"Chateando con un Playboy" de Sthela Cullen, nueva adaptación… espero disfruten mucho este capitulo…
…Chateando con un Play-Boy…
Era un día normal como otro cualquiera. Nada parecía cambiar en la pequeña ciudad, de Tomoeda. Para mi desgracia. Porqué todos los días desde que me mudé aquí hacía dos años había deseado que algo cambiara. Deseaba con toda mi alma que llegase el día en que Sakura Kinomoto, mi amor platónico, me besase y dijese que me amaba como yo la amaba a ella. Pero todo se quedaba en simples fantasías, eso nunca sucedía y nunca sucedería, pues ella me odiaba con cada fibra de su frágil cuerpo.
Todo comenzó cuando llegué. Cuando tropecé con ella en el pasillo solo quise gritar que tuviese más cuidado; pero cuando la vi, me quedé hipnotizado por aquellos hermosos ojos del color verde. Era la chica más hermosa que había visto en mi vida. Su piel era pálida, su rostro tenía una encantadora forma de corazón y su cabello oscuro caía como una cascada sobre sus hombros, sin contar que aquel rubor en sus suaves mejillas le daba un toque de lo más tierno.
Me disculpé y presenté rápidamente. La ayudé a recoger los libros que se habían caído al suelo cuando tropezamos y ella me sonrió para demostrarme su gratitud. Sakura era una chica encantadora y tuve la suerte de que mi siguiente clase, la de arte, fuese con ella. Aun me arrepiento de no haber llegado tarde y nunca haber pisado aquella clase. Aquella clase que significó que perdiese a Sakura para siempre.
Flash Back
- ¡Hola guapísimo! ¡¿Eres nuevo?
- Buenos días Meiling. – Saludó Sakura con una falsa sonrisa – Esto Syaoran…- llamó mi atención.
- ¿Te llamas Syaoran encanto? Yo soy Meiling la capitana del equipo de animadoras. ¡Es un placer conocerte!
- Meiling yo… - Sakura intentó plantarle cara a Meiling pero sus piernas le estaban flaqueando.
- Oh, lo siento ratita pero ahora estoy hablando con él. Tú no te mereces estar con alguien como Syao - ¡¿Qué le acababa de decir a mi Sakura?¡¿Y cómo me había llamado?
Meiling se lanzó rápidamente a mis brazos, tomándome totalmente por sorpresa, empujándome hacia atrás y haciéndome tropezar y chocar contra algo… ¿o alguien? No lo sabía. Solo sabía que la clase había comenzado a estallar en risas. Aproveché y me deshice del abrazo de aquella chica. Girándome lentamente para ver que sucedía.
- ¡Sakura! – grité al verla. Aunque debido a las carcajadas nunca llegó a oírme.
Cuando esa chica me empujó yo empujé a mi vez a Sakura y esta cayó sobre la mesa del profesor, para tirar todas las bandejas de pinturas que allí había, sobre su hermoso cuerpo y finalmente resbalarse y acabar en el suelo toda llena de pintura y con el rostro lleno de lágrimas. Los alumnos seguían riéndose. Yo quise tenderle mi mano y pedirle disculpas; pero nuevamente, Meiling agarró mi brazo y toda la clase se quedó en silencio al ver que ella quería hablar ¡¿Acaso se creía una reina?
- Ya sabía yo que tú no te merecías estar con este bombón. Además también tenía razón en llamarte ratita de biblioteca porque realmente tienes todo el aspecto de una rata mojada
Nuevamente risas. Yo solo quería zafarme del aquella maldita chica y correr a abrazar a Sakura; pero ella se levantó rápidamente del suelo, me apartó y salió corriendo.
Fin del Flash Back
Meiling no me dejó ir tras Sakura y desde ese día todo mi mundo cambió. Me sorprendió mucho que a los pocos días de nuestra mudanza, Tomoyo, mi hermana pequeña, se hubiese hecho muy amiga de Sakura, pues ambas eran dos polos opuestos. Aunque yo vi en aquella amistad una oportunidad de disculparme. Cuando pasó una semana Sakura vino a mi casa y haciendo uso de todo mi valor fui a hablar con ella ahora que Meiling me dejaba.
Cuando me disculpe, Sakura me dijo que no importaba; pero aun así siguió fría y distante conmigo y desde ese momento mi actitud cambió. Decidí que me olvidaría de Sakura a costa de lo que fuese. Me convertí, junto con mi familia – Tomoyo y Yamazaki y Eriol y Chijaru, sus respectivas parejas – en el chico más popular del instituto. Era el capitán del equipo de baloncesto, el primer estudiante a nivel académico y el chico por el que suspiraban todas las chicas del instituto. Todas menos la que yo deseaba que lo hiciese. Me pareció que si quería olvidar a Sakura tenía que comenzar a salir con alguna otra chica y decidí que saldría con Meiling. Ella la capitana de las animadoras y yo del equipo del baloncesto. Aunque me resultase repulsivo, era la chica que mejor encajaba en mi fachada de Play-Boy.
Mi relación con Meiling no fue para nada duradera. Apenas corté la relación a la semana, ella quería devorarme, literalmente, se me pegaba como una lapa y siempre quería tener su cuerpo pegado al mío. Era asqueroso. Yo siempre giraba mi rostro cuando ella intentaba besarme y al ver que en una semana no consiguió nada y al ver que yo no conseguía olvidar a mi Sakura, decidí cortar con ella.
Aunque mi relación con Meiling fue un fracaso yo no me rendí en mi intento de olvidar a Sakura. Salí con todas las chicas del equipo de animadoras, con las de chicas del grupo de química, con las de baloncesto y futbol femenino. Había salido con casi todas las chicas del instituto y sorprendentemente con la que más duré después de Meiling fue con Rika que duré tres días. Siempre era lo mismo. Salía con una chica durante todo un día y cuando comprobaba que ella sería incapaz de hacerme olvidar a Sakura, la dejaba. Todas se quedaban en estado de shock, pues las cortaba sin tan siquiera haber besado a ninguna de ellas.
Yamazaki siempre me decía que un día acabaría con la raza femenina y Tomoyo que era un completo idiota por no darme cuenta de nada. Y aun seguía sin saber de que no me daba cuenta.
- ¡Syaoran! ¡Deja de estar fantaseando y vámonos o llegaremos tarde!
Sí, definitivamente hoy será otro día endemoniadamente normal
Me subí en mi reluciente volvo plateado con Tomoyo y Yamazaki en los asientos de atrás y nos dirigimos al instituto.
- Bueno Syaoran ¿Quién va a ser hoy? – preguntó chistoso Yamazaki.
- Hermanito ya te dije que el juego se acabó. Estoy cansado.
- Ya era hora. – Se quejó Tomoyo con una mueca de enfado - Aun no entiendo porqué has hecho todo esto Syaoran…
- Por qué desgraciadamente no puedo volver al pasado y no asistir el primer día a clase de arte.
Pisé con fuerza el acelerador. Me relajaba conducir rápido. Tomoyo se quedó pensativa ante mi comentario y estuvo todo el viaje con su lindo rostro de duendecillo en las nubes.
- Nos vemos luego Play-Boy – Yamazaki me golpeó en la espalda y se fue corriendo cuando divisó a Chijaru.
- Syaoran…
- ¿Qué pasa Tomoyo?
- ¿Lo que has hecho tiene que ver con Sakura?
- Siempre tan perspicaz – reí sin humor y pasé mi mano por mis cabellos mientras miraba el cielo.
- No vas a contármelo ¿verdad? – suspiró resignada
- Siempre tan perspicaz – repetí y me marché hasta el interior del instituto.
Me dirigí a mi taquilla y vi que Meiling estaba apoyada en ella. Por muchas calabazas que le diese a esa chica ella seguía intentando seducirme. Inútilmente. Reí, era graciosa verla vistiendo con un traje amarillo chillón y con el dibujo de un murciélago y saber que era mi culpa…
Flash Back
- ¿Amarillo chillón? – me pregunté a mi mismo intentando a averiguar el objeto con el que jugueteaba Sakura.
- ¿El Amarillo Chillón? Bueno…creo que no tengo ropa de ese color…
Me percaté de que Meiling seguí a mi lado
- ¿Decías?
- Nada, nada…Bueno siguiente pregunta…
Intenté parecer despreocupado mientras volví a dirigir mi mirada a la mesa de Sakura y descubría que lo que tenía entre sus manos era una goma de color amarillo y en forma de murciélago.
- Murciélago… - murmuré
- ¿Los murciélagos? Querido Syao tienes unos gustos un tanto extraños.
Fin del Flash Back
Cuando la vi recordé que lo que me había preguntado era sobre mi color y animal favoritos y que yo respondí inconscientemente describiendo el objeto con el que jugueteaba Sakura. En el fondo, muy fondo, sentí pena por Meiling. Si realmente supiese que el amarillo es el color que más detesto y que los murciégalos tampoco son de mi agrado, le daría un paro cardíaco.
- Syao cariño ¿Qué te parece mi ropa?
- Meiling, te he dicho que no me llames Syao. Soy Syaoran o Lee; pero ni Syao, ni peluche, ni amor, ni ninguno de sus semejantes – abrí mi taquilla y cogí un par de libros del interior
- No me has dicho como me veo mi lindo Syaocito - ¡Algún día la mataría! ¡¿Tan difícil era que me llamase por mi nombre?
- El amarillo no te sienta bien
Cerré mi taquilla y me fui, dejando a Meiling quieta como una estatua en su lugar, y soltando una pequeña risita. Mi primera clase era biología, esta no la tenía con Meiling y afortunadamente sí que la tenía con Sakura.
Me senté en mi lugar sin hacer el más mínimo ruido mientras las chicas se acercaban a mí poniéndome sus pechos en mis ojos. ¡Odiaba que hiciesen eso! Escuché como se corría la silla que había a mi lado. Quise saludar a Sakura; pero las chicas seguían reclamando mi atención. Ya les había dado la oportunidad y rechazado a cada una de ellas ¡¿Qué les hacía pensar que iba a querer intentarlo de nuevo?
Afortunadamente el profesor Terada entró en el aula y todas las chicas tomaron sus lugares. Respiré tranquilo y me permití mirar de reojo a Sakura. Como siempre, ocultaba su rostro tras una cortina de cabello y miraba su libro de texto garabateando en una hoja de papel que había su derecha. Ella era muy inteligente, lo que sucedía era que el Phoenix, su antigua residencia, había asistido a unas clases avanzadas y ya se sabía todo el temario de este año – o por lo menos eso descubrí cuando la escuché ``accidentalmente´´ hablar con Tomoyo en la habitación de esta última -. Me quedé un rato observándola y no pude evitar que una pequeña risita escapase de mis labios. Sakura vestía unos jean vaqueros y un polo de color azul. Meiling se había propuesto venir vestida de mi color favorito y había metido la pata hasta el fondo y sin embargo Sakura, que ni tan siquiera le importaba cual sería mi color favorito, venía vestida de este. He de reconocer que mi color favorito siempre fue el negro; pero desde que vi lo hermosa que se veía en Sakura el color azul, este había sido mi color favorito desde entonces.
El timbre sonó y como de costumbre, Sakura comenzó a recoger sus libros y tras apilarlos me dedicó una rápida mirada.
- Nos vemos mañana Lee.
- Adiós Kinom… - ¡vamos se valiente Syaoran! – Adiós Sakura
¡Bien lo dije! ¡La llamé Sakura!Me felicité mentalmente. Desde que pasó lo que pasó, ella siempre me llamaba por mi apellido y yo respondí de la misma manera y sinceramente odiaba tener que hacerlo. Nos hacía ver tan distantes…
Miré su rostro, parecía algo sorprendida y juraría que vi un pequeño rubor en sus mejillas.
No delires Syaoran.Me regañó mi conciencia. Sonreí tristemente y la vi alejarse cargando entre sus brazos, pegados a su pecho, unos cuantos libros de texto.
¡¿Por qué no podría haber nacido libro?!Me quejé mentalmente y salí del aula para irme al comedor. Sabía lo que venía ahora. Nuevamente tendría que aguantar a Meiling. Tomé una gran bocanada de aire y entré lentamente en el comedor. Tal y como había supuesto ``La sombra´´ - nombre que le puse por estar todo el día pegada a mi – se lanzó hacia mí como un león se lanza sobre su presa.
- Te extrañe mi lindo cachorrito – y otro apodo más para la colección ``nombres ridículos de una tía ridícula´´
- Siento no poder decir lo mismo Meiling. – Me deshice de su abrazo y caminé hacia la mesa que desgraciadamente, mi familia y yo compartíamos con las animadoras.
Muchas veces, como en esta ocasión, Tomoyo se iba a algún lugar y comía acompañada de Sakura. Nadie sabía donde es que comía Sakura excepto ella y Chijaru y de vez en cuando se turnaban para estar con ella. La verdad es que no era de vez en cuando, sino siempre. Cada día habías una especie de discusión para saber quién iba a comer con Sakura y quien se quedaba a vigilar que las animadoras no se acercasen a sus novios. Al principio pensé que estaban utilizando a Sakura para poder escapar; pero no era así, pues muchas veces las había visto ir a las tres juntas de compras y siempre venían más alegres cuando hablaban con Sakura.
- ¿Otra vez se fue tu hermanita con la rata? A este paso dejará de ser popular. Esa ratita es de lo más simplón del mundo. ¿Verdad mi lindo bebé?– se quejó Meiling.
Fui a gritarle a Meiling que ella ni tan siquiera era capaz de llegar a la planta del lindo piececito de mi Sakura; pero Chijaru se levantó dando un fuerte golpe en la mesa y miró con fuego en los ojos a Meiling.
- ¡Mira oxigenada! ¡Sakura es mucho más hermosa que todas vosotras y no está de más decir que también es mucha mejor persona!
- ¡Ja! ¡Eso lo dices porque tú eres igual de horrenda que esa rata!
- ¿Horrenda? – Rió Chijaru - ¡Al menos yo tengo un novio atlético y guapísimo que me ama y tú solo eres una zorra solterona!
- ¡¿Cómo te atreves a decirme eso?¡Yo tengo a Syao!
- ¡Ja! ¡Sabes que Syaoran no siente nada por ti! ¡Al contrario! ¡Para él eres cómo un grano en el trasero!
- ¡¿Cómo qué?¡Syao está loco por mí!
- ¡Ni aunque le pagues a alguien estaría loco por una perra como tú! ¡Estoy cansada de ti y de que te metas con mi mejor amiga! ¡Me largo! – Chijaru volvió a golpear la mesa y luego me dirigió una mirada asesina – Y tú Syaoran, haber si le compras un lindo bozal a tu perro.
Todo el mundo se había quedado en silencio desde que Chijaru dio aquel golpe en la mesa pendiente de su pelea con Meiling y tras el último comentario estallaron en risas. Por lo que a Meiling y a su sequito de animadoras no les quedó de otra que marcharse rápidamente de la cafetería con el rabo entre las piernas como un perro apaleado. ¿Rabo? ¿Perro? Nunca mejor dicho. Reí ante mi pequeña broma privada.
- ¡Vaya hombre! – Se quejó Yamazaki – Eso no estuvo bien hombre… arruinaste todo.
- No seas animal – le dije dándole un golpe en la espalda
- Bueno después de esto creo que tendremos que comer con Sakura. Ciertamente paso de estar con las animadoras guau-guau – rió
- Al fin podre estar todos los días con mi linda duendecillo – festejó Eriol
- Muy bonito, dejadme solo ante el peligro
- Creí que te gustaba el peligro y más si había mujeres en él
- No seas tonto Yamazaki. Sabes que si pudiese matar a Meiling sin ir a la cárcel, lo haría encantado
- Únete al club – dijeron los chicos a la vez mientras se reían
- ¿Y por qué no te vienes con nosotros? – sugirió Yamazaki
- Si lo hago, ellas se vendrán detrás y acabará siendo lo mismo…
- Tienes razón. Pues… - Eriol y Yamazaki apoyaron una mano en cada uno de mis hombros – Nuestro más sentido pésame – y volvieron a estallar en risas
- Os odio…- susurré
Bueno aquí acaba el primer capítulo… ¿les gustó? Si así fue dejen su review, agréguenme a favoritos, alertas, lo que quieran!
Bueno nos vemos la otra semana con un nuevo capítulo!
Bye!
Teffistar XD
