Ya había transcurrido dos años después de la guerra. Voldemort había sido derrotado por Harry y la amenaza mayor había desaparecido aunque todavía quedaban algunos mortífagos sin atrapar. Durante ese año un profesor de pociones y una alumna muy inteligente tenían una relación de pareja. ¿Cómo surge este noviazgo? Bueno les cuento…

Flash Back

El profesor Snape estaba tirado en la casa de los gritos. Voldemort le ordeno a Nagini que lo matara. La serpiente le clavo los colmillos en el cuello al profesor y desde ese mismo instante el veneno comenzó a recorrer el cuerpo del profesor. Harry, Ron Y Hermione llegaron al mismo lugar que estaba el profesor de pociones.

-Profesor que le hicieron…- gritaba Harry mientras se acercaba al profesor

-Profesor Snape!- grito Hermione

-No pierdan el tiempo, tomen, tómalas Potter- decía Snape mientras le salían unas lagrimas.

-Hermione dame un frasco o lo que sea, rápido!- decía Harry desesperado. Ron miraba todo sin poder moverse, parecía petrificado. Harry echo las lágrimas en un frasco.

- Profesor no lo puedo dejar así en su estado va a morir señor.

-No…. Seas …imbécil Potter … deja de perder el tiempo y haz lo que tengas que hacer. ¡Ve, ve!- trataba de decir el moribundo profesor. Harry no lo pensó y salió corriendo hacia el despacho de Dumbledore.

-Profesor permítame ayudarle.-

-Ya es tarde Señorita Granger-

-No, nunca es tarde señor.- decía la joven mientras trataba de retener unas lagrimas. La vida del profesor dependía de ella. El profesor estaba realmente pálido, más de lo normal. Hermione se acerco al profesor mientras sacaba algunos frascos de pociones curativas.

-Tome esto señor- y le dio de beber cada una de las pociones.

Hermione se levantó, saco su varita y comenzó a pronunciar un hechizo para cerrar la herida y cicatrizarla. Ya le había dado las pociones para el veneno y al parecer todo marchaba como ella esperaba. La herida se cerraba poco a poco mientras la chica pronunciaba el hechizo. Al terminar, el profesor estaba recuperando un poco de color pero estaba sin fuerzas y quedo inconsciente.

La chica reaccionó y se dirigió al pelirrojo - Ron ve con Harry yo voy a llevar al profesor a la enfermería.- el pelirrojo asintió y desapareció en menos de un pestañear de ojos. Hermione tomo la mano de su profesor y se pego a él tratando de no tropezar con su herida y desapareció reapareciendo en la enfermería. Hermione recorrió con la mirada el lugar y al ver que Poppy no estaba decidió actuar por su cuenta. La chica levito al profesor hasta una de las camillas de la enfermería y se quedo con su profesor. Hermione se quedo mirándolo un rato," se ve tan lindo dormido… su rostro por primera vez refleja paz, tranquilidad" pensó para sus adentros. Hermione que estaba sentada en una silla al lado de la camilla donde yacía Snape, se quedo dormida colocando su cabeza en el borde de la camilla. Sería una noche bastante larga.

Los rayos de sol se colaron por las cortinas de la enfermería despertando a un desconcertado Snape. Al parecer la guerra había terminado, no se escuchaba ningún tipo de maleficio y las aves volvieron a cantar como lo hacían cada mañana antes de la guerra. Este abrió los ojos lentamente y poco a poco se acomodo quedando sentado. Estaba un poco soñoliento pero la escena que vio lo hizo abrir los ojos como platos. "Esta niña es realmente testadura, no se conforma con salvarme la vida sino que también se quedo a mi lado, vigilándome al parecer." pensó para sus adentros mientras sonreía de lado. Después de varios segundo Snape decide despertarla.

- Señorita Granger despierte.- decía casi susurrando.

- Granger despierte.- levanto su tono de voz.

- Hermione despierta.- le decía mientras acariciaba su despeinado pero suave cabello.

- Profesor- decía la chica mientras se estrujaba los ojos. Mientras se levantaba una mueca de dolor se posó en sus labios, definitivamente esa no fue la mejor postura que había escogido para dormir

- Creo que no ha tenido la mejor postura para dormir Granger- soltó irónicamente Snape.

"Este no lo cambia ni la misma muerte" pensó la joven.

- Sí, me duele el cuello. ¿Se siente mejor profesor? Recordó la chica lo de la noche anterior.

- Si, Granger, debo admitir que hizo un gran trabajo con ese hechizo, no me esperaba menos de usted. Ya me había resignado y… pensé que moriría.

"Estoy soñando o Snape reconoció por primera vez que hice un buen trabajo…" pensó la chica.

- Tomare eso como un 'gracias' profesor.

- Severus. Creo que después de salvarme la vida y velar mi sueños…(lo segundo lo dijo sarcásticamente) la formalidad sobra Granger.

- Hermione. Dígame Hermione Severus.

Los dos se miraron fijamente a los ojos. Snape rompió el contacto.

- Gracias… Hermione.- vuelve a mirarla pero esta vez dedicándole una pequeña sonrisa. La joven le devolvió la misma.

Fin Flash Back

Y de esta manera surge la relación de esta ordinaria pareja. Llevaban más de un año de noviazgo; se amaban hasta más no poder. Al principio muchos se desconcertaron con la relación de la pareja pero después de un largo tiempo terminaron por aceptarlos.

Snape estaba nervioso, hoy cenaría con Hermione pero no era una cena cualquiera... Hoy le pediría matrimonio a su amada

- Compórtate Severus, estas actuando como un chiquillo adolescente.- se dijo a si mismo. - Bueno, aquí voy- y con un 'plop' desapareció para reaparecer frente a la puerta del apartamento de Hermione.

Mientras tanto media hora antes….

Hermione salía del baño envuelta en una toalla al igual que su cabello. "¿Que estará tramando Severus? Estaba muy tenso… No es la primera vez que me invita a cenar." Pensaba la chica. "Además me pidió que usara el vestido que me regalo en Navidad."

La chica se vistió, se maquillo y se arreglo el cabello como a su amado le gustaba que ella se peinara. Tenía un medio rabo y algunos rizos caían por sus hombros. El traje era negro y largo con una abertura que comenzaba a mitad de muslo de la chica. Este le quedaba entallado a todo su cuerpo, haciendo resaltar sus ya formado pechos. Se coloco una cadena plateada con varias piedritas verdes que formaban una serpiente alrededor de un león, se lo había regalado Severus. Se puso sus tacones altos y cuando se dirigía a recoger su bolso sonó el timbre.

- ¡Es el, es el!- Se miro una última vez en el espejo y se dirigió a la puerta y la abrió. Allí estaba el esperándola ansioso y con la boca abierta del asombro.

- Hermione te vez… te vez hermosa.

- Y tú muy guapo Severus.

- No más que tu amor- le extendió el brazo a la chica para que lo agarrase.

- ¿Donde cenaremos?- Pregunto Hermione

- Bueno, reserve una mesa en tu restaurante favorito…

- Severus pero ahí solo vamos en ocasiones especiales…

- Por lo mismo, iremos allí porque esto es una ocasión muy especial- y le dio un tierno beso en la frente. Hermione solo sonrió y asintió.

- Nos vamos.- y en un 'plop' aparecieron en la entrada del lujoso lugar.

Y allí estaban, comiendo, conversando, riendo. Severus no es hombre de mucha platica pero si que le encantaba escuchar a su Hermione hablar. Es tan inteligente, divertida, dulce; lo opuesto a mí. "pensó" excepto por lo de inteligente.

- Severus casi no has dicho ni una palabra, solo te ríes o me asientes… me siento como cotorra parlanchina.- refunfuñó mientras se sonrojaba.

- Bueno creo que entonces es mi turno de hablar.- La chica lo miro interrogante. El se paro mientras sacaba una pequeña caja color negra y plateada. Inclinó una rodilla en el piso mientras abría la cajita…

- Hermione Jane Granger… ¿me harías el honor de casarte conmigo? ¿quieres ser mi esposa?

Los músicos dejaron de tocar y los pocos que se encontraban allí posaron sus miradas en la pareja. Hermione entre sorprendida y feliz se le escaparon unas lágrimas. Severus comenzaba a sudar más y mas, ya se estaba poniendo nervioso pues la chica no le contestaba y todos los miraban.

- ¡SIIIIIIII! Si acepto Severus.- respondió mientras se levantaba del asiento y lo abrazaba. Severus le coloco el anillo y se besaron. Todos empezaron a aplaudir a tan conmovedora escena. Hermione estaba feliz y no podía dejar de mirar su mano y ver como de bien le lucia el anillo. Al terminar de cenar y brindar un par de veces por su compromiso, Severus la dejo en su apartamento para luego irse al suyo. Esa noche ningún de los dos dormiría.

Ya habían pasado seis meses desde el compromiso de Snape y Hermione; hoy era el gran día: 'la boda'.

Hermione lucía un largo y hermoso vestido blanco muchos cristales en la parte superior del mismo. Le quedaba entallado hasta sus caderas y de allí comenzaban a salir rizo dejando una larga cola. Su peinado eran un moño alto pero sencillo y alrededor de este una corona que dejaba caer un hermoso velo hasta su cintura. Toda una princesa.

El profesor no se quedaba atrás. A pesar de llevar una vestimenta negra como de costumbre, esta era muy elegante y con un poco de brillo. Se había recogido el pelo por primera vez con un pequeño moño hacia atrás. Se veía muy guapo. Eran los novios perfectos.

La boda fue al estilo muggle. Hermione caminaba hacia el altar, Severus la esperaba. Cuando por fin llego, tomo su mano y se arrodillaron frente al altar. Después de un colapso de tiempo emitieron sus votos para luego decir un 'acepto' y besarse. Los dos sonreían con mucha emoción por fin eran marido y mujer. Después de dar por terminada la ceremonia, la pareja y los invitados se dirigieron al gran comedor de Hogwarts, ahí seria la fiesta. Todos felicitaban a los novios, todos bailaron, comieron, rieron, en fin disfrutaron de la fiesta al máximo. Por fin la noche llegaba y ya los invitados habían sido despachados puesto que los novios querían tener su gran noche. ¡Y qué noche! Los dos por primera vez se unieron para ser solo uno. Los dos recorrieron sus cuerpos y entre besos y caricias unieron sus cuerpos mientras los dos suspiraban y gritaban el nombre del otro.