¡Hola!
Simplemente tenía ganas de escribir un poco de estos dos.
Espero y os guste ;)
— PROTEGIDO POR EL AGUA —
Wolfram era demasiado orgulloso como para admitirse incluso a si mismo que contra ese enemigo su fuego muy poco podía hacer.
Dio un nuevo golpe. Para su horror, se dio cuenta de que estaba demasiado debilitado como para invocar a su espíritu de fuego.
"Se acabó para mi —se dio cuenta, con horror—. Es mi fin"
Entonces, lo vio pasar como un rayo, el dragón de agua del Maoh, entre el enemigo y él y después... nada, salvo victoria para su bando.
El dragón de agua de su prometido forzoso le había salvado la vida.
— Wolfram —una gruesa voz que se hacía respetar se escuchó a su lado, llamándole. Era Yuuri, en su forma de Maoh, sus ojos negros mirándole con suma preocupación—, ¿te encuentras bien? Maldita sea, estás herido.
El demonio rubio se arremangó como pudo. Un infantil intento inútil de ocultar las heridas de los brazos a su rey y prometido.
— Me encuentro bien —le aseguró simplemente, sin ningún añadido, sin ningún comentario jocoso. La forma de Maoh de su prometido le ponía los pelos de punta al príncipe demonio de fuego, pero no de la forma mala—. No tiene porque preocuparse.
El Yuuri Maoh le alzó el rostro (que ni cuenta se había dado que había bajado) con una mano en su barbilla. Wolfram tragó grueso, sintiendo mariposas en su estomago.
— Tengo porque, si es mi consorte el que está herido —y dicho eso, besó su frente.
Las mejillas del príncipe parecían arder tanto como el fuego que provocaba. Todo por ese medio demonio con el que estaba por accidente prometido y el cual, justo en ese momento, volvió a su forma normal, desmayándose en sus brazos.
Wolfram pareció recuperar su seguridad para entonces. Sonrió de medio lado y, sin embargo, con cariño, mientras su prometido medio humano tardaba segundos en despertar de nuevo.
— Debilucho... —le susurró acariciando sus negros cabellos.
Y el rey medio demonio le sonrió con ternura al príncipe.
Cuando eres un demonio de fuego, que un demonio de agua te proteja es de lo más humillante. Sobretodo si eres tan orgulloso como Wolfram y dicho demonio de agua es, ugh, medio humano. Pero mientras ese medio demonio de agua fuera su prometido... pues ya no le parecía tan malo.
Cualquier cosa por su futuro marido.
