Esa mañana fui a clase, como cualquier lunes normal… Y como cualquier lunes normal, acabé harta de las clases diez minutos después de que empezasen. Agradecí el horario solo de mañana así como que el verano estuviese cada vez más cerca. Después de la fatídica clase de mates, la gente no tardó en abandonar el aula, lo más deprisa posible. Me levanté a mi ritmo, cuando oí una voz que me llamaba.
—¡Bella! —Me giré sorprendida hacía mi alocada amiga Alice. Bueno… Alocada. Ella era una apasionada de las compras, muy optimista… Pero bastante sensata y muy buena persona… ¡Pero loca de las compras! Tenía el pelo negro y corto, sus ojos eran azules e inquisidores… Su figura y equilibrio eran envidiados por las bailarinas. —¿Se puede saber dónde estabas?
—Lejos de la clase de Matemáticas, sin duda. —Repliqué. Mientras soltaba una pequeña carcajada. A lo lejos vi como nuestra amiga Ángela se acercaba hacía nosotras, aproveché que una compañera la entretenía para preguntarle a mi amiga. —Oye… ¿Qué tal con Jasper?
Mi amiga no perdió la sonrisa, pero sus ojos se volvieron tristes.
—Ya sabes… Tratamos de ser amigos. Él está realmente enamorado de su novia. —Suspiró. —Supongo que ya debería superarlo… Hace seis meses que cortamos.
Me abstuve de responder, mordiéndome el labio. Jasper y Alice habían empezado a salir este año, según se habían conocido, parecían hechos el uno para el otro. Pero un mes más tarde Jasper se había reencontrado con una vieja amiga, María, de la que supuestamente estaba locamente enamorado. Aunque en mi opinión… Él seguía enamorado de mi mejor amiga, solo que era incapaz de verlo.
—¿Has visto a Rose? —Rose, Rosalie, era otra de mis mejores amigas, la hermana pequeña de Jasper. Una sex simbol en potencia. —No ha venido a mates, ¿no?
Mi amiga negó con la cabeza.
—No creo que esté mala, ayer estuvimos hablando por MSN y no me dijo nada.—Replicó mi amiga. —Probablemente haya decidido no venir hoy a clase… Mañana tenía una recuperación importante.
Puse los ojos en blanco.
—Eso la pasa por no estudiar y pasarse el día coqueteando con chicos. —De pronto, de la nada, surgió una impresionante chica, tenía el pelo rubio y unos imponentes ojos azules, más claros que los de mi otra amiga y una sonrisa deslumbrante. Su físico… Mejor que el de cualquier modelo. —¡Rose! Te has saltado la primera hora.
—Discúlpame, mamá. —Se burló. — Me quedé dormida y Jasper ni se molestó en despertarme… Mi hermano, aparte de bobo y ciego es un borde. Desde que ha cumplido dieciocho no hay quien le aguante.
Alice y yo contuvimos la risa. Se adoraban, pero se pasaban el día discutiendo. Antes de que pudiese decir nada, dos enormes brazos me rodearon y me alzaron por los aires.
—¡Enana!—Reconocería esa voz en cualquier lado.
—¡Emmet! ¡Bájame! —Repliqué tratando de parecer enfadada.
Me depositó en el suelo y yo le abracé. Emmet era lo más parecido a un hermano que tenía… Un hermano que pese a ser un año mayor que nosotras, parecer un armario debido a su tamaño y musculatura… Mentalmente estaba a años luz de nosotras.
—Hola, Bells. —Me sonrió. Su pelo negro y rizado estaba colocado con gomina, sus ojos oscuros, brillaban divertidos. —¿Qué planes tenéis para el sábado?
—Oh, ya sabes… Rose y yo nada… Y Bella ha quedado con Edward. —Replicó la traidora de mi mejor amiga.
—¿A solas? —Replicó Emmet, mientras alzaba una ceja divertido. Él, Jasper y Edward se llevaban bien, pese a la diferencia de edad que había entre ellos.
—Sí, Emm. —Rosalie fue a decir algo. —No, Rose. Edward tiene novia, a la que quiere y adora. Solo somos amigos…
—Aunque tú te mueras por algo más. —Replicó mi despampanante amiga.
La fulminé con la mirada.
Había conocido a Edward y Alice este año. Eran primos, y mientras que Alice era una chica de mi curso, Edward ayudaba en el grupo de teatro al cual nos habíamos apuntado todos. Era varios años mayor que nosotras… Seis, para ser exactos pero aún así, pese a su novia… Yo no había podido evitar enamorarme de él. No era un secreto para nadie… Ni siquiera para él. Bueno, en parte, él sabía que yo me sentía atraída por él, pero jamás habíamos hablado del amor propiamente dicho.
—Bella… Es idiota. —Replicó mi mejor amiga, sonriéndome con comprensión.—Tiene lo que busca delante suyo pero no quiere verlo… Por mucho que se lleve bien con Tanya, admitámoslo, solo está con ella por el sexo.
—¡Alice!
Me sonrojé sin poder evitarlo. Era cierto que la relación de Edward y Tanya había empeorado… y se había enfriado, pero eso no quitaba que no se quisiesen, ¿no?
—Vamos, Bella, en vez de ayudarle tanto con su relación… ¡Pasa a la acción! Te vas a morir de vieja esperándole. —Replicó mi amiga rubia. — Y si no quieres pasar a la acción… ¡Sal con otros chicos! ¡Tienes dieciséis años, por el amor de Dios!
Gemí y me alejé de ellas a buen ritmo. Oí como Emmet las regañaba y las pedía más paciencia conmigo, y como Alice y Rose protestaban.
Sí, era la mejor amiga de Edward… y sí, él era mi mejor amiga… Pero, estaba perdidamente enamorada de él, y no solo eso; con dieciséis años, hormonas revolucionadas y época de sueños eróticos… Me sentía fuertemente atraída por mi mejor amigo. EL cual tenía una novia a la que yo caía excesivamente bien. ¿Qué podía ir peor? ¡Ah, sí! Su mejor amigo, Mike, estaba enamorado de mí.
Pasé el resto de las clases, con tranquilidad. A la media hora había perdonado los comentarios de mis mejores amigas.
A la salida, iba "peleándome" con Emmet mientras mis dos amigas iban detrás, conteniendo la risa. No pasó desapercibido ni para Alice ni para mí, las miradas que compartían él y Rose. Hacía tiempo que ambos se gustaban y habían empezado con el coqueteo típico e inocente, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el paso. Pero lo que vimos a continuación cortó el ambiente de raíz. Allí, en la entrada del instituto… Estaba Jasper, con su novia María; "puta" para las amigas…
—Hola, chicas. —Nos saludó el hermano de nuestra amiga, con una sonrisa. Se la devolvimos Alice más radiante que ninguna. Y Emmet y él chocaron en una especie de saludo extraño y primitivo, que ellos denominaban "saludo de hombres". —¿Qué tal el día?
—¡Hola, cuñadita!
Y abrió la boca. María no desaprovechaba la ocasión de demostrar su relación con Jasper… Más cuando Alice estaba presente. Rosalie le fulminó con la mirada, mientras que Alice desvió la vista. Pude ver que contenía las lágrimas.
—Pues… No sé cómo estará tu cuñada… Pero yo estoy harta de ti, víbora.
Y así era mi amiga Rosalie, franca, sin pelos en la lengua. Emmet soltó una carcajada y le tendió la mano a Rosalie, que se la chocó con una sonrisa de suficiencia.
—¡Rosalie Hale! —La normalmente amable voz de Jasper sonó furiosa. —Nos vamos a casa, ya. Y quiero que le pidas una disculpa a…
—No voy a disculparme por decir la verdad. —Replicó su hermana menor. Luego se giró hacia sus amigas. —Nos vemos mañana chicas… Os conectaréis al MSN, ¿no?
—¡Por supuesto! —Repliqué con una sonrisa. — SI eso te llamo luego.
Nos guiñó un ojo y se alejó rápidamente.
—Bueno, chicas, nos vemos.—Dijo Jasper. Miró a Alice, pero esta desvió la mirada, noté como Jasper se entristecía visiblemente. Pero María lo agarró de la mano y lo arrastró lejos.
Alice suspiró y se despidió de Emmet y de mí, antes de tomar la dirección contraria, rumbo a su casa.
—Bueno… Podría ser peor. —Fulminé a Emmet con la mirada. —¿Qué? Jasper no es tonto, acabará dándose cuenta de lo que es María…
—Ya pero quizá entonces sea demasiado tarde…—Suspiré al recordar a Edward y a Tanya. — y sí, hablo dese la experiencia.
—No mientas, para ti nunca será demasiado tarde. Pasen meses o años... Seguirás esperándole.
Asentí… Era una ilusa enamorada. Encima, estos días estaba de bajón e hipersensible porque en unos días me bajaría la regla… y hoy Edward había quedado para preparar la fiesta sorpresa para el cumpleaños de Tanya y no podría hablar con él hasta más tarde… Mierda de hormonas, mierda de líos amorosos… ¡Menuda mierda de adolescencia!
