Esta es una idea que se me ocurrió hace muuuucho tiempo. Incluso antes de que se supiera que terminaría con la Doncella Jeanne. Releyendo Shaman King me dio nostalgia así que se me dio por revisar y publicar este fic. No tengo ninguna esperanza que a nadie le guste, pero bueno, aquí esta xD.
Disclaimer:Claramente Shaman King no me pertenece y este es solo un fic sin ánimos de lucro.
-Lalala:Diálogos
-"Lalala": Pensamientos
Enlazando destinos
Por rocio-asakura
Capitulo 1
Un grupo de mujeres se encuentra a mi alrededor, muy ocupadas en acondicionarme para mi fiesta de compromiso.
Esas manos que me tocan, peinan y maquillan…no me gusta sentirlas y notar sus ojos críticos, fijos en mí, pero mi opinión no es algo que importe verdaderamente, por lo que no me molesto en expresarla en voz alta. Además, en cierta forma ya estoy acostumbrada a ellas y, me apena admitirlo, pero no sería capaz de arreglarme de forma presentable valiéndome por mi misma.
Hoy soy solo un trofeo que mostrar, protagonista de un show en representación de mi familia. Mi deber es dar honor a la Dinastía Li, reconocida por sus ilustres sacerdotisas (Nujìsī en chino o itakos como se las conoce en Japón).
Como futura sucesora del pilar actual de la familia era de esperarse que la elección de mi esposo no sería algo que recaería en mis manos…solo espero que se trate de una persona con la que pueda convivir en armonía. Me siento verdaderamente nerviosa…esta será la primera vez que veré a mi prometido.
Tras unos minutos más, las manos al fin dejan de tocarme.
-Ya está lista –exclama una de las mujeres, apartándose.
Mi madre, Peng Li, hace aparición en la habitación al instante. Y tras un examen de mi apariencia con ojos críticos, da su aprobación realizando una leve reverencia.
-Que los grandes espíritus nos guíen, junto al alma de Xao Jie en esta noche –reza, para luego voltearse y encaminarse por uno de los pasillos de la mansión Li.
Me apresuro en seguirle el paso mientras que el recuerdo de mi hermano me deja una sensación extraña en el pecho. Xao Jie, menor que yo por dos años, desapareció a los 6 años mientras jugaba en los jardines. Según se nos fue informado dos de sus nodrizas se habían encargado de secuestrarlo, y mi familia, por más que hicieron uso de todos los espíritus a su alcance para buscarlo, jamás pudieron encontrarlo. Mis padres, tras 10 años de aquel suceso, ya han perdido totalmente la esperanza de que siguiera con vida, por lo que acostumbraban a mencionarlo en sus rezos.
Despierto de mis recuerdos al notarme en frente de la entrada de los jardines del ala sur de la mansión. Cuatro sirvientas no tardan en rodearme y mi madre murmura un:
-No olvides sonreír –antes de apartarse y ordenar que abran las grandes puertas con tigres (símbolos de la familia) tallados en ellas.
º . º . º . º
Tras descender por una corta escalinata, mi padre, Ryu Yen Li, se acerca a mí siendo acompañado por otra pareja. Los reconozco, son los pilares de la dinastía Tao, En y Ran Tao.
-Es un placer conocerla señorita Li ShaoLing –pronuncia con voz gruesa y firme En, realizando una leve inclinación junto a su esposa.
Les devuelvo el gesto intentando hacer gala de toda la elegancia con la que fui inculcada desde muy pequeña.
Con una sonrisa complacida, el señor Tao se hace a un lado para darle paso a su primogénito, mi prometido.
Permitiéndome finalmente conocerlo…
-Le presento a mi sucesor, Ren Tao –ante la seña de su padre, el aludido se acerca a mí.
-Es un placer –exclama Ren, realizando una reverencia.
-El placer es mío señor –por los grandes espíritus, me siento tan apenada que no me atrevo a levantar la mirada.
Puedo percibir como mis mejillas se encienden y por primera vez agradezco estar tan maquillada. Entonces escucho como mi padre anuncia formalmente nuestro compromiso a todos los presentes y tras una ronda de aplausos, En Tao comienza con un discurso sobre como dos grandes familias se verían unidas. Aprovechando que todos los invitados apartaron su atención de mí, volteo en un arranque de valor y me permito observar de reojo por primera vez a mi prometido.
Unos ojos color miel me devuelven la mirada al instante.
Aquella dura mirada me obliga a apartar la mía, apenada.
-Espero podamos vivir en armonía –susurro, dedicándole al joven Tao una sonrisa cortes.
Mis palabras no obtuvieron respuesta alguna de aquel hombre, quien se limitó a continuar clavando sus ojos en mí unos segundos más, antes de voltearse y perderse en la multitud.
Byakko, mi espíritu guardián (un tigre blanco que ha protegido a la familia Li por generaciones) se materializo a mi lado al instante.
-Pero que hijo de… -comenzó a decir, más lo calle colocándole una mano en sus fauces.
Estaba aturdida. No comprendía en absoluto la actitud tan áspera del joven Ren hacia mi persona. ¿Acaso le resultaba desagradable? Pero si era la primera vez que nos encontrábamos… La verdad es que me había descolocado por completo.
º . º . º . º
-Tiene un buen cuerpo, pero esa cara de culo te la regalo.
-Tsu Jang, ruego no uses ese vocabulario –la regañe.
-Pero tiene razón, ¿Es que no sabe sonreír? –la apoyo su hermana, Jie Liang- No entiendo porque debes comprometerte con alguien así.
Tsu Jang asintió- No dudo de que pueda cumplir sus obligaciones maritales a la perfección…pero los espíritus quieran que los niños no salgan amargados como él.
-No deben hablar de esa manera –insistí. Amaba a mis primas, pero a veces pensaba que su vocabulario era demasiado indecoroso- Estoy segura de que el señor Tao será un buen esposo, después de todo fue nuestra abuela quien lo escogió.
Las hermanas se miraron.
-Prefiero ahorcarme antes que vivir con él –Jie Liang fue la primera en volver a hablar.
-Seguro que si deseas morir él te puede dar una mano... Se dice que la familia Tao no se caracteriza precisamente por su calidez –Tsu Jang se abrazó a sí misma para darle dramatismo a sus propias palabras.
-No pueden juzgar sin conocer –dije, negando lentamente con la cabeza.
Mi deber, como futura esposa de Ren Tao, era defenderlo. Además no quería permitir que mis primas me alteraran y asustaran por un futuro que era tan incierto y nuevo para mí.
-Igualmente aún no están casados –mi hermano mayor, Xao Mei, se acercó a nosotras luciendo una tranquila sonrisa, la cual, conociéndolo como lo hacía, sabía que guardaba una amenaza- Un compromiso es fácil de romper.
-Hermano, ¿Vos también? –pregunté, cansada.
-No lo podemos dejar pasar así no más. Los rumores sobre la familia Tao, rumores que incluyen asesinatos y muertes en sus territorios, no pueden no ser tomados en cuentan si te unirán a su descendiente. Si se atreve a hacerte daño, puedes estar segura de que no tardara en unirse al mundo de los espíritus –los ojos de Xao Mei brillaron con determinación asesina.
-Por favor, deténganse. Ya es suficiente. Hermano, no conoces a la dinastía Tao como para confirmar esos rumores. Y además el señor Tao no me ha hecho nada malo.
-Aún –me corrigió.
-Hija, En y Ran Tao desean platicar contigo –interrumpió mi padre, apareciendo a mi lado.
Yo asentí y lo seguí a través del jardín, agradecida de que mis primas y mi hermano ya no pudieran seguir llenándome la cabeza.
-"Mi abuela lo escogió, nada de eso debe ser cierto" –me dije mentalmente, dándome valor.
º . º . º . º
A la mañana siguiente dos de sirvientas hicieron aparición en mi cuarto al despertarme, encargadas de ayudarme a bañarme y acondicionarme (como cada mañana). Ya lista, camine por el pasillo principal rumbo al comedor.
-Iré a buscar su desayuno –anuncio una de las cuatro sirvientas que iban en ese momento conmigo.
Yo le sonreí como respuesta, y al voltearme para encaminarme a la mesa me percate por primera vez de la figura ya sentada frente a ella.
-Señor Tao –murmure, sorprendida- Buenos días –otra vez me sonrojaba cerca de mi prometido… ¿Qué me ocurría? ¿Porque me ponía tan nerviosa ante su presencia?
-Buenos días –respondió el aludió, continuando con su desayuno sin inmutarse.
Con pasos dudosos me acerque a la mesa y tome asiento a su lado, al momento en que mi desayuno era servido frente a mí.
-¿Pudo descansar bien? –me anime a preguntar en un intento de hacer conversación.
Debía intentar disimular que me alteraba… aceptaba que en toda mi vida no había tenido ocasión ni permiso para relacionarme con hombres sin contar a mi hermano y padre, pero mi reacción ya era ridícula.
-Mmh –fue todo lo que se limitó en contestar el descendiente Tao, claramente desinteresado en responderme.
Sintiéndome un poco tonta, y aún más avergonzada, me decidí por agachar la cabeza y dedicarme a comer en silencio.
Finalmente me las arregle para terminar mi desayuno, y cuando me disponía a levantarme fui consciente de que los ojos miel se encontraban fijos en mí, observándome detenidamente. Sin poder evitarlo me estremecí por completo.
-Quiero hablar contigo un momento.
-Claro señor… ¿Sobre qué tema?
-A solas –exclamo Ren, fijando su mirada fría en las sirvientas paradas detrás de mí- Sígueme, caminaremos por el jardín –dicho esto se incorporó con un rápido movimiento- Ustedes no nos sigan.
Sintiendo curiosidad, me levante y les hice una seña a las mujeres que me aguardaran. Estas me miraron desconcertada mientras yo seguía al joven Tao.
º . º . º . º
Me esforzaba en seguir a mi prometido mientras intentaba mantener los pasos cortos con los que, se suponía, debía caminar una dama. Incluso tropecé un par de veces en el camino, hasta que finalmente el joven Tao se detuvo, volteándose para enfrentarme en un gesto brusco.
-Señorita ShaoLing, por cuestiones de nuestras familias al parecer me veo atado a usted –comenzó Ren con sus ojos penetrantes fijos en mi- El hecho de que estemos comprometidos no pienso permitir que sea un tema que interfiera con la vida que he llevado hasta ahora. Por lo que, dentro de dos días partiré a Japón. Tengo asuntos de importancia que culminar allí antes de que el receso en la universidad concluya. Debido a que tu deber es permanecer a mi lado, deseaba hablar contigo para comunicarte de mi decisión. Tienes un par de días para preparar todo lo que necesites para nuestro viaje. Saldremos el viernes temprano en la mañana en el avión privado de la familia Tao –sin considerar necesario decir más, mi prometido se dispuso a marcharse.
-¡Es…espera un segundo! ¡¿Cómo se atreve a darme órdenes de esa manera?! Yo no tengo porque obedecerlo. Tomar decisiones por mi… ¡Qué osadía! Pertenezco a una familia tan renombrada como la suya así que le sugiero que me tenga más respe…
Una carcajada se dio paso entre los labios del shaman, interrumpiéndome.
Por primera vez en toda mi vida desee matar a alguien.
Tras contemplar mi expresión de furia por unos momentos, y a medida que su risa se aminoraba, su expresión cambio completamente a una desafiante.
-Puede que pertenezcas a una gran dinastía –susurro, divertido- Y reconozco que tu furyoku es elevado. Pero lo que pienses me tiene sin cuidado, además hay algo que, creo, haz olvidado –la sonrisa que lucía se transformó en una maliciosa- Eres una mujer y tu deber es el de obedecer al hombre que será tu esposo.
Abrí los ojos horrorizada. El maldito tenía razón.
-"Vamos ShaoLing ¿Dónde quedo todo para lo que te educaron y entrenaron?" –me reprendió una voz en mi cabeza.
Por lo que rápidamente elimine cualquier expresión que pudiera delatar mis verdaderos sentimientos.
Y, curiosamente, todo rastro de diversión desapareció del rostro de Ren.
-Prepárate para nuestro viaje –dicho esto, Tao se alejó con pasos decididos.
-Como desee señor –susurre, aparentando calma.
-¡Déjamelo! ¡Me lo voy a comer hervido! –Byakko rugió a mi lado, visiblemente molesto.
Y aunque la idea me resulto exquisitamente tentadora, tuve que voltearme y caminar en sentido contrario.
Continuara…
