuidaré y jamás te soltaré y…- PUM

-¡Largo de aquiiiií!- la otra con su fiereza característica, llena de coraje y celos reprimidos, lo saca de escena de una patada.

Por otro lado

-Oh Akane, no se cuando tendré el valor de confesarte mi amor, te amo tanto, mi amor, mi vida, mi cielo…- y seguimos con el diálogo no apto para diabéticos. Este otro sujeto de la investigación, no salía de su interminable poema, hasta que gracias a Kuno, que cayó encima de él, nos dejó a todos felices y contentos.

Y ambos, rivales en el instinto también, comenzaron con su lucha.

El día terminó, con ningún ganador y ningún sujeto de preservación, el cual era curado por una chica celosa, con la torpeza y lealtad de un pingüino, pero la única ganadora de su corazón y… bueno, de su instinto sexual también.

Y así inició su historia…

Bien, ¿que les pareció?

Estaba pensando continuar la historia, tengo algunas ideas en mente, pero aún no estoy segura. Ustedes que dicen. Comenten.