Capitulo 1 - Proyecto Señorita Amanda
Otra vez el año lectivo estaba a punto de empezar y el tren escarlata ya estaba listo para partir. Este era el quinto año de Amanda Prewett y nada le emocionaba más que volver a bromear con su primo, Sirius Black, su mejor amigo, leal compañero, socio de travesuras, era su más preciado vínculo. Tenía la impresión y la esperanza de que este año sería diferente, más emocionante, sería SU año, el año en el que entrara al equipo de quidditch como bateadora, para el que entrenó todo el verano. Nunca fue muy popular y no era algo que le incomodaba, pero no le vendría nada mal, sería el sueño de su madre verla hacerse más femenina (condición que accedió a cumplir para conseguir su primera escoba), delicada y conocida luego de muchos intentos fallidos. El fuerte de Amanda no era el de comportarse como una dama, lo contrario, el simple hecho de pensarlo la aterraba y era una de las peores pesadillas que llegó a tener en sueños. Pero ya estaba por superarlo, este año cumpliría los anhelos de su madre que tanto aborrecía por amor al quidditch ¡El quidditch! Como ignorarlo, las alturas, la velocidad, la adrenalina, el fanatismo por su casa, todo eso hacia bombear su sangre, el sólo pensarlo la ponía eufórica ¡No podía esperar a que llegue el día de las pruebas!
Así esperaba sentada en su compartimiento, desparramada en el banco, con sus largas piernas de par en par apoyadas en el asiento delantero cuando descubrió una alta figura abrir la puerta, apoyarse en el marco y con gestos teatrales fingir escribir una carta.
-No te preocupes Tía Lucretia, yo me ocuparé de que Amanda se comporte como acordaron, ahora mismo se encuentra sentada en la postura del ogro más fino que pudiera existir ¡Es un encanto!- Exclamó el chico de pelo negro y largo hasta los hombros, pronunciando lo último con gestos vocales exagerados y una desmesurada sonrisa, su sonrisa real.
-¡Sirius!- Exclamó serenamente a modo de saludo, habituada a sus bromas, estaba muy feliz de verlo- Dile a mi madre que no se espere mucho de mí las primeras semanas, ya me he puesto la minifalda como me dio y he intentado peinarme ¡Eso es mucho pedir!- Dijo haciendo pucheros mientras se acomodaba en su asiento, sentándose como una "dama".
-¿Eso es mucho pedir? Ja ja - Repitió incrédulo-Esa falda no es corta, no te martirices que apenas se te ven las rodillas, de hecho, es la primera vez que veo que tienes rodillas ¡Era todo un mito! - Dijo fingiendo sorpresa mientras seguía examinándola minuciosamente con la mirada, hasta subir la vista hasta la cabeza de la chica - Pero esto sí es demasiado, ¿Nunca te habías peinado antes?
-¡No!- Respondió prontamente algo molesta- Es difícil, tratar de arreglar mi cabello es un suplicio- Llevó ambas manos a la cabeza, tratando de acomodar lo que se salía de la coleta, la maraña de cabello pardo no se dejó vencer y siguió igual de crespa, dejando a Amanda algo consternada - No quiero vivir preparando pociones para arreglarlo todos los días, a veces lamento no compartir más información genética contigo…-refiriéndose al cabello del chico, hizo una pausa-… entonces recuerdo que me tocó la inteligencia y se me pasa -continuó sonriendo vengativa.
-Ah, ¿sí? - Llevó una mano a su pecho, fingiendo dolor mientras se desplomaba en el banco, posó sus grises ojos en los de ella, con una expresión presuntamente afligida dijo- Yo a veces envidio tu altura - arremetió.
- Eres más alto que yo- Espetó con una pizca de alteración, se notaba tocada-Mido alrededor de 1,75 y tu unos 5cm más.
-Sí, pero no estoy en la misma proporción que tú dentro de mi género- explicó, sabía dónde le molestaría más a la chica temperamental.
-Al menos no resalto en él por ser un mujeriego insufrible- se quejó, cansándose del tema, sabía de sobra sus anti virtudes.
-¡Hey! Con las niñas no te metas, ellas no tienen nada que ver en esta conversación- Reprochó, cambiando su rostro a una expresión más curiosa- Ahora cuéntame, ¿Qué tal para la prueba?
-¡Nerviosa!- Dijo rápidamente con los ojos abiertos, ya eran grandes y muy llamativos en su color negro bajo sus gruesas y largas pestañas, ya se olvidó del tema de conversación anterior- Incluso he estado leyendo…-bajó la mirada hacia su nuevo y lujoso bolso de mano, sacando un libro que luego presumió a su primo levantando el mentón-…mira, aquí tengo La biblia de los golpeadores y ¡está firmada por Brutus Scrimgeour!
-¡Ja! Lo que me faltaba, mi primita se volvió materialista, eso era justo lo que tu madre quería- bromeó un poco serio mientras alcanzaba el brazo para que le pasase el libro.
-No seas envidioso, te dejaré echarle un vistazo- Alejándole el libro lo más que podía.
-Cuán generosa es usted, excelentísima dama- Reverencia dramática.
-No seas payaso, no hablaba enserio- Le sacó la lengua.
-Aww, sí que eres cruel a veces, mira…-metió la mano dentro del pantalón y sacó algo que mantuvo con el puño cerrado-...ten, yo hasta te traje regalo- extendió el brazo hasta ella.
Amanda colocó su mano bajo el puño de Sirius- ¿Qué es? Si es otra vez una de tus...-pero no pudo continuar, lo que él dejó caer en su mano le quitó el habla dejándola pálida.
-No exageres, no es como si nunca vieras unas lombrices- opinó con un tono habitual. Segundos de tensión después estalló en carcajadas
-¡BLACK!-Reaccionó tirándole las lombrices- No me esperaba eso.
-Esa era la idea- Reía aún más por la ocurrente respuesta.
La chica pasó por él hacia la puerta, visiblemente enojada, dio media vuelta aguantándose las ganas de estallar de ira y dijo- Mi mamá dijo que debía comportarme, así que voy a acusarte, oí que Remus es prefecto ahora, tienes 10 segundos para discul…
-Remus no me haría daño- Replicó a gusto, acomodándose.
-Pero Lily no tendría problemas- Refunfuñó-
Sirius abrió los ojos pero trató de no demostrar miedo.
-Vamos, no hagas que te delate…-dijo ella casi suplicando
-Alguien aquí tiene miedo de faltar al código de honor y ser una soplona- Aprovecho para volver a la carga, molestarla siempre era divertido.
Le volvió a sacar la lengua- ¡Te buscaste! -Y salió corriendo del compartimiento.
El muchacho la siguió enseguida levantándose muy torpemente y chocando con todo, sorprendido con la reacción de la muchacha, ella ya se encontraba a unos cuantos metros así que se tuvo que apresurar, sacó la varita y pronunció - Carpe Retractum- Al instante la morena sintió como si un garfio la tomara desde atrás y eso la sorprendió, arrastrándola hacia el muchacho.
- Colloshoo- Profirió rápidamente antes de llegar al chico y a este se le pegaron los zapatos al suelo, que aturdido bajó la varita, dando a la muchacha la oportunidad de correr pero a medio camino se dio vuelta como si hubiera olvidado algo, caminó lentamente hacia su primo, amenazando con la mirada y tratando de contener una risa.
-¡No! ¿Qué me harás?- soltó el muchacho al mismo tiempo que trataba de soltarse los zapatos, sospechaba que algo malo estaba por venir.
-Cosquillas- murmuró ella, sonreía mientras enarcaba una ceja, mientras se acercaba lentamente, alargando el sufrimiento del muchacho al infinito.
-No te atreverías- por la alteración cayó de espaldas con las rodillas plegadas, sus pies no se despegarían del suelo así como así y no se le ocurría nada mágico y eficiente que lo salvara.
-Titillando-sentenció, no tardó en ver a su víctima retorcerse de "sufrimiento" ni en desternillarse de risa, la satisfacción inundaba su ser.
Pero la mutua diversión no duró mucho, ya que pronto vendría alguien y no pintaba nada un castigo antes de comenzar las clases, así que Amanda pronto deshizo sus maleficios y dejó al joven tirado al tiempo en que entraba a su compartimiento, sintió tranquilidad al no estar compartiéndolo con nadie más que con Sirius, pero luego se entristeció al caer en cuenta de la realidad: con los tiempos que corrían muchos alumnos dejaban sus estudios y se escondían de la oscura situación, por un lado se sentía bastante tranquila de que algo le pudiera pasar a ella o a sus seres queridos más cercanos, ya que su linaje era puro, su apellido incluso estaba en el Directorio de Sangre Pura pero por otro lado no quería que el mundo mágico a su alrededor cayera en semejante desgracia por una idiotez semejante ¡Como si los muggles o hijos de muggles tuvieran culpa de algo! ¡Como si la magia de los mestizos fuera menos eficiente o cosa semejante! que por cierto ni por lo más mínimo era razón suficiente para tal atrocidad… Así quedó inmersa en sus pensamientos hasta que su amigo entró al compartimiento con la respiración aún recomponiéndose, no se veía enojado, lo contrario ¡se veía feliz! Eso la sacó de su estado.
-¿Qué te pasa? ¿No estás molesto?- preguntó saliendo de su momentáneo trance.
-Nah, fue divertido, molestarte siempre es compensado de alguna manera, con verte enojada basta - suspiró mientras se dejaba caer en el asiento de la muchacha, con la cabeza sobre las, ahora cruzadas, piernas de la misma- El fin justifica los medios, debiste ver tu cara ¡Me diste miedo! Ni la Sra. Norris me causa tal terror- reía sólo- Nena, das más miedo que la gata de Filch-repitió a su desatendida frase.
-Perdón, estaba distraída- sacudió la cabeza para esparcir la idea, sus rizos siquiera rebotaron- ¿Qué decías?- preguntó, pero pronto lo recordó - ¡Ah! Ya, vaya hobbie el tuyo -dijo con algo de sorna al mismo tiempo que llevaba su mano al cabello del chico- No entiendo que ganas con eso, sólo que no te prestaré el libro antes como pensé…-pasó instintivamente los dedos por el cabello del chico, moviéndolos en círculos.
-Oh, si…-Cerró los ojos y se sumergió en el deleite que le causaba.
Amanda sonrió, no hacía mucho que dejaron de tratarse como si tuvieran alguna peste y de a poco se volvieron más afectuosos, cosa que le agradaba bastante. Ambos tenían problemas con su familia y se sentían lejanos a ellos pero cercanos entre sí, eso fortalecía los lazos entre ellos. Se hizo un nada incómodo silencio, nada más que sonidos de tren en marcha se percibían.
-Me fui de casa hace como una semana, por eso no te escribí mucho-Dijo el muchacho como si de leer la mente se trataba.
-¿A dónde fuiste?- Se desconcertó por la súbita información.
-A lo de James… perdona que no te haya dicho nada, no quería molestar en tu casa y no es como si tus padres estuvieran en contra de los míos- Explicó, abrió los ojos para mirar el techo, suspiró- Al fin arreglé la moto-cambió de tema desenvolviendo una enorme sonrisa, de las que le caracterizaban- Quedó muy bien, por cierto, y ya la estuve usando mucho con James, no es como si no nos estuviéramos divirtiendo estos días- Puso cara de querer ocultar su expresión de travesuras, se movió incómodo de pensarlo- Los Potter son muy buena gente, dijeron que podría quedarme lo que quiera con ellos… no les contesté eso por nuestra idea de vida- la miró -No me vas a dejar solo, ¿o sí?-Se veía preocupado.
-No- con sonrisa amena - Dijimos que viviríamos juntos, rebeldes sin causa, sin responsabilidades ni compromisos -La idea le fascinaba, en su plan de vida no figuraba entregarse a ninguna persona, por lo que casarse estaba fuera, Sirius coincidía - Pero creo que hay un problema… - Su rostro se volvió muy serio como para no estar de broma.
-¿Cuál?- preguntó curioso.
-Tu moto-
Chasqueó la lengua- ¡No te pongas celosa! No es como si fuera a dejarte de lado- Parecía algo molesto por tal ocurrencia- Caray, a veces hasta pareces mujer…
-¡Agh, pero si yo SOY mujer!- le salían chispas de los ojos, así que bruscamente se cruzó de brazos dejando de masajear la cabeza del primo.
-Sí- sonreía complacido por la reacción de la joven aunque le costó un masaje - Casi una vez al mes…
La muchacha reventó, volviendo a la sarta de conjuros y batallas. El trayecto siguió igual de entretenido hasta que se cansaron y durmieron un poco.
Mientras tanto en otro vagón…
¡Gracias por leer!
Es mi primer fic, si tiene buena respuesta supongo que lo terminaré rápido :)
En el proximo capitulo daré a conocer otra de nuestras parejas, no creo que tarden mucho en saber cuál. Nos vemos ^^
