Crepúsculo no me pertenece. Solo escribo por diversión.

Espero les guste.

Actualizaré seguido.

Con ustedes...

Solo conmigo

Pov. Danielle.

Les vengo a contar esta rara historia.

Como personajes principales, tenemos a Edward y a Isabella. Pero empecemos por Isabella o Bella como a ella le gusta que la llamen.

Bella es una tímida y tierna chica de clase media que tiene lo que tiene gracias a sus estudios y esfuerzo. Su apartamento en un buen lugar y su Mercedes son sus casi todo lo que desea y por lo que luchó en la vida.

Y por casi, me refiero a casi.

Cómo les explico? Pues bien.

El sueño de Isabella siempre fue ser madre, quería tener un bebé, una persona que la necesitara y que la amara. Pero más no, tener un marido ni mucho menos.

A Bella le gustaban los hombres, si. Pero tenía miedo de arriesgar su corazón. Por eso nunca había tenido novio y por ende seguía virgen.

Pero eso no importaba, ella estaba tranquila así. No quería sufrir porque ya no la quisieran y la botaran, no necesitaba pasar por esa pena.

Por eso había decidido que al cumplir sus veintisiete años tendría su bebé. Por medio de una inseminación artificial. Ya tenía el dinero para realizarla y estabilidad económica para cuidar de ella y de su bebé.

Sólo necesitaba que llegara ese día, y poder ir a la clínica de fertilidad y todo estaría sobre ruedas.

Ella era asistente personal de Edward, un hombre muy... impactante. Ese hombre tenía una mirada enigmática y una sonrisa muy provocativa. Era un hombre muy atractivo que a Bella intimidaba.

Era un hombre estricto con todos, pero con Bella rayaba lo obsesivo. Prácticamente no tenía vida privada. Él la absorvía sin que ella se pudiera defender.

Ahora hablemos de Edward.

Edward, es un hombre muy egoísta y está bastante traumado quizá?

Traumado por un pasado trágico del que no quiere hablar. Pero que lo ha dejado marcado de por vida y prueba de ello está en su rostro. Una horrible cicatriz le cruza la cara. Desde la sien hasta la mandíbula.

Es un hombre bastante retraído y solo tiene un objetivo en la vida desde hace siete años. Un objetivo que siente cada vez más y más distante aunque no por eso imposible. Su objetivo es tener a la mujer que lo tiene loco, solo para él.

Y esa mujer es su secretaria.

Su Isabella.

Esa chica pura y tierna que a él lo mira con respeto y miedo.

Pero eso no importaba, ella sería suya.

Solo suya.

Pov. Bella.

Estaba con mis mejores amigas Alice y Rosalie.

Alice era diseñadora de modas y Rosalie era modelo. Ambas tenían personalidades explosivas y siempre estaban allí para mi.

-. Bells, tu jefe está loco, tu deberías renunciar- recomendó Alice.

Yo sabía que mi jefe no estaba muy bien, pero a mi me gustaba mi trabajo aunque él estaba algo raro ultimamente.

Con raro me refería a sus miradas y a veces se acercaba demasiado. Me mantenía pegada a él casi todo el día. Solo tenía mis ocho horas de sueño para mi y algunos almuerzos. La mayoría del tiempo me hacía comer en lla oficina con él.

-. Chicas yo necesito el empleo- les recordé. En el trabajo tenía un gran sueldo y me permitía vivir cómodamente.

-. Bella. Sabes que te tiene acorralada. Te reclama porque hables con otros hombres, en las reuniones te tiene pegada a él. Esta obsesionado contigo. Es mejor que renuncies, puedes obtener el empleo que desees. Eres una de las asistentes más codiciadas de Nueva York.

-. Nadie me va a contratar estando embarazada...- les recordé los contra.

-. Claro que si cariño, de que te contratan, te contratan- asentí.

-. Está bien, renunciaré si sigue comportándose raro- no estaban satisfechas pero no podía perder mi trabajo. Me gustaba lo que hacía pero aún así debía cuidarme.

-. Alice necesito que tu y Bella me acompañen a un viaje a Londres el fin de semana- pidió Rosalie.

-. Claro que si- saltó emocionada Alice-. Puedes Bells? O tu jefe no te deja? - se mofó la duende.

Empecé a repasar la agenda mentalmente y me di cuenta que tenía el fin de semana libre. Había trabajado de domingo a domingo por dos semanas consecutivas. Así que tenía la vía libre.

-. Si puedo- sonrieron.

-. Necesitamos vacaciones y relajarnos, y te juro Bells, que si no vas voy y hablo con Charlie y no te molestes conmigo, sabes ue estaría haciendo lo mejor para ti. Ese hombre es muy peligroso- advirtió Rose.

-. Está bien- mi padre era un hombre con dinero, pero del que había decidido independizarme bace varios años. Me sobreprotegía mucho. Y su carácter era bastante fuerte. Pero aún asi lo adoraba.

En eso mi móvil cobró vida.

-. Diga?- era mi jefe.

-. Cuándo piensas venir?- gruñó.

-. Estoy almorzando señor- recordé.

-. Te quiero aquí en veine minutos- colgó.

Cuando levanté la mirada ambas me miraban con reproche. Solo pude encogerme de hombros.

-. Ya debo irme chicas- asintieron-. Yo invito- su semblante mejoró un poco.

-. Espero eso no suceda el fin de semana- siseó Rosalie.

Salí corriendo a la oficina.

Cuando llegué al imponente edificio de treinta pisos, respiré tranquila. En realidad necesitaba relajarme. No creía necesario tener que renunciar, cuando me quedara embarazada él se calmaria

Entré y fui directo a mi escritorio. No quería retrasarme ni enojarlo más.

-. Isabella a mi oficina- siseó por el intercomunicador.

-. Enseguida- busqué la agenda, pero no la enconntré.

-. Isabella...- me sentí enferma por los nervios.

Decidí ir a su oficina sin la agenda de todos modos y por el pasillo, le rogaba a Dios que no se enfadara conmigo.

Empujé el pomo de la puerta y me adentré en la habitación.

Él estaba de espaldas a mi, mirándo por la ventana con su pose tan característica. Tenía ambas manos dentro de sus bolsillos. Era un hombre imponente y peligroso. Bajo su ropa se adivinaba un cuerpo atlético y muy duro.

Pero aún así, no saldría con alguien así.

-. Siéntate- ordenó, con piernas temblorosas fui hasta la silla me senté.

-. Le puedo ayudar en algo señor Cullen?- tenía la necesidad de marcharme de allí.

-. Estás embarazada? - un sudor frío recorrió mi espalda.

-. No, señor- de dónde había sacado tal cosa?

-. Quieres tener un hijo?- otra pregunta. Miré su escritorio y allí encontré la agenda, abierta de par en par en el día en que me haría el procedimiento.

-. Señor, creo que esto no es de índole laboral por lo que me niego a responder. Si me necesita para algo de trabajo no dude en llamarme- me puse de pie y salí rápidamente de ese lugar.

Pov. Edward.

Estaba furioso, ella quería un hijo y tras eso iba a dejar que su hijo fuese de un desconocido?

Pues desde luego que no. Si ella quería hijos, pues los tendría conmigo.

Y de eso me encargaba yo.

Esta era mi oportunidad.

Isabella sería mía.

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Gracias por leer.