Las relaciones entre el equipo de Samezuka y los chicos del Iwatobi solían ser algo tensas cuando Rin y Haru tenían problemas, pero todo eso cambió a raíz de que ambos hicieran las paces, las relaciones estaban bien podían considerarse amigos entre todos, cosa que les hacía muy felices, aunque la relación entre Sousuke y Haru seguía siendo la misma que de costumbre, pésima.

Todos los chicos de los dos equipos estaban en casa de Haru, lo organizaron entre Makoto y Rin para unir lazos entre ambos equipos. Fue una sorpresa para todos, pero sorprendentemente ninguno faltó a la cita.

Haru no podía dejar de mirar a Rin, tímidamente, sin que nadie pudiera darse cuenta lo miraba como si de un tesoro se tratara. No podía acercarse a él tanto como quisiera, simplemente no podía, si no rin notaría todo lo que a su alrededor pasaba.

-Eh Haru ¿qué te pasa?-Preguntó Rin extrañado, que había visto que el moreno no paraba de mirarlo, a pesar del esfuerzo de Haru porque nada de eso se notara.

-Nada…-Dijo Haru mientras quitaba la mirada de Rin y al apartarla se cruzaba con la mirada de Sousuke que lo estaba mirando con el ceño fruncido.

Mientras Sousuke y Haru se retaban con la mirada Makoto y Rin se levantaron de repente y comenzaron a hablar.

-Chicos… Makoto y yo tenemos que deciros algo…-Dijo Rin intentando sacar el tema pero su cara se comenzaba a poner roja.

-Esto… por dónde empezamos-Dijo Makoto totalmente sonrojado hasta las orejas, no podían ocultar su sonrojo ninguno de los dos.

-Estamos juntos.-Concluyó Rin mientras le daba la mano a Makoto haciendo que la cara de este se pusiera tan roja hasta el punto que parecía que iba a explotar.

-FELICIDADES CHICOS-Gritaron Rei y Nagisa entusiasmados.

-Sempai-Exclamaron Momo y Nitori mientras se abalanzaban sobre Rin y lo abrazaban con fuerza.

Haru y Sousuke se quedaron totalmente blancos ninguno de los dos lo podían creer, desde cuando había sucedido esto, por qué nadie se había dado cuenta.

-Felicidades Rin…-Sousuke fingió una sonrisa intentando hacerlo lo más creíble posible, sin que se notara que estaba realmente dolido, esto había sido un golpe muy bajo para Sousuke.

Haru era un chico muy inexpresivo, pero en ese momento no hacían falta gestos, no hacían falta palabras ni expresiones que mostraran como se sentía porque prácticamente podía haberse escuchado en toda la sala como se rompía su corazón. No había perdido contra el odioso Sousuke, no había perdido con el capitán Mikoshiba, había perdido contra su querido amigo de la infancia, había perdido contra su mejor amigo.

Haru y Sousuke eran rivales en todos los aspectos de su vida, incluso en el amor, ambos estaban enamorados del mismo chico. Desde que eran apenas unos niños comenzaron a tener fuertes sentimientos por Rin, pero ninguno de los dos tenía el valor suficiente para decírselo directamente. Pero ya no hacía falta, había salido otro competidor desde las sombras y él fue el que conquistó el corazón de Rin.

Los chicos comenzaron a beber, Haru no toleraba para nada bien el alcohol porque nunca bebía, apenas en dos copas ya estaba totalmente ebrio. A él no le gustaba especialmente el alcohol pero dada la ocasión y lo mal que se sentía al estar tan cerca de Rin y no poder hacer nada, decidió beber, beber hasta olvidar. Olvidar que nunca iba a ser sostenido por las manos de Rin mientras lo hacía el amor, que jamás iba a ser besado por él, todo eso se lo iba a llevar Makoto, no, ya se lo había llevado. Makoto sería su primer beso o la primera persona a la que Rin le hiciera el amor como Haru quería que se lo hiciera, besando cada parte de su cuerpo, ya no le quedaba nada de Rin que fuera suyo, sentía que ya no podía hacer nada.

-Haru-chan, estás tan lindo cuando bebes-Rio Nagisa mientras se acercaba a él y lo abrazaba con fuerza dándole besos en la mejilla.

-Nagisa… no me… zarandees-Balbuceó Haru con la cara totalmente blanca y sintiéndose muy mareado.

Haru no contestó, simplemente se cayó al suelo y comenzó a vomitar. Makoto estaba muy preocupado y apenas podía pensar en qué hacer.

-¡Haru!-Gritó Makoto asustado mientras levantaba con suavidad a Haru del suelo.

Nadie había bebido tanto como Haru, igualmente, nadie estaba tan herido como él. Apenas dos días atrás algo pasó con Rin. Haru y el quedaron en un parque para hablar, Haru había organizado la cita tenía algo que decirle, pero finalmente no le dijo nada, no pudo armar el valor y decírselo, no pudo hacer nada más que quedarse delante de él y fingir un tema de conversación lo suficientemente creíble.

-Tuve que haberlo supuesto…-Pensó Haru con tristeza.-Nunca podré confesarle mis sentimientos a mi tonto amigo de la infancia, a mi persona más importante. Rin… ¿Algún día podrías quererme como yo a ti? No… claro que no… tienes a Makoto… ya no tengo hueco en tu corazón...

Dentro de la habitación estaban todos preocupados por Haru, Makoto no sabía qué hacer, si levantar a Haru y llevárselo a la cama, darle un vaso de agua, no tenía ni idea de qué hacer con él.

-Tranquilo Tachibana, solo está borracho.-Dijo Sousuke mientras daba un trago a un vaso de alcohol, a pesar de que no bebía habitualmente soportaba considerablemente bien las bebidas de ese tipo. Además él también necesitaba beber para olvidar o intentarlo.

-Sou-chan súbelo a su habitación eres el más fuerte de todos-Exclamó Nagisa un poco borracho.

-Tsk. Borracho e inútil eres toda una joya nanase.-Pensó Sousuke mientras se levantaba y acomodaba el hombro que tenía herido.-Está bien yo lo llevaré a tu habitación.-Dijo refunfuñando Sousuke.

La vista de Haru estaba borrosa y como si de una broma se tratara Sousuke lo estaba cargando hacia su habitación, al subir lo tiró contra la cama con muy poca delicadeza, propia del moreno.

-No tenías que haberme subido, estoy bien.-Protestó borracho Haru mientras fruncía el ceño.

-Sí que eres un idiota, estas completamente borracho Nanase, deberías ser más agradecido.-Protestó Sousuke mientras notaba que había golpeado una caja que había debajo de la cama de Haru. Se agachó y la cogió.-Oh no sabía que tenías esta clase de cosas debajo de tu cama, es toda una sorpresa.-Bromeó Sousuke mientras sacaba la caja y la abría.

-No, no es lo que te piensas, no lo abras.- Exclamó Haru mientras se intentaba incorporar y sentía una punzada en la cabeza.

Cuando Sousuke abrió la caja se quedó mirando pasmado, no era nada de lo que se imaginaba, era una caja llena de cosas de natación, la foto de cuando ganaron el relevo, el trofeo… y las gafas de Rin, las gafas que se le cayeron cuando Rin volvió de Australia y perdió contra Haru. Sousuke las reconoció fácilmente, eran de Rin, esa línea roja que las atravesaba lo delataba.

-Nanase esto…-Dijo Sousuke visiblemente sorprendido.

Haru se encontraba muy mal, no sabía si era por el alcohol, su sentimiento de desamor, o todos los recuerdos que esas gafas le traían.

-Vete.-Dijo Haru volviéndose a tumbar en la cama, girando la cabeza y el cuerpo hacia la pared.-No te atrevas a decirle nada a Rin sobre lo que acabas de ver, simplemente olvídalo.

Haru trató de ocultarlo, pero Sousuke pudo ver claramente la cara de pena y sufrimiento que Haru estaba poniendo. No se llevaban bien pero la empatía hacía que pudiera sentir como el pequeño delfín se encontraba. Al fin y al cabo ambos se encontraban igual, ambos tenían el corazón roto.

-Eres patético, rendirte así de fácil. Me das pena.-Exclamó Sousuke con furia mientras salía de la habitación y cerraba la puerta. Sousuke se apoyó en la pared y se agarró la camiseta, su corazón dolía, realmente podía notar como le daba punzadas mientras se sumía en sus pensamientos.

-Rin… te quiero.-Confesó Sousuke en medio de la noche dentro de su habitación en Samezuka. El corazón del moreno podía escaparse de su pecho de un momento a otro.

-Oh Sousuke, yo también te quiero, al fin y al cabo somos hermanos ¿no?-Contestó ingenuamente Rin mientras ni siquiera se daba cuenta de que su amigo, su hermano le estaba declarando su amor, los sentimientos que guardaba en lo más profundo de su corazón.

-Supongo que es así… hermanos… sólo eso…-Pensó Sousuke con tristeza.-Te quiero Rin… Lo siento… creo que nunca dejaré de sentirme así por ti…

El moreno tenía la esperanza de que algo pudiera pasar con Rin porque realmente lo quería, lo quería más que a nada en el mundo. La esperanza es lo último que se pierde, pero igualmente, al ser lo último en perderse es lo que más duele y a Sousuke le dolía hasta el alma. No le importaba que Makoto o Haru estuvieran de por medio el iba a intentar hacerse con el corazón de Rin, porque realmente estaba enamorado.

Pasaron un par de semanas desde que Sousuke descubrió que Haru sentía por Rin, todavía seguía sorprendido, nunca había visto esa faceta de Haru. Haru siempre solía ser totalmente inexpresivo y verlo tirado en la cama con una expresión totalmente lastimera y dolida le sorprendió mucho.

Sousuke se hizo parte del grupo, era habitual que Rin lo llevara con él a dónde quiera que fuera, eran prácticamente inseparables y eso no hacía más que retorcer el corazón de Sousuke mientras ardía en su cruda realidad.

Una tarde los chicos quedaron para salir a tomar algo, la situación entre Rin y Makoto era bastante tensa con Haru. Ninguno de los dos podían entender lo que al moreno le pasaba, solo sabían que desde hacía ya dos semanas que Haru apenas hablaba y mucho menos con ellos. Esa misma tarde Makoto y Rin estuvieron bastante cariñosos entre ellos, cosa que hirió bastante a Haru y decidió irse sin decirle nada a nadie, pero Rin lo siguió.

-Haru, Haru espera. ¿Por qué te has ido?-Protestó Rin mientras salía detrás de Haru. Hacía mucho que ambos no estaban solos, el corazón de Haru latía muy rápido, le ponía nervioso tenerle tan cerca y no poder tocarlo o besarlo, no podía hacer nada de lo que quería, absolutamente nada.

-Qué te importa. Solo vete con Makoto.-Dijo Haru sin girarse mientras seguía caminado, su corazón quería escapar de su propio pecho pero estaba realmente enfadado y furioso a la vez.

Rin se acercó a Haru y lo empotró contra la pared poniendo sus manos entre la cabeza y los hombros de Haru, sin dejarle moverse o escapar.

-Ahora mismo me vas a decir qué es lo que te pasa Haru.-Dijo Rin, en su tono se notaba claramente que se estaba molestando con Haru ya que este no le decía nada.

-¡Qué qué me pasa! No podrías entenderlo Rin, NUNCA PODRÍAS ENTENDERLO.-Gritó Haru mientras intentaba zafarse de la posición en la que Rin lo había puesto pero el moreno no lograba escaparse.

-JODER HARU SOLO INTENTA MOSTRARME LO QUE TE PASA-Gritó Rin a Haru totalmente enfadado por la clase de comportamiento infantil que estaba teniendo sin aparentemente venir a cuento.

-Mostrártelo… está bien…-Susurró Haru dejando de pelear por escaparse, se puso recto delante de Rin y tiró del cuello de su camisa hacia él, dándole un tierno beso en los labios.-Rin… No sabes… No sabes nada…

-Haru… Yo… Lo siento… No puedo… -Dijo Rin totalmente sorprendido por el beso de Haru.

El moreno simplemente se fue caminando solo, intentando dejar atrás todo sus pensamientos, sus recuerdos… En ese momento deseaba borrarse del mapa, simplemente desaparecer, no solo había herido a Rin, eso también repercutiría en Makoto, pero lo peor de todo eso, es que volvería a repetir lo que acababa de hacer hasta morir de hambre, hasta morir de sed, lo único que deseaba era estar con Rin.

Esa noche Haru se acercó hasta su escuela, necesitaba nadar, pero obviamente estaba cerrada. Una idea se pasó por su cabeza, ¿Por qué no ir a la piscina de Samezuka? No se iba a encontrar con Rin y necesitaba nadar más que nada.

Un rato más tarde llegó a la piscina de la escuela de Samezuka y se sumergió en ella. El agua que siempre le aceptaba esta vez lo aprisionaba, no lo dejaba respirar, pero aun así era mucho más confortable que el exterior. Era confortable hasta que un alto y moreno chico entró a la piscina y se quedó mirando a Haru.

-Haces mucho ruido Nanase.-Protestó Sousuke quien lo había visto nadar desde la ventana.-Estás nadando raro, no pareces un delfín, es más como una pescadilla ahogándose.

-Yo… He besado a Rin.-Confesó Haru bajando la cabeza.-Pero me ha rechazado, adelante, búrlate de mí.

Sousuke vio la triste mirada de Haru, su cara era muy expresiva en ese momento, dejó ver a Sousuke todo lo que llevaba dentro, toda la pena, todo su dolor y no pudo evitar sentirse triste por él, ya que él se sentía exactamente como él.

En ese mismo momento llegó un mensaje al teléfono de Sousuke, era Rin.