Los personajes no me pertenecen. Son propiedad del CAPCOM y sus respectivos creadores, únicamente la trama me pertenece.

Esta historia está dedicada para GeishaPax quien tuvo que esperar años para poder ver el Cleon prometido pero aquí lo tienes, salido de mi retorcido corazón.

Advertencia: Está basado a medias en Resident Evil: Vendetta aunque no del todo. Más bien solo son menciones por lo que no tiene Spoilers y además traerá consigo otro capítulo.

Sin más los dejo con la lectura.


It´s Time

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Así que eso querías decir cuando habías sido usado. Ahora es tiempo de construir desde el comienzo, desde cero, no te contengas. Es momento de volver a comenzar ¿No es así?


Permaneció con la mirada fija en un solo punto de la mesa, mientras escuchaba el tintinar de los hielos contra el vaso, creando aquel sonido relajante para él. Sin embargo llevaba media hora con el líquido y parte del hielo se derretía, opacando el concentrado sabor del alcohol. Un par de manos agarraban con fuerza una taza de café caliente, haciendo un claro contraste entre ambas bebidas y sin embargo permaneció tirante, esperando fuera la otra persona quien comenzara la conversación mientras disfrutaba el calor de las personas en aquel lugar a las afueras de su departamento.

–Gracias por aceptar mi visita… – escuchó que alguien hablaba frente a él. –te estuve buscando mucho tiempo. ¿No pensabas hacerme una visita algún día?

Leon Kennedy elevó la vista, buscando un mejor ángulo del rostro femenino el cual lo miraba con recelo. Usaba una chaqueta de cuello marrón, la cual dejaba al descubierto una camisa de botones blanca. También llevaba pantalones de vestir negros y el cambio más radical en ella era el corto cabello rojo que apenas le rozaba los hombros.

Hacía tiempo sin ver a Claire Redfield a pesar de mantenerse en contacto todo el tiempo, y decir que estaba consternado por el repentino llamado de la pelirroja no era del todo errado. Seguía nerviosa, aferrando entre sus manos algo que lo lograba ver desde su lugar.

–Esperaba el momento adecuado, pero estuve ocupado. –respondió, llevando la cabeza hacia atrás. –ya sabes, es el precio de trabajar en el bando de los buenos, siempre terminarán arruinando mis vacaciones cada que algún loco quiere estallar un atentado..

Claire Redfield alzó una ceja, sin embargo ningún comentario salió de su boca y Leon agradeció en silencio que no intentara reprocharle su comportamiento. Tampoco iba a cambiar de la noche a la mañana como Chris Redfield.

–Ya veo… – la pelirroja bajó la mirada hasta el café caliente entre sus manos. -. Sabes, Sherry me llamó el otro día para decirme que va a casarse. De hecho, dijo que yo misma te diera la invitación…

Ella extendió el sobre, el cual tomó en una de sus manos. Lo destapó con lentitud y logró divisar una vez abierto la imagen de Sherry Birkin, quien sonreía mientras el novio miraba arrogante al camarógrafo abrazado incómodamente del cuello. Pese a eso lo notaba complacido, la fecha y el día marcados de color dorado convencieron al rubio de que era real.

Y entonces, comprendió que esa no era la misma rubia de dieciocho años atrás. No, la sonriente mujer de treinta y seis años no era la niña rubia que temblaba entre sus brazos. Y de quien había sido tutor unos años habia crecido, ahora estaba convirtiéndose en alguien capaz de cuidarse a sí misma y proteger a los suyos.

Siguió enfocado al futuro esposo, evitando leer el contenido del sobre más veces de lo necesario.

– ¿Sabes Claire? De todos los hombres de este jodido mundo, Sherry vino a casarse con el peor. –bufó hastiado. – Jake Muller, ese bastardo logró salirse con la suya a pesar de que le insistí a Sherry sobre volver a contactarlo.

La Redfield alzó la ceja. Sherry ya era una persona mayor, por ende estaba capacitada para elegir con quien casarse, pero estaba segura que lo había pensado cien veces antes de comunicar su compromiso por la opinión de Leon. Ella no conocía a Jake y esperaba no hacerlo pronto pues era el hijo del maldito que había arruinado la vida de Chris.

Sherry insistía que Jake no sería otro Wesker, entonces confiaba que estaba en buenas manos.

– Ella tendrá sus motivos Leon, quizá tengan demasiadas cosas en común. – La amistad entre ambos padres y el daño a sus propios hijos. Pensó sin vocalizarlo. –Seré dama de honor ¿no te parece adorable? Aunque la gente verá extraño que la novia sea más joven a las damas pues Rebecca será una de ellas.

Ante aquella mención dejó de observar el sobre.

– ¿Chris asistirá? – ella asintió. – pensé que Jake lo odiaba.

– Oh, lo hace. –Sonrió la pelirroja, recordando la plática con Birkin. – pero respeta las decisiones de Sherry, o al menos eso parece. Jake y Sherry no tienen familia, es normal querer llenar los espacios vacíos con las personas cercanas a ellos.

Leon apartó la bebida, analizando en silencio las palabras de Claire. En ese sentido Claire era metódica, su instinto maternal le dejaba ver las cosas desde una segunda perspectiva menos retorcida de la realidad. Ella amaba a Sherry como su hermana sanguínea a pesar de los años. Y sabía que la pelirroja era neutral a comparación de él siempre y cuando Sherry le diera motivos convincentes.

– Espero que Redfield no arme un alboroto en la boda. –dijo finalmente, decepcionado de ver su trago arruinado. – Si empieza a pelear con Jake le patearé el trasero por creerse el jefe. La última vez que lo vi me tranquilicé gracias a su compañera Rebecca, mira que tomar un equipo especializado solo para buscarla… debe estar loco.

– Oye, exijo respeto por mi hermano. –demandó, dando un sorbo al café caliente. –Chris valora la vida de quienes luchan en su camino Leon. ¿Alguna vez has sentido siquiera el perder algo importante? Estoy segura que sí, me contó que te pusiste como un alcohólico cuando tu equipo murió en una redada.

Leon apretó los puños ante el recuerdo. Anteriormente su hermano había hecho lo mismo, chris se había sumergido la desesperación en vasos de alcohol hasta perder el conocimiento y en ese principio se había burlado de él por ser débil. Y luego había experimentado en carne viva esa misma sensación nefasta mientras camina en la morgue solo para ver cuerpos muertos tomar vida, matándole cualquier rastro de racionalidad.

– Es diferente, yo siempre trabajé solo hasta esa vez. Hunnigan insistió demasiado tiempo pero terminé arruinando todo con mi apego emocional. –miró ceñudo a la mujer con la mirada perdida en la taza de porcelana. –Chris lleva años trabajando con personas Claire, salvar a Rebecca conllevó a perder otro compañero gracias al mismo ciclo repetitivo de media vida.

Claire suspiró. Ese no era el mismo Kennedy de años atrás definitivamente. El Leon de veinticuatro seguro le hubiera respondido otras cosas más satisfactorias al hombre sentado frente a ella. El hombre de cuarenta solo se preocupaba por sí mismo, y en raras ocasiones guardaba afecto emocional y este era el instinto sobreprotector que intentaba esconder cada vez que mencionaba el matrimonio de Sherry.

– Rebecca fue quien lo ayudó a salir de Raccon City, le debe su vida –apoyó la mano sobre la masculina. – No importa si están lejos o en otra parte del mundo, Chris la encontrará.

Acarició suavemente, dando pequeños giros circulares y al verlo fruncir el ceño, encontró arrugas invisibles que daban pauta a un hombre mayor.

– Entonces, tu hermano y esa científica… –titubeó. Claire dejó de acariciarlo para llevarse la mano al mentón pensativa. Luego negó con la cabeza a su debate mental.

– Te equivocas. Recién lo dije antes: Chris la ve como una hermana pequeña a quien cuidar y cuando dejó las armas su instinto primario de protegerla se activó, seguro porque su hermana de la misma edad prefirió luchar contra el bioterrorismo sola y lo dejó de lado muchos años.

El labio de Claire tembló suavemente. La relación de ambos hermanos era más sólida conforme pasaba el tiempo, pero para Leon, sabía que Claire deseaba que sus mejores tiempos los hubiera pasado acompaña de su hermano mayor y no encerrada tratando de salvar al mundo.

Ella cerró los ojos. No necesitaba ver el semblante de Leon, si bien había deseado tener esa conversación desde su último encuentro, las cosas a contarse solo eran malas noticias, muerte y destrucción,

– Claire…

– Me he resignado a no ver casado a Chris, Leon. No tendré sobrinos a quienes consentir mientras él me reprocha mis acciones… – confesó todavía con los ojos cerrados. –. Jamás vivirá una vida normal atada a la mujer con quien decidió pasar su vida pero a cambio de eso el mundo estará a salvo. ¿Debería estar feliz o sentir lástima por lo que la gente llama un héroe?

– ¿Cuántos años Claire? –preguntó el rubio y aquel comentario la turbó unos segundos antes de comprender el verdadero significado por lo que decidida se levantó dando un paso hacia él.

– Dime tú cuántos estás dispuesto a soportar Leon, porque yo estoy cansada.

Leon sonrió. Llevaba dieciocho años de lucha, decirle que no estaba cansado era una mentira demasiado mala. Ya le había dicho a Chris lo fastidioso que encontraba no poder avanzar nada en cuanto al bioterrorismo, pero lo único bueno de él eran Sherry, Claire y las personas que realmente valían la pena.

Con ese pensamiento se puso de pie, contemplando con interés el semblante resignado de la Redfield tras su confesión. Llevó la mano hasta el mentón dudoso y recordar a Ada fue inevitable.

– Sabes, si te besara ahora pueden romperse los esquemas de dieciocho años –comunicó, restableciendo la distancia entre ambos. -. Además no estoy del todo libre.

Ella sintió y comprendió perfectamente, pensando en la otra mujer que arrastraba la mente de Leon casi en totalidad y no lo dejaba avanzar. Pero estaba bien, ella tampoco podía olvidar a sus hombres del pasado tampoco y estaba segura que cuando llegara el momento ambos podrían dar rienda suelta a ese sentimiento sin nombre oculto por dieciocho años.

– Quizá tengas razón. La lucha es larga, más ya no tenemos tanto tiempo para esperar a que suceda por obra del destino. –sonrió y le acarició el hombro. –nunca he sido paciente Leon, te pido una disculpa por mi repentino proceder.

No esperó respuesta e impactó los labios contra los de él en un beso suave, como hubiese querido hacerlo con Steve o Niel y sin embargo, Leon también era una parte de su vida importante que estaba dispuesta a no dejar ir fácilmente, menos a un a una mujer que no lo merecía.

–Entonces ¿te apetece ir conmigo a la boda de Sherry? Puedes ayudarme a escoger un estúpido traje si aceptas.

– Hunnigan va a enojarse. –respondió. Él sonrió mordaz.

– Ingrid ya buscó un hombre, nos dejará en paz.

– Entonces acepto… –Leon dejó el dinero sobre la mesa, dejando la bebida y el café sin más. Ante la acción Claire lo miró confundida. –, ¿Vamos a otra parte?

– Debo llamar a Sherry, le pondrá feliz la noticia. –ella sonrió. –puedes llamar a Chris para decirle que estás bien o la científica seguirá llamando su atención y dejará de verla como una simple compañera.

La pelirroja sonrió. Leon estaba terriblemente equivocado con creces, pues si supiera quien era el verdadero talón de Aquiles de Chris no podría creerlo. Y aquello estaba bien por su hermano igual, mientras él tuviera a sus compañeros y a ella lo dejaba en buenas manos.

Sí, no era del todo tarde para las personas cansadas de dieciocho años.

Solo era el comienzo. Algo retrasado, pero el avance seguía ahí.

Vio a Leon caminar hacia la salida y amplió la mueca en sus labios.

Sí… algún día definitivamente le confesaría abiertamente sus sentimientos.

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Y bien, hasta aquí. De antemano les comento que el siguiente capítulo tratará de Chris. Aunque he de admitir que el Cleon no es mi fuerte, quedé satisfecha con el resultado de esta historia y espero querida Irene que te guste, intenté hacerlo romántico o al menos esa era la idea.

¿Qué les pareció?

Espero sus opiniones. Un saludo, se me cuidan.

Fatty Rose Malfoy.