LA OSCURIDAD DE LA LUZ
CAPITULO 1
Por: Marín Silivant
Disclaimer: Ya saben a quienes pertenecen los personajes, y creo que ni de broma me confundirían con una de las mujeres más ricas del mundo.
En esta historia manejo más o menos el mismo pasado que se tiene del original, excepto la historia de Voldemort, hágase de cuenta que ellos vivieron una adolescencia más o menos normal.
Espero sus comentarios y sugerencias.
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Al fin había terminado, después de siete largos años se había graduado de una de las mejores escuelas de magia y hechicería que pudiera existir. Y ahí estaba, a las puertas de una inmensa propiedad que le daba la bienvenida con indiferencia.
Y es que Luna Lovegood debía estar festejando como todos los de su generación, pero no podía ser indiferente al dolor que estaba en esa casa. No importaba lo despreciada que era para aquella familia, al fin y al cabo, era su familia.
Entro a la gran mansión portando una túnica negra sin nada de su acostumbrada extravagancia, aunque no parecía, tenia conciencia de "cuando" y "donde". Se desplazo como lo había hecho cada uno de los asistentes, pero no era a la viuda a la que fue a dar las condolencias, eso no le interesaba, la hipocresía nunca había sido su afición.
Camino entre la gente que estaba en el gran recibidor, no era una gran multitud, pero su sencillez y delicada figura la hizo pasar desapercibida, incluso ignorada. Sus ojos grisáceos al fin detectaron a quien buscaba.
Él estaba recargado contra un muro sin mirar a nada en especial, su aspecto pálido y encorvado por la posición podían dar a suponer la tristeza y pesar del momento, pero su expresión de fastidio y aburrimiento de estar en el lugar hacían olvidar la hipótesis, después de todo, debilidad era lo ultimo que caracterizaba a un Malfoy.
Luna se presento delante de él y no pronuncio palabra hasta que ambos se encontraron la mirada, Draco no pudo evitar mostrar un poco de sorpresa al verla antes de regresar a su clásica mirada de indiferencia.
- ¿Qué haces aquí?
- A pesar de todo no puedo ser indiferente a la perdida de un miembro de la familia.
- Bah – se burlo esquivando la mirada – Ahora vienes a dar las condolencias, por favor, nosotros no tenemos relación alguna más que de sangre.
- El que nunca lo mencionemos no evita que seamos primos, y no, no vine a darte el pésame – Luna se recargo junto a Draco y ambos miraron indiferentes a la gente. – Pero si me interesa como estas
- ¿Cómo estoy? Esa es buena… - sus ojos se ensombrecieron al hacer pausa - ¿Cómo puedo estar después de haber perdido a mi padre?
- Yo en tu situación me sentiría liberada – comento Luna provocando la sorpresa de su acompañante, regreso su vista a él al tener su atención – Sabes que yo no soy como ellos, hipócritas, guardando la apariencia, nadie esta aquí porque les duela la muerte de tu padre, es solo por "educación".
Malfoy la escuchaba sin comentar nada, sabía bien que lo que decía era verdad. Su padre no era una persona apreciada, por su modo de ser, por su racismo y desprecio a lo que no fuera sangre pura, en vida atemorizaba a los demás a su conveniencia y todo enemigo que tenía era eliminado, la familia Malfoy se caracterizaba por eso.
- ¿Entonces que haces aquí?
- Ya te lo dije – continuo Luna – Me interesa como estas, ¿Ahora que harás? ¿Qué planes tienes? Ya que el principal que nos separaba no esta, me gustaría acercarme a ti.
- ¿Por qué? – pregunto con acidez
- Me das lastima Draco, sinceramente me gustaría cambiarlo
- ¿Lastima? – Expresó con sorpresa y molestia incorporando su postura - ¿Con quien diablos crees que estas hablando "Lunática"?, das más lastima con las burlas que acarreas y las tonterías en las que piensas. No se que da más pena, lo que dices o lo que haces…
- Al menos se lo que quiero
Draco se irritaba cada vez más con cada comentario de ella, aun más que no le afectaba lo que le dijera y a él si.
- Yo estoy bien – dijo para defenderse
- Bueno, entonces es cierto que estoy lunática, porque dime de todos los que están aquí, aparte de tu madre, a quien realmente le importas – Luna lo observo esperando una reacción – ¿Haces algo que realmente quieras o todo lo haces buscando aprobación? La verdad primo… es que con todo el dinero y prestigio que tienes solo eres un pobre y miserable niño…
Los ojos grises del joven mostraron un profundo odio e indignación contra Luna, sus labios se apretaron con furia y sus músculos se tensaron, de no ser por estar en ese lugar y por ser ella, había lanzado un golpe certero a su rostro tan tranquilo.
- Lárgate – exigió resistiendo el impulso de gritar – No eres bienvenida en esta casa y la próxima vez que te vea en mi camino te arrepentirás
Luna se encamino hacia la salida, tan tranquilamente como llego, no lo hacia por miedo, si no porque ya había cumplido lo que le tenia impulsado hacer.
Llego a su casa, Ottery St. Catchpole, muy entrada la noche. Antes de entrar contemplo con ternura el paisaje, siempre le gustaba contemplar la belleza que había a su alrededor, sus pensamientos se dirigieron a lo lejos de su casa. Seguramente en aquella casa habían hecho una gran fiesta, pero ya seria tarde para ir a saludar, seria mejor dejarlo para otro día.
El sol termino al fin con la negrura, y los rallos dorados fueron bañando lentamente la gran casa apodada La madriguera. Era claro que no era un lugar lujoso, pero si que se aspiraba un ambiente de paz y amor.
La gran familia Weasley era modesta y de los llamados sangre limpia, pero muy diferente de los orgullosos que presumían de ello.
En la cocina, la más joven de la familia desayunaba pensando en lo que haría ahora que era una chica graduada, tenia muchas oportunidades pero no se decidía que hacer.
En sus años de escuela siempre había sido una estudiante con talento nato, su madre decía que era de esperarse pues era la primera mujer Weasley en muchas generaciones, estaba destinada a ello.
Sus seis hermanos mayores habían logrado desarrollarse con destreza en su vida, ellos le facilitaban la entrada a cualquiera de sus ramas y sin mencionar a su padre que podría darle una recomendación del ministerio de magia. Tenía más opciones que cualquiera de su generación, y aun así, no podría elegir que quería.
- Buenos días – entro saludando su hermano sentándose junto a ella, su madre venia tras él con una cesta de ropa vacía
- ¿Y hoy que van hacer muchachos? – pregunto alegremente
- Pues solo tengo que entregar un informe sobre la captura de ayer – dijo Ron tomaba un pan – de ahí tengo la tarde libre, a menos que salga alguna emergencia
- Oh mi pequeño auror – comento con orgullo la mujer sirviéndole un desayuno caliente – Entonces podrías acompañar a Ginny a que recorra el ministerio de magia y consiga una entrevista
La sorpresa fue más en el rostro pecoso de ella
- Mamá, ya te dije que es algo que decidiré yo, ni siquiera se si trabajare en el ministerio
- Bueno es una opción, no te hace daño darte una vuelta por ahí
- Aja, ¿Cómo me vería del brazo de mi hermano mayor el Auror? No mamá, no voy a ir a dar la imagen de niña que necesita ser protegida
La pelirroja se levanto molesta y se dirigió a su cuarto sin que nadie la molestara. Ron continuo con su desayuno, como si las discusiones fueran algo común, años antes hubiera imaginado que su mamá haría todo para que ellos continuaran en la casa, pero parecía que los empujaba aun más a que salieran del nido.
Después de todo, con dos hermanos casado, uno en otro país y los otros dos con un negocio propio, imagino que al fin gozaría del lujo de ser de los últimos hijos.
- Ron, ¿has conocido alguna chica linda últimamente?
El joven pecoso cerró los ojos pensando que ahora él era el siguiente
- No mamá – contesto en un suspiro ante el rito – No he conocido ha nadie, y no, no me interesa nadie por ahora, y no, no quiero conocer a alguna chica que hayas conocido especial para mi
- Muy bien – dijo con desdén la mujer mientras continuaba con sus labores
Él sabía que el silencio era peligroso en su madre, así como despreciar sus comentarios, no le convenía que se molestara, era la mujer que le daba de comer.
- Bien – dijo rindiéndose - ¿Quién es y donde la conociste?
- Tu padre me menciono de ella, es una chica que acaba de entrar al mundo mágico, es de tu edad. – La incógnita apareció en el rostro del Ron – Al parecer su madre, bruja, decidió alejarla de él por miedo a una venganza o algo así.
- ¿No recibió invitación a Hogwarts?
- Claro que si, pero su madre no lo permitió, continuo en el mundo muggle hasta que ella falleció hace unos meses. Se ve que es una buena chica y esta un poco "perdida" por así decirlo, seria bueno que comenzara a hacer amigos aquí.
- Bueno, está bien, la conoceré
- Que bien querido, va a trabajar con tus hermanos en Sortilegios Weasley, su nombre es Kasandra Zilli.
- Está bien, mañana iré a presentarme, pero no te prometo nada.
Termino su comida y se retiro para dirigirse a su trabajo por la red flú de su chimenea. Ya había pasado ese ritual casi a diario desde que había comenzado a trabajar. Su madre no quería que se absorbiera tanto en el trabajo como su hermano Charlie, pero él había decidido no apresurarse como lo había hecho su amigo Harry.
Harry Potter había sido su amigo desde el primer día de clases, siempre le había tenido envidia pues sus padres eran exitosos y gozaba de ciertas comodidades que él no, pero aun así su amistad por si misma era envidiada por muchos. Y aun después de graduarse se seguían viendo pues trabajaban de lo mismo, el dúo maravilla de los Aurores.
Por él había aprendido que casarse rápido tenia sus desventajas, no podía salir a divertirse tan fácilmente como los demás y era un tanto incomodo tratar algunos temas con él como el coqueteo, él ya empezaba a tratar el tema de tener hijos y de discusiones caseras.
Ron aun no estaba listo para el matrimonio así, prefería conocer varias chicas y salir de vez en cuando.
Harry por otro lado, se había casado meses después de graduarse con su novia de casi toda la vida, Cho Chang. Era una relación de lo más apacible, ellos siempre se habían llevado bien en la escuela desde que se conocieron en un partido de Quidditch.
El casarse solo había abierto nuevas posibilidades, su historia había continuado y no tenia nada de que quejarse. En su oficina, tenia una fotografía de ella siempre sonriente.
Mientras entraba al ministerio, Harry iba pensando en las continuas conversaciones que había tenido con Cho, él quería formar ya una familia con hijos, pero ella estaba adentrada en su carrera como jugadora profesional, no quería interrumpirla aun.
- Buenos días – dijo al entrar a la oficina que compartía con Ron
- Hola, ¿ya tienes tu informe?
- Si, lo termine ayer, Cho esta en gira, así que quise adelantarlo anoche
- ¿Y como va?
- Bastante bien, están en segundo lugar, pero aun pueden aspirar a ganar el campeonato
- No te olvides que prometiste lugares para los amigos, incluso Hermione esta interesada en ir
- Si, también se lo prometí a Neville – dijo Harry sentándose pesadamente en su silla – y como va ella con su alegato
- Aun le falta recabar algunas firmas y convencer a uno que otro vejete recio. Pero dice que aun esta en pie lo de esta noche, ya confirmo Ginny y ella le iba a hablar a Luna, será una buena fiesta, sobre todo con Fred y George de anfitriones.
La fiesta era algo que animaba a Harry, siempre se sentía algo extraño cuando su esposa estaba en gira, las horas se pasaron rápido, sin darse cuenta ya se encontraban en la tienda de los gemelos Weasley.
Fred y George había tenido mucho éxito con su tienda de bromas, habían logrado ampliar el local que ahora se sentía pequeño por la gente que habían citado ahí.
Ron y Harry habían sido los primeros del grupo en llegar, aunque Ginny ya se encontraba ahí.
- Me alegra que hayas venido Harry – saludo ella – hasta que te sueltan un poco el lazo – dijo en tono de burla
- Si claro – se rió - ¿Y que has hecho? ¿Qué tal te sientes de al fin graduarte?
- Mmm – Ginny se encogió en hombros pensando que responder – supongo solo un poco nerviosa.
- ¿Encontraste a Luna? – pregunto Ron
- Si, dijo que vendría con un acompañante
Las bebidas se sirvieron y conversaron un poco sobre trivialidades mientras esperaban a los demás, los gemelos apenas los habían saludado pues atendían amablemente a posibles inversionistas y una que otra chica. La puerta no dejaba de abrirse y cerrarse de la gente que seguía llegando.
Cuando se abrió en una ocasión más no fue sorpresa, el desconcierto vino cuando notaron que Luna entraba al lugar, Ron prácticamente se ahogo con su trago al ver a su acompañante.
Luna había entrado al lugar del brazo de Draco Malfoy.
